Limitar el consumo de carne ?
1.Cómo el consumo de carne cambió a los primeros humanos
Comer carne cruda y
utilizar herramientas de piedra podrían ser las razones de que los
primeros homínidos tuvieran mandíbulas más pequeñas que las de sus
antecesores más primitivos.
Así lo señala una investigación de la
Universidad de Harvard conocida este jueves, que sugiere que el consumo
de carne y el desarrollo de herramientas, y no la capacidad de cocinar,
fueron las razones que desencadenaron que los primeros humanos
desarrollaran mandíbulas más pequeñas y por ende un significativo cambio en su rostro.Esto habría permitido, además, el mejoramiento de la capacidad de hablar e incluso en el tamaño del cerebro.
El estudio, liderado por los profesores Daniel Lieberman y Katherine Zink, también sugiere que la práctica de cocinar los alimentos es un hábito que llegó mucho tiempo después.
Homo erectus
Para el tiempo de la aparición de la especie Homo erectus, hace dos millones de años, los homínidos tenían un cerebro más grande y cuerpos que requerían de un consumo mayor de energía.Pero paradójicamente, de acuerdo a los hallazgos en Harvard, tenían dientes pequeños y una mandíbula débil para masticar los alimentos.
Y, hasta hace poco, se pensaba que una de las razones de esos cambios en la mandíbula y los dientes del Homo erectus con respecto a sus antecesores se debía al hecho de la introducción del hábito de cocinar dentro de las sociedades primitivas. Pero eso solo ocurrió hace unos 500 mil años.
Esto sugiere que la cocción de los alimentos no influyó en la evolución hacia una mandíbula más pequeña.
"Si pasaras un tiempo con los chimpancés te darías cuenta que ellos pasan la mitad del día masticando", dijo el profesor Lieberman.
"Pero en algún punto de la evolución humana se produjo un cambio, comenzamos a comer menos. Y solo fue posible por dos factores: alimentos con mayor contenido de energía, pero también que eran más difíciles de digerir", añadió.
El proceso
Para llegar a sus conclusiones, los científicos evaluaron el desempeño de masticar alimentando a personas adultas con pedazos de carne y con la clase de vegetales que nuestros primeros ancestros consumieron antes de convertirse en carnívoros.
Se midió el esfuerzo muscular que se requería para masticar ambos alimentos y qué tanto era masticada antes de ser tragada.
Los hallazgos sugieren que una dieta con carne y usando herramientas de piedra para procesar la comida –cortando la carne y triturando los vegetales– el Homo erectus hubiera necesitado masticar entre un 17% y un 26% menos que sus antecesores.
En su artículo, Lieberman y Zink argumentan que: "Siempre dedujimos que el consumo de la carne estuvo conectado con el proceso mecánico que hizo posible cortar la carne en pedazos".
"La carne requiere menor esfuerzo para ser masticada que otro tipo de plantas y semillas de las que se alimentaban los primeros humanos, pero su incapacidad de los molares para que masticar la carne cruda podría ser una de las razones por las que no se consumía hasta que no se inventaron las primeras herramientas de piedra, hace 3 millones de años", concluye el estudio.
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160310_homo_eructus_carne_consumo_herramientas_ciencia_amv
2.El cerebro humano creció y se desarrolló gracias a estos genes: NOTCH2NL
La expansión cerebral resultaba evidente al observar las diferentes cavidades craneales en los fósiles de nuestros antepasados, pero faltaban por descubrir aquellos cambios genéticos que nos hicieron humanos
Aparición de los genes NOTCH2NL
Diagrama que muestra como aparecieron
los genes NOTCH2NL a través de la duplicación en un ancestro común a
los humanos, chimpancés y gorilas, pero sólo se convirtieron en genes
funcionales en el linaje humano.
Hace unos 3-4 millones de años aparecieron unos genes en nuestros
antepasados humanos y, a partir de ahí, tal y como demuestran los
fósiles, se produjo un aumento extraordinario en el tamaño cerebral de
nuestros ancestros. Esta evolución hacia unos cerebros más grandes fue
de gran importancia para nuestra especie por la habilidad que nos dio
para pensar, para solucionar problemas y para desarrollar la cultura. La
expansión cerebral resultaba evidente al observar las diferentes
cavidades craneales en los fósiles de nuestros antepasados, pero
faltaban por descubrir aquellos cambios genéticos que nos hicieron
humanos. Dos estudios, publicados ayer en Cell, anuncian el descubrimiento de estos genes, denominados NOTCH2NL y que son específicamente humanos: todo parece indicar que fueron la fuerza impulsora en la evolución hacia cerebros más grandes.
"Nuestros cerebros se volvieron tres veces más grandes de lo que eran
gracias a la expansión de ciertas áreas funcionales de la corteza
cerebral y ese sustrato fundamental nos debió de hacer humanos. No me
puedo imaginar otra cuestión científica más emocionante que descubrir y
decodificar los misteriosos cambios genéticos que nos hicieron lo que
somos", dice David Haussler, de la Universidad de California en Santa
Cruz y coautor de uno de los estudios. El estudio firmado por Haussler
ha conllevado más de cinco años de trabajo: para caracterizar los genes,
para conocer su función en el desarrollo neurológico y para conocer sus
orígenes evolutivos. Pertenecen a una antigua familia de genes conocida como los genes Notch,
primeramente descubiertos en la mosca de la fruta y que reciben ese
nombre por un defecto genético que consiste en la aparición de unas
muescas en los bordes de las alas (notched wings) de la mosca de la fruta Drosophila melanogaster. "Es una familia de genes que se remonta a cientos de millones de años atrás en la historia evolutiva y es conocida por su importante función en el desarrollo embrionario.
Descubrir que los humanos tienen un nuevo miembro de esta familia que
está implicado en el desarrollo cerebral es algo sumamente emocionante",
comenta Haussler.
Los científicos han detectado los genes NOTCH2NL en células humanas,
pero no en aquellas de los macacos, tampoco en el ADN de los
orangutanes y sólo de forma truncada e inactiva en nuestros parientes
más cercanos, los gorilas y los chimpancés. ¿Qué significa todo esto?
Por un proceso denominado conversión génica se produjo una reparación de
la versión no funcional de NOTCH2NL y esta reparación sólo ocurrió en los humanos hace unos 3-4 millones de años, más o menos en la época en la que, según el registro fósil, el cerebro humano se comenzó a expandir. Una vez reparado, pero antes de que divergiéramos de nuestro ancestro en común con los neandertales,
NOTCH2NL fue duplicado dos veces más (emergió originalmente como una
duplicación parcial de NOTCH2, un gen esencial del desarrollo
neurológico). Queda manifiesto, por tanto, que los genes NOTCH2NL,
además de otros detectados por el equipo de Pierre Vanderhaeghen de la
Universidad Libre de Bruselas, son específicamente humanos y activos durante el desarrollo de la corteza cerebral.
Por último, en los humanos modernos estos genes están relacionados
con defectos genéticos asociados a trastornos neurológicos: grandes
segmentos de ADN son duplicados, en el caso de la macrocefalia y la esquizofrenia, o eliminados, en el caso de la microcefalia y el autismo.
"Puede que hayamos conseguido unos cerebros más grandes en parte a
través de la duplicación de estos genes, pero a costa de una mayor
inestabilidad en la región del cromosoma 1, lo que nos hace susceptibles
al síndrome de la duplicación-eliminación", concluye Haussler.-
-https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/cerebro-humano-crecio-y-se-desarrollo-gracias-a-estos-genes-notch2nl_12775/5
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3.The Importance of Dietary Carbohydrate in Human Evolution.
"Creemos que aunque el consumo de carne fue importante, el crecimiento del cerebro hubiera sido menos probable sin la energía proporcionada por los carbohidratos. Por otra parte, aunque las hipótesis reconocen la importante contribución que tuvo el desarrollo de cocinar, consideramos que los carbohidratos cocinados sólo tienen sentido si el cuerpo tiene la dotación enzimática necesaria para procesarlos", explica Karen Hardy.
En este sentido, los investigadores también apuntan al incremento de
genes amilasa salival en los humanos modernos, que aumenta la cantidad
de amilasa producida en la saliva. Para Kate Brown, doctoranda de la
University College London, "mientras otros primates tienen sólo dos
copias de estos genes, los humanos modernos tenemos de media unos seis y
esto nos permite tener más amilasa salival y digerir el almidón de
manera más eficiente. No sabemos exactamente cuándo se multiplicó el
número de copias, pero los datos genéticos sugieren que fue en el último
millón de años; un período de tiempo que coincide con la evidencia
arqueológica del cocinado de alimentos. Esto es particularmente
interesante porque el uso del fuego para cocinar permitió un aumento
considerable del potencial de digerir más fácilmente el almidón. Hay aún
incerteza sobre cuándo los genes de la amilasa salival se multiplicaron
y cuándo los humanos empezaron a cocinar alimentos, pero los beneficios
combinados de ambos para alimentar nuestros cerebros, cada vez más
hambrientos de glucosa, son difíciles de ignorar".
Les Copeland, de la Universidad de Sydney, explica que los investigadores creen que "los carbohidratos, junto con la carne, fueron esenciales para la evolución de los humanos modernos y sus grandes cerebros. La evidencia sugiere que los humanos del Paleolítico no habrían evolucionado con la que hoy se denomina "dieta del Paleolítico". Después que el uso del fuego para cocinar alimentos se extendiera, la digestión de los carbohidratos ricos en almidón avanzó y se convirtió en una fuente de glucosa preformada que permitió la aceleración del crecimiento del cerebro".
Artículo: Karen Hardy, Jennie Brand-Miller, Katherine D. Brown, Mark G. Thomas, Les Copeland. The Importance of Dietary Carbohydrate in Human Evolution. The Quarterly Review of Biology, 2015; 90 (3): 251 DOI: 10.1086/682587
5-La ONU pide reducir el consumo de carne para frenar el cambio climático
Los esfuerzos para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y los impactos del calentamiento global se quedarán muy cortos sin cambios drásticos en el uso global de la tierra, la agricultura y la dieta humana, según advierte el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).El documento especial del IPCC sobre el cambio climático y la tierra, publicado hoy en Ginebra, analiza el papel de las decisiones sobre manejo de la tierra tanto para reducir como para adaptarse al calentamiento global.
“Sería beneficioso para el clima y la salud humana que la gente
de países desarrollados consumiera menos carne”, dice Hans-Otto Pörtner
Destacan entre las medidas la necesidad de preservar y restaurar los
bosques, ya que absorben el carbono del aire, y las turberas, porque
liberan carbono si se desentierran. El ganado criado en pastizales de
bosques despejados es particularmente intensivo en emisiones, dice el
informe. Las vacas también producen una gran cantidad de metano, un
potente gas de efecto invernadero, al digerir sus alimentos.
El
documento corrobora que las dietas equilibradas que contienen alimentos
de origen vegetal y de origen animal producidos de forma sostenible
"presentan grandes oportunidades para la adaptación y la mitigación, a
la vez que generan importantes beneficios colaterales en términos de
salud humana".
“No queremos decir a la gente qué comer”,
dice Hans-Otto Pörtner, presidente del grupo de trabajo del IPCC sobre
impactos, adaptación y vulnerabilidad. “Pero sería realmente
beneficioso, tanto para el clima como para la salud humana, que la gente
de muchos países desarrollados consumiera menos carne, y que la
política creara incentivos apropiados a tal efecto”.
Aumento de la deforestación
Para
2050, los cambios en la dieta podrían liberar millones de kilómetros
cuadrados de tierra y reducir las emisiones mundiales de CO2 hasta en ocho mil millones de toneladas al año, en relación con la situación actual, según los científicos.
Los
investigadores también señalan la importancia del informe para las
selvas tropicales, donde aumentan las preocupaciones sobre la
aceleración de las tasas de deforestación. La selva
amazónica es un enorme sumidero de carbono que actúa para enfriar la
temperatura global, pero las tasas de deforestación están aumentando, en
parte debido a las políticas y acciones del gobierno del presidente
brasileño Jair Bolsonaro.
Si no se detiene, la deforestación liberará más de 50.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera en 30 o 50 años
“Desafortunadamente, algunos países no parecen entender la necesidad
urgente de detener la deforestación en los trópicos”, dice Pörtner.“No
podemos forzar a ningún gobierno a interferir. Pero esperamos que
nuestro informe influya lo suficiente en la opinión pública a tal
efecto”.Si no se detiene, la deforestación podría convertir gran parte de los bosques amazónicos en un tipo de desierto degradado, liberando posiblemente más de 50.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera en 30 o 50 años, afirma Carlos Nobre, científico experto en clima de la Universidad de São Paulo, en Brasil.
El informe advierte que la tierra debe seguir siendo productiva para alimentar a una población mundial en aumento. El calentamiento aumenta el crecimiento de las plantas en algunas regiones, pero en otras –incluyendo el norte de Eurasia, partes de Norteamérica, Asia Central y África tropical– el aumento del estrés hídrico parece reducir la tasa de fotosíntesis.
Por lo tanto, el uso de cultivos para biocombustibles y la creación de nuevos bosques –considerados como medidas con potencial para mitigar el calentamiento global– deben gestionarse cuidadosamente para evitar el riesgo de escasez de alimentos y pérdida de biodiversidad, dice el informe.
Afectará a la seguridad alimentaria
Los
expertos también destacan que los agricultores y las comunidades de
todo el mundo deberán hacer frente a lluvias más intensas, inundaciones y
sequías como resultado del cambio climático. La degradación de la
tierra y la expansión de los desiertos amenazan con afectar la seguridad
alimentaria, aumentar la pobreza e impulsar la migración, según el
informe.
Alrededor de una cuarta parte de la superficie terrestre
de la Tierra parece sufrir ya la degradación del suelo, y se espera que
la crisis climática empeore las cosas, en particular en las zonas
costeras bajas, los deltas de los ríos, las tierras secas y las zonas de
permafrost.
“Necesitamos una transformación radical, no cambios incrementales”, afirma Ruth Richardson
Las prácticas agrícolas industrializadas son responsables de gran
parte de la erosión y la contaminación del suelo, dice Andre Laperrière,
director ejecutivo de Global Open Data for Agriculture and Nutrition,
con sede en Oxford (Reino Unid), una iniciativa para hacer accesible a
todo el mundo la información científica pertinente.
“Necesitamos
una transformación radical hacia un uso global de la tierra y un sistema
alimentario que satisfaga nuestras necesidades climáticas”, dice Ruth
Richardson, directora ejecutiva de la Alianza Global para el Futuro de
la Alimentación, una coalición estratégica de fundaciones filantrópicas
con sede en Toronto, Canadá.
Un informe especial publicado el año
pasado concluyó que las emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero, que alcanzaron un máximo histórico de más de 37.000
millones de toneladas en 2018, deben disminuir drásticamente en un
futuro muy cercano para limitar el calentamiento global a 1,5 grados, y
que esto requerirá una acción drástica sin más demora.
Los
gobiernos de todo el mundo considerarán las últimas conclusiones del
IPCC en la cumbre climática de la ONU que se celebrará el mes próximo en
Nueva York.
Zona geográfica: España
Fuente: SINC
https://www.agenciasinc.es/Noticias/La-ONU-pide-reducir-el-consumo-de-carne-para-frenar-el-cambio-climatico
En fin, dieta mediterranea, de todo un poco sin abusar de nada...y seguir a las cocineras de Galica, porque alli dicen que los gallegos son los que viven mas años..
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