Fotografías reales del coronavirus bajo el microscopio
¿Cómo es realmente el mortífero
SARS-CoV-2? ¿Cómo actúa nuestro sistema inmunitario? Visto bajo el
microscopio todo adquiere una nueva dimensión. Las imágenes reales de
tomografías computerizadas ampliadas y coloreadas nos ayudan a entender
cómo actúan estos patógenos en nuestro organismo y por qué son tan
peligrosos.
Actualizado a 23 de marzo de 2020
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Imagen detallada de un coronavirus
El virus causante de la
enfermedad de Covid-19, visto en esta micrografía coloreada, es uno de
los seis tipos de coronavirus infectan a los humanos, algunos causan el
resfriado común y dos causan brotes peligrosos: SARS y MERS. El nuevo
virus, el SARS-CoV-2 es similar a sus primos hermanos: está compuesto
por un núcleo de ARN (la abreviatura de ácido ribonucleico, el material
genético del virus) y una membrana de proteínas que envuelve el material
genético del virus (el ARN). El nombre de coronavirus proviene de las
protuberancias (recuerda más bien a un en forma de corona ), que
sobresalen de su cobertura. El virus está envuelto en una burbuja de
moléculas de lípidos aceitosos, que se deshacen al contacto con el jabón.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Ataque inmimente
Un conjunto de coronavirus
SARS-CoV-2 se traslada a través del torrente sanguíneo para atacar otras
células. Para ello, el virus encaja primero sus proteínas S en unos
receptores celulares denominados ACE2, como una llave que abre una cerradura.
Los científicos creen que manipulando esta proteína se podrían
desarrollar inhibidores contra la acción del virus, pero advierten de
que no se trata de una tarea sencilla, pues las ACE2 son unas proteínas
con un papel fundamental en la producción de angiotensina, una molécula
responsable, entre otras funciones, de regular la presión sanguínea,
presente en órganos vitales, como los pulmones, los riñones o los
intestinos.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Células al servicio del virus
Hasta cuatro coronavirus se
distinguen en esta imagen coloreada tomada de una muestra de un paciente
estadounidense el pasado 12 de febrero. Una vez dentro de la célula,
el virus empieza a replicar su material genético gracias a la maquinaria
celular humana. El patógeno deposita su ARN en el citoplasma de la célula,
y allí toma contacto con los ribosomas, la estructura celular encargada
de sintetizar las proteínas. La célula humana interpreta el ARN viral
como propio, y sigue las instrucciones para replicar miles de nuevos
virus que posteriormente saldrán a infectar nuevas células.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Réplicas en cadena
Un conjunto de coronavirus
penetra en el tejido adiposo de una muestra recogida de un paciente
estadounidense a finales de febrero. Cada virus puede llegar a crear de
una sola vez entre 10.000 y 100.000 réplicas.
Además, este tipo de virus pueden infectar células cercanas o
desplazarse a través de pequeñas gotitas que escapan de los pulmones, de
ahí la enorme capacidad de contagio de estos virus. En cada proceso de
replicación el virus destruye la célula infectada, por lo que puede
acabar causando estragos a los pacientes, que pueden desarrollar
neumonía y llegar a morir.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
El pulmón, un órgano vulnerable al coronavirus
Un grupo de coronavirus
(coloreados en esta imagen en color rosado) ataca el tejido celular
circundante de una muestra de un paciente aquejado de neumonía a
principios de marzo. La mayoría de las infecciones por SARS-CoV-2
causan fiebre a medida que el sistema inmunitario lucha para eliminar
el virus. En casos severos, este puede reaccionar exageradamente y
comenzar a atacar las células pulmonares. Los pulmones se obstruyen con
líquido y células moribundas, lo que dificulta la respiración. Un
pequeño porcentaje de infecciones puede conducir al síndrome de
dificultad respiratoria aguda (SDRA) y, en ciertos casos puede incluso
provocar la muerte.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
El sistema inmunitario, a prueba
El coronavirus (coloreado aquí
en amarillo) no puede combatirse con antibióticos, pues estos
medicamentos únicamente funcionan para acabar con las bacterias. Sin
embargo, los investigadores están probando inhibidores que actúen contra
las proteínas víricas, inhabilitando así a los patógenos para entrar en
las células. Los científicos trabajan paralelamente para desarrollar
vacunas contra el patógeno, una solución mucho más efectiva, pero
difícil de conseguir en poco tiempo. De momento, un grupo de científicos
chinos probará en humanos una vacuna de subunidades, compuesta por una parte del patógeno.
La clave sería ‘dirigir’ a nuestro sistema inmunitario para que sea
capaz de identificar y destruir con eficiencia el nuevo virus.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Carga viral elevada
Una persona con una carga viral
alta tiene más probabilidades de contagio. En esta imagen coloreada de
un paciente aquejado de coronavirus se aprecia un elevado cúmulo vírico
detectado en una muestra de tejido adiposo. Se estima que su tasa de
contagio es de entre 1,4 y 2,5 personas, aunque otras estimaciones
sitúan el rango entre 2 y 3, lo que significa que cada positivo podría
transmitir el virus a otras 2 y 3 personas. Un estudio reciente cifraba
en un más del 10% la tasa de pacientes que se infectan por alguien que no presenta síntomas, lo que da una idea de la extrema velocidad de transmisión que adquiere el coronavirus en muy poco tiempo.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
El jabón, un gran aliado
Esta imagen de tomografía
electrónica realizada con microscopio desvela la presencia de
coronavirus (en amarillo) entre varias células humanas (en color azul,
rosado y turquesa). El jabón destruye la membrana lípida del virus,
por lo que es la primera barrera de lucha contra el virus y uno de los
mejores métodos para protegerse de este patógeno. Desprovisto de su
membrana, el virus queda completamente inactivo, incapaz de penetrar en
la membrana celular.
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Foto: Niaid/Planet Pix via Zuma Press/ Cordon Press
Células humanas rodeadas de virus
Esta imagen microscópica coloreada muestra el virus SARS-CoV-2 (en amarillo) invadiendo tejido celular humano. El virus fue aislado de una muestra de un paciente estadounidense infectado a finales de febrero. Uno de los debates más interesantes sobre los virus es si se trata o no de seres vivos.
Podría decirse que no están vivos, porque no pueden reproducirse por sí
mismos, pero tampoco están muertos, pues so capaces de entrar en
nuestras células y replicarse. Su evolución viene de lejos, pues se
remonta a hace unos 3.500 millones de años, cuando empezaron a prosperar
las primeras formas de vida, el debate sobre su naturaleza está
todavía vivo entre la comunidad científica.
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