Explica
la vida como la asociacion y cooperacion de las bacterias y virus que
nos componen y diferencian geneticamente de otras especies. Y por que
sin entendernos a fondo, se nos programa para un destino que conviene a
alguien que nos usufructua.
El
ser humano de hoy se comporta mas de acuerdo a los intereses de otros
seres que le imponen su voluntad, que de acuerdo a un patron de
evolucion y libre albedrio
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"Lo que mantiene la vida no es la competencia, sino el equilibrio"
La nueva biología nos cuenta que los virus y las bacterias no son nuestros enemigos. De hecho, somos un pequeño planeta poblado por billones de diminutos seres organizados en ecosistemas .MÁXIMO SANDÍN
Máximo Sandín es doctor en bioatropología y licenciado en ciencias biológicas. Autor, entre otros, de Madre tierra, hermano hombre: Introducción a la ecología humana (ed. de la Torre) y Pensando la evolución, pensando la vida (Crimentales).
“Un rayo de esperanza”, así
califica Máximo Sandín las nuevas investigaciones en el campo de la
biología, que permiten cuestionar el darwinismo y ofrecer nueva luz
sobre nuestra condición de seres vivos. Nuestra especie, según
Sandín, es producto de continuas transformaciones en cuya base están los virus y las bacterias.
¿Qué es la ‘nueva biología’?
Aunque
no existe como corriente establecida, hay científicos que buscan un
cambio en la interpretación de los fenómenos evolutivos. La biología
convencional sigue siendo la concepción darwinista de la vida, basada
en prejuicios culturales e ideológicos, como la “lucha por la vida” de
Thomas Malthus y la “supervivencia del más apto” de Herbert Spencer,
con la supuesta aportación de Charles Darwin, la “selección natural”.
Y continua...
Posteriormente,
la llamada “síntesis moderna” se basa en una concepción simplista y
reduccionista de la genética que los nuevos descubrimientos y métodos
de estudio están demostrando falsa. Lo
que mantiene e impulsa la vida no es la competencia entre los seres
vivos, sino el equilibrio, en el que todos los componentes son
necesarios para su funcionamiento, por lo que la naturaleza y la vida no
son producto del azar y la competencia, sino de procesos complejos que
se pueden entender científicamente.
Entre el creacionismo de unos y el darwinismo de otros, ¿qué propone usted?
He
procurado primero examinar los datos, y después deducir qué
significan. Los rasgos generales resultantes son, en primer lugar, que
la vida apareció en la Tierra en forma de bacterias y virus, y en
segundo lugar, que los seres vivos están formados por una agregación
de estos virus y bacterias o de sus descendientes.
Y en un tanto por cierto sorprendente
Hace
poco se ha comprobado que el 98,5% del genoma que se consideraba “adn
basura” en realidad controla y regula al otro 1,5%, donde se pensaba que
estaban solo los genes. Uno y otro están formados por genomas
completos o fragmentos de genomas de virus, retrovirus o elementos
provenientes de ellos.
¿Cómo explica entonces la evolución?
Los
grandes cataclismos producidos en la historia de la Tierra han
movilizado a los virus y a los elementos móviles de los genomas
produciendo así los cambios en la flora y la fauna que llamamos
evolución, que yo prefiero llamar “transformación”.
¿Cuál es la diferencia?
Que no es un fenómeno individual sino colectivo,
porque los cambios no se producen al azar, ya que estos elementos y
virus tienen tendencia a moverse a sitios concretos. Es una visión
global que se ajusta a la concepción de Lamarck, anterior a Darwin, según
la cual en la naturaleza reina el equilibrio y lo que impulsa la
evolución es la capacidad de respuesta de los organismos a los
estímulos ambientales.
¿Podría explicar brevemente las diferencias que lo separan del darwinismo?
Contrariamente
a la idea darwinista de que la vida se ha producido solo en la Tierra,
al azar y por competencia, yo creo que la vida es inherente al universo,
aunque por ahora no podamos saber cuándo y cómo se produjo. Los
darwinistas creen que la evolución se produce porque un individuo sufre
una mutación al azar que le da una ventaja sobre el resto de su
especie, y sus descendientes sustituyen a los otros por competencia.
En cambio, la transformación...
Yo
lo considero un cambio que tiene que ser colectivo, que se produce en
muchos individuos a la vez o incluso en un ecosistema, como refleja el
registro fósil. Esto ocurre porque los virus endógenos y algunos
elementos móviles de los que forman los genomas, además de responder
del mismo modo dentro de una especie, tienen la capacidad de
“transferencia horizontal” de genes entre distintas especies.
¿Cómo se discute a una figura como la de Darwin?
Mi
“lucha” es contra el darwinismo, que es una creación interesada y
ajena a Darwin. Una serie de figuras influyentes en el mundo científico
de la época, encabezadas por Thomas Henry Huxley, lo “asesoraron”
cambiando muchos contenidos de El origen de las especies y
añadieron justificaciones retóricas para sostener sus prejuicios y su
ideología retrógrada: todos eran eugenistas, convencidos de que
había que “mejorar” la herencia humana impidiendo que los no aptos se
reprodujeran. Estas ideas sirvieron a los grandes magnates mundiales
para justificar “científicamente” sus ansias de poder.
¿Somos bacterias y virus, como dice el nombre de su web?
Esta
conclusión es el resultado de la suma de datos científicos acumulados
en los últimos años. Las células de nuestro cuerpo son bacterias
más o menos modificadas. Hace tiempo se calculó que teníamos 10 veces
más bacterias que células en el cuerpo, pero probablemente sean aún
más. Se ha comprobado que estas colonias bacterianas están controladas
por “fagos”, virus bacterianos que regulan las poblaciones y ejercen
funciones de comunicación entre sus componentes. Es decir, son los que
“controlan” nuestro organismo.
¿Y nuestro genoma?
La
mayor parte de nuestro genoma o bien es de origen bacteriano o se
origina en virus que insertaron sus secuencias genéticas en las
bacterias que originaron la célula, y posteriormente en los distintos
organismos. Esto pone de manifiesto que existen concepciones muy
arraigadas que hay que combatir, como la consideración de los virus y
las bacterias como “enemigos”, y otras que han de ser reconsideradas a fondo, como las “enfermedades genéticas”.
¿No hemos de combatir contra los virus?
Lo
que puede resultar más preocupante es la lucha contra los virus desde
el mismo momento de su descubrimiento. El aspecto patógeno de bacterias
y virus puede producirse cuando alguna “agresión” ambiental (en muchos
casos producida por el hombre) altera sus actividades.
¿Y más allá del ser humano?
Podemos
decir otro tanto: se están comenzando a comprender las impresionantes
funciones biogeoquímicas de las bacterias y los virus en la naturaleza.
Existen más de cien millones de bacterias por gramo de tierra sin las cuales no podrían existir las plantas.
Las bacterias del suelo “reciclan” los productos de desecho y los
organismos muertos, “limpian” las sustancias tóxicas y hacen disponible
el nitrógeno de la atmósfera para las plantas.
Por todas partes...
En
el aire y en las aguas marinas y fluviales existen cifras similares y
realizan funciones parecidas, incluyendo la formación de nubes y de los
copos de nieve. Entre ellas siempre están los virus, que son los que
intercambian información entre las bacterias y controlan sus
ecosistemas. No solo se puede decir que somos bacterias y virus, sino
que las bacterias y los virus son la vida. ¿se puede concebir algo más
diferente a la historia que nos han contado?
¿Hay que cambiar entonces los libros de texto de biología?
El
verdadero problema no son los libros; habría que cambiar el modelo
social. La educación pública, gratuita y obligatoria no surgió con el
objeto de fomentar la igualdad de oportunidades, sino con el de hacer
más eficaces a los trabajadores y formar al pueblo de una forma
controlada, a la medida de los intereses del poder establecido. Las
escuelas son centros de “instrucción”, de “uniformización” mental y
los contenidos son controlados por “la autoridad”. Desde luego, lo que no se fomenta es la creatividad y, mucho menos, el espíritu crítico.
¿La ciencia se está escapando de las manos del ser humano?
La
ciencia, la verdadera ciencia, pone ante nuestros ojos cosas
maravillosas. ¿No resulta maravilloso conocer que cada uno de nosotros
somos un pequeño planeta poblado por billones de diminutos seres
organizados en ecosistemas que están “trabajando” para mantenerlo con
vida? Cuando la ciencia y la tecnología se ponen al servicio del poder es cuando se pueden convertir en un instrumento de opresión.
La manipulación de procesos biológicos, sin conocer realmente su
funcionamiento ni las consecuencias, por parte de las empresas de la mal
llamada “ingeniería genética” o “biotecnología” ha dado muestras de
que puede constituir un serio peligro para la humanidad. Esta es la ciencia que se está escapando de las manos del ser humano. Incluso de los que creen que la controlan.
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