Experimentos realizados desde mediados del siglo pasado han observado que, cuando se conecta el aparato circulatorio de un ratón viejo con el de un ratón joven y comparten la sangre, el ratón más viejo rejuvenece y su vida se alarga. Esta observación, confirmada en múltiples investigaciones, sugiere que la sangre de los animales jóvenes tiene algún componente rejuvenecedor. Pero hasta ahora no se ha identificado qué es lo que convierte la sangre joven en un elixir de juventud.
La nueva investigación indica que la explicación puede estar, por lo menos en parte, en los diferentes tipos de células que hay en la sangre, y que cambian con la edad. Todas las células sanguíneas son producidas por unas 100.000 células madre ubicadas en la médula ósea.
Con la edad aumentan las células sanguíneas inflamatorias; terapias para reducirlas podrían ser rejuvenecedoras
Estas células de la médula ósea, que producen más de un millón de células sanguíneas por segundo, compiten entre ellas. Con la edad, algunas células madre acaban produciendo muchas más células sanguíneas que otras, lo que comporta una pérdida de diversidad de la sangre.
Este fenómeno es “detectable alrededor de los 50 años de edad y se manifiesta como inevitable después de los 60 años”, escriben los investigadores en la revista Nature, donde hoy presentan sus conclusiones. Sus resultados indican que el envejecimiento de la sangre es consecuencia principalmente de la expansión de unas células madre en detrimento de otras, más que de la acumulación de mutaciones genéticas con la edad.
La investigación se ha basado en analizar qué genes están activos en las células sanguíneas en ratones y personas de diferentes edades. La actividad de los genes está regulada por moléculas de metilo que se unen al ADN en un fenómeno llamado metilación. Este fenómeno se transmite de las células madre a sus hijas, de manera que, si se analiza la metilación de las células que circulan en la sangre, se puede deducir cuáles descienden de una misma célula madre.
Los investigadores comparan el patrón de metilación celular a un código de barras que permite identificar el linaje de cada célula. “La metilación del ADN funciona como un código binario; cada sitio del genoma está metilado o no, como un 1 o un 0”, explica en un comunicado Michael Scherer, coprimer autor del trabajo en el CRG.
Los investigadores han creado un test que analiza la diversidad de las células de la sangre y evalúa la edad biológica
El test EPI-Clone que han desarrollado los equipos del CRG y el IRB Barcelona permite analizar los patrones de metilación en la sangre de una persona, lo que indica si sus células sanguíneas mantienen una alta diversidad propia de personas jóvenes, o ya muestran la pérdida de diversidad propia del envejecimiento. El test, destacan los autores de la investigación en Nature, es asequible y escalable.
“Si queremos pasar de los tratamientos genéricos anti-envejecimiento a la verdadera medicina de precisión para el envejecimiento, esta es exactamente la herramienta que necesitamos“, declara en un comunicado Lars Velten, codirector de la investigación en el CRG. ”No podemos arreglar lo que no podemos ver y por primera vez EPI-Clone lo puede facilitar”.
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Los investigadores esperan que, en un futuro, EPI-Clone o un test similar permita evaluar el envejecimiento de la sangre antes de que aparezca una enfermedad. De este modo, se podrán recomendar medidas de prevención o detección precoz en casos en que se detecte una pérdida de diversidad de las células sanguíneas. Asimismo, esperan que se desarrollen terapias para eliminar aquellas células sanguíneas que, cuando se producen en exceso, aceleran el envejecimiento.
La investigación ha recibido financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer, CRIS Contra el Cáncer, la Fundación La Caixa, el Consejo Europeo de Investigación y la Asociación Europea de Hematología.
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