Yves Meyer gana el «Nobel» de las matemáticas por convertir imágenes y sonidos en números
La Academia Noruega de las Ciencias y Letras ha decidido premiar hoy al francés Yves Meyer (77) con el premio Abel, considerado el «Nobel» de las matemáticas, por su «papel fundamental» en el desarrollo de la teoría de ondículas». Este tipo de análisis permite, por ejemplo, descomponer imágenes y sonidos en números, lo que tiene múltiples aplicaciones, desde el cine digital al reconocimiento de falsificaciones.
La decisión ha sido comunicada este martes por Ole M. Sejersted, el presidente del organismo. La institución ha destacado en su fallo que Meyer fue un «líder visionario» en la evolución de esa herramienta matemática. En general, esta permite descomponer una imagen o un objeto matemático en componentes más simples y se encuentra en la intersección de las matemáticas, la tecnología de la información y la computación científica.
Por eso, esta materia ha permitido grandes avances en Física, Matemáticas e Ingeniería informática. La teoría de ondículas ha sido aplicada a multitud de campos, desde la reducción del ruido, al diagnóstico médico por imágenes, el cine digital, el procesamiento de las imágenes del telescopio Hubble o la reciente detección de las ondas gravitacionales predichas por Einstein a cargo del proyecto LIGO.
La descomposición de imágenes o sonidos a números consigue creando fragmentos matemáticos que capturan las irregularidades de los patrones, por medio de funciones matemáticas. Esto es de gran utilidad en el cine digital, en la detección de falsificaciones o en la extracción de huellas digitales en investigaciones criminológicas, según informa The Guardian. Además de estas aplicaciones, el trabajo de Meyer tiene importancia en la teoría de las matemáticas y en el análisis de armónicos, un campo que trata de descomponer funciones y señales complejas en componentes hechos de ondas más simples.
El matemático francés recibirá el galardón -dotado con 6 millones de coronas noruegas (675.000 euros)- de manos del Rey de Noruega, Harald V, el 23 de mayo y en la ciudad de Oslo.
Nómada intelectual
Meyer ha sido considerado por la Academia Noruega de las Ciencias y Letras como un «nómada intelectual» porque en mitad de su carrera el investigador cambió su campo de estudio en varias ocasiones. Al principio se especializó en la teoría de números, pero después empezó a trabajar en la teoría de las ondículas.
Después, cambió de disciplina de nuevo y comenzó a investigar las matemáticas de los fluidos. «Durante mi carrera profesional he tratado de cruzar fronteras de forma obsesiva», ha dicho Meyer.
El momento clave que hizo que Meyer cambiara la teoría de números por las ondículas ocurrió en la cola de una fotocopiadora. En una entrevista publicada en el boletín de la Sociedad Europea de Matemáticas, el investigador explicó que todo ocurrió de una forma «bastante extraña».
Epifanía junto a una fotocopiadora
En la entrevista recordó la etapa en la que trabajaba como profesor en la «École polytechnique». Entonces, los investigadores debían compartir una sola fotocopiadora y frecuentemente tenían que esperar a que el investigador Jean Lascoux terminara de usarla, porque tenía la costumbre de copiar todos los trabajos que recibía.
«Si necesitabas usar la fotocopiadora, tenías que esperar a que hubiera acabado. Pero esto nunca me irritó, sino que me sentía feliz de charlar con Jean durante la media hora que empleaba para realizar todas sus copias», explicó Yves Meyer.
Un día, Lascoux le dijo: «Yves, estoy seguro de que este artículo te resultará interesante». Se trataba de un artículo sobre ondículas. Muy impresionado después de leerlo, Meyer cogió «el primer tren a Marsella» y fue a ver a los autores del estudio, los investigadores Ingrid Daubechies, Alex Grossmann y Jean Morle. «Fue como un cuento de hadas. Esto pasó en 1984. Me enamoré del procesamiento de señales. Sentí que por fin había encontrado mi hogar». Y así, gracias a esta casualidad, Meyer ha sido finalmente reconocido con el importante premio Abel.
El «Nobel de las matemáticas»
El premio Abel se denomina así en recuerdo del matemático noruego Niels Henrik Abel (1802-1829), y fue establecido por el Parlamento noruego en 2002. Reconoce contribuciones de «extraordinaria profundidad e influencia en las ciencias matemáticas», y ha sido entregado desde 2003.
El Comité Abel es el encargado de elegir cada año al ganador y está compuesto por cinco matemáticos reconocidos internacionalmente. En la actualidad, estos matemáticos son John Rognes, Marta Sanz-Solé, Luigi Ambrosio, Marie-France Vignéras y Ben J. Green.
Meyer sucede en el palmarés del premio al británico Andrew J. Wiles, galardonado el año pasado por su demostración del último teorema de Fermat, que retó a los matemáticos durante más de tres siglos.
http://www.abc.es/ciencia/abci-premio-abel-yves-meyer-gana-nobel-matematicas-convertir-imagenes-y-sonidos-numeros-201703211901_noticia.html
Un hallazgo casual en una fotocopiadora culmina con el ‘nobel’ de las matemáticas
El francés Yves Meyer gana el premio Abel por desarrollar una técnica que permite ver cine digital
Un dia de 1984, el matemático Yves Meyer se encontraba en la cola de la fotocopiadora en la Escuela Politécnica de Palaiseau, cerca de París. Uno de sus colegas de edificio, un físico, estaba imprimiendo un estudio sobre una nueva técnica para descomponer las señales sísmicas complejas registradas en los terremotos. Meyer se quedó fascinado. Cogió el primer tren a Marsella para conocer a sus autores. Hoy, aquella técnica, la teoría de las ondículas, es una de las aportaciones matemáticas que más ha transformado la sociedad: permite desmontar imágenes y sonidos en paquetes de información más sencillos que facilitan su manejo. Gracias a las ondículas podemos ver nuestro páncreas en un hospital, disfrutar de una película digital o comprimir nuestras fotografías de las vacaciones en formato JPEG-2000. Y, por desarrollar esta teoría, Yves Meyer ha ganado hoy el premio Abel, dotado con 675.000 euros y considerado el Nobel de las matemáticas.
Meyer nació en 1939 y se crió en el Túnez colonial francés. Aquello marcó su carácter a la hora de investigar. “De niño, me obsesionaba el deseo de traspasar las fronteras entre los diferentes grupos étnicos”, afirmó en una entrevista en 2011. Cuando se encontró en la fotocopiadora con la teoría de las ondículas, él era un matemático de 43 años experto en teoría de números, pero decidió saltar de disciplina. En aquel primer viaje a Marsella, conoció a Ingrid Daubechies, Alex Grossmann y Jean Morlet, tres de los pioneros de las ondículas. “Fue como un cuento de hadas. Sentí que por fin había encontrado mi hogar”, explicaba Meyer.
La Academia Noruega de Ciencias y Letras, que concede el premio Abel, aplaude en un comunicado el “papel clave [de Meyer] en el desarrollo de la teoría matemática de las ondículas”. El investigador francés combinó los estudios fundacionales observados en la fotocopiadora con el trabajo del matemático argentino Alberto Calderón, pionero del análisis armónico. “Se sintió fascinado por esta relación inesperada entre teorías de naturaleza tan diversa. A mediados [de la década de 1980] dio forma a esta interconexión, dando una visión unificada de la teoría”, destaca en un comunicado el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), en Madrid, donde Meyer fue miembro del comité científico.
El trabajo de Meyer fue clave en la reciente detección de las ondas gravitacionales
El matemático francés, profesor emérito de la Universidad París-Saclay, hace un llamamiento a los grandes expertos de cualquier disciplina para cambiar de campo de investigación una vez que han agotado el suyo. “Yo no soy más listo que mis colegas con carreras más estables”, señala. “Siempre he sido un nómada, intelectual e institucionalmente”, remata.
Sus avances en la teoría de las ondículas también permiten la eliminación de ruido en señales complejas. Por ejemplo, en 2015, el trabajo de Meyer fue clave en la detección por primera vez de las ondas gravitacionales predichas por el físico Albert Einstein un siglo antes. El experimento LIGO, llevado a cabo por dos observatorios en EE UU, fue capaz de captar la deformación del espacio y el tiempo provocada por una onda gravitacional formada por el choque de dos agujeros negros hace 1.300 millones de años. El próximo 23 de mayo, Meyer recibirá el premio Abel en una ceremonia con el rey Harald de Noruega
http://elpais.com/elpais/2017/03/21/ciencia/1490102988_761922.html
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