Neurodesarrollo en niños prematuros
https://jralonso.es/2017/08/23/neurodesarrollo-en-ninos-prematuros/
El
encéfalo es un órgano plástico, muy sensible a distintas condiciones
ambientales. Una de ellas, a la que a veces no prestamos la atención
debida, son los nacimientos prematuros. Nacer antes de la 37ª semana de
gestación genera complicaciones inmediatas y en el largo plazo. Entre
los posibles problemas están las dificultades para respirar (apnea de
los prematuros), que pueden afectar a la disponibilidad de oxígeno en el
tejido nervioso en formación (encefalopatía hipóxica-isquémica),
problemas gastrointestinales que afectan a la alimentación tras el
parto, el incremento de las parálisis cerebrales y daños en el oído y en
la vista que pueden generar un déficit sensorial a lo largo de toda la vida.
Los nacimientos prematuros son abundantes, entre un 6 y un 12 %
dependiendo del país. En España, según la Encuesta Nacional de
Mortalidad Perinatal, es entre el 6,4 y el 7 %, con un aumento del 36 %
entre 1996 y 2012. A nivel mundial nacen unos 15 millones de niños
prematuros cada año. En la gran mayoría el parto tiene lugar con entre
32 y 37 semanas de gestación, pero hay 1,6 millones que nacen entre 28 y
32 semanas y unos 780.000 prematuros extremos, con menos de 28 semanas
de gestación. A pesar de los enormes avances conseguidos, los
nacimientos prematuros son la principal causa de mortalidad neonatal en
los países desarrollados.
Entre
los que sobreviven, algunos se desarrollan con normalidad pero de
aquellos nacidos con entre 22 y 25 semanas, el límite de la viabilidad,
el 46% tienen discapacidad de moderada a grave, tales como parálisis
cerebral, pérdida de visión o de oído y problemas de aprendizaje, un 34 %
tienen una discapacidad leve y el 20 % no presentan discapacidad. La
parálisis cerebral, por ejemplo, afecta a un 1-2 % de los niños nacidos a
término, al 9 % de los nacidos con menos de 32 semanas y al 18 % de los
nacidos a las 26 semanas. La gran mayoría de los prematuros que tienen
problemas en el neurodesarrollo al nacer muestran también problemas en
la etapa escolar y en la vida adulta. Curiosamente las personas que
fueron prematuros presentan algunas diferencias en su forma de vida:
asumen menos riesgos, fuman menos, beben menos y es menos frecuente un
inicio temprano de la actividad sexual.
Los bebés prematuros muchas veces presentan retrasos en el desarrollo
cognitivo, que suelen tener consecuencias en su rendimiento educativo;
incluso los niños prematuros aparentemente sanos tienen peores
resultados académicos, en particular en matemáticas. Los niños que nacen
antes de tiempo tienen a menudo dificultades en la escuela, les cuesta
mantener la atención, presentan con mayor frecuencia problemas de
aprendizaje y muestran retrasos significativos en el control de las
habilidades motoras finas y gruesas, en comparación con los niños
nacidos a término. ¿Somos conscientes de si eso puede ser la razón de
algunas dificultades en algunos de nuestros alumnos? Las dificultades
motoras encajan con la presencia de problemas cerebelares pues se ha
visto un desarrollo menor, o hipoplasia del cerebelo, en prematuros
supervivientes en la adolescencia y la vida adulta. El
cerebelo es la parte del encéfalo que se encarga de la coordinación de
movimientos y del equilibrio. Este menor desarrollo del cerebelo puede
deberse a anomalías cromosómicas o genéticas, pero es más probable que
refleje un daño microscópico debido a las alteraciones en el desarrollo
por el nacimiento adelantado.
¿Y qué hay de diferente en el cerebro de los niños prematuros? Unos
vasos sanguíneos inmaduros y frágiles tienen que hacer un mayor esfuerzo
para llevar al tejido nervioso el oxígeno necesario para el desarrollo
normal. El pulmón no funciona bien, no contiene suficiente surfactante
pulmonar, y el oxígeno es un bien escaso. A veces un vaso se rompe y
genera una hemorragia que destruye áreas importantes de la sustancia
blanca y causa una parálisis cerebral, pero tiene que haber cambios más
sutiles que apenas conocemos. Se cree que un factor determinante es su
medio diferente: el niño debería estar en el ambiente caliente, líquido,
oscuro y protegido del útero y, en cambio, recibe señales ambientales
anómalas que afectan a cómo las neuronas se organizan en circuitos.
Frente a lo que sería su desarrollo normal, ahora experimenta la
gravedad y la información visual entra con una fuerza antes desconocida.
También es muy posible que influyan los contundentes procedimientos
médicos que luchan por mantenerle vivo.
El resultado es que las redes neuronales están alteradas y los
tractos nerviosos están organizados con menor eficacia, con vías con más
meandros frente a las conexiones directas de los niños nacidos a
término. Esas conexiones curvadas se correlacionan con una caída en las
habilidades cognitivas y sociales. También se ha visto que el cerebro en
reposo muestra alteraciones y que la actividad de ese estado tiende a
ser más simple y más reducida que la equivalente en niños nacidos a
término. Otro estudio ha mostrado que esta menor complejidad de la
conectividad del estado de reposo se mantiene en la vida adulta.
Un estudio reciente del grupo de Catherine Limperopoulos ha
encontrado que los bebés prematuros tienen un perfil metabólico alterado
en el cerebelo. Limperopoulos
y su grupo han utilizado un tipo de resonancia magnética llamado
espectroscopia de resonancia magnética de protones para estudiar las
asociaciones entere los perfiles metabólicos, la topografía de daño
cerebral, la gravedad del daño y las complicaciones clínicas
relacionadas con el nacimiento prematuro. Compararon 52 bebés prematuros
nacidos a las 32 semanas de gestación o antes con 61 controles sanos
nacidos a término. Los prematuros los estudiaron cuando hubieran tenido
entre 39 y 41 semanas de gestación; es decir, cuando les correspondía su
parto.
Los niños nacidos antes de plazo mostraban niveles significativamente
más bajos de N-acetil aspartato, una molécula que se encuentra en altas
concentraciones exclusivamente en las neuronas del cerebro y que se
utiliza como biomarcador de la pérdida neuronal. También encontraron
concentraciones significativamente más altas de colina, un marcador
celular del recambio de membranas y de su integridad. Por otro lado, las
concentraciones de creatina, un marcador de los niveles de
almacenamiento de energía en la célula, eran similares entre ambos
grupos de bebés pero los investigadores vieron que los que presentaban
lesiones cerebrales, algo que afectaba al 35 % de los prematuros y a
ninguno de los nacidos a término, presentaban concentraciones bajas de
creatina, colina y N-acetil aspartato. Del mismo modo los que habían
sufrido una infección también presentaban alteraciones metabólicas en el
cerebelo con una relación inversa con la creatina y el N-acetil
aspartato. Limperopoulos ha dicho que “parece existir un importante
vínculo en el desarrollo entre el cerebro y el cerebelo. Hemos
encontrado que las cada estructura modula el crecimiento y desarrollo de
la otra. La forma en la que el cerebro forma conexiones entre
estructuras puede ser tan importante como el propio daño”. Su objetivo
es entender qué pasa con el tiempo. La forma en la que el encéfalo se
adapta y se reorganiza tras el daño puede ser el mejor indicador de cómo
evolucionará ese niño.
Estos
estudios son interesantes porque el cerebelo no es tan estudiado como
el cerebro y pueden darnos pistas de qué es lo que está sucediendo en
los bebés prematuros en situaciones que limitan frecuentemente sus
posibilidades de futuro. Las diferencias encontradas sugieren que hay
cambios importantes a nivel bioquímico, lo que abre la puerta a la
identificación de dianas terapéuticas. Un estudio clínico ha mostrado
que los niños prematuros tratados con eritropoyetina, la molécula que
favorece la producción de glóbulos rojos y que es famosa como agente
dopante, mejora los resultados neurológicos de estos bebés en el corto
plazo. Necesitamos saber más. En Francia el programa EPIPAGE2 ha
reclutado más de 4.200 niños prematuros y otro estudio similar en
Inglaterra está realizando escáneres cerebrales y recogiendo muestras de
sangre desde que nacen hasta que cumplen dos años. La idea es
identificar factores protectores o factores que incrementan el riesgo de
alteraciones en el neurodesarrollo. Los resultados preliminares
sugieren que hay algunos genes, en particular varios asociados con el
metabolismo de los lípidos, cruciales para el desarrollo de la sustancia
blanca, que pueden modificar el riesgo de una alteración cerebral.
Tener identificado un perfil genético que confiere una resistencia
particular puede ser también un camino a la esperanza.
Los cuerpos de los bebés prematuros muestran una habilidad llamativa
para alcanzar a los que completaron normalmente su embarazo, en términos
de peso y altura. Ahora nos damos cuenta que el sistema nervioso, tan
complejo y frágil puede mostrar daños significativos pero poco visibles.
Es necesario ver cómo mejorar el neurodesarrollo de estos niños
prematuros para evitar los déficits en el largo plazo. Como mensaje de
aliento entre los prematuros famosos están Isaac Newton, Albert
Einstein, Winston Churchill, Anna Pavlova y mi querido Stevie Wonder.
Para leer más:
- Abbot A (2015) Neurocience: The brain, interrumpted. Nature 518: 24–26. http://www.nature.com/news/neuroscience-the-brain-interrupted-1.16831
- Brossard-Racine M, Murnick J, Bouyssi-Kobar M, Coulombe J, Taeun Chang T, Limperopoulos C (2017) Altered Cerebellar Biochemical Profiles in Infants Born Prematurely. Scientific Reports 7: 8143.
- Nota de prensa (2013) Preterm Babies at Risk for Later Cognitive Difficulties. https://health.ucsd.edu/news/releases/pages/2013-08-14-preterm-babies-and-brain-development.aspx
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