Los dos estudios centran el origen en la sección donde se vendían animales silvestres vivos
Unidas
las dos investigaciones, sus resultados suponen una importante andanada
sobre los orígenes de esta crisis sanitaria global que en poco más de
dos años se ha cobrado casi seis millones de vidas y contagiado a unos
400 millones de personas a escala mundial.
Cómo
y dónde se inició esta enfermedad se convirtió en la primera
instrumentalización política de la covid en Estados Unidos, a la que
luego acompañarían el uso de las mascarillas y de las vacunas.
El
país con más cantidad de inmunógenos, y más fácil acceso, tiene el
trágico peaje de ser el que dispone de más difuntos, una cifra que se
aproxima al millón.
La
hipótesis de que el origen se debió a la transmisión de los animales a
los humanos es la primera que se ofreció, y el mercado de Huanan se
convirtió en el sospechoso número uno.
A pesar de los resultados, ya hay quien sostiene que los datos no son concluyentes
Hubo
científicos que objetaron de esa hipótesis ante la falta de pruebas.
Zarandeado por el coronavirus, errático en la respuesta e incapaz de
aceptar la dimensión del asunto, el entonces presidente, Donald Trump,
estigmatizó la cuestión aludiendo siempre al “virus chino”. Y dio pábulo
a la idea surgida en la extrema derecha de que, en realidad, el virus
era una creación del régimen de Pekín para sembrar el caos internacional
en su propio beneficio.
Ante
la ausencia de unanimidad en la comunidad médica, poco a poco la bola
se hizo más grande. Después del cambio de inquilino en la Casa Blanca,
el presidente Joe Biden ordenó a los servicios de inteligencia en mayo
del 2021 que realizaran una indagación para tratar de resolver las
incógnitas.
Sin éxito. Los resultados se hicieron públicos a finales de agosto y la conclusión fue que no había conclusión.
Las
agencias de inteligencia se mostraron divididas sobre si el inicio fue
accidental en un laboratorio o procedió de animales. Sí se despejó la
incógnita de que en ningún caso el coronavirus se desarrolló como un
arma biológica y que había muy pocas probabilidades de que hubiera sido
manipulado genéticamente.
Las dudas sobre el origen propiciaron una investigación de la inteligencia de EE.UU. que acabó sin éxito
Sin
embargo, en la CNN, Worobey utilizó la expresión tenística de “juego,
set y partido” para señalar la derrota de esa teoría. “Ya no es algo que
tenga sentido imaginar que empezó de otra manera”, dijo sobre una
transmisión de animales a humanos, como remarcan estos dos estudios. Uno
indica que, a partir del análisis del espacio, se determinó que los
primeros casos de covid se centraron en ese establecimiento de Wuhan.
Los
investigadores también remarcan que muestras ambientales que dieron
positivo para el virus (SARS-CoV-2) estaban fuertemente asociadas a
vendedores de animales vivos.
El
otro trabajo explica que los dos linajes virales principales fueron el
resultado de al menos otros tantos momentos en que el virus cruzó de las
especies animales a los humanos. Todo apunta que una primera
transmisión se produjo a finales de noviembre o principios de diciembre
del 2019. Según los autores del informe, el otro linaje probablemente se
introdujo a las pocas semana del anterior.
Varios
de los científicos implicados en estas nuevas investigaciones estaban
detrás de un artículo publicado el pasado verano en el que expresaron su
casi total certeza de que se originó en animales vivos en este mercado.
Los dos nuevos trabajos proveen un nivel más alto en ese sentido y
ofrecen pruebas mucho más contundentes de la zoonosis de la pandemia.
El meollo del asunto reside en que no existen pruebas directas sobre el mercado de Wuhan
Worobey
se sirve de la metáfora de los fuegos artificiales disparados en ese
mercado como punto de arranque. La mecha prendió a finales del 2019, y
los positivos iniciales se detectaron en ese entorno. Luego la
pirotecnia tuvo su traca diferida en enero o febrero del 2020, momento
en que se descubrieron enfermos en barrios del vecindario antes de que
se propagara por Wuhan.
Las
autoridades chinas decretaron el cierre del mercado, y la policía
ejecutó la orden el 1 de enero del 2020. Con independencia de que esas
personas trabajaran ahí o no, los estudios establecen vínculos en cuanto
a que los que no eran empleados visitaron el mercado o tenían alguna
relación con comerciantes. Y, de manera específica, en los casos
epidemiológicamente unidos al establecimiento, la mayoría se focalizaron
en la sección de mamíferos vivos.
A
medida que el coronavirus se extendió, la hipótesis del mercado de
Huanan se debilitó. Pero los investigadores que lidera Worobey, mediante
datos recogidos por científicos chinos, han creado mapas de afectación
que para ellos no ofrecen dudas. “Existen unas fuertes pruebas
estadísticas de que esto no es una coincidencia”, subrayó.
¿Fin
del asunto? Pues no. Científicos que dudan de avalar la hipótesis del
mercado aseguraron que siguen sin estar convencidos. Consideraron que
puede ser verdad, tras leer estos informes, pero dudaron de la calidad
de los datos, por la ausencia de pruebas directas, y cuestionaron que
sea suficiente para descartar que otras posibilidades son falsas.
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