Mi cuerpo emite radiaciones electromagnéticas. Y el tuyo también
Sí, mi cuerpo emite radiaciones
electromagnéticas de muchos tipos. Cuando estoy a oscuras, menos, pero
cuando me da el sol emite de lo más grande. Y esto que me pasa a mí, te
pasa a ti, le pasa a todos y le pasa a todo, lo que se menea y lo que no
se menea. Incluso el aire que respiramos las emite. Sigue leyendo y si
no sabías esto, te vas a quedar de piedra.
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Las afirmaciones anteriores a muchos les parecerán increíbles. E incluso algunos pensarán “¡claro, con tanta wifi, tanto móvil y tanto microondas por ahí, estamos contaminados…!”
No. No estamos contaminados.
Es que simplemente formamos parte de la Naturaleza, del Universo, y
estamos hechos de materia y la materia por su propia naturaleza emite
constantemente radiaciones electromagnéticas.
Los árboles, los pájaros, el mar,
las montañas, los edificios, nuestros propios cuerpos, son materia y,
como tal, emiten energía en forma de radiación electromagnética.
El tipo de radiación depende de la temperatura: si la temperatura es
muy elevada, como la que existe dentro de una estrella, la radiación es
lógicamente muy energética como los rayos gamma, los rayos x, la
radiación ultravioleta y la radiación visible. Si la temperatura es
baja, se emiten radiaciones del tipo infrarrojo, microondas, radio y
televisión. Además de emitir radiación debido a su temperatura, los
cuerpos también pueden reflejar la que les viene de otros cuerpos e incluso absorberla.
Si desconocías esto y te resulta raro lo
que estás leyendo… pues, qué quieres que te diga, esto es lo que hay. Mi
cuerpo emite radiaciones electromagnéticas. Y el tuyo, no vas a ser la
excepción, también.
Vamos a centrar esto, aclaremos términos y nos vamos entendiendo.
La radiación electromagnética es luz
Así de contundente y de directo. Las radiaciones electromagnéticas no son más que luz y solo eso. Y los distintos tipos de estas radiaciones son diferentes variedades de luz.
Los rayos ultravioleta son luz. La
radiación de microondas, en la que se incluye por ejemplo la wifi y los
móviles, son luz. Las ondas de radio y TV son también luz y solo luz. Lo
que ocurre es que estos dos ejemplos son ejemplos de tipos de luz que
nuestros ojos no son capaces de “ver”, pero no por eso
dejan de ser luz. Y de todos los tipos de luz que existen, nuestros ojos
solo son capaces de percibir la denominada radiación electromagnética
“visible”, llamada así precisamente porque “se ve”. De cajón el nombre.
La luz, la radiación electromagnética, es también energía. Es la energía más universal de todas. Y al decir universal, es literalmente eso, la más abundante en el Universo.
El Universo en esencia no es más que energía en forma de campos
gravitatorios (la masa) y energía en forma de campos electromagnéticos
(la luz).
Así, por ejemplo, nuestro sol está
constituido por materia que aporta la masa y crea su campo gravitatorio
correspondiente, y por luz que irradia en todas las direcciones del
espacio.
Nuestros cuerpos, el mío, el tuyo, están
formados por materia, con su masa y campo gravitatorio correspondiente,
muy pequeñito dicho sea de paso, y la luz que irradiamos, la mayoría en
la zona del infrarrojo y las microondas. Esta radiación electromagnética
no se ve pero se “siente” en la piel con una sensación que se denomina estar “caliente”.
El calor que todos desprendemos y que si no nos abrigamos bien nos
dejaría helados si el ambiente exterior es frío, es esa radiación
electromagnética que todos emitimos. Hay que decir también que parte del
calor corporal, además del perdido por emisión de radiaciones
electromagnéticas, se pierde también por otros dos mecanismos que se
denominan conducción y convección.
¿Cómo se genera esa radiación electromagnética en nuestro cuerpo?
Nuestro cuerpo es materia. Está
constituido por moléculas y éstas por átomos, y los átomos están
constituidos por partículas (masa) que están eléctricamente cargadas en
algunos de sus tipos, como es el caso de los electrones. Las moléculas
están vibrando constantemente, los enlaces entre los átomos de las
moléculas también vibran, y a su vez los electrones se mueven y vibran
también. En conjunto podemos decir que la materia de nuestro cuerpo está
constituida por campos gravitatorios (que son muy débiles, más otras
fuerzas dentro de los núcleos que las hay también fuertes y débiles) y cargas eléctricas en continuo movimiento.
Las cargas eléctricas en
movimiento crean a su vez campos magnéticos, y tanto electricidad como
magnetismo se asocian entre sí generando campos electromagnéticos.
Esos campos electromagnéticos son energía, y como la energía tiende a
disiparse desde donde hay más hacia donde hay menos, provoca que esa
energía se irradie hacia el exterior de los átomos, de
las moléculas, que constituyen nuestro cuerpo y toda la materia en
general, en forma de radiación electromagnética, en forma de luz. Esa
forma de energía así irradiada, procedente de los electrones en
movimiento y de las vibraciones y agitaciones de las moléculas y de sus
enlaces, no tiene masa (no genera campos gravitatorios, porque no lo
son), pero se difunde al exterior en forma de ondas electromagnéticas
que portan “paquetitos de energía” o quantos. Esas ondas que portan
quantos de energía se denominan también fotones y son simplemente luz.
La temperatura, el estar “caliente”, no es más que la manifestación macroscópica, medible con un termómetro por ejemplo, de la continua agitación de las moléculas y átomos de la materia, de su energía cinética.
Por eso, si la radiación electromagnética que se emite al exterior
procede de los movimientos de las partículas de la materia, y esa
vibración se manifiesta macroscópicamente por lo que se denomina
temperatura, está claro que cuanto “más caliente” esté un cuerpo más
radiación electromagnética (luz) emita. Y esta es una ley
general del Universo: La energía en forma de “paquetitos” o quantos de
la radiación electromagnética que emite un cuerpo es proporcional a su
temperatura. Cuanto más caliente, se emite luz más energética; cuanto más frío, se emite luz menos energética.
Figura 5.- Las moléculas de nuestro cuerpo y de todo lo que nos rodea a la temperatura ambiente tienen sus enlaces atómicos en continuo movimiento. Ello provoca que nuestros cuerpos emitan ondas electromagnéticas (luz) en la franja del infrarrojo. Las figuras 1 y 3 son el resultado de estos movimientos de los enlaces.
Entonces si nuestro cuerpo emite
continuamente luz y pierde energía, con el tiempo nos quedaríamos
helados. Es cierto, pero al final no “llega la sangre al río”. Me
explico. Cuando comemos, transformamos la energía química contenida en
los alimentos (las “calorías que tienen”) en energía corporal, que se
manifiesta macroscópicamente por la temperatura, de tal manera que nunca
terminamos de enfriarnos. Además, igual que nosotros irradiamos luz hacia el exterior, lo que nos rodea irradia luz hacia nosotros,
produciéndose un equilibrio y siempre mantenemos una temperatura
constante. También nos llega energía al cuerpo por conducción y por
convección, aunque también la podemos perder, depende de si el exterior
tiene más temperatura o menos que nosotros.
¿Cuánta radiación electromagnética emite nuestro cuerpo?
Como la emisión de radiación
electromagnética depende de la temperatura y en todos los seres humanos
es de unos 37 ºC, la cantidad que emite cada persona depende de su área
corporal. Este área depende de la altura y el peso pero se suele tomar
un valor “normal” de 1,7 metros cuadrados. Como no sólo emiten nuestros
cuerpos radiación sino todo lo material que nos rodea que nos envía su
radiación sobre nosotros, hay que considerar que hay un balance neto
entre lo emitido y lo recibido, y eso depende de la temperatura
ambiental. La energía neta que finalmente se emite viene dada por la Ley de Stefan-Boltzmann:
Donde la letra Q mayúscula con el puntito
arriba representa la energía por unidad de tiempo que se emite, es
decir, la potencia en watios. La letra épsilon, ε, representa la
emisividad, un valor que oscila entre 0 y 1 y que para la piel humana es
de 0’98. F es el factor de visión, es decir lo que “se ven” dos cuerpos
que se emiten entre sí, y que para un cuerpo humano rodeado por su
ambiente vale 1 (ambiente y cuerpo se ven al 100%). La letra sigma, σ,
es la constante de Boltzmann (5’6704·10-8 w/m2K4)
que es de carácter universal, de las pocas que existen, al estilo de la
constante de la gravitación universal, la de los gases perfectos y
algunas más. De aquí se aprecia por tanto la universalidad de esta ley.
Por último T1 y T2 son las temperaturas de los cuerpos que se re-emiten entre sí radiación electromagnética.
Por tanto si el cuerpo humano está a una temperatura T1 = 37 ºC que equivalen a 310 kelvin y el ambiente está a T2
= 25 ºC que equivalen a 298 kelvin, y sustituyendo los valores del
resto de variables, la energía electromagnética en watios que un cuerpo
humano de área corporal “normal” emite por radiación de forma neta al
medio ambiente es de:
Qrad = 0’98·1·5’6704·10-8·1’7·(3104-2984) = 153 watios
Redondeando, una persona “normal” emite a 25 ºC una potencia de radiación electromagnética de unos 150 watios.
Precisamente aprovechando esta propiedad
de que emitimos radiación electromagnética como una función
perfectamente conocida y descrita con una elevadísima precisión, hoy día
se comercializan termómetros, denominados de infrarrojos, que precisamente miden esa radiación que emitimos para saber nuestra temperatura corporal.
También se usa para determinar temperaturas de cualquier cosa sin
necesidad incluso de tocarla, solo acercando el termómetro de
infrarrojos a cierta distancia.
¿Qué emite más radiación electromagnética, un cuerpo humano o un teléfono móvil?
Sin duda un cuerpo humano emite más radiación electromagnética que un móvil y mucho más que una wifi.
En cambio un horno microondas normal con la puerta abierta y
funcionando a máxima potencia es tan “potente” como 5 ó 6 personas
juntas. Es decir, en una habitación donde haya una reunión de amigos y/o
familiares éstos producen tanta o más radiación que el microondas de la
cocina.
Pongamos números:
- Un teléfono móvil emite radiación con una potencia del orden de 0’125 watios
- Una wifi en el hogar emite con una potencia del orden de 0’05 watios
- Un horno microondas funcionando con la puerta abierta emite unos 800 watios
- Un horno microondas funcionando con la puerta cerrada emite 0 watios (sí, cero watios, todo se queda dentro del horno y por eso se calienta la comida porque mueve las moléculas en una “danza” como las de la figura 6)
- Un cuerpo humano “normal” emite unos 150 watios.
¿Son peligrosos los móviles y las wifis?
Llegado a este punto sabemos que:
- Todo lo que nos rodea emite radiaciones electromagnéticas, luz, porque todo está más o menos caliente (aunque no la vea nuestros ojos),
- que la naturaleza de la radiación que emite un aparato electrónico de los nombrados es la misma que la que emite una persona por el solo hecho de estar a 37ºC
- Que hay que juntar muchos móviles y muchas wifis funcionando para que alcancen la potencia de una persona
Por tanto, si lo que emite un
móvil o una wifi es la luz no visible de la misma naturaleza que la luz
no visible que emiten las personas, se deduce, se comprende, se palpa,
se ve, que ni los móviles ni las wifis pueden ser peligrosos. No lo son.
Si alguien te dice que dicen por ahí de
que los móviles y las wifis son muy peligrosos para la salud, que
producen cáncer… ¿es que se equivocan? Sí, están muy equivocados, pero
por desconocimiento, no todos nacemos “aprendidos”. En cambio otras
personas no lo dicen por desconocimiento sino por ideología y/o negocio para engañar a incautos. Estos sí son peligrosos, más que un millón de móviles y wifis juntos.
¿Y las antenas de telefonía son peligrosas?
Los móviles tienen como hemos visto muy
poca potencia, pero las antenas sí son muy potentes ¿Serán peligrosas?
Tampoco son peligrosas ya que la energía electromagnética disminuye de
forma inversamente proporcional al cuadrado de la distancia.
Si te pones justo enfrente de una antena
de telefonía en funcionamiento, literalmente tocándola, no debajo, sino
subido en lo alto de la torre, donde emite, se nota calor (el efecto de
la figura 6), aunque menos calor que ponerse delante de una llama, pero
calor. Un exceso de calor sí podría llegar a quemar la piel y ese sería
el daño que te produciría. Pero en cambio si te pones debajo de la
antena o más alejado, ese “calor” debido a las microondas que es el
rango de la radiación de la telefonía móvil, se “diluye” enseguida con
la distancia y baja a cifras bajísimas inferiores por término medio a 0’00000001 watios por cada centímetro cuadrado.
Si una persona como hemos visto más arriba tiene una superficie media
de piel de 1,7 metros cuadrados, equivalente a 17000 centímetros
cuadrado, la potencia que le llega sería:
0’00000001 w/cm2 · 17000 cm2 = 0’00017 watios
cifra ridícula cuando nuestros propios cuerpos emiten por sí solos unos 150 watios de radiación electromagnética. Uno
recibe casi 1 millón de veces más radiación electromagnética de alguien
que te abraza (notas su calor, por conducción y por radiación), que la
radiación que te llega de una antena de telefonía (no notas calor porque
la energía es ridícula)
Para más información en profundidad, recomiendo este estudio titulado
“Preguntas y respuestas sobre antenas de telefonía móvil” publicado en
la web de ARP Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.
¿Existe la enfermedad denominada electrosensibilidad?
Existe pero como enfermedad psiquiátrica.
Son personas que se creen que las radiaciones electromagnéticas de los
móviles, de las antenas y de las wifis les producen daños físicos de muy
diversa naturaleza. Ellos lo sienten así, y les duele la cabeza,
sienten tristeza, cansancio, irritabilidad y un número largo de síntomas
propios de muchos trastornos psicológicos que producen somatización.
Su ignorancia, porque entre otras cosas
es eso, ignorancia, y a la vez una predisposición psicológica a pensar
que eso externo y extraño les daña, es lo que les produce esos síntomas.
Como en muchos trastornos psicológicos los pacientes no aceptan que se
les diga que tienen un problema en su mente y en el caso de los que se
autodenominan “electrosensibles” hasta se asocian para presionar a las
autoridades para que las ciudades “queden libres de radiaciones
electromagnéticas”. Eso es tan absurdo como decir que quieren que
desaparezca el Universo, porque la esencia de todo lo que nos rodea, de
todo el universo, es la radiación electromagnética que emana de la
materia por el hecho de tener temperatura: Ley de Boltzmann.
¿Pero alguna radiación electromagnética habrá que sea dañina?
Sí las hay, las muy energéticas procedentes de fuentes extremadamente calientes. Tienen muy alta frecuencia y muy baja longitud de onda y son capaces de ionizar los átomos
(el efecto que se muestra en la figura 4). Estas radiaciones son las
ultravioleta (que nos llega del sol que está a una temperatura muy
elevada), los rayos x y los rayos gamma. Estas radiaciones hacen saltar
los electrones de los átomos (ionizan) provocando la ruptura de los
enlaces que conforman las moléculas y transformando la materia.
En cambio los infrarrojos, las microondas
y las ondas de radio y TV no son capaces de romper enlaces y como mucho
agitan las moléculas tal como se muestra en la figura 5 y en la figura
6. La materia no se transforma y si no se transforma no se produce daño.
Fuentes
http://www.ineffableisland.com/2010/07/infrared-cameras-make-road-traffic.htmlhttps://es.wikipedia.org/wiki/Radiaci%C3%B3n_infrarrojah
ttps://www.facebook.com/photo.php?fbid=563145393879145&set=a.137648483095507.1073741828.100005510677382&type=3&theater
http://www.agroceleiro.com/sol-predomina-na-maioria-das-regioes-do-rs-no-decorrer-da-semana/
http://fisicabloqueiv.blogspot.com.es/http://rinconeducativo.org/contenidoextra/radiacio/2radiaciones_ionizantes_y_no_ionizantes.html
http://loveforbacteriology.blogspot.com.es/2015/03/glosario-de-espectrofotometria_22.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Espectroscopia_infrarroja
https://es.wikipedia.org/wiki/Din%C3%A1mica_qu%C3%ADmica
http://disglobal.co/index.php/termometros-/infrarojos
http://www.escepticos.es/node/1026
http://www.electrosensibilidad.es/
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