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jueves, 30 de julio de 2009

Como cambiar el mundo según el creador de google

¿En qué estás pensando en estos días?

Si le preguntas a un economista qué es lo que está impulsando el crecimiento de la economía, dirá que han sido los grandes avances en materias importantes, como la mecanización de la agricultura, la fabricación masiva, cosas de ese tipo. El problema es que nuestra sociedad no está organizada en torno a ello. Las personas no están trabajando en las cosas que podrían tener ese tipo de influencia. Nos olvidamos que realmente importa que no tenemos que transportar nuestra propia agua; no es muy divertido caminar kilómetros y kilómetros para tratar de conseguir agua para luego llevarla de nuevo hacia casa. Y nuestra habilidad para generar agua limpia y accesible está basada en tecnologías básicas. ¿Tenemos energía? ¿Podemos hacer cosas? Mi argumento es que la gente no está pensando de esa manera.

En lugar de ello, es como si fuéramos cautivos del mundo, y lo que pasa, pasa. Pero ése no es el caso en absoluto. Realmente es importante si la gente está trabajando en la generación de energía alternativa, la mejora de los transportes, hacer que Internet funcione mejor y cosas por el estilo. Y pequeños grupos de personas pueden generar un impacto realmente enorme.

¿Cómo podemos incrementar el número de personas que hacen ese trabajo?

Hay algunas barreras. Permítaseme dar un ejemplo: en 2004 hablamos acerca del perfil de riesgo con respecto a la realización de nuevas innovaciones. Dijimos que haríamos algunas cosas que tendrían sólo un 10% de posibilidades de generar mil millones de dólares a largo plazo. Pero no ponemos mucha gente en esas cosas; el 90% trabaja en otras cosas. Entonces no corremos un gran riesgo. Y muchas de nuestras nuevas características vienen de esas inversiones riesgosas.

Incluso cuando empezamos con Google, pensamos "podemos fallar", y casi lo hicimos. La razón por la que empezamos fue que Stanford dijo, "vuelvan y terminen sus doctorados si no tienen éxito". Probablemente esa sola decisión causó la existencia de Google. No estoy seguro de si lo hubiésemos hecho de otra manera.

Teníamos todo ese riesgo interno que acabábamos de inventar. No es que fuéramos a morir de hambre, o quedar desempleados, o no tener una buena vida, o lo que sea, pero uno tiene ese miedo a hacer algo nuevo y fracasar, lo cual es muy natural. Pero, para poder hacer cosas importantes, uno necesita superarlo.

¿Existen mecanismos que la sociedad, el gobierno o las empresas pueden poner en marcha para eso?

Absolutamente. Mira Silicon Valley, que ha sido el primer lugar en el mundo en hacer cosas por el estilo. Hay un montón de dinero disponible y un montón de personas animando a otras a correr riesgos. No sé que habríamos hecho si hubiéramos estado en un ambiente distinto.

Por un lado, estás diciendo que eso es un problema. Por el otro, que se está realizando.

No crea que sea así de blanco o negro. La pregunta es ¿cuántas personas están trabajando en cosas que pueden mover la economía o la calidad de vida de la gente?. Mira, cuarenta mil personas por año mueren en accidentes de tránsito en los Estados Unidos. ¿Quién va a hacer que ése número sea cero, o mucho más pequeño? Tenemos gente trabajando en eso.

¿Qué están haciendo?

Trabajando en autos automatizados. Se puede ver ya esa tecnología funcionando en algunos autos. Infiniti acaba de lanzar un coche que te devuelve a al camino si te sales del carril -lo cual es una gran fuente de accidentes-. Así que estamos salvando vidas, y la tecnología no es tan cara. Pero el número de gente queriendo trabajar en eso es muy, muy, muy reducido.

¿Por qué ocurre eso?

Honestamente, estoy un poco desconcertado. Pero mi propia experiencia dentro de Google me dice que es difícil hacer que la gente trabaje en ese tipo de cosas, por el riesgo personal que sienten que están corriendo. Además, no tienen el entrenamiento adecuado. Si dices que quieres automatizar un vehículo y salvar vidas, las habilidades que necesitas no te las enseña ninguna disciplina en particular. Lo sé; estaba interesado en trabajar en la automatización de los coches cuando era estudiante en 1995.

¿El problema es que la gente le tiene rechazo a los riesgos?

Esa es una parte del problema, pero pienso que puede ser superada con educación, ambientación e infraestructura. Mi experiencia es que cuando la gente intenta hacer cosas ambiciosas, se preocupan por fallar antes de comenzar. Pero emergen todo tipo de cosas interesantes que son de gran valor económico. Además, en esta clase de proyectos, trabajan con la mejor gente y pasan momentos muy interesantes. Realmente no están corriendo riesgos, pero así lo sienten.

Como una compañía pública, Ustedes tienen una obligación con los accionistas. ¿Cómo entra eso en juego cuando empiezan a designar recursos a proyectos especulativos?

En la práctica, eso no es problema. Yo he dicho a toda la empresa, en repetidas ocasiones, "Quiero que la gente trabaje en inteligencia artificial", para que al fin y al cabo cinco personas lo hicieran. ¿Sabes una cosa? Eso no tiene gastos importantes. Hay una razón por la que hablamos de "70/20/10", donde el 70% de nuestros recursos se gastan en nuestro negocio principal y el 10% va a parar a proyectos no relacionados, como la energía o lo que sea (el otro 20% se destina a proyectos adyacentes a la actividad principal). De hecho, es un desafío lograr usar ese 10%. La gente puede pensar que estamos desperdiciando el dinero, o lo que sea. Pero es de allí de donde vienen todas las cosas nuevas.

¿No es esto más fácil de hacer en un lugar como Google que, por ejemplo, en las compañías de Fortune 500?

Muchos dirigentes de grandes organizaciones, pienso, no creen que el cambio sea posible. Pero, si observas la Historia, ves que las cosas cambian, y si su negocio es estático, es muy probable que tengan problemas. Mira la industria automotriz: a los japoneses les costó convencer a la gente de que podían tener un coche fiable. Luego comenzaron a hacer los ciclos de producción más cortos y más cortos. En lugar de hacer un coche en cinco años, lo hacen en uno o dos años. Eso es un gran cambio.

Y después tenemos cosas como la Ley de Moore ("el número de trasistores en un chip se duplica cada dos años"). La gente cree que la Ley de Moore es una descripción de lo que está pasando. Pero en realidad es la Ley de Moore la que impulsa a la gente a hacer lo correcto. Todo el mundo se organizó alrededor de ella, haciendo las cosas mejores y más rápidamente.

Entonces, si hubiera Leyes de Moore aplicables a otras empresas o productos, ¿las personas se organizarían mejor para cumplir con ese objetivo?

Sí, sí. Diferentes cosas se resuelven por diferentes razones. Obviamente, no vas a obtener la Ley de Moore del rendimiento de los automóviles -no sólo estás manejando información-. Con los coches, tiene limitaciones físicas.

¿Tiene usted otros ejemplos donde el liderazgo innovador pueda marcar el rumbo?

Creo que en un montón de áreas. Puedes ser un poco detective y preguntar ¿cuáles son las industrias donde las cosas no han cambiado mucho en cincuenta años? Hemos estado buscando un poco de energía geotérmica. Y empiezas a pensar en ello, y dices: Bueno, un par de kilómetros en este lugar, o en casi cualquier otro lugar del mundo, son bastante calentitos. Hemos estado excavando por mucho tiempo, generalmente por petróleo -que es caro-. Si deseas trabajar con el calor, hay que hacer otro tipo de agujeros. La tecnología para la extracción de calor aún no ha sido desarrollada. Imagino que hay bastantes buenas probabilidades de que sea posible.

La energía termosolar es otra área en la que hemos estado trabajando. Los números son simplemente asombrosos. En el sur de California, o en Nevada, un día con una cantidad promedio de sol puede generar 800 megawatts en una milla cuadrada. Y 800 megawatts es en realidad muchísimo. Una central nuclear ronda los 2.000 megawatts.

La cantidad de tierra necesaria para abastecer de electricidad a todos los Estados Unidos sería de unas 100 millas cuadradas. Me dirás: "¿qué necesito para generar esa energía?" Puedes comprar células solares. El problema es que, al costo actual, necesitarías billones de dólares para generar tanta electricidad. Luego dirás: "bueno, ¿cuánto cuestan los espejos?" Y resulta que puedes comprar espejos y cubrir toda esa área por poco dinero. Por alguna razón, el mundo no está haciendo un buen trabajo en lograr que esas cosas sean posibles. Como sociedad, en el más amplio sentido, no estamos haciendo progresos razonables.

Entonces, ¿piensa Usted que la energía geotérmica y termosolar pueden solucionar nuestros problemas energéticos?

Sí, probablemente cualquiera de ellas pueda generar toda la energía que necesitamos. Pero no hay actualmente una disciplina para lograr esas cosas. Y, además, están el desinterés, el miedo al riesgo y la falta de creatividad. Como que todo eso conspira. También es una asunto de oportunidades, todo el mundo dice que Sam Walton estaba loco por construir grandes tiendas en pequeñas ciudades. Casi todo el mundo que haya tenido la idea de algo revolucionario, o algo salvajemente exitoso por primera vez, es tildado de demente.

¿De quién es la obligación de lograr que este tipo de cambios sucedan? ¿Es de Google, del gobierno, de Stanford, de Kleiner Perkins?

Creo que de todo cualquiera que se preocupe por avanzar en el mundo. Digamos que hay diez mil personas que trabajan en esas cosas. Si hacemos que sean cien mil, probablemente vamos a obtener diez veces más progresos.

Y luego lo comparas con el número de ingenieros de Exxon, Chevron y ConocoPhillips, quienes están tratando de exprimir la última gota de petróleo de algún lugar. Y todo el poder intelectual de la ciencia va a eso. Es totalmente desproporcionado en relación con el resultado que podrían obtener en otras áreas.

¿Qué clase de situación cree que es necesaria para impulsar este tipo de cambios?

Creo que necesitamos una enseñanza de la ingeniería donde se puedan evaluar las alternativas. Por ejemplo, las pilas de combustible son una manera razonable de hacerlo, ¿o no? Para ello, necesitamos una bonita educación en ingeniería, y ciencia en general, que no es lo que ocurre tradicionalmente. Así no es cómo se me formé. Yo me formé como ingeniero en informática. Entonces, yo entiendo cómo construir computadoras, cómo hacer programas. Pero aprendí por mi cuenta un montón de otras cosas. Si miras a la gente que tiene alto impacto en la sociedad, verás que ellos tienen un gran conocimiento general. No tienen realmente una educación particular en sentido estricto.

También se necesitan algunas habilidades de liderazgo. Usted no quiere ser Tesla. Fue uno de los más grandes inventores, pero esa es una triste, triste historia. Él no pudo comercializar nada, apenas pudo financiar su propia investigación. ¡Deberías parecerte más a Edison. Si inventas algo, eso no necesariamente ayuda a alguien. Hay que conseguir meterse en el mundo, hay que producir y ganar dinero haciéndolo para poder financiarlo.

¿Están ustedes conscientemente contratando gente que pueda hacer ese tipo de cosas?

Estas personas no existen realmente. No se puede contratar. Las personas suelen tener carreras donde permanecen en zonas bastante fijas.

Algunos de los inversores de riesgo se ven obligados a ser un poco más generales en la forma en que evalúan las cosas, y eso ha sido bueno. Pero todavía van mal. Mira la inversión de capital de riesgo en energía alternativa. Hay dos cosas que la causaron: el aumento del precio del petróleo y el calentamiento global. Principalmente el precio del petróleo.

Pero, piensa en ello. La mayoría del dinero va a las empresas que producen electricidad -y el precio de la electricidad se basa en el precio del carbón, que no ha cambiado-. Así que la pregunta es: ¿por qué no hicimos toda esta inversión hace diez años? Ese fue un gran error. Es más fácil si el petróleo es más caro, pero no es especialmente una buena razón para no haberlo hecho mucho antes.

¿Es usted más o menos optimista acerca del futuro de lo que era hace tres años?

Soy enormemente más optimista, porque ahora tenemos una conceptualización de los problemas que dan un cierto grado de sentido a un buen número de personas. Mira las cosas de las que nos preocupamos -la pobreza, el calentamiento global, las muertes por accidentes-. Y mira las cosas que hacen al nivel mínimo de felicidad de la gente -seguridad y oportunidad para sus hijos, además de cosas básicas como la salud y la vivienda-. Creo que nuestra capacidad para lograr estas cosas a gran escala, para muchas personas en el mundo, está mejorando.
Sergey Brin,
http://elnegociopropio.blogspot.com/2008/05/como-cambiar-el-mundo-segn-creador-de.html

viernes, 10 de julio de 2009

II-Oro nanotecnologias

Científicos españoles investigan la aplicación de nanopartículas de oro para detectar y curar tumores
Científicos del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), liderados por el investigador francés Romain Quidant, estudian la aplicación de nanopartículas de oro para detectar y curar tumores, así como el desarrollo de un pequeño chip que permitiría descubrir marcadores cancerígenos mediante una sola gota de sangre del paciente.
Las nanopartículas de oro, de un diámetro 10.000 veces inferior al grueso de un cabello, se inyectarían en el torrente sanguíneo del enfermo y, gracias a sus propiedades, se convertirían en fuentes de luz y calor dentro del cuerpo después de iluminarlas con un rayo láser.
La idea básica es que, si los investigadores son capaces de hacer que las nanopartículas se fijen selectivamente en las células afectadas de cáncer, podrían posteriormente calentarlas hasta destruir el tumor maligno.
Este método presentaría dos ventajas respecto a los existentes en la actualidad para tratar el cáncer, la radioterapia y la quimioterapia, ya que, a diferencia de ellos, solo destruiría las células malignas y no los tejidos sanos.
Quidant, que explicó en rueda de prensa que el método es "atractivo" pero todavía se encuentra en fase inicial de investigación, mostró los resultados obtenidos por científicos estadounidenses, que consiguieron destruir el tumor de un ratón tras 21 días de tratamiento láser sobre las nanopartículas de oro que habían sido introducidas previamente.
El joven investigador del ICFO señaló que todavía no se sabe si la terapia será efectiva en los hospitales, aunque mantienen conversaciones con oncólogos para explorar sus posibilidades, y fijó los dos principales problemas pendientes de la investigación en conseguir que las partículas de oro se fijen únicamente en las células cancerígenas, por un lado, y averiguar cómo se podrían eliminar las nanopartículas del cuerpo una vez utilizadas, por otro.
OTRAS APLICACIONES
El equipo de Quidant trabaja paralelamente en el desarrollo de un pequeño chip para detectar marcadores cancerígenos solo con una gota de sangre del paciente, y que podría estar listo a partir del próximo año, ya que se encuentra en una fase avanzada y únicamente falta integrar todos los sensores en un mismo producto final.
El chip permitiría hacer análisis "sin laboratorios", y sería especialmente útil en el caso de países en vías de desarrollo que no disponen de infraestructuras médicas avanzadas por ser "barato" y "transportable".
Este mecanismo detectaría los multiplicadores de células que se esconden detrás de cualquier tipo de cáncer, y si bien no sería capaz de indicar en qué zona del cuerpo humano se desarrollo el tumor, si sería una prueba adecuada para saber "si hay que ir a buscar más lejos".
La aplicación de las nanopartículas de oro, capaces de enviar señales luminosas desde dentro del cuerpo humano y mostrar alteraciones en caso de fijarse en su superficie moléculas específicas, también sería útil para detectar casos de dopaje en los deportistas, como el uso de esteroides.

Entrevista al físico Romain Quidant, ganador del Premio Europeo Fresnel Prize 2009


“Las nanopartículas de oro iluminadas con luz pueden ayudar a luchar contra el cáncer”
Las nanopartículas de oro son muy buenas dispersando y absorbiendo luz. El propósito de los investigadores era aprovechar esa cualidad en una célula viva para así poder detectar más fácilmente el cáncer. Hasta ahora, los resultados son muy prometedores.

¿Qué le motivó a venir a España a investigar?
Cuando terminé mi tesis doctoral en la Universidad de Borgoña (Francia) recibí varias ofertas de importantes centros de investigación europeos. Me decidí por el ICFO (instituto adscrito a la Universidad Politécnica de Cataluña) porque era un centro nuevo que me ofrecía la oportunidad y los medios para desarrollar mi propia línea de investigación. Me atrajo mucho la idea de que todo había que hacerlo desde el principio, y por la visión vanguardista de la investigación. Aquí se valora mucho a los jóvenes con ideas nuevas y se da la oportunidad de desarrollar sus proyectos.
¿Qué le ha supuesto la obtención del Premio Fresnel?
Con este premio la comunidad científica internacional reconoce el trabajo de los últimos tres años de todo el Grupo de Nano-Óptica Plasmónica, dentro del ICFO, y nos motiva a seguir hacia delante. El equipo lo formamos 12 personas y nuestra investigación se centra, sobre todo, en las nanopartículas de oro y sus propiedades, tanto ópticas como térmicas, cuando se iluminan con una luz apropiada, como un láser, por ejemplo. El premio reconoce el potencial de estas nanopartículas para el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades como el cáncer.
¿Se pueden destruir tumores con nanopartículas?
Las nanopartículas de oro iluminadas con luz pueden ayudar a luchar contra el cáncer, utilizándolas como nanofuentes de calor y de luz. Si proveen calor se pueden emplear en la terapia contra el cáncer, al introducirlas de forma selectiva sólo en las células tumorales enfermas, y no en las sanas. Posteriormente se aplicaría un láser desde fuera para calentar esas nanopartículas, hasta destruir el tumor. La revolución de este método es que, a diferencia de la radioterapia o la quimioterapia, no afecta a los tejidos sanos que rodean el tumor del paciente.
En este proyecto ya hemos diseñado fuentes de calor eficientes, y hemos entendido la física que hay detrás. Ahora estamos trabajando con los oncólogos en la difícil tarea de introducir las nanopartículas dentro de las células y minimizar los posibles niveles de toxicidad. En principio, el oro es biocompatible y se evacua fácilmente por los fluidos corporales, pero tenemos que asegurarnos totalmente de que la química implicada en el proceso no afecte a las células. De momento estamos en la fase de investigación en el laboratorio, pero tras los estudios in vitro, la idea es proporcionar nuevas herramientas para que los médicos y los biólogos puedan ir más allá de lo que consiguen ahora.
¿Y cómo se utilizan las nanopartículas de oro como nanofuentes de luz?
Las nanopartículas se pueden diseñar para ser sensibles e “iluminarse” ante la presencia de concentraciones muy bajas de determinadas moléculas. Por ejemplo, ya hemos desarrollado un nanosensor capaz de detectar sustancias dopantes, como los esteroides que utilizan algunos deportistas, y con un sensibilidad superior a la que proporcionan otras técnicas. Lo que estamos haciendo ahora es extender esa metodología a los marcadores del cáncer. La idea es detectar concentraciones muy reducidas de determinadas moléculas o marcadores en una muestra de sangre de un paciente. Esto permitiría detectar un cáncer en un nivel de desarrollo muy temprano, lo que también facilitaría su curación.
¿Ésta es una de las líneas de investigación para el futuro?
Estamos trabajando en un chip que integre multitud de nanoestructuras metálicas para que pueda actuar como un “nano-laboratorio” que realizara muchos análisis en paralelo a partir de una gota de sangre. Las dos ventajas principales de este dispositivo son su pequeño tamaño (que facilitaría su uso -por ejemplo- en países en desarrollo donde no hay laboratorios), y su gran sensibilidad, que permitiría detectar enfermedades por debajo del nivel de las técnicas actuales, lo que daría a los médicos más seguridad en su diagnóstico y tratamiento.
En la próxima década dispondremos de este chip, que además de las aplicaciones médicas también se podrá utilizar para otros usos, como el control agroalimentario o la detección de drogas o sustancias industriales peligrosas. De momento ya hemos desarrollado nanoantenas que concentran la luz en puntos muy pequeños para analizar moléculas, además de otras estructuras, como nanopinzas ópticas para atrapar bacterias.
Detrás de estas investigaciones se encuentran los plasmones. De hecho el premio reconoce “su contribución revolucionaria y pionera al concepto de la manipulación óptica con plasmones”.
¿Qué son exactamente?

Básicamente es un fenómeno físico, una respuesta óptica de las nanopartículas metálicas cuando se les envía una determinada luz. Para un tipo de luz bien definido la nanopartícula va a tener una “resonancia óptica” que, por una parte, genera un campo de luz muy intenso y concentrado en su superficie, y por otra, produce el calentamiento de la partícula. El plasmón es ese efecto de resonancia que caracteriza la interacción de la luz con estas nanopartículas, produciendo tanto el campo intenso y localizado como el calentamiento.
¿El Grupo de Nano-Óptica Plasmónica colabora con alguna institución para desarrollar su trabajo?
Los proyectos por los que nos han dado el premio Fresnel han sido posibles gracias al apoyo de la Fundación Cellex Barcelona. También colaboramos con algunas empresas (de cosmética, por ejemplo), porque aunque la investigación no tiene porque ser siempre aplicada, algunos estudios como los nuestros poseen un potencial aplicado muy importante. En estos casos tiene sentido trabajar con la industria y el sector privado porque nos guían para conocer las necesidades del mercado y de la sociedad.
Para desarrollar nuestro trabajo colaboramos además con otros centros de investigación nacionales e internacionales, sobre todo con grupos europeos. Nosotros trabajamos más a nivel experimental y otros equipos nos facilitan el conocimiento teórico que no dominamos. En España formamos parte del proyecto Consolider “Nanolight.es” para el control de la luz a escala nanométrica, en el que participa el ICFO, el CSIC y diversas universidades. En el pasado a España se le reconocían sus trabajos teóricos, pero hoy también es un actor importante a nivel experimental, como lo demuestra el número y calidad de sus publicaciones y presentaciones en congresos.