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sábado, 6 de noviembre de 2010

Nicholas Negroponte. "La mente es el medio más poderoso"


El padre del proyecto 'Un ordenador por niño' habla de cómo la tecnología ha cambiado los medios, la política, la sociedad y la cultura mundial.

ROSA JIMÉNEZ CANO - Madrid - 04/11/2010

El arquitecto y evangelizador tecnológico puso en marcha un centro tecnológico de referencia mundial, el MediaLab del MIT, en Boston. Desde hace más de una década ha hecho de la educación su bandera. Su última cruzada fue la creación de un ordenador de reducidas dimensiones y menos de cien dólares para los niños en países pobres. Esta labor ha sido reconocida con un doctorado honoris causa por la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
Pregunta. ¿Qué siente al ver el floreciente mercado de netbooks, una invención suya pero con otra finalidad?
Respuesta. El contexto de uso es diferente. Solo se han quedado en la forma, no en el fondo. Cada mañana me planteo si estoy solucionando los problemas como los demás. Si la respuesta es sí, tengo que volver a buscar soluciones. Quiero hacer las cosas al margen del mercado. El mercado nunca se va a preocupar de los más desfavorecidos pero dio difusión al inspirarse en nuestra idea. Me siento halagado por ello.
P. ¿Cómo va su proyecto de ordenador de menos de cien dólares?
R. Aunque en un principio no se pensó así, el 80% de nuestro proyecto se está desarrollando en Latinoamérica. Lo interesante es que ninguno de los países que colaboran están entre los más pobres, que era nuestro objetivo. En África nos está costando más, precisamente porque los Gobiernos son más débiles y no pueden incluirlo entre sus prioridades. En esos casos tenemos que convencer al Banco Mundial y a las organizaciones que colaboran en el proyecto, esto ralentiza mucho el desarrollo. En Perú nos encontramos con el caso contrario. Mucha gente cuestiona que el presidente sea democrático por su firmeza a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, hace mucho por el desarrollo del país. Allí se están repartiendo ordenadores a niños que viven en la selva.
P. Una de las decisiones más polémicas fue el uso de Linux como sistema operativo para estos portátiles.
R. No había otra opción. Fue algo natural. No fue por ahorro, sino porque es abierto. El código abierto es lo óptimo. Igual que Wikipedia es la mejor opción para hacer una enciclopedia en la Red.
P. ¿Cree que el software libre ayuda al desarrollo en los países más pobres?
R. Por supuesto. Les permite tener más control.
P. Brasil, India y China se han convertido en viveros de ingeniería de software. ¿Cómo cree que se van a insertar en el mundo?
R. Son tres casos muy diferentes. Por ejemplo, en mi opinión, India está sobrevalorada en este aspecto. Están haciendo mucho menos de lo que se cuenta. Han sabido suplir la falta de infraestructura creando software, cuyo transporte es sencillo, y han invertido en relaciones públicas, pero no se queda nada en el país. Solo piensan en el mercado exterior. Brasil es justo el caso contrario. Son muy creativos y aplican dentro de su territorio. En China tienen un problema laboral. Hacen algunas cosas mal. Ponen a los trabajadores a hacer cosas poco seguras. Les falta todavía originalidad. Explotarán como fuerza tecnológica, pero aún es débil.
P. Si empezase el proyecto de cero, ¿haría una tableta? ¿Quizá un móvil?
R. Un móvil no, conceptualmente es diferente. Pero sí, si empezásemos ahora sería una tableta por niño. De hecho, en la nueva fase del proyecto estamos haciendo algo así. EL iPad se adelantó y ya las ha popularizado. Para los niños es perfecto porque pueden tocar y aprender.
P. Una de sus preocupaciones también ha sido hacer que la tecnología ayude a los discapacitados. ¿Observa progreso en este campo?
R. Mucho. Las personas que no pueden ver, oír, o moverse libremente en el mundo tienen mejor calidad de vida gracias a los adelantos.
P. El modelo del MIT es ejemplar. ¿Cree que se puede exportar?
R. Lo hemos intentado muchas veces. Sin éxito. Una de las razones es que el mundo académico es bastante rígido, vertical, y nuestra organización es transversal. En los países latinos podría funcionar porque son enérgicos e inquietos.
P. Desde que escribió su libro, la forma de hacer política también ha cambiado mucho. ¿Cómo lo ve en el futuro?
R. En las últimas semanas he visto el mayor cambio en mucho tiempo. Pusieron una fotografía de papel delante de una niña de tres años. Para verla mejor, dio un pellizco en ella, como si fuera una pantalla, pero se dio cuenta de que no tenía efecto sobre el papel. La manera de entender el mundo de esa niña no tiene nada que ver con la nuestra. Cuando tenga que votar habrá sido mucho más activa durante toda su vida. Hablarán diferente, se comunicarán de otra manera. En los últimos años la ciudadanía se ha hecho más activa. Da igual que se haga una declaración en una universidad o en un gran acto porque se difunde por Twitter, Facebook, blogs. Cualquier acto público pasa a ser relevante. Es todo un mundo nuevo.
P. En este nuevo mundo también los medios son diferentes. ¿Cómo percibe esta transformación?
R. Sabemos con certeza que el papel va a desaparecer como soporte para los medios por motivos de distribución, producción y coste. La cuestión no es tanto qué pantalla o qué soporte prevalecerá como la credibilidad de las noticias. En mi iPad leo el Wall Street Journal. Por cierto, tiene una gran versión para este soporte. La experiencia es mucho mejor que en papel. Ya sea EL PAÍS, The New York Times o The Wall Street Journal, el compromiso es con los lectores. Si la experiencia es mejor, es ahí donde deben ir.
P. Los medios sociales han afectado a la sociedad. Con Facebook y Twitter casi cualquiera puede emitir un mensaje. ¿Cómo cree que se debe canalizar todo ese flujo?
R. No me preocupan las voces, que sean muchas y pequeñas. No creo que Twitter vaya a durar mucho tiempo, me parece una moda pasajera. Me parece interesante que se puedan emitir pequeños mensajes con facilidad, directamente. Si te interesan las noticias, el reto es llegar a la fuente principal, no a la de tercera o cuarta mano.
P. ¿Por qué cree que Twitter no va a durar?
R. No creo que la gente vaya a estar asombrada por el servicio mucho más. Es un lugar donde se pierde mucho tiempo. Facebook me parece mucho más útil.
P. ¿El arte también ha cambiado con la tecnología?
R. El arte es una expresión humana. Ahora se difunde mucho más gracias a los avances que tenemos. La fotografía, por ejemplo, es mucho mejor. Las fotos de los periódicos de hoy son mejor que las de hace 20 años. No solo por la técnica, sino porque se aprende mucho de otros.
P. El acceso a la cultura es mucho más sencillo, pero no siempre se paga por ello o se respeta el copyright. En España la polémica sobre las descargas es permanente.
R. La liberación de contenidos es muy importante. De hecho, la mayor parte del contenido es libre. En África con cada ordenador que damos a un niño incluimos 100 libros de libre difusión. En cada libro es diferente. Así, el intercambio permite que lleguen a 1.000 títulos fácilmente. El potencial es increíble. El copyright es una solución del pasado. Se hizo para que los artistas pudieran tener fondos y vivir haciendo su labor. Las descargas no les preocupan tanto a los artistas como a los intermediarios, que son los que se siguen beneficiándose del copyright. Me interesa que los internautas compartan su saber y pienso en las posibles formas de hacerlo.
P. ¿Cuáles son sus retos de futuro?
R. Los retos de nuestro centro pasan por hacer de la innovación una preocupación en toda la sociedad. Aunque tradicionalmente nos hemos dedicado a medios y pueda sonar extraño, estamos estudiando cómo funciona el cerebro, cómo se procesan los datos y adquiere información.


http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/Nicholas/Negroponte/Twitter/parece/moda/pasajera/elpeputec/20101104elpeputec_8/Tes
http://www.elpais.com/videos/tecnologia/Nicholas/Negroponte/mente/medio/poderoso/elpeputec/20101104elpeputec_1/Ves/#

miércoles, 3 de noviembre de 2010

LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO -DENNIS MEADOWS coautor



«La Tierra sólo puede mantener a mil millones de personas con el nivel de vida del País Vasco»
Los 6.500 millones de seres humanos actuales podrían ser 10.000 «si no importa que sufran dictaduras y su pobreza los convierta en marginales».
LUIS ALFONSO GÁMEZ/

BILBAO. DV. Dennis Meadows se sorprendió ayer del optimismo de los asistentes a su conferencia en Bilbao sobre los límites del crecimiento, organizada por Unesco Etxea y el Grupo Vasco del Club de Roma en la Universidad de Deusto. Preguntó a la audiencia qué tendencia cree que va a caracterizar al desarrollo económico a lo largo de este siglo, si una brusca caída o una estabilización. A mano alzada, ganó por goleada la segunda posibilidad. Lo contrario de lo que él piensa, que estamos abocados a una drástica reducción de la población y a un 'crack' económico sin precedentes porque el planeta no tiene capacidad para aguantar a más de 1.000 millones de personas con el nivel de vida del que hoy disfrutamos en Occidente. Meadows, coautor en 1972 de Los límites del crecimiento, un libro del que se vendieron 30 millones de ejemplares, sigue pensando que el colapso está a la vuelta de la esquina. Y así lo defiende en Los límites del crecimiento 30 años después, una revisión de su clásico.

-Ha dicho, al principio de su conferencia, que sus conclusiones no han cambiado desde hace 35 años.

-No. Los problemas no han cambiado, pero sí los síntomas. Si alguien sufre un cáncer, a veces le duele la cabeza y a veces el estómago. Los síntomas cambian, aunque el problema sea el mismo.

-¿Cuáles son los problemas a los que nos enfrentamos como especie?

-El crecimiento en un planeta finito y, ahora también, el cambio climático.

-El cambio climático del que se hablaba en los años 70 era una glaciación. Ahora es lo contrario: el calentamiento global.

-El calentamiento global no se tenía en cuenta hace 35 años, pero en nuestro libro ya mostrábamos la gráfica de las concentraciones atmosféricas de CO2.

-¿Qué amenaza es mayor, la superpoblación o el cambio climático?

-El cambio climático es un síntoma, una consecuencia del aumento de la población. El cambio climático será, por ejemplo, un problema en España, donde las precipitaciones pueden reducirse a la mitad y las temperaturas subir 4ºC a lo largo de este siglo.

-Será un problema aquí y en otros sitios; pero, si se quiere paliar, las medidas habrán de tomarse globalmente.

-Hay dos tipos diferentes de problemas que nos afectan a todos: los universales y los globales. Un problema universal, como el de la contaminación del aire, se puede resolver localmente. Así, la polución en una ciudad como Bilbao puede reducirse sin que eso tenga impacto en México. Sin embargo, los problemas globales, como el cambio climático, sólo se pueden resolver si todos actuamos a la vez. Otro problema universal es la degradación del suelo; otro global, la proliferación de armas nucleares.

«Es demasiado tarde»

-¿Hay tiempo para evitar ese colapso que auguraba en su libro para este siglo?

-Es demasiado tarde para que el nivel de vida que hay en el País Vasco, por ejemplo, se extienda a toda la población mundial. Es demasiado tarde para evitar cambios significativos en el clima. De todos modos, si empezamos ahora, podremos evitar problemas más serios en el futuro.

-¿Cuánta gente sobra en el mundo para que podamos solucionar el problema?

-Depende de lo que quieras. ¿Quieres que vivan en democracia, tengan coche y un alto nivel de vida como en Bilbao? Quizá mil millones de personas. Si no importa que sufran dictaduras y su pobreza haga que sean marginales, podría haber hasta 10.000 millones.

-Somos 6.500 millones. ¿Qué podemos hacer?

-¿Por qué tenemos que hacer algo?

-Para no llegar a ese colapso del que usted habla.

-Ese colapso se va a dar. Usted lo sabe.

-No. No lo sé.

-En la conferencia, usted ha votado por la curva de crecimiento que tiende a la estabilización, ¿verdad?

-Sí.

-No he visto nunca un público tan optimista como éste. Normalmente, el 80% opta por la caída brusca del crecimiento, el colapso. Quizá sea por el tremendo éxito que ha tenido la regeneración de Bilbao.

-¿A cuánto estamos del colapso?

-Algunos países ya están en él.

-¿Por ejemplo?

-Zimbabue, Etiopía... En 1972, miré el 'Atlas del Banco Mundial' para ver cuántos países tenían crecimiento negativo en su PIB durante diez años o más. Eran siete países, ahora son cincuenta. Cada año hay más.

-¿Pero a cuánto estamos del colapso?

-Imagínate que tienes un amigo. Un día se emborracha y coge el coche. ¿Qué posibilidades hay de que sufra un accidente? No lo sabemos. Sólo sabemos que tendrá un accidente.

-¿Podemos hacer algo para paliarlo?

-Muchas cosas. Aquí, en España, necesitan prepararse para el cambio climático y la escasez de energía. Cuando lo hagan, estarán haciendo cambios que tendrán efectos beneficiosos. Ha habido muchas veces en la Historia de nuestra especie en las que se ha registrado una disminución de la población.

-Pero han sido regionales.

-Sí. En Europa y en China, varias veces en el pasado. Ahora ocurrirá en todo el mundo.

De prestado

-¿No es catastrofista pensar que 6.000 millones de personas no pueden vivir como nosotros cuando ahora hay menos hambrientos en el mundo que en 1972?

-Realmente, ha disminuido el porcentaje de gente que pasa hambre; pero son más personas que entonces.

-Son menos, según la FAO.

-Hoy, 2.000 millones de personas tienen unos ingresos de un dólar al día o menos; otros 2.000 millones más viven con dos dólares al día o menos... ¿Me dices que soy demasiado pesimista? ¿Cuál de todas las circunstancias actuales te hace sentirte tan feliz?

-No he dicho que me sienta feliz por el estado del mundo, sino que su mensaje me parece catastrofista.

-Estamos consumiendo los recursos que la Tierra ha generado durante miles de millones de años. Estamos tomando prestados esos recursos, destruyendo suelo, gastando energía y agua... para alimentarnos.

-Ustedes auguraron una crisis agrícola mundial alrededor del año 2000.

-No. En el libro no hablamos del año 2000. Yo creo que la producción mundial de alimentos llegará a su tope antes de 2020. Durante la vida de la mayoría de las personas, la población, la producción de alimentos y el uso de combustibles fósiles van a disminuir.

-¿Los cultivos transgénicos no van a ayudar a paliar esa crisis alimentaria?

-Los transgénicos son sólo para los ricos. Y estamos hablando de los pobres.

-Los pobres de Asia pueden beneficiarse de un arroz transgénico enriquecido para que el cuerpo genere vitamina A y evitar así la ceguera a millones de niños.

-Hay personas muy ricas en Asia. Pero es que los transgénicos no hacen que aumente la producción de alimentos. La mayoría se crea para aumentar las ganancias de compañías como Monsanto, que no desarrolla transgénicos para ayudar a los pobres, sino para promover el uso de sus pesticidas.


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ver Extractos  en blog de J.Monzo tomados de “Los límites del crecimiento 30 años después”. Donella Meadows, Jørgen Randers y Dennis Meadows.

http://jmonzo.blogspot.com/2010/11/futuros-del-mundo-y-iv.html