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miércoles, 28 de septiembre de 2011

"Hay que estar muy atento a los guiños del destino"

Me echaron del banco y lo que creía que era una desgracia ha sido lo mejor que me ha pasado: con 24 años encontré mi vocación.

Triunfó muy rápidamente.
Me enfrenté a algo que me quedaba muy grande, pero me ayudó la osadía y la inconsciencia de los 20 años. Me trasladé a México para desarrollar con Disney la rama teatral para América Latina.

¿Pero cómo fue a parar ahí?
Por las mañanas trabajaba en el banco, por las tardes iba a la facultad y por las noches trabajaba gratis en una radio.

Currante.
El propietario de la radio, un productor de música emblemático, trajo a los Rolling Stones y me pidió que le asesorara con el contrato. Luego se asoció con Disney y me ofreció irme a México.

Y se fue.
No sólo había que buscar financiación, manejar presupuestos millonarios y montar un espectáculo; aquello se convirtió en negocio inmobiliario: había que remodelar teatros.

Atrevida.
Con 25 años estaba en Nueva York trabajando con la gente más experimentada del mundo, pero si ahora pienso en cómo me vestía, es obvio que mi inseguridad era tremenda.

¿Cómo se vestía?
Me disfrazaba como si tuviera 50 años. Pero no me faltó coraje y visión. Cuando en 1999 vine a España también tuve que empezar de cero y controlar todas las patas del negocio.

¿Y al menor coste posible?
En este caso "la de los números" pensaba en el servicio, la diferenciación y en la calidad para que después esos números sí se produjeran. Muy poca gente creyó en que los musicales funcionarían en España.

¿Qué aprendió en México?
Había hombres que no querían hablar conmigo de negocios o números. Creían que por ser mujer no era capaz.

Cretinos.
Eso me hizo muy fuerte. Volví a Argentina con 27 años, me compré mi casa, hice un máster y dije: "Aquí me quedo". Cuando me ofrecieron venir a España mi primera reacción fue: "¡Ni hablar!".

Es duro estar sola.
Recuerdo mi primer cumpleaños en Madrid: cuando me llamó mi madre puse música para que pensara que lo estaba celebrando con amigos. Y tuve malas experiencias.

¿De qué tipo?
Por el hecho de ser mujer los mexicanos no se animaron a dejarme de directora general en España y me impusieron una persona ajena al negocio que me hizo muchísimo daño.

¿Sufrió acoso laboral?
Sí. Acabe en un hospital con ataques de ansiedad y me rendí. Entonces todo el equipo dijo: "Si tú te vas, nos vamos todos". Así aprendí a no rendirme. Luego, en el 2003, la productora cambió de manos, ¡qué descanso! Ahora es holandesa y líder en Europa.

¿Usted es la responsable de que hayamos visto La bella y la bestia, Cabaret, El fantasma de la ópera, Mamma mia..?
Sí, son ya 20 títulos en España, readaptamos el musical con actores locales. Nos mantiene sólo la taquilla. Hemos convertido los musicales en motor turístico.

¿Y todo eso es cosa suya?
Basta con estar atenta a lo que pasa en otros lugares. En Nueva York, cuando se caen las Torres Gemelas y el turismo baja en picado Giuliani en su discurso dice: "La buena noticia es que ahora podréis conseguir entradas para ver The producers", el musical que había ganado doce premios Tony.

¿Qué ventajas y desventajas ha tenido en el mundo de los negocios ser guapa?
Hubo mucha gente que se equivocó conmigo y por supuesto todos creyeron que me tiraba al jefe.

Ese menosprecio duele.
Sí. He vivido cosas duras de tragar, pero siempre he dedicado mi energía a seguir para adelante confiando en que la vida ya hará justicia.

¿Es usted muy ambiciosa?
Encontré mi pasión y le dediqué todo mi tiempo, consciente de que sólo el 2% de las personas trabajan en lo que les gusta.

¿Cree en el destino?
Sí, jamás imaginé que acabaría en esto. A raíz de hacer anuncios para la tele me llaman para colaborar en radio y hablar de economía cotidiana. El resto ya lo conoce.

¿Por qué hacía anuncios?
De nuevo casualidad. Yo jugaba a hockey hierba y buscaban una jugadora para un anuncio, fueron por distintos clubs y me eligieron a mí. Aquel dinero extra me fue estupendo, así que me apunté a la agencia. Para hacerlo mejor decidí estudiar interpretación. Un profesor me dijo que no tenía voz para ser actriz y decidí ir a un foniatra.

Es usted un tanque.
Ante una casualidad puedes pasar de largo o aprovecharla. A mí vinieron a buscarme, pero luego me dije: "¿Qué debo hacer para hacerlo mejor?". Hay que estar muy atento a esos guiños del destino, a sus llamadas, estar más conectados con lo que nos pasa, con lo que ocurre a nuestro alrededor y con nosotros mismos.

¿Ese es el secreto del éxito?
Sí, ser auténtico, estar abierto y atento, conectar con tus emociones. Aprender de los errores, escuchar al que más sabe, trabajar duro, rodearte de un buen equipo y contagiarles el entusiasmo; y sentido común.

martes, 27 de septiembre de 2011

"Todos los niños pueden ser Einstein si los motivas bien"

Enséñales a superar obstáculos. A ver lo extraordinario en lo ordinario. A que todo acto tiene consecuencias. Y a amar de verdad.
Todos los niños pueden ser Einstein?
Tus hijos pueden alcanzar cualquier logro intelectual.

Pero Einstein... ¡eso es picar muy alto!
Einstein fue carne de fracaso escolar hasta los 15 años. "Mortalmente lerdo", diagnosticó de él una profesora. "No está preparado para aprender, no llegará a nada", dijo otro.

¿Tan desastroso era?
Su propia madre decía que era retrasado mental. Hasta los nueve años no habló bien.

¿Qué le pasó para pasar a ser genial?
Lo que puede pasarle a cualquiera: motivación y método. Motivación: pese a haber suspendido, un profesor le invitó a asistir gratis a sus clases. Por primera vez, sintió que le valoraban, que creían en él. ¡Sintió cariño!

¿Asistió Einstein a esa clase?
Tuvo que irse a otra escuela. Pero allí un profesor de historia hizo lo que nadie antes: pedirle opinión sobre las cosas.

¿Esto motivó a Einstein?
Sí. Si sientes que confían en ti, ¡te creces, para ser merecedor!

¿Y qué es eso del método?
Usó el hemisferio derecho para resolver problemas del izquierdo. Visualizaba una solución, y su esposa le ayudaba a formularla matemáticamente. Pero era el hemisferio derecho, el intuitivo y creativo, el que resolvía, no el izquierdo, el matemático.

Yo lo pasé fatal con las matemáticas.
Tus profesores no valoraron el uso de tu hemisferio derecho: podrías haber acabado encontrando la solución, pero no te dieron tiempo. Todos los escolares pueden ser motivados y todos pueden triunfar.

Cada uno nace con su inteligencia...
El coeficiente de inteligencia es innato, permanece inalterable... y no sirve para nada. ¡Lo determinante es la motivación!

¿Cómo motiva usted a sus alumnos?
Les digo que todos pueden sacar un 10 conmigo. A partir de ahí, ¡un 5 les parece poco!

¿Tan fácil?
La escuela pone el foco en la sanción, fomenta el miedo al error. Debería ponerlo en el acierto. Y en la creatividad. Pregunté a mis alumnos: "De ocho caracoles de una cesta, salen tres, ¿cuántos quedan?".

Cinco, le dirían.
"Ocho –respondió uno–, porque han salido del caparazón, ¡pero no de la cesta!". ¡Es una respuesta que no debería ser penalizada!

Entre tanto, 30% de fracaso escolar.
Nuestra escuela parece reñida con la inteligencia. ¡Es imposible que haya un 30% de tontos! Desconfiamos de los alumnos, los educamos para evitar el fracaso y no para tener éxito. ¡Aprendamos a jugar al éxito!

¿A usted le funciona?
Desde 1993 sólo he tenido que suspender a dos alumnos. Me han reñido por aprobar tanto. ¿Por qué? ¿No está bien lograr estimular a los alumnos para que triunfen?

Pues aconseje a sus colegas profesores.
Sabed ser el jefe de la camada. Alguien a quien los alumnos quieran seguir. Que noten que tú les ayudarás a mejorar.

¿Algo más?
Sí: no olvidéis la grandeza de este oficio. Centraos en los por qué y para qué más que en los cómo. Y usad lo que hoy se sabe acerca del aprendizaje.

¿Qué se sabe?
Que somos animales emocionales, y que una simple mirada aprobatoria de un profesor... estimulará al alumno. ¡Sólo educa quien quiere a alguien! Si queréis a vuestros alumnos, educaréis. Si no, no.

Nada estimula más a un alumno que el afecto, me quiere decir.
Es así. Sonríe... y exige. Si tu hijo detecta que confías en él, querrá superarse. A los niños les atrae el reto, la heroicidad.

Los padres, ¿debemos ayudarles o no a hacer los deberes?
Si tu niño puede abrocharse el abrigo, no se lo abroches tú. Oriéntale en los deberes, pero dile que sabes que él los resolverá. Si se los resuelves tú, le enseñas a ser incapaz.

Si pudiera imponer una sola reforma escolar, ¿cuál sería?
Dedicaría toda la primaria a una sola y única cosa: ¡aprender bien a leer y escribir!

¿Y nada más?
¡Nada hay más decisivo! Si están bien avezados en la lectura, podrán estudiar lo que quieran: se abren la puerta a todos los conocimientos. Y cuantas más cosas aprendan leyendo, ¡más inteligentes serán!

¿No es al revés?
"El aprendizaje es experiencia, el resto es información", dijo Einstein. No aprendes cosas porque eres inteligente: aprender cosas te hace inteligente.

¿Y feliz?
Si de verdad eres inteligente, serás feliz.

¿Ah , sí?
La inteligencia consiste en resolver problemas, y el problema más difícil es ser feliz.

¿Puedo enseñarles a mis hijos cómo vivir felices?
Enséñales a superar obstáculos. A ver lo extraordinario en lo ordinario. A que todo acto tiene consecuencias. Y a amar de verdad.

¿Cómo se ama de verdad?
Sin esperar nada a cambio. Nada reporta tanta felicidad como hacer feliz al otro sin que siquiera se entere.

lunes, 26 de septiembre de 2011

"Acostarse a la misma hora es básico para descansar bien"

Duermo bien?
No.

¿Por qué no?
No descansas bien, no llenas tu depósito de sueño.

¿Depósito de sueño?
Llenarlo durante la noche permite estar en plenitud de prestaciones de día.

Para llenarlo, ¿cuánto debería dormir?
Ocho horas cada noche. Son las necesarias para un óptimo descanso.

Raramente las duermo.
Lo veo en tus gráficas. Raramente estarás en plenitud de facultades durante el día.

Con cuatro horas puedo ir tirando.
Equivale a tener de un 0,08% a un 0,11% de alcohol en sangre.

¿Hay estudios al respecto?
Los hago con pilotos militares de helicópteros y cazas, y con astronautas de la NASA.

¿Con qué conclusiones?
A las 24 horas sin dormir, las prestaciones cognitivas del cerebro se reducen en un 25%, y si es un 30%, el cerebro empieza a dormirse automáticamente, quieras o no.

¿Un termostato de sueño?
Sí, el cerebro se desconecta por momentos, tiene lapsus. ¡Mueren 1.500 personas al año al volante por esta razón en mi país!

¿Qué funciones cerebrales merman?
No dormir durante 24 horas equivale a estar borracho: cuesta tomar decisiones, dominar tu cuerpo...

Se trata de darte cuenta a tiempo y ponerse a dormir.
A medida que pasan horas sin descansar, igual que le pasa al borracho, tú crees estar bien. Para evaluar nuestro descanso somos muy malos jueces de nosotros mismos.

Ya: "Yo controlo", ¿no?
He comprobado que en ese estado de falta de sueño, ¡eres incapaz de predecir si te dormirás o no durante el minuto siguiente!

¿Qué síntomas anuncian que voy mal descansado?
¿Te duermes en el sofá? ¿Viendo la tele? ¿En el cine? ¿En el avión, el coche? ¿Sí? No has descansado bien durante la noche.

¿Algún otro indicador?
La actividad enmascara la falta de sueño. Pero en inactividad te sentirás irascible... La persona descansada está tranquila.

¿Puedo dormir ocho horas y no descansar bien?
Sí, debido a algún desorden del sueño: síndrome de piernas inquietas, apnea del sueño, sonambulismo, movimientos...

¿Qué tipo de movimientos?
Mueves los brazos (porque sueñas que vuelas) o haces como si fueras en moto... La esposa de un conocido tenía que inmovilizarlo, de tanto que se movía él por las noches...

Ahí no descansaba ninguno de los dos.
Son casos aislados. ¿Quieres dormir bien?

Sí.
Pues observa una buena higiene de sueño.

¿En qué consiste una buena higiene de sueño?
Lo más importante: acostarte cada día a la misma hora. Dos: dormitorio en penumbra, que no puedas verte la palma de la mano. Tres: habitación silenciosa, o mediante tapones en los oídos, o con una fuente de ruido constante. Cuatro: esa habitación es sólo para dormir y para nada más.

¿Ni para retozar en pareja?
Sí, eso sí, eso ayuda a dormir.

Siga con la higiene del sueño.
Quinto: nada de televisores, radios, ordenadores, material de trabajo en el dormitorio. Sexto: si pasan veinte minutos y no te duermes, no des vueltas en la cama, levántate y haz algo. Séptimo: si te despiertas de madrugada, jamás mires qué hora es.

Para no ponerme más nervioso.
Octavo: no hagas ejercicio ni bebas alcohol durante las tres horas previas a acostarte. Esto lo hacéis muy mal en España. Y noveno: después del mediodía, nada de café.

¿Cuál es la mejor hora para acostarme?
Después de que oscurece. Nuestro cerebro está adaptado para dormir cuando la luz se va. La luz eléctrica ha alterado los hábitos de sueño de la humanidad.

¿Qué es el insomnio?
La imposibilidad de estar dormido durante tres o cuatro noches por semana. Lo padece el 21% de los españoles. Se debe a hiperactividad o a incumplir la higiene del sueño. Los españoles dormís poco.

¿Algún consejo para quien trabaje de noche?
Que procuren evitar la luz del sol y los ruidos para dormir mejor durante el día.

¿Cuántas horas puede vivir un ser humano sin dormir?
Tuvimos a un tipo 200 horas sin dormir, y ahí descubrimos lo de los lapsus cerebrales. Hoy sé que la salud humana se basa en tres pilares: alimentación, movimiento y sueño. Duerme mal y enfermarás.

Siesta, ¿sí o no?
Es muy benéfica... mientras no comprometa tu sueño nocturno.

Si duermo mucho el fin de semana, ¿reparo mi falta de sueño de la semana?
Descansarás mucho el fin de semana, pero no recuperarás tu baja prestación durante la semana.

¿Es bueno dormir más de la cuenta?
Quizá eso encubra otros conflictos. Quienes sí duermen más, por ciclo biológico, son los adolescentes.

¿Cuánto más?
Necesitan unas diez horas. Es importante para que su memoria fije lo que aprenden. Los adolescentes deberían entrar en clase más avanzada la mañana.
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Rediband
Un 10% de las personas goza de un sueño óptimamente reparador. Otro 20% descansa fatal. El resto, regular o más o menos bien. La empresa de la que es director científico Caldwell, Fatigue Science (www.fatiguescience), lanza una pulsera informática (Rediband) que registra automáticamente durante una semana tus estados de alerta y de sueño, y pondera la calidad de tu sueño. Estos datos se plasman en una gráfica: ves qué aspectos debes tratar o corregir para alcanzar una buena higiene del sueño. Mi gráfica indica que debo civilizar mis hábitos de sueño. Pronto estará el Rediband en las farmacias: será sencillo tomar el pulso a tu sueño. Ya hay empresas y clubs deportivos interesados...
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Tengo 56 años. Nací en Nueva Orleans y vivo en Honolulu. Soy psicólogo experimental especialista en calidad del sueño. Estoy soltero y sin hijos. Soy republicano del ala liberal-cristiana. Un día sin dormir reduce las prestaciones cerebrales en un 25%. Dormir bien es salud. 

viernes, 16 de septiembre de 2011

"Vivimos sobre una obra de arte irreproducible"Yann Arthus-Bertrand

Tengo 65 años. Nací en París y vivo en una casa en un bosque. Soy fotoperiodista. Estoy casado hace 35 años. Tenemos dos hijos. ¿Política? Ecologista amoroso. ¿Dios? Creo en el ser humano. Promuevo una revolución espiritual. Ya es demasiado tarde para ser pesimistas.
Sus fotos son espectaculares...
He querido mostrar la belleza de este planeta desde un ángulo insólito para los humanos.

Desde el aire.
Sí, algo impensable hasta hace un siglo. Se podía desde alguna montaña, desde un globo... ¡Me emociona ver cosas que sé que nadie ha visto antes!

¿Qué le ha asombrado más?
La naturaleza fractal del mundo: los afluentes de un río semejan las venas de una mano... ¡Ver la Tierra desde el aire es casi igual a mirar por un microscopio!

Sólo cambian las escalas.
Por eso a veces incluyo personas o animales en la foto, para que se entienda la escala. Lo formuló bien Pascal: "Lo infinitamente grande semeja a lo infinitamente pequeño".

¿Cómo empezó usted a hacer fotos?
¡Volando en globo, precisamente! Yo era piloto profesional de globos aerostáticos.

¡Curioso oficio!
Conocí en París a mi mujer, etóloga, me enamoré... y la acompañé a Kenia: ella viajaba allí para hacer su doctorado sobre el comportamiento de los leones.

Romántica historia.
Y allí decidí usar el globo para seguir a los leones desde arriba...

Debía de ser una preciosa perspectiva.
Sí, y comencé a hacer fotos: me convertí en fotógrafo. El periodo más feliz de mi vida.

Hoy ha fotografiado todo el planeta.
Para que lo amemos.

¿No lo amamos?
Sabemos que todos los indicadores anuncian el desastre medioambiental... ¡pero no queremos creerlo! Nos negamos a cambiar de actitud. ¡Necesitamos una revolución!

¿Qué revolución?
¡Una revolución espiritual! No vendrá de la política, sino de la conciencia. Y por eso hago fotos y documentales: para fomentarla. ¡Todos somos responsables!

¿A qué se refiere?
Rechazo el discurso ecologista maniqueo que culpa a los magnates del petróleo y exculpa a los consumidores por víctimas. ¡No, no, no! Cada vez que tú llenas de gasolina tu coche, tú eres corresponsable: colaboras en un sistema dañino para el planeta.

¿Y cómo vive usted?
Con la máxima conciencia y dejando la mínima huella medioambiental. Vivo retirado en el campo, cada mañana paseo por el bosque con mi perro, abrazo árboles...

¿Abraza árboles?
Siento su energía poderosa. Para mí estas vivencias son muy importantes. Y ahora ya sabemos que los árboles de un bosque se comunican entre ellos...

¿Sí?
Mediante señales químicas, sí. Y parece que las bacterias de ciertos árboles pueden atraer tormentas. Yo no sé vivir en el asfalto. Necesito sentir los pies en la tierra, aunque tenga la cabeza en las nubes, ja, ja... Soy ecologista, pero vitalista, no político.

¿Por qué no político?
Los ecologistas de partido no aman a los demás. Les falta una actitud más compasiva. No me interesa. El ser humano es un animal empático: eso es lo que quiero fomentar.

¿Cuál era su vocación siendo niño?
La de huir. No era feliz en la escuela: las escuelas eran muy autoritarias, y yo no soportaba la autoridad. Fui expulsado de catorce escuelas.

¡Catorce!
Por eso tiene su gracia que haya en Francia doce escuelas con mi nombre. Hoy los niños en las escuelas pueden ser felices...

¿Qué hizo después de la escuela?
Me escapé de casa a los 17 años y viví a lo loco en París, trabajando como actor en algunas películas... pero lo hacía fatal.

¿Qué piropo a sus fotos le ha colmado?
"¡Ver esto ha cambiado mi modo de ver la vida!", me han dicho a veces.

Usted comunica bien.
Si no amas a la gente, ¡mal harás tu trabajo de periodista! ¿Lo sabes, no? Es imprescindible amar a los demás para comunicar.

¿Qué foto le gustaría hacer ahora?
Una de la Tierra desde la órbita terrestre.

¿Qué paisaje le ha impactado más?
La Antártida, con sus valles pétreos, secos, barridos por vientos... Y, por sus colores, el parque natural de Yellowstone.

¿Qué medio aéreo es el idóneo para hacer sus fotos?
El helicóptero. Permite encuadrar desde todos los ángulos y alturas, aunque también es el más peligroso.

¿Ha tenido algún percance grave?
Hacía fotos en Nueva Orleans, cuando el Katrina, y mi helicóptero cayó: ¡era una muerte segura! Pero un árbol nos salvó milagrosamente. El helicóptero se partió en dos.

¿Qué aprendió de esa experiencia?
Salí ensangrentado... con la imperiosa necesidad de hacer dos cosas: una, llamar a mi mujer; y dos, beber un vaso de vino.

¿Y eso?
Comprendí que mi patria son mi mujer y lo que representa el vino para mí: mi tierra, mis amigos, la alegría de vivir...

Representa que seguimos aquí.
Y deberíamos seguir, pero sin dejar tanta huella. Desde el cielo veo que ya no hay rincones vírgenes en el planeta. ¡Vivimos sobre una obra de arte irreproducible!

Cuidémosla o... ¿qué?
El futuro está en nuestras manos, y pasa por el amor: amemos el mundo, amémonos... y vendrán las soluciones. ¡Ya es demasiado tarde para ser pesimista!
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'Home' y 'Human'
La conciencia ecológica nació cuando vimos nuestro planeta fotografiado desde el espacio, tan pequeño, bello, azul. Arthus-Bertrand nos fascinó con su libro de fotografías La tierra vista desde el cielo, que lleva vendidos tres millones y medio de ejemplares, y sigue sobrevolando el mundo, ahora para realizar documentales como Home, rebosante de imágenes asombrosas. Ha sido proyectado en la 18.ª edición del Ficma, el festival internacional de cine de medio ambiente más veterano del mundo, convocado desde Barcelona, que nos inyecta conciencia mediante imágenes. Ahora Arthus-Bertrand prepara Human, para escuchar cara a cara la voz de personas de todo el planeta

En Alemania también pagamos con autoestima

Michael Brandenburg, ofrece empleos en Alemania a profesionales españoles

La economía alemana pierde cada año 110.000 empleados porque nuestra demografía –cada vez tenemos menos jóvenes– no es suficiente para atender las necesidades de nuestra industria.

¿Qué tipo de empleados necesitan?
Sobre todo ingenieros, pero también médicos, enfermeras y técnicos de todo tipo.

¿Todos con alto nivel de formación?
También nos faltan aprendices, que ya formaríamos nosotros. Estamos trabajando precisamente en un programa para llevar aprendices españoles a Alemania.

La canciller Merkel habló de llevarse 200.000 trabajadores españoles.
Hubo desmentidos y polémica al respecto, pero lo importante no es qué dijo, sino que Alemania los necesita. Y aquí están en paro.

¿Por qué se va a ir un profesional español a Alemania?
Para empezar por el sueldo: un ingeniero en su primer año puede llegar a los 3.000 euros al mes cuando aquí los becarios raramente alcanzan los 1.000.

Ya es un motivo.
Pero no el único; ni siquiera el más importante. Los profesionales españoles que ya trabajan en Alemania me confirman que lo que más aprecian es que les valoren. Y allí les aprecian, porque son escasos y las ingenierías españolas tienen prestigio. En Alemania también pagamos con autoestima.

¿Sabe lo que nos cuesta a los contribuyentes españoles formar a un ingeniero?
 Mucho. Lo sé, pero esa inversión se pierde si no encuentra empleo o si en ese trabajo no se aprovecha y mejora su formación.

¿Y en Alemania sí que la aprovechan?
 Allí la inversión en innovación es una prioridad. Y no sólo en grandes multinacionales, también las múltiples empresas medianas –de 600 a 800 empleados– invierten mucho y regularmente en I+D. Por eso tantas son líderes mundiales en nichos especializados. La experiencia y formación que el profesional español adquiera en ellas servirá aquí.

¿Cómo?
 Tras unos años de acumular dinero, conocimientos y autoestima en Alemania ese profesional puede volver a reinvertirlos aquí.

¿Tras jubilarse? ¿A cobrar la pensión?
Me gustaría ser muy realista. Alemania no es un paraíso: también tiene sus problemas.

Ustedes incumplieron en su día sus compromisos financieros con la UE.
Y hay regiones del Este que sufren un paro de hasta un 13 por ciento. Además, no todas las ofertas son de grandes multinacionales en ciudades de moda. Muchas son para empresas medianas ubicadas en pueblos donde tras el horario laboral los empleados no podrán gozar de un ocio cosmopolita, aunque sí, desde luego, de alta calidad de vida.

¿Cuáles son los defectos y las virtudes de la empresa alemana?
Su principal virtud es su apuesta por el largo plazo: planifica e invierte en innovación, Muchas empresas familiares reservan hasta el... ¡seis por ciento! de sus beneficios para investigación y desarrollo. Ese dinero daría para muchos caprichos si la familia propietaria prefiriera gastárselo en lujos.

¿Qué les falla a sus empresas?
Los alemanes confiamos en nuestras autoridades e instituciones sin cuestionar ni criticar sus directrices. Creemos que quien nos manda siempre tiene razón y, a veces, podríamos rectificar a nuestros dirigentes y evitar que, cuando ellos se equivoquen, también nos equivoquemos nosotros con ellos.

¿Eso es todo?
Tendemos a ser pesimistas y negativos: los alemanes somos capaces de ver defectos hasta en el árbol de Navidad.

¿Por qué el paro juvenil es aquí del 40 por ciento y en Alemania, inexistente?
Porque hemos adaptado nuestra tradición de formación gremial a la empresa moderna. La llamamos enseñanza dual, porque en ella colaboran los institutos y las empresas.

¿Cómo?
 Cada institución hace lo que sabe hacer mejor: el instituto enseña teoría y la empresa explica cómo aplicarla a sus necesidades productivas. Cuando los aprendices tienen 16 años, las empresas ya les hacen contratos de formación, los lehrlings vertrag.

¿Y les pagan?
 Entre 350 y 550 euros mensuales del primer al tercer año. Así el joven aprende en la empresa a trabajar con calidad, con planes y manuales enfocados al proceso productivo en continua adaptación y mejora.

Algo que un instituto no enseña.
Pero sí puede ir adaptando la teoría a esas necesidades productivas. Y es lo que hace durante 10 horas semanales, que complementan las de formación en la empresa.

¿Cuándo se supera el aprendizaje?
Cuando el aprendiz supera el examen de las cámaras de comercio para ser geselle. Con ese reconocimiento, llega hasta triplicar su sueldo inicial y la empresa empieza a cuidarlo todavía más, ya que se le considera un facharbeiter, un trabajador cualificado.

¿Y si quiere perfeccionarse?
 El geselle puede llegar a maister, tras superar otro exigente examen gremial y, una vez en posesión de ese titulo, ya está preparado para montar su pequeño taller o empresa y además se le permite tutelar y enseñar a sus propios aprendices.

¿Y si quiere ir a la universidad?
Siempre puede, además, preparar el abitur, bachillerato nocturno. Muchos presidentes de empresa fueron aprendices y lo superaron para ser universitarios.
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¡Volved, aprendices!
Hace años liquidamos nuestra tradición de aprendizaje gremial al sacar la formación de las empresas para confinarla en las aulas. Y perdió prestigio: parecía que sólo estudiaba FP quien no podía entrar en la masificada universidad. El resultado es que hoy somos la gran potencia europea en paro juvenil. Brandenburg explica cómo Alemania supo adaptar su formación gremial a las necesidades de la industria. Imitémosles: ¿no sería mejor que nuestros jóvenes aprendieran en una empresa ya desde los 16 años? Además de ofrecer empleos en Alemania, Brandenburg ayuda a profesionales en Iese y Resonance Consultants a "reinventarse", como se reinventó él al venir a Barcelona.

 

Safranski: "La información ya no se transforma en experiencia"

El filósofo alemán llenó el CCCB con su conferencia 'Sobre el tiempo', en la que denuncia la aceleración a la que estamos sometidos

Libros | 16/09/2011 - 11:02h
Albert Lladó
 
Rüdiger Safranski defiende que hoy "la información no se transforma en experiencia" y el exceso de estímulos provoca "un ataque del presente al resto del tiempo". Si sólo estamos pendientes de lo inmediato, si no hay espacio para "lo mediado", el conocimiento no es posible. "Necesitamos una revolución del tiempo social", asegura. http://www.lavanguardia.com/libros/20110916/54216950255/safranski-la-informacion-ya-no-se-transforma-en-experiencia.html
 
¿Puede aún un filósofo llenar un auditorio para hablar Sobre el tiempo? El pensador alemán Rüdiger Safranski, autor de prestigiosas biografías de Nietzsche y Schopenhauer (ambas editadas por Tusquets), sí, y lo demostró este jueves cuando, en una de las aulas del Centre de Cultura Contemporànea de Barcelona (CCCB), intentó responder durante prácticamente dos horas a las complejas preguntas: ¿Cuánta aceleración puede soportar el ser humano? ¿Cómo puede lograrse una relación más razonable con el tiempo?
Safranski, que acaba de presentar su nuevo libro Goethe y Schiller. Historia de una amistad (Tusquets, 2011), comenzó haciendo un repaso histórico a la cuestión del tiempo, una "categoría filosófica" recurrente en la religión, la literatura y el pensamiento. Así, San Agustín decía saber qué era "pero no explicarlo si me lo preguntan".
El autor fue presentado por la ensayista y traductora Rosa Sala Rose que, además de elogiar la capacidad del pensador alemán para enfrentarse a los campos más complejos, destacó uno de los muchísimos premios que ha recibido a lo largo de su trayectoria: el de un prestigioso club de fumadores de pipa. Más allá de la divertida anécdota, nos dice Sala, ese galardón sirve de metáfora de lo que quería decir Safranski. No en vano, el fumador de pipa es un fumador diferente a los demás, que vive el tiempo desde otra perspectiva. Así pues, ¿qué es el tiempo y cómo repensarlo desde nuestra cosmovisión?
Para Safranski, "el tiempo sólo tiene una dirección, no es como el espacio". Se trata de un flujo irreversible. Sin embargo, nosotros vivimos la dicotomía entre el tiempo presente ("siempre hay un ahora") y el tiempo imaginado (por el que viajamos al pasado o al futuro). Nos desplazamos, pero desde nuestra creatividad.
De este modo, el filósofo explica que se suele entender el tiempo como "aquello que miden los relojes", pero en realidad eso no es más que una convención. "Se confunde el tiempo con sus instrumentos para medirlo", asegura. Y es que, según sus palabras, "el tiempo no avanza, sino que fluye", y sólo se puede hablar de tiempo si pasa alguna cosa, si podemos reconocer ciertos hechos o acontecimientos ocurridos entre un espacio temporal y otro.
Después de esta breve introducción en la idea ontológica del tiempo, Rüdiger Safranski quiso dedicar la conferencia a lo que denomina "socialibilización del tiempo", que viene con la industrialización de la sociedad moderna, cuando se normalizan los grandes relojes en iglesias y fábricas... Hay una "mecanización" que, a partir de ese momento, dirige nuestro comportamiento. Somos proveedores de tiempo.
En nuestros días, el aumento de la "presión temporal" es brutal, y se habla de la "escasedad del tiempo". Para el autor alemán no se puede utilizar este término, ya que algo sólo puede ser "escaso" en relación a otra cosa, y no es una característica intrínseca del concepto. Siempre nos quejamos de que "tenemos poco tiempo", que tenemos que "ganar tiempo", porque lo vemos ya como un producto por el que pagamos o cobramos en plazos bien delimitados (sueldos, cuotas, préstamos, etcétera). La relación entre tiempo y economía es, en este sentido, fundamental. Mientras el que está dentro de la rueda laboral no tiene tiempo para nada, el que está fuera, el que la sociedad ha excluido, no sabe qué hacer con él.
Con la "aceleración" de nuestros días, en gran parte provocada por los nuevos sistemas de información, lo que se busca es, prioritariamente, el consumo. Así, nos dice Safranski, "los créditos no son creación de valor, sino que se compra el futuro, hipotecándonos". Para el pensador, la especulación es eso, "basura que aún no hemos consumido" y, por ello, el problema fundamental radica en una falta de sincronización entre el tiempo financiero y el tiempo vital. Son dos trenes incompatibles, nos explica, que quieren convivir siendo uno de Alta Velocidad y otro de Cercanías.
Se cree que la aceleración – hacer cosas constantemente - ayuda a no pensar en la muerte. El filósofo no puede estar más en desacuerdo, ya que lo que se consigue es que, viviendo de esta forma, "la experiencia vital ya no tiene valor". Vivimos en una "patología del tiempo" que nos lleva, irremediablemente, al horror vacui. ¿Por qué, después de mirar durante horas la televisión, al poco rato ya no recordamos nada de lo que hemos visto?
Rüdiger Safranski defiende que hoy "la información no se transforma en experiencia" y el exceso de estímulos provoca "un ataque del presente al resto del tiempo". Si sólo estamos pendientes de lo inmediato, si no hay espacio para "lo mediado", el conocimiento no es posible. "Necesitamos una revolución del tiempo social", asegura.
¿Por dónde comenzamos? El pensador, que está trabajando en un nuevo libro sobre el tema, parece tenerlo claro: "La filosofía es un primer paso hacia la desaceleración".

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El hombre de hoy sigue siendo un esclavo C.N.

A sus 76 años, el psiquiatra chileno Claudio Naranjo es considerado como uno de los maestros contemporáneos en vida. Profesor de una docena de prestigiosas universidades de todo el mundo y doctor honoris causa por la italiana de Udine, es autor, entre otros ensayos, de Carácter y neurosis y Cambiar la educación para cambiar el mundo. También es el fundador del programa Searchers After Truth (SAT), orientado a promover el autoconocimiento y el desarrollo personal, integrando herramientas y disciplinas occidentales y orientales. Naranjo ha sido invitado recientemente por Esade para reflexionar sobre cómo impulsar una formación más humanista como respuesta a la deshumanización de las empresas y de la sociedad.

Pregunta. ¿Cómo es posible que se deshumanicen los seres humanos?
Respuesta. Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como ego o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.

P. ¿Cómo se sabe que una persona vive identificada con su ego?
R. Es fácil: en primer lugar, porque a pesar de hacer y tener de todo siente un vacío en su interior, como si le faltara algo esencial para vivir en paz. De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad. Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional. Su objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sinsentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.

P. ¿Por qué prevalece la deshumanización de las empresas y de la sociedad?
R. Porque llevamos muchas décadas condicionando a los seres humanos con falsas creencias sobre quiénes son y cuál es su relación con el mundo. Debido a la ignorancia ha prevalecido el ego, desde el que se ha construido una sociedad competitiva, agresiva, avariciosa, superficial, insatisfecha, vacía y ambiciosa, que a su vez sigue condicionando a las nuevas generaciones para preservar el establishment.
P. ¿A qué se refiere?
R. El mundo se ha convertido en un negocio en manos de las grandes corporaciones. Debido al sistema monetario, todas las instituciones funcionan bajo un mismo principio creador: su propia supervivencia. Tanto los Gobiernos como las entidades financieras, las empresas y las instituciones religiosas, que tanta influencia tienen en la sociedad, están orientadas a optimizar sus recursos para tener el mayor lucro posible. El bienestar de la humanidad y del medio ambiente les trae sin cuidado porque no es rentable.

P. De ahí la dificultad de tener verdaderos líderes humanistas...
R. Exacto. A la maquinaria del sistema monetario sólo le interesa que las cosas sigan como están, incluyendo los 40 conflictos armados existentes hoy y que tanto dinero generan a la industria armamentística mundial. Por eso, líderes como los hermanos Kennedy, Gandhi, Luther King y tantos otros fueron asesinados. Los que tienen el poder tan sólo están interesados en continuar teniéndolo, y para eso necesitan seguir esclavizando a los pueblos por medio de la deuda y los intereses bancarios, que impiden que la humanidad salga de este círculo vicioso.
P. ¿Y cuál es su propuesta?
R. Un cambio radical en el proceso de formación humano. Ahora prevalece el condicionamiento egoico, que provoca que el hombre siga siendo un esclavo. En cambio, una educación basada en nuestra verdadera naturaleza potencia el desarrollo de nuestra conciencia, lo que nos libera de las falsas creencias acumuladas por el ego y que tanto limitan nuestra existencia. La crisis económica tan sólo pone de manifiesto nuestra crisis de conciencia. Es un indicador de que algo está funcionando muy mal.

P. Usted suele hablar de "la búsqueda de la verdad"...
R. Todos los grandes sabios de la humanidad, como Buda, Lao Tse, Jesucristo o Sócrates, han dicho lo mismo: el sentido de la vida es aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al medio ambiente que nos rodea como parte de nosotros mismos. No existe la fragmentación, sólo la unidad: todos somos uno. Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza. No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma. El líder que las empresas necesitan para mejorar la realidad debe ser, ante todo, un hombre consciente, libre y sabio. -
http://www.elpais.com/articulo/carreras/capital/humano/hombre/hoy/sigue/siendo/esclavo/elpepueconeg/20090215elpnegser_2/Tes

martes, 6 de septiembre de 2011

"La cultura de la queja lleva a Occidente a la decadencia"

Swami Parthasarathy; maestro de vedanta; exégeta de los antiguos Vedas

Tengo 84 años y, tras siglos de rapiña colonial, veo por fin el despertar de la India y Asia. Nuestra cultura de la responsabilidad nos está haciendo más prósperos que ustedes. Llevo casado –la familia es dar o no es– 58 años con mi única esposa. No muera sin haberse conocido

Una cultura basada sólo en los derechos individuales no lleva a la armonía personal ni colectiva, porque, quien es educado en la convicción de que tiene derecho a todo siempre encuentra motivos para la queja.

¿Y no es así?
Al contrario: si vives convencido de que tienes todos los derechos, crees que la única razón de tu insatisfacción es que alguien no te los ha dado. Y de ese modo pierdes la oportunidad de tener responsabilidades. Y, por ello, eres desgraciado, porque pierdes el control sobre tu propia existencia.

¿Por qué?
Porque si sólo crees tener derechos, la causa de tu insatisfacción no está en ti mismo, sino en los demás, en algo que otros no te dan. Y, al pensar así, te conviertes en un niño mimado y dependiente al que por mucho que se le dé todo, siempre le faltará algo.

¿La cultura de los derechos es también la de la queja y la insatisfacción?
Exactamente. Por eso Occidente siempre se queja y por eso ustedes siempre están insatisfechos por mucho que tengan.

Ahora tal vez tengamos motivos.
Todo está relacionado. La cultura de la queja es la razón de la decadencia de Occidente. Porque, además de insatisfechos, esa cultura de los derechos individuales sin ninguna responsabilidad social también los hace a ustedes egoístas e improductivos.

También esa cultura nos hacía –hasta ahora– más prósperos que nadie.
El tiempo ha puesto las cosas en su sitio y cuando, por fin, en la India y Asia nos hemos liberado de su colonialismo, nuestro sentido de la responsabilidad nos ha permitido volver a ser prósperos.

¿Cómo?
La India y toda Asia y sus sociedades colectivistas están basadas en el sentido del deber hacia los demás: el pueblo, la familia, la sociedad. Por eso ahora ya estamos compitiendo con ustedes en el terreno económico.

No sé si veo la relación...
Una sociedad como la occidental, basada en la continua reclamación de derechos, los condena a la queja. Y los culpables siempre son los demás: el Estado, el empresario, tu familia, los políticos, el municipio... Pero lo peor es que, de ese modo, dejas la responsabilidad de tu vida a alguien que no eres tú. Tú deberías ser, en cambio, quien decidiera sobre tu propia satisfacción.

¿Cómo recuperas la iniciativa?
Dando. Basando tu vida en las obligaciones y las responsabilidades. Eso volvería a hacerlos más productivos a ustedes los occidentales. Porque, para que te den algo que crees merecer, sólo tienes que ser lo suficiente insistente y hasta quejica, y tal vez te lo acaben dando. Pero para poder dar algo a los demás, antes tienes que haberlo producido y creado, y después ser generoso.

Dar no es la cultura imperante aquí.
Si fundas tu existencia en la responsabilidad y la generosidad de dar, recuperas el control sobre tu propia existencia. Porque dar depende sólo de ti; recibir te pone a merced de los demás. Si fundas tu familia sólo para recibir amor y derechos, nunca obtendrás bastante y acabarás abandonándola.

¿Por qué?
Porque el único modo de lograr tener una familia duradera es vivir para dárselo todo. Mi única mujer y yo llevamos 58 años casados...Y felices. Porque nunca pensamos en lo que nos debe el otro, sino en lo que podemos darle a él y a nuestros hijos. El día en que piensas más en lo que recibes que en lo que das, la familia deja de tener ningún sentido. Nunca te dará bastante.

¿Esa actitud requiere tener religión?
Es universal y eterna en el ser humano que se conoce. Las civilizaciones que progresan están fundadas en la generosidad, en personas que trabajan, crean y dan a los demás.

Adam Smith creía que los egoísmos individuales arbitrados en mercados eficientes crean prosperidad colectiva.
Ese tipo de actividad puede darte prosperidad, pero no paz interior. No es que la prosperidad sea mala en sí, pero si no va acompañada de crecimiento interior, no satisface a nadie. Al contrario, esa hiperactividad te estresa, y te vuelve engreído e intratable.

¿Por qué?
Porque el único placer real que da ganar algo es poder compartirlo. Lo descubre el vedanta desde hace milenios. Y de él bebieron Platón, Sócrates, Jesucristo y Mahoma. Y miles de maestros de todas las culturas.

¿En qué consiste?
No hace falta una fe ciega ni ascetismo ni grandes revelaciones. Llegará a esa verdad por su propio sentido común. No se trata de ser santo, sino simplemente sensato.

¿Disciplina mental?
Madurez. Y no me refiero a la acumulación de conocimiento, sino a sabiduría vital. El placer, por ejemplo, lleva aparejado el desplacer. Si usted bebe por placer, acabará sufriendo por la bebida, a menos que aprenda a controlar su deseo –es la neutralización– y madure hasta descubrir que beber menos es la mejor forma de disfrutarlo más.

También depende de con quién bebas.
La causa de una relación mala no está en el otro, sino en tu propia actitud. El defecto no está en el amigo, el coche, la casa, la esposa... sino en ti mismo, en tu actitud hacia ellos. Todo conflicto de relación es una oportunidad para estudiarte y corregirte. Antes de quejarse de los demás, estúdiese y verá que el problema está en usted.
La solución eres tú
"Una mujer buena te hará feliz: la mala te hará filósofo", ironiza el swami (maestro) Parthasarathy y asiente el empresario Luis Daswani, pionero del vedanta en Catalunya y su palco del Camp Nou, donde da buen karma al Barça. El vedanta no es religión ni secta ni pide dinero ni fieles. Es una disciplina milenaria de raciocinio de la que beben tradiciones como la socrática, la aristotélica, la cristiana o la musulmana. De ella aprendo neutralización: para disfrutar más de la bebida, bebe menos (sirve para cualquier placer). Y me dice cómo localizar problemas: busca el problema en ti mismo –corrige tu actitud– y deja de echar la culpa a los demás. En ti está todo problema y toda solución.
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Comentario:

Las sociedades asiaticas han avanzado porque han aprovechado sus modelos duales, (bajos salarios, comercio internacional )dos sistemas, lo mejor de su cultura y todo el entramado financiero occidental que seguro critican.

 


domingo, 4 de septiembre de 2011

"No hay ninguna excusa para los padres vagos"

Tengo 47 años. Nací y vivo en Palma de Mallorca. Soltero.Presido la Fundación Kovacs dedicada a la investigación médica.Cuando un país tiene un nivel educativo muy bajo y una justicia que no es predecible, no es democrático aunque vote. Creo que en el humano está todo.


En un entorno global competitivo, o aseguramos la educación de las próximas generaciones o hablaremos todos chino rápidamente.

¿Y qué significa educar?
De acuerdo con el conocimiento científico tres cosas: el niño debe estar rodeado de un entorno que fomente al máximo todas las capacidades que su código genético permite. No se trata de hacer nada artificial sino permitir que esa potencialidad fructifique.

No idiotizarlo, vaya.
En segundo lugar hay que rodearlo de afecto. Y en tercer lugar hay que darle modelos de conducta que pueda imitar y que le transmitan los valores que socialmente queremos, véase el rigor, la disciplina, la meritocracia, la justicia, etcétera.

Entendido.
El conocimiento científico demuestra que, al nacer, la mayor parte de nuestras neuronas no están conectadas entre sí. Se conectan o no en función de los estímulos del entorno, y cuanto mayor es el sujeto más difícil. Con lo cual, quien debería fijar el calendario educativo es el desarrollo biológico del niño.

Es usted un poco determinista.
Hay tres estereotipos. El primero es el del salvaje feliz, lo de que hay que dejar al niño que brote espontáneamente como las lechugas. Una educación no intervencionista no es educación, es agricultura. Y condena al niño a ser un fracasado toda su vida. No hay ninguna excusa para los padres vagos.

Radical.
Una vez que el niño ya tiene cierta edad (entre los 10 y 14 años), y empieza a tener una vida cada vez más autónoma en la que la influencia de los padres es cada vez menor, se encuentra con situaciones que son contradictorias a aquellas en que lo han educado.

Póngame un ejemplo.
Si al niño lo han educado bien en su casa, tendrá un concepto claro de la justicia: yo puedo predecir qué voy a hacer y qué me va a pasar, en función de lo que haga, mis padres me van a premiar o castigar. Pero cuando sales al mundo te das cuenta que hay cosas que funcionaban en tu casa que en el ámbito macro no funcionan igual.

¿Entonces?
También es necesario dotar en cuanto es posible al niño de un criterio propio, sólido y fundamentado para que pueda resistir el contacto con la realidad sin considerarse idiota ni abjurar de sus principios.

¿Y cómo se hace eso?
A través de tres claves: Formación, información y ejemplo. No basta con decirle al niño desde pequeño que la honradez es un valor positivo, debes predicar con el ejemplo. Si tú admiras a un ladrón porque preside un gran banco te estas contradiciendo.

Las contradicciones son inevitables.
Hay que darle información para que comprenda que no tiene que cuestionar sus principios sino sobrevivir en un entorno donde no siempre se aplican. Intentar aislar al niño en una burbuja es un suicidio, porque en cuanto el niño sale al mundo se lo comen.

Glups.
Hay que prepararle para que cuando tú ya no estés tan presente, sea capaz de autoeducarse constantemente. Es lo que deberíamos hacer todos los adultos.

Usted bombardea el sistema educativo.
Año tras año, cuando salen los resultados del informe Pisa, el director general de turno o la ministra, si las elecciones están cerca, hace dos declaraciones tópicas típicas y hasta el año próximo. Con este planteamiento el fracaso está garantizado.

¿Qué propone?
Volver a implantar valores y mecanismos educativos contrastadamente eficaces y dejarnos de experimentos pedagógicos. Por ejemplo deberíamos agrupar a los niños por nivel, no por edad biológica. Eso de que los niños crecen industrialmente y el que nació el 31 de diciembre le corresponde otro nivel del que nació al día siguiente es una aberración que sólo cabe en la cabeza de los que perpetraron la Logse.

¿Qué más?
Instalar mecanismos de premio y castigo (que no significa tortura y mimo) que es como funciona nuestro cerebro. Si tratas igual al que estudia que al que no lo hace, estas incentivando que todo el mundo suspenda.

Aboga por una educación tradicional.
Estamos en un entorno políticamente correcto y blandito que nos está llevando al hundimiento colectivo. Ahora por ejemplo la competitividad no está de moda. Pero vivimos en una sociedad globalizada, la competencia está y hay que aprender a manejarla. Aprender a competir es no abusar cuando ganas ni frustrarte cuando pierdes.

¿Qué pasó entre usted y su padre?
Me permitió hacer lo que yo quería siempre que estuviera a la altura: si quieres tocar el piano, te comprometes a hacerlo lo mejor que puedas. Si pretendes ser libre tienes que demostrar que eres digno de esa libertad y que la ejerces bien. No ganas derechos por el hecho de crecer biológicamente.

Interesante matiz.
Si el niño aprende a abjurar del esfuerzo no sólo lo conviertes en un vago, sino que mediatizas todas sus decisiones de futuro, siempre va a hacer lo que le sea más fácil.

Además de educadores, ¿podemos ser amigos de nuestros hijos?
Los padres pueden decidir ser amigos de sus hijos, pero tienen que ser conscientes de que los dejan huérfanos.
Educan los padres
En la universidad lo llamaban cerebrito Kovacs. Fue formado por su padre en técnicas especiales de educación temprana. Terminó sus estudios de medicina a los 19 años y se doctoró summa cum laude a los 22. Esa experiencia le ha llevado a desarrollar un método educativo que aúna la intuición paterna con sus investigaciones médicas que explica en Aprendiendo a ser padres. El método Kovacs(Martínez Roca). "Hay un error conceptual: el colegio forma, pero los que educan son los padres. Y el niño se convertirá en un adulto más o menos libre en función de la eficacia con la que asuma sus responsabilidades. Casi cualquier cosa que hace un humano necesita entrenamiento y formación".