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jueves, 29 de septiembre de 2016

Hacia una revolución digital más humana

Hacia una revolución digital más humana

La transformación digital es un término relativamente reciente pero que, a base de repetirse cual mantra del siglo XXI, ha pasado a convertirse en una de esas concepciones de las que todos hablan, pero pocos dominan. Entre los que sí conocen los entresijos que marcan la evolución de las empresas se encuentraJavier Casado, responsable del área digital de la consultora Everis, quien se desmarca de la corriente generalizada de alabanza a la tecnología para hacer hincapié en el capital humano como pilar de esta transformación.
Y es que, aunque contar con sistemas técnicos de vanguardia es esencial para afrontar la revolución tecnológica que se cierne sobre nosotros, para Javier Casado el verdadero diferencial que marca el éxito o el fracaso de una estrategia de transformación digital es la capacidad de cambiar la empresa por dentro, empezando por los propios empleados. «La transformación real en la empresa debe orientarse hacia el cliente, pero también internamente, incluyendo cambios en la captación del talento», explica el directivo. «Obviamente es necesario incorporar perfiles de Ciencias, pero también de Humanidades, en tanto que el trato con personas está en el epicentro de la ecuación. Así, antropólogos, sociólogos y psicólogos forman parte esencial de esta revolución, además de expertos en diseño de experiencia y en el uso inteligente de los datos».
Una transformación que también afectará a las posiciones más altas de las organizaciones. «Ya no vamos a ver CIOs que no sepan de negocio ni CEOs que no sepan de tecnología», asegura Casado. «Estamos empezando a ver ese cambio en varias grandes compañías, con altos directivos digitales que van accediendo a puestos de poder en grandes empresas y Consejos de Administración que van incorporando estos perfiles».
Y es que, como sintetiza Casado, «una empresa que no tiene organizado su vestuario no puede ofrecer buenos productos. La transformación de los procesos internos es, en sí misma, una ventaja competitiva». Pero, más allá incluso, esta transformación digital no debe modificar los paradigmas sobre los que se sustenta la empresa en la actualidad, sino garantizar que se podrán ir cambiando conforme vaya madurando la era digital. «No tenemos sólo que cambiar los procesos actuales de la empresa, debemos generar una cultura del cambio que garantice no sólo la evolución de hoy, sino también la de dentro de cuatro años», confirma Javier Casado.
http://www.elmundo.es/economia/2016/09/16/57d9238622601d1d078b45f4.html

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Descubren por casualidad que el tratamiento de la anemia también ataca los tumores

Científicos de Stanford han descubierto por casualidad que las nanopartículas de hierro que tratan la anemia también activan el sistema inmune para destruir tumores. El medicamento, que está comercializado, tiene efectos secundarios, como alergias graves, pero es menos tóxico que la quimioterapia. Hasta ahora las nanopartículas se utilizan fundamentalmente como vehículos para otros elementos activos.





El ferumoxytol activa los macrófagos asociados con los tumores. Imagen: Amy Thomas. Fuente: Universidad Stanford.
El ferumoxytol activa los macrófagos asociados con los tumores. Imagen: Amy Thomas. Fuente: Universidad Stanford.
Investigadores de la Universidad Stanford (California, EE.UU.) han descubierto accidentalmente que las nanopartículas de hierro inventadas para el tratamiento de la anemia tienen otro uso: activar la capacidad del sistema inmune para destruir las células tumorales. 

Las nanopartículas, que están disponibles comercialmente en forma del suplemento de hierro inyectable ferumoxytol, están aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) para el tratamiento de la anemia por deficiencia de hierro. 

Un estudio con ratones encontró que el ferumoxytol provoca que las células inmunes denominadas macrófagos asociados a tumores destruyan las células cancerosas. El descubrimiento, descrito en un artículo publicado en Internet en la revista Nature Nanotechnology, se hizo por accidente mientras se probaba si las nanopartículas podrían servir como caballos de Troya, introduciendo a escondidas quimioterapia en tumores de ratones. 

"Fue muy sorprendente para nosotros que las nanopartículas activaran los macrófagos de manera que empezaron a atacar a las células cancerosas en los ratones", dice Heike Daldrup-Link, que es la autora principal del estudio y profesora ayudante de radiología en la Escuela de Medicina. "Creemos que este concepto debería mantenerse también en pacientes humanos." 

El equipo de Daldrup-Link llevó a cabo un experimento con tres grupos de ratones: un grupo experimental que recibió nanopartículas cargadas con quimioterapia, un grupo de control que recibió nanopartículas sin quimio y un grupo de control que no recibió ni unas ni otras. Los investigadores hicieron la inesperada observación de que el crecimiento de los tumores en los animales que recibieron solamente nanopartículas desaparecía, en comparación con los otros grupos. 

Macrófagos 

Los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas de seguimiento para describir lo que estaba ocurriendo. Experimentando con células en un plato, demostraron que hacían falta unas células inmunes llamadasmacrófagos asociados a tumores para que se produjera la actividad anti-cáncer de las nanopartículas; en cultivos de células sin macrófagos, las nanopartículas de hierro no tuvieron ningún efecto contra las células cancerosas. 

Antes de este estudio, ya se sabía que en las personas sanas, los macrófagos asociados a tumores detectan y se comen las células tumorales individuales. Sin embargo, grandes tumores pueden secuestrar a estos macrófagos, haciendo que dejen de atacar y en su lugar comiencen a secretar sustancias que promueven el crecimiento del cáncer. 

El estudio mostró que las nanopartículas de hierro devuelven a los macrófagos a su estado anti-cáncer, como demuestra el seguimiento de los productos del metabolismo de los macrófagos y el examen de sus patrones de expresión génica. 

Además, en un modelo de ratón del cáncer de mama, los investigadores demostraron que el ferumoxytol inhibía el crecimiento del tumor cuando se administraba en dosis, ajustadas al peso corporal, similares a las aprobadas por la FDA para el tratamiento de la anemia. 

Estudios anteriores habían demostrado que las nanopartículas se metabolizan durante un período de aproximadamente seis semanas, y el nuevo estudio muestra que el efecto anti-cáncer de una dosis única de nanopartículas disminuía en tres semanas aproximadamente.

Magnetita, u óxido de hierro (II, III), del que se obtienen las nanopartículas de hierro. Imagen: Archaeodontosaurus. Fuente: Pixabay.
Magnetita, u óxido de hierro (II, III), del que se obtienen las nanopartículas de hierro. Imagen: Archaeodontosaurus. Fuente: Pixabay.
Aplicaciones clínicas 

Los científicos también probaron si las nanopartículas podrían detener la propagación del cáncer, o metástasis. En un modelo de ratón del cáncer de pulmón de células pequeñas, las nanopartículas redujeron la formación de tumores en el hígado, un sitio común de metástasis en ratones y seres humanos. En un modelo separado de la metástasis de hígado, un pretratamiento con nanopartículas antes de introducir células tumorales redujo en gran medida el volumen de los tumores del hígado. 

Los resultados del estudio sugieren varias aplicaciones posibles para poner a prueba en ensayos humanos, dice Daldrup-Link en lanota de la universidad. Las nanopartículas de hierro carecen de los efectos secundarios tóxicos de la quimioterapia, lo que sugiere que se podrían dar a los pacientes durante el período de recuperación tras una cirugía por cáncer. 

Con todo, el ferumoxytol también tiene efectos secundarios, entre ellos reacciones alérgicas graves o incluso mortales. Según la FDA, también puede producir problemas respiratorios, descenso de la presión sanguínea, mareos, inflamación, sarpullidos y picazón. 

Las nanopartículas también pueden ayudar a los pacientes con cáncer cuyos tumores no pueden eliminarse por completo. "Si quedan algunas células tumorales después de una cirugía, pensamos que podría funcionar inyectar ahí nanopartículas de hierro" dice Daldrup-Link. 

El hecho de que las nanopartículas ya estén aprobados por la FDA [para otros usos] acelera la capacidad de probar estas aplicaciones en seres humanos, agrega. 

Los nuevos hallazgos también ayudarán a los investigadores del cáncer a realizar evaluaciones más precisas de los fármacos formados en parte por nanopartículas, dice Daldrup-Link. "En muchos estudios, los investigadores consideran solo las nanopartículas como vehículos para los fármacos", dice. "Pero podrían tener efectos intrínsecos ocultos que no vamos a apreciar a menos que nos fijamos en las propias nanopartículas." 

Científicos de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón también contribuyeron al estudio.

Referencia bibliográfica: 

Saeid Zanganeh, Gregor Hutter, Ryan Spitler, Olga Lenkov, Morteza Mahmoudi, Aubie Shaw, Jukka Sakari Pajarinen, Hossein Nejadnik, Stuart Goodman, Michael Moseley, Lisa Marie Coussens, Heike Elisabeth Daldrup-Link: Iron oxide nanoparticles inhibit tumour growth by inducing pro-inflammatory macrophage polarization in tumour tissuesNature Nanotechnology (2016). DOI: 10.1038/nnano.2016.168.


Martes, 27 de Septiembre 2016
Universidad Stanford/T21
Artículo leído 8282 veces

lunes, 26 de septiembre de 2016

La ciencia se basa en meritos ,asi deberia ser la politica M.Blasco

María Blasco: "La ciencia se basa en méritos, así debería ser la política"


"Es importante que los españoles estemos ilusionados de serlo y esto no pasa ahora"/ "Hace falta un proyecto ilusionante en este país" / "Si se tiene un cáncer, nunca hay que pensar que es culpa de uno"

La científica, en la sede del CNIO

La científica, en la sede del CNIO 



María Blasco es científica y española, pero difiere mucho de la media de mujeres que se dedican a la ciencia en nuestro país y es consciente de ello. No se molesta en negar que su situación es inusual: de los 23 centros de investigación que cuentan con el distintivo Severo Ochoa -que implica una dotación económica de un millón de euros al año y se basa sólo en la excelencia científica- sólo dos están liderados por mujeres. 
El que ella dirige desde 2011 es el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que busca hallar remedio a la que es segunda causa de muerte en los países desarrollados: el cáncer. Al contrario que algunos de sus colegas, Blasco se niega a poner fecha al fin de esta enfermedad: cree que no acabará nunca porque está ligada al envejecimiento. 
La científica incluye a menudo el dinero en la conversación. La imagen idílica del científico vocacional está muy bien, pero sin fondos no se puede avanzar. Y España ¿es capaz de avanzar? Aunque afirma no contar con las recetas necesarias para que esto ocurra, apunta al mismo método que se sigue en el centro donde nos recibe. La ciencia, considera, podría ser el espejo perfecto donde nuestros políticos se miraran. 
Usted dirige el centro líder en investigación del cáncer ¿se conseguirá acabar con esta enfermedad?
El cáncer es una patología asociada al proceso de envejecimiento, que empieza a ser prevalente a partir de los cincuenta años y que es, por lo tanto, muy común. Yo creo que nunca acabaremos con ella precisamente por esta razón: estará ahí mientras nuestro organismo envejezca, que no quiere decir otra cosa que las células dejan de funcionar correctamente, lo que implica la posibilidad de que alteren distintas rutas moleculares que lleven al desarrollo de tumores malignos. 
Pero sí ha habido avances y los sigue habiendo, ¿no?
Cada día hay avances que llevan a nuevos fármacos, pero es también muy importante entender el proceso de envejecimiento celular como origen del cáncer. Se ha visto que uno de los efectos de éste es la cancelación de nuestro sistema inmune, que deja de ser capaz de eliminar las células tumorales. De ahí la revolución de la inmunoterapia, los tratamientos que consiguen manipular nuestras defensas.
Entonces, ¿en qué punto estamos de la lucha contra el cáncer?
Es importante reconocer que no sabemos todo, pero sí mucho de algunos tumores, que son justo los más curables. Son los que más se han estudiado y sobre los que ha habido más lobby social, los más comunes. Pero los tumores que menos entendemos desde el punto de vista molecular son los menos curables, de ahí la importancia de la investigación, que va 15 o 20 años por delante de los tratamientos. Cuanto más sepamos sobre los talones de Aquiles del cáncer, más capaces seremos de tratarlo cuando aparece. Mientras tanto, hay que tener claro que existen unas recomendaciones muy claras de vida saludable para prevenirlo. Hay que seguir el decálogo de hábitos de vida de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que incluye consejos tan básicos como no fumar y hacer ejercicio. Eso sí, es muy importante resaltar que nunca tenemos que pensar que si tenemos un cáncer es culpa nuestra; también hay un componente de azar y no hay que olvidar lo del envejecimiento. 
María Blasco, durante la entrevista
María Blasco, durante la entrevista 
En su centro, y en concreto usted, se ha especulado con la posibilidad de alargar la vida...
En mi grupo llevamos detrás del uso terapéutico de la telomerasa [una proteína que alarga los telómeros, los extremos de los cromosomas] desde 2001. En 2008, publicamos un estudio en la revista Cell con el que demostramos que se podía retrasar el envejecimiento de esta forma. Primero lo logramos con ratones transgénicos y ya lo hemos conseguido con animales no modificados. Se trata de alargar la vida retrasando las enfermedades asociadas al proceso de envejecer, vivir más con más calidad de vida. 
¿Cómo explicaría a alguien no lego en el asunto la importancia de la investigación básica?
Antes de desarrollar un fármaco -algo que también hacemos en el CNIO- hay que tener una buena diana terapéutica, un lugar donde la molécula que desarrolles vaya a atacar. Para saber si merece la pena hacer la inversión económica que supone dicho desarrollo hay que hacer trabajos previos con células, con ratones... Esto nos permite apostar por proyectos de fármacos determinados tanto a nosotros como a las empresas farmacéuticas. Pero también es importante que este tipo de investigación se pueda llevar al paciente sin esperar a que ninguna compañía farmacéutica se interese, lo que acorta muchísimo los procesos. Es lo que sucedió con el trabajo de Óscar Fernández Capetillo, que publicó cómo se podía inhibir una proteína asociada al cáncer en 2011 y pudo licenciar el fármaco a una multinacional sólo dos años después. 
En el CNIO ha habido casos de éxito como éste en plena crisis económica ¿acaso no les ha afectado?
Hay que reconocer que somos unos privilegiados, aunque hemos pasado por momentos difíciles. Pero nosotros nos hemos beneficiado del programa Severo Ochoa, que inició el gobierno anterior y lo ha continuado el actual. Esta acreditación se consigue de forma competitiva; si uno es bueno, se le concede. Como va asociada a una dotación económica de un millón de euros, ha hecho que aumente la excelencia, porque se ha ampliado el número de centros que podían optar a ella. Pero este dinero no es bastante y un país que apueste por la ciencia tiene que ser capaz de financiar a sus grupos punteros al 100%, sin que tengan recurrir, como sucede actualmente, a la Unión Europea, a fundaciones o adonde sea. 
La investigadora en el CNIO.

La investigadora en el CNIO. 
¿Cree que estos procesos competitivos se podrían aplicar a otros aspectos?
Sí, sería bueno. Hay cosas muy básicas como la educación en las que está claro que es bueno, porque cuando se compite se aumenta el nivel de lo que hay. En el caso de los Severo Ochoa ha sido muy evidente, ha sido una herramienta que ha permitido que instituciones que no tenían la acreditación quieran parecerse a los centros que sí la posee. Así se consigue más excelencia. 
El concepto excelencia no parece estar muy presente en España ahora mismo ¿cuál sería su diagnóstico del país?
Por empezar por el campo en el que trabajo, creo que hace falta aumentar la financiación en ciencia, ampliar el programa Severo Ochoa y revisar los planes estatales de investigación. Hace falta que, no sólo el Gobierno sino también los distintos partidos políticos, piensen que es una prioridad para nuestro país. Ahora mismo hay negociaciones para una investidura y nadie habla de ciencia; no se ve como una prioridad. Y no tiene que ver con el color político; yo siempre pongo el ejemplo de Alemania. Ahora mismo gobierna un partido conservador, que dejó claro desde el principio que iba a hacer recortes. Eso sí, también dejó claro que no iba a tocar la ciencia sino que, por el contrario, iba a aumentar el presupuesto dedicado a ella. Y así se hizo. Para ser un país respetable a todos los niveles, España tiene que ser un país de innovación. 
¿Y en cuanto a la situación política?
Estoy muy preocupada, supongo que como todo el mundo. Tanto en España como en toda Europa estamos viendo una brecha social con respecto a la dinámica anterior, con la que antes estábamos contentos y que ya no ilusiona. Hacen falta proyectos ilusionantes para este país. 
Un momento de la entrevista.
Un momento de la entrevista. 
¿Cree que la ciencia podría aportar algo a la posible solución de esta situación?
No tengo ni idea de cuál es la fórmula, pero está claro que hay que hacer cambios. Los científicos somos pocos y no tenemos un peso importante en la sociedad, pero la ciencia puede servir de modelo. Es un mundo racional, basado en la excelencia, en los méritos, en rendir cuentas y en pensar racionalmente. Estaría bien que los políticos tuvieran interacción con los científicos, que hablaran con nosotros. 
¿Y qué opina de la irrupción de los nuevos partidos?
Creo que esta ebullición política refleja una necesidad social, ya que la población no se identifica mayoritariamente con los dos grandes partidos que hay en este país. No es algo que cree ilusión y por eso salen nuevos partidos, que ofrecen otro tipo de visión de la sociedad del país. Esto refleja una especie de final de una dinámica anterior y la búsqueda de algo ilusionante y que refleje realmente las necesidades de nuestra sociedad. En España esto se agrava todavía más por ser un país que ha tenido una transición política. En su momento fue un éxito y estuvo muy bien hacerla, vino muy bien a todos en aquella generación. Pero ahora España es otro país y quizás haga falta hacer una serie de gestos con respecto a ese periodo de transición. Yo creo que es importante que los españoles estemos ilusionados y contentos de ser españoles y esto no pasa ahora. 
Usted es de las pocas mujeres en puestos de responsabilidad científica en España ¿cree que esto es un problema en la actualidad?
Sí. De hecho, no hay más que mirar los rankings internacionales de igualdad de género -que se fijan en los cargos políticos y administrativos- para ver que España ha perdido muchas posiciones. No hay igualdad real entre hombres y mujeres, aunque esto es algo que pasa en todos los países. Esto es una lucha internacional que tenemos que estar abanderando mujeres y hombres, porque yo creo que interesa a todo el mundo. 
Entonces, le llamará la atención que con tanto nuevo partido siga sin haber candidatas a la Presidencia del Gobierno...
Sí. Es tremendo. Es algo que me parece fatal, sobre todo porque los distintos partidos de los que estamos hablando tienen mujeres muy valiosas. ¿Por qué no están ahí liderando?
http://www.elespanol.com/ciencia/20160923/157735113_0.html