Antonio Garrigues Walker, abogado
"No soy masón: exigí a Google que lo retirara, pero ahí sigue"
LLUÍS AMIGUET - 21/10/2010
Envejecer es resabiarse, saber siempre lo mismo: combato la vejez aprendiendo. Soy de Madrid: ignoremos a los partidos y dialoguemos los ciudadanos de Madrid y Barcelona. Tengo 3 hijos y 7 nietos. La ética no es bondad: es inteligencia. Participo en Barcelona Meeting Point
Debemos arrebatar el monopolio del debate público a los partidos y sus profesionales.
No puede ser que, por ejemplo, el diálogo Madrid-Barcelona dependa sólo de cómo se lleven los políticos, que creen representarnos en todo, en cada momento.
¿Qué sugiere?
Pues que los ciudadanos de aquí y allá tendamos puentes y hagamos cosas juntos en todos los ámbitos: recuperemos la complicidad y evitemos la radicalización absurda, que interesa a los partidos pero dificulta nuestro progreso.
¿Los políticos son el problema?
Pues en las encuestas lo son para los ciudadanos por delante de otros como el terrorismo. El radicalismo partidista ha degradado todos los ámbitos. Y en Madrid he pasado malos ratos por la tensión en reuniones privadas de amigos que no eran políticas.
Le creo.
Cuando me quejo y digo que los ciudadanos somos mucho más que nuestro voto cada cuatro años, replican: "¡Antonio, pero qué manía con la sociedad civil: ¡si no es nada!".
Aquí, sin carnet de partido o iglesia o secta, o al menos de club de fútbol...
Es que a la sociedad civil ¡no le han dejado que fuera nada! Cuando nos reunimos cuatro, si no hay bandera, siglas de partido o una iglesia de por medio, ya eres sospechoso... ¡No les gusta nada que nos reunamos!
¿Por eso dicen que es usted masón?
¡Eso es una patraña ridícula!
En Google se lo atribuyen...
¡Me reuní con los directivos de Google en España y les exigí que lo retiraran! Pero me explicaron que no pueden hacer nada a menos que antes lo rectifique la publicación que ellos recogen y me calificaba de masón.
En fin: hay cosas peores, don Antonio.
No me indigna porque sea malo o no, me indigna porque es falso.
¿Por qué cree que se lo atribuyen?
Porque soy miembro de la Trilateral...
¡Hombre! Hacía tiempo que no oía a nadie insultar a la todopoderosa Trilateral.
Y en broma nos quejamos por ello. Sólo somos un club de amigos, que nos consideramos gente interesante, y nos reunimos para intercambiar opiniones e información, pero no tenemos poder y apenas influencia.
¿Por qué esa obsesión con ver gobiernos en la sombra? ¿Y el club Bilderberg?
Es otro grupo de gente interesante que se reúne. Lo que sucede es que la globalización es inevitable y plantea retos que no podemos solucionar desde los estados: por ejemplo, ahora mismo hay reforma financiera en EE.UU., Gran Bretaña, la Unión Europea, y el yen y el yuan en danza...
Preocupante guerra de divisas.
Y los presupuestos nacionales tiene que aprobarlos la UE. ¿Y alguien decía que el Gobierno de Madrid estaba intervenido? ¡Qué ingenuidad! ¡Por supuesto! No hay solución nacional a los problemas globales y esta crisis requiere gobierno global. Lo estudiamos en mi cátedra de la Universidad de Navarra.
Confío en que no la tachen de masona; pero ¿qué se cuentan en la Trilateral?
Este fin de semana nos reunimos en Praga, pero no pude ir...
¿Se ha perdido algo?
La verdad es que hoy hay tanta información que estás enterado de todo sin ir. Yo cada día leo el Financial,el Journal,Le Monde (cada vez más plúmbeo) y La Vanguardia,que en Madrid es un referente de élites por ecuánime y transversal.
¿Y la prensa de Madrid?
Está radicalizada y partitocrática. Si la lees, al final sólo sabes de los partidos, pero la realidad es mucho más rica y compleja. Por eso necesitamos muscular a la sociedad: ¡creemos más foros y debates con gente de Catalunya y Madrid en todos los ámbitos!
Defina nuestra época, don Antonio.
Complejidad, que deja inservibles los esquemas que hemos utilizado durante décadas.
¿Qué hacer frente a lo complejo?
Hay dos vías de escape. Una es citarla como excusa - "Ese asunto es muy complejo"-para no hacer nada, y la otra, peor, es simplificarla: "Déjate de líos. Lo que yo te diga: esto es así y yo lo arreglaba en dos patadas"...
Me suena.
Porque esa peligrosa simplificación de la realidad, que lleva a creer en soluciones simples y radicales, resurge en todas las crisis.
¿Qué propone usted?
Desde la condición humana hay dos posibilidades:
- el pesimismo antropológico, esto es, creer que no tenemos remedio y que tal vez mejore la tecnología pero nuestra mezquindad y maldad nos son consustanciales...
Demasiado realista para soportarlo.
-O la utopía: esperar que ese gobierno mundial, ya inevitable, sea justo y acabe con el hambre y la pobreza y la enfermedad...
Naif. ¿Y usted con qué se queda?
El yin y el yang. El mal y el bien están unidos y se repelen y complementan de un modo, como decía antes, complejo: complejidad...
Que excede los límites de esta contra.
El problema es que aún no han nacido los nuevos filósofos capaces de estimularse con la complejidad del mundo, y en cambio sólo tenemos análisis sectoriales, coyunturales y encima cambiantes. ¿Lee usted a Krugman?
Alguna vez.
Pues será Nobel de Economía, pero cambia de opinión cada dos por tres. Yo repetiré lo que dije en la crisis del 92 - sé que esta es peor-, pero, pese a todo, somos un país ansioso de crecimiento y saldremos reforzados.
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