Steve Withers
BIOQUÍMICO
Un
equipo de la Universidad British Columbia de Canadá liderado por Steve
Withers ha encontrado un método para producir sangre de tipo O,
universal, a partir de sangre de los otros grupos sanguíneos, A, B y AB.
Un
equipo de investigadores de la Universidad British Columbia (Canadá)
liderado por el bioquímico Steve Withers ha descubierto que las enzimas
extraídas de una bacteria del intestino humano –Escherichia coli– pueden
convertir sangre de los grupos A y B en el grupo O negativo –donante
universal– de forma más rápida y sencilla que cualquiera de los sistemas
intentados hasta ahora.
Withers, que
presentó su trabajo el pasado martes en una reunión de la American
Chemical Society, aseguró que la técnica que han desarrollado es 30
veces más eficaz para retirar los antígenos de los glóbulos rojos que
las utilizadas hasta ahora, lo que puede facilitar considerablemente el
suministro de sangre (el grupo O negativo se puede transfundir a
cualquiera) y resultar especialmente útil en comunidades remotas,
situaciones de emergencia o conflictos armados.
La
diferencia entre los cuatro grupos principales de sangre –A, B, AB y O–
radica en unos azúcares añadidos a la superficie de los glóbulos rojos
que son reconocidos por el sistema inmune de la persona, de forma que si
no se corresponden con los del resto de su sangre, esos glóbulos son
destruidos. Los glóbulo rojos del tipo A tiene un azúcar añadido, el B
otro distinto, el AB combina ambos, y el O no añade ninguno, de modo que
no activa el sistema inmune de quien recibe una transfusión de sangre.
“Sabemos
que hay una enzima que añade un grupo de azúcar u otro, y se lleva
desde los años 80 tratando de lograr eliminarla utilizando otras
enzimas, las galactosidasas”, explica Miquel Lozano, jefe de la sección
de Hemoterapia del hospital Clínic de Barcelona.
El
equipo de Withers es uno de los grupos de investigación que lleva
tiempo trabajando sobre esas enzimas capaces de retirar los antígenos A y
B de los glóbulos rojos para transformarlos en células del grupo O
negativo que sirvan para cualquier persona. Y usando técnicas de
metagenómica para rastrear los genes de millones de microorganismos y
detectar el ADN que codifica enzimas capaces de romper las moléculas de
azúcar, halló enzimas candidatas en el microbioma intestinal humano,
porque la pared del intestino está llena de unas proteínas glicosiladas
llamadas mucinas que contienen bastantes azúcares, algunos de los cuales
son precisamente los mismos que los antígenos A y B.
“Al
concentrarnos en las bacterias que se alimentan de esos azúcares,
aislamos las enzimas que usan las bacterias usan para arrancar las
moléculas de azúcar; luego produjimos cantidades de esas enzimas por
medio de la clonación y descubrimos que eran capaces de realizar una
acción similar con los antígenos sanguíneos”, explicó Withers.
Otra
gran ventaja, según sus descubridores, es que este tipo de enzima
intestinal funciona con sangre completa, de modo que puede permitir
convertir la sangre tomada de los donantes en grupo O negativa de forma
mucho más rápida que si se ha de descomponer la sangre para aislar sus
componentes. La técnica permitiría convertir sangre de los tipos A y B
en tipo O, tipo universal que puede administrarse a cualquier paciente
“Se
trata de un descubrimiento muy atractivo y de gran potencial si se
cumplen las expectativas, porque bastaría añadir esa enzima a las bolsas
de sangre para poder transfundirlas a cualquier persona, sin
preocuparse de su grupo sanguíneo, pero no hay que olvidar que se trata
de un ensayo in vitro y habrá que esperar a ver si funciona cuando se
pruebe en humanos”, reflexiona Lozano.
El
hematólogo Jorge Gayoso, especialista en transplante hematopoyético de
la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), considera que el trabajo
de Withers implica un avance y una mejora en la eficacia de los
procedimientos químicos encaminados a disponer de sangre universal, pero
está convencido de que los mayores progresos en esta cuestión llegarán
de la mano de la edición genética, para lograr producir glóbulos rojos
desprovistos de los antígenos A y B.
Una de la ventajas del método, según sus descubridores, es que la sustancia funciona con sangre completa
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https://www.pressreader.com/spain/la-vanguardia-1%C2%AA-edici%C3%B3n/20180823/281526521908768
Fuente :LV 23-8-2018