El papel de la consciencia artificial en los sistemas de inteligencia artificial
La generación actual de inteligencia
artificial ha transformado el mundo en el que vivimos. A lo largo de la
última década, los algoritmos de aprendizaje profundo (deep learning)
han permitido desarrollar sistemas de inteligencia artificial capaces de
realizar tareas de reconocimiento de patrones, como reconocimiento de
voz e imágenes, tan bien o incluso mejor que cualquier humano. Sin
embargo, existe un consenso generalizado de que esta tecnología, por sí
sola, no basta para desarrollar una inteligencia de nivel equiparable al
humano [1].
Porque aunque los algoritmos de IA pueden superar al humano en
potencia, su comprensión de lo que están haciendo es muy limitada. Según
algunos investigadores de referencia en el campo de la IA, esta
comprensión es necesaria porque aunque un programa de IA sea capaz de
resolver un problema con un nivel de competencia equiparable al de un
humano, es posible que carezca de un contexto más amplio para juzgar el
valor de su solución. Dicho de otro modo, en la actualidad
estos sistemas son incapaces de entender el significado, en un sentido
humano, de lo que están haciendo. Se trata de un problema que guarda más
relación con la consciencia que con la inteligencia. En este artículo,
explico el papel de la consciencia artificial, de máquina, para mejorar
los sistemas de IA.
Consciencia humana
Existe una diferencia entre
inteligencia y consciencia. Dicho de manera simple, la inteligencia es
la capacidad de resolver problemas. Así pues, por ejemplo, si un
programa de ajedrez de IA es capaz de vencer a una mayoría de humanos,
entonces es posible asumir que está dotado de un nivel determinado de
inteligencia, el mismo que entendemos que debe poseer un humano para
jugar bien al ajedrez.
En cuanto a la consciencia, se trata
de un asunto diferente, porque es muy difícil encontrar una definición
objetiva que capture la esencia de este concepto. Para algunos, la
consciencia es ese estado que sentimos cuando estamos despiertos en
contraposición con lo que sentimos cuando estamos dormidos. Pero esta
definición no nos vale, dado que soñar es un estado de consciencia.
Además, se trata de una definición demasiado limitada puesto que no hace
ninguna referencia a aquello que nos sucede a todos durante cada
instante de nuestras vidas. Todos sabemos por experiencia propia qué es
la consciencia, pero es muy difícil de definir. Me viene a la cabeza la
respuesta Louis Armstrong, trompetista de jazz, cuando le pidieron que
definiera el jazz: “Si tienes que preguntar, nunca vas a saberlo”. Lo
mismo ocurre con la consciencia.
A todos nos cuesta encontrar una
definición adecuada, pero todos sabemos lo que se siente cuando nos
tiramos a una piscina de agua fría, o cuando tomamos un trago de agua
helada en un día muy caluroso y soleado, o el subidón que nos produce
escuchar en la radio un clásico que teníamos prácticamente olvidado.
Podemos visualizar multitud de experiencias – buenas, malas y neutrales –
que nos ayudan a crear la realidad de la consciencia. Vivimos
experiencias subjetivas internas cada día de nuestras vidas. Los
filósofos se refieren a estas experiencias como “qualia”.
Estas experiencias “qualia” aportan
significado a nuestras vidas. Pero ¿puede una consciencia artificial
experimentar el significado de la realidad de la misma manera? Cuando
pensamos en un caballo, por ejemplo, combinamos en nuestra mente todos
nuestros sentidos de vista, oído, olfato, tacto, etc., para invocar el
recuerdo de un caballo. Visualizamos un animal peludo de cuatro patas,
trotando por una pradera, relinchando, con un olor muy particular. Somos
capaces de visualizar infinidad de experiencias relacionadas con los
caballos, como caballos tirando de un carro, en un establo, etc. Estas
experiencias conscientes contribuyen a dar forma al “sentido común”, una
manera de entender que nace nuestras experiencias conscientes. Hay
sistemas de IA, como el sistema CYC, capaces de replicar este sentido común del conocimiento humano.
CYC es capaz de conjugar toda esta información y relaciones relativas a
los caballos, pero no es capaz de atribuirle a esa idea un significado y
una comprensión equiparable a las de los humanos.
¿Importa? Sí, en ocasiones muy poco
frecuentes, porque los programas de IA en ocasiones tienen problemas
para gestionar situaciones nuevas e inesperadas. Por ejemplo, cuando
conducimos utilizamos nuestra comprensión flexible de la realidad en el
mundo para lidiar con situaciones imprevistas ante las que nunca nos
habíamos encontrado. Por el contrario, un programa de inteligencia
artificial recurriría a sus algoritmos de aprendizaje automático para
tomar una decisión a partir de ejemplos de conducción anteriores
aprendidos. Casi todo lo que hacemos mientras conducimos es rutinario y
los programas de inteligencia artificial pueden reproducirlo sin
problemas. Pero, imaginemos una situación en la que estamos conduciendo
en el preciso instante en el que se produce un terremoto que provoca un
hundimiento en la carretera. Por instinto, inconscientemente, quizás
redujeramos la velocidad. Probablemente tomaríamos otras medidas de
manera instintiva, como evitar circular por encima o en las
inmediaciones de un puente, ante la posibilidad de que el puente se
derrumbe por el efecto de la gravedad. En situaciones así, el
conocimiento que aporta el sentido común tiene sus limitaciones, porque
un suceso de esta naturaleza puede desarrollarse de infinitas maneras,
con lo que nunca podríamos evaluarlas todas.
¿Qué haría un programa de
inteligencia artificial ante una situación así? Podríamos pensar que es
posible agregar más casos de aprendizaje a su base de conocimientos,
pero ¿Cómo hacerlo si nunca se han producido casos similares? El
problema es que el programa de inteligencia artificial tendría que
actuar y razonar ante una situación inédita. Por extremadamente
improbables que sean, se trata de situaciones que pueden darse. Además,
los eventos raros de este tipo son cada vez más comunes. Nicolas Taleb,
un estadístico matemático, comenzó a estudiar el concepto de sucesos
extremadamente atípicos, a los que se refiere como “cisnes negros”, tras
la crisis bancaria mundial de 2008. En su libro Cisne Negro[2],
explica cómo este tipo de sucesos raros que tienen consecuencias
catastróficas se racionalizan de manera inapropiada, dado que son cada
vez más frecuentes. El título del libro hace referencia a la antigua
creencia de que era imposible ver un cisne negro, porque se pensaba que
todos los cisnes eran blancos. Es difícil no estar de acuerdo con su
afirmación. Por ejemplo, ¿Quién podría haberse imaginado la pandemia de
Covid-19? Se trata de un ejemplo perfecto de cisne negro.
Consciencia artificial
Esto implica que dotar a los
programas de inteligencia artificial de sentido común quizás no baste
para permitirles afrontar situaciones inéditas, porque es difícil trazar
los límites del conocimiento del sentido común. Quizás la única manera
de que las máquinas puedan alcanzar este nivel de comprensión sea
dotándolas artificialmente de consciencia. Por supuesto, una consciencia
artificial sería diferente de la humana. Filósofos como Descartes y
Daniel Dennett o el físico Roger Penrose, y muchos otros han formulado
teorías de la consciencia para explicar cómo el cerebro produce el
pensamiento a partir de la actividad neuronal. Es posible que a medida
que las herramientas de la neurociencia, como los escáneres de
resonancia magnética, sigan avanzando lleguemos a entender mejor este
tipo de procesos, lo cual quizás nos permita cruzar el umbral hacia una
nueva etapa en la humanización de la IA. Pero eso implicaría enfrentarse
a lo que el filósofo australiano David Chalmers se refiere como “el
difícil problema de la consciencia”:¿cómo puede surgir la subjetividad
de la materia? Dicho de otra manera, ¿cómo pueden surgir experiencias
subjetivas de la actividad neuronal en el cerebro? Además, nuestra
comprensión de la consciencia humana sólo puede entenderse a través de
nuestra propia experiencia interior: la perspectiva en primera persona. Y
esto mismo sucedería con la consciencia artificial.. Sólo nos será
accesible desde la perspectiva en tercera persona. Y esto plantea otra
pregunta: ¿Cómo sabremos si una máquina es consciente? En mi siguiente artículo profundizaré en esta cuestión con mayor detalle.
Referencias
[1] Marcus, G. and Davis, E. Rebooting AI. Building Artificial Intelligence we can trust. Pantheon Books, 2019.
[2] Taleb, N. N. The Black Swan: Second Edition, 2010.
La
primera víctima española de la pandemia se llamaba Fernando D.R. Este
valenciano de 69 años falleció el 13 de febrero de 2020 como
consecuencia del virus SARS-CoV-2, que adquirió en un viaje a Nepal. En
el año que ha pasado desde entonces, el covid-19 ha acabado también con
la vida de decenas de miles de personas en España —entre 64.200 y
85.700, según las estimaciones de Sanidad y el INE— y más de 2,3
millones en todo el mundo, pero seguimos sin saber cómo comenzó todo
Para
el jefe de la misión de la OMS, el danés Peter Ben Embarek, las
principales hipótesis siguen siendo un huésped intermedio entre los
murciélagos y los humanos o bien que el virus llegara a China de
cualquier otro lugar a través de un alimento congelado. Sin embargo, los
17 expertos internacionales y sus colegas chinos no consideraron una
tercera posibilidad: que ese virus escapara del Instituto de Virología
de Wuhan, donde se investigan coronavirus de murciélagos y donde se
recogen muestras de docenas de especímenes virales recolectados por toda
China. "La hipótesis de un incidente en el laboratorio es
extremadamente improbable para explicar la introducción del virus dentro
de la especie humana", resumió Embarek.
Poco
después de que China liberara el genoma del virus a mediados de enero
de 2020, los primeros análisis realizados al mismo permitieron concluir
con cierta seguridad que este coronavirus no podía haber sido
manipulado.
Roger
Frutos y Jordi Serra, los autores de la exoneración del pangolín,
sugieren una teoría alternativa para la zoonosis del coronavirus a la
que maneja todo el mundo. Habitualmente se habla de infección por
derrame cuando dos especies suelen interactuar con cierta frecuencia y
el patógeno de una de ellas alcanza un umbral de transmisibilidad para
poder saltar a la otra. La alternativa al 'derrame' que proponen ha sido
bautizada como 'modelo de circulación', por la que el SARS-CoV-2
llevaría un cierto tiempo circulando por varias especies, incluida la
humana, pero sin hacer mucho ruido, ya que el virus no se adaptaría
demasiado bien a nuestros receptores, hasta que de repente algo provocó
un cambio: "Según el modelo de circulación, lo que realmente supone el
motivo de la epidemia es simplemente un evento accidental, es decir, una
mutación, recombinación o reordenamiento en el genoma del virus".
En
una entrevista con CNN durante el viaje a China, Daszak habló de los
productos congelados como "pistas clave", y concretó que se refería a
animales susceptibles a los coronavirus como el hurón o el tejón, cuyos
cadáveres se encontraron congelados para su venta en el mercado de
Wuhan, procedentes de países del Sudeste Asiático. El británico citó
como evidencia para esta hipótesis todo el trabajo realizado por sus
colegas chinos; y pese a que todas las muestras congeladas analizadas en
meses previos han dado negativo en SARS-CoV-2, esta es para él la línea
de investigación con un mayor potencial.
El
director general Tedros Adhanom Ghebreyesus tildó a la misión de
"importante ejercicio científico en circunstancias muy complicadas" y
confirmó que, a día de hoy, ninguna hipótesis está cerrada. En 2003 se
tardó unos meses en descubrir cómo el SARS-CoV había saltado al hombre
desde las civetas y apenas unos días en identificar el origen del
rebrote que se produjo en un laboratorio de Pekín. Científicamente no es
un reto imposible obtener la respuesta a cómo empezó realmente esta
pandemia, pero hacerlo sin colaboración china es casi imposible.
Breaches of safety regulations are probable cause of recent SARS outbreak, WHO says
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La infección por derrame, también conocida como derrame de patógenos y evento de derrame, ocurre cuando una población de reservorios con una alta prevalencia de patógenos entra en contacto con una nueva población de huéspedes. El patógeno se transmite desde la población del reservorio y puede o no transmitirse dentro de la población huésped
1. Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema.
2. Método y notación en las distintas formas del cálculo.
.
.
Nota 1: exportar el proceso creativo es posible
EL PROCESO que convierte a elBulli en un laboratorio de investigación ES APLICABLE A CUALQUIER EMPRESA
.
Nota 2: la caja negra
CAJA
NEGRA: dispositivo en el que entran elementos y salen otros elementos
diferentes, dentro de ella se produce una transformación, cualquier
proceso de fabricación puede ser entendido como una ‘caja negra’; lo
importante es que lo que entra y lo que sale sea diferente, y la clave
es que lo que ocurre dentro no responda a ningún proceso de toma de
decisiones, esto es, que lo que ocurra dentro sea la puesta en marcha de
automatismo o algoritmo.
.
Nota 3: el algoritmo dentro de la caja negra
ALGORITMO: serie de pasos que podemos realizar sin necesidad de pensar.
.
Nota 4: la caja blanca
CAJA
BLANCA: en ella entra información y sale información, pero esta
información que sale es ahora CONOCIMIENTO; lo esencial en la ‘caja
blanca’ es que haya un OBJETIVO, la caja blanca es un proceso de
investigación con un objetivo; el OBJETIVO y la INTENCIONALIDAD da valor
a la información que sale de la caja blanca y la convierte en
CONOCIMIENTO.
..
Nota 5: el contexto adecuado
Hay una
tendencia a decir que lo importante es la capacidad creativa del sujeto o
su inteligencia, cuando más allá del perfil lo crucial es EL ESCENARIO,
una persona en el escenario adecuado, en el contexto adecuado, activa
su capacidad creativa.
.
Nota 6: aplicar la teoría de la caja blanca
¿¿¿¿Es posible la algoritmización del proceso creativo????
-¿?-
.
Reflexión:
No
me queda nada claro que el proceso creativo pueda convertirse en un
algoritmo. No sé si existe un proceso rígido que pueda aplicarse para
crear conocimiento, no tengo ni idea
La
mayoría de las empresas son CAJAS NEGRAS, los proyectos que consiguen
convertirse en CAJAS BLANCAS hacen tangible su creatividad y su
innovación. (Parece evidente, a mi me resulta altamente gráfico y
revelador)
El
OBJETIVO y la INTENCIONALIDAD le dan sentido al proceso creativo, el
punto de destino es impredecible, no obstante, el OBJETIVO y la
INTENCIONALIDAD vertebran el camino.
Buscar/crear/generar/¡encontrar!…
el CONTEXTO adecuado es lo que activa las capacidad creativa de la
persona. Estar en el contexto, en el escenario adecuado es CLAVE. El
‘escenario’ se convierte un ‘laboratorio’ entendido como un espacio vivo
y dinámico que aporta feedback a la persona y la sigue nutriendo.
.
APRENDIZAJE:
Lo
que sepas hacer, lo que quieras hacer, ponlo al servicio de un OBJETIVO
que te aporte valor y sentido, ejércelo en el escenario adecuado.
Evoluciona de ser una CAJA NEGRA a convertirte en una CAJA BLANCA.
(Sobre
la sistematización del proceso, lo reconozco, soy un mar de
incertidumbres, incluso más allá de haber visitado durante un par de
días la Exposición «Auditando el proceso creativo»)
“Nuestra
civilización tecnológica depende críticamente de los sistemas de
enseñanza. Si esto se tambaleara o se viniera abajo, retrocederíamos a
la Edad Media en cuestión de horas”, afirma el matemático Enrique
Gracián.
El colosal desarrollo alcanzado por la química, la
física y la astrofísica nos ha proporcionado un profundo conocimiento
del mundo y una insospechada capacidad para construir dispositivos
tecnológicos. Pero nos sumimos también en una ignorancia cada vez mayor
de nuestra naturaleza interior. Una encrucijada de la que resulta
difícil salir si no aprendemos a distinguir con claridad lo que es
material y lo que es inmaterial.
Enrique Gracián se sirve del concepto de
«construcción» para concebir un juego, tan sencillo como ingenioso, que
nos desvela con asombrosa claridad la lógica interna de la química y la
física: cómo se construye el mundo. Un juego con reglas bien definidas
en el que solo intervienen unas pocas piezas, la forma de unirlas y el
objetivo final. Mediante una labor de divulgación científica fuera de lo
común, el autor traza un recorrido que empieza con las partículas
elementales, sigue con los elementos de la tabla periódica y asciende
hasta los planetas, las estrellas y las galaxias, para finalizar, en el
viaje de regreso, en nuestro mundo interior, donde reside lo intangible,
las emociones, los sueños, la memoria y las creencias.
Construir el mundo no es solo un «curso
rápido de física y astrofísica», es sobre todo un viaje sorprendente a
través de la ciencia en el que el lector descubrirá que la materia
oscura del universo y nuestro inconsciente guardan paralelismos
insospechados, que nuestra sensación de soledad responde a una realidad
física, que los campos gravitatorios que rigen los planetas tienen un
claro paralelismo en nuestras relaciones humanas, o que la geografía
estelar es tan esencial como la terráquea para comprendernos y
comprender el mundo.
Elogios
«Es un libro magnífico. Leerlo te hace
sentir inteligente, capaz de entender cosas muy complejas que nunca
habías entendido y que creías que jamás entenderías». Toni Segarra
«Me ha parecido una maravilla. Es uno de estos libros extraños,
existen pocos libros así, contados con tan buen gusto. Si tuviera que
regalar a alguien la cultura general en ciencia, entregaría este libro
como uno de los mejores que he visto». José Luis Crespo
Las ciencias y las matemáticas son puertas para entender a la humanidad. Enrique Gracián, matemático
Enrique Gracián: “A los niños no les enseñes a resolver problemas matemáticos, enséñales a crearlos”
Porque
el universo es algo inabarcable y fascinante, Enrique Gracián decidió
construirse uno. El resultado es un libro inacabable, una invitación a
conocer los misterios del cosmos desde un formato distinto. Una gran apuesta del subdirector del mítico programaRedes, en TVE, y autor de Los números primos,
del que se vendieron más de 300.000 ejemplares en todo el mundo. No es
solo un “curso rápido de física y astrofísica” guiado por un matemático,
también un viaje sorprendente a través de la ciencia
en el que el lector descubrirá cosas como, por ejemplo, que la materia
oscura del universo y nuestro inconsciente guardan paralelismos
insospechados, que nuestra sensación de soledad responde a una realidad
física o que los campos gravitatorios que rigen los planetas tienen un
claro paralelismo con las relaciones humanas.
¿Un libro de divulgación científica es para todos los públicos?
Hay
de todo. Yo he intentado que mi libro sea una excursión en la que autor y
lector van siempre de la mano. Pero los hay para público muy amplio y
para públicos muy restringidos. Depende del nivel de conocimientos
previos que le supongas al lector y de su esfuerzo de comprensión en la
lectura. En los buenos libros de divulgación casi siempre suele haber
algún capítulo en el que estos dos requerimientos son muy altos. Son
capítulos que la mayoría de la gente suele saltarse. En este libro he
puesto mucha atención en que esto no suceda.
‘Construir el mundo’ nos adentra en la física, la astrofísica y muchos otros mundos… ¿cuál es el que más le interesa y por qué?
Todos estos mundos son “el Mundo” y me interesan por igual.
“La mayor parte del universo está formada por materia oscura. El inconsciente es la parte oculta de nuestra mente”
Leo
en el dossier: “la materia oscura del universo y nuestro inconsciente
guardan paralelismos insospechados”. ¿Me lo puede resumir?
La
mayor parte del universo está formada por materia oscura. No la podemos
ver, pero sí medir sus efectos. El inconsciente es la parte oculta de
nuestra mente. Descubrir su existencia fue un primer paso (bastante
revolucionario) y poder medir sus efectos (cómo eso determina nuestros
actos) es la tarea que hoy tenemos encomendada.
El
libro es también un instrumento de autoconocimiento. ¿Es cierto que
nuestra sensación de soledad responde a una realidad física?
Sí.
La Física explica con claridad la causa por la que dos cuerpos no pueden
tocarse: las fuerzas de repulsión son demasiado grandes. Nosotros somos
cuerpos físicos y estamos sometidos a las mismas leyes. Tenemos una
clara conciencia de nuestro aislamiento así que nos pasamos la vida
intentando establecer pactos y alianzas para superarlo. En cierta medida
lo logramos y lo hacemos igual que un átomo de cloro y otro de sodio
negocian entre sí para formar una molécula de sal común. Los seres
humanos empleamos gran parte de nuestro tiempo negociando alianzas.
“Como los planetas, todos hemos experimentado la
sensación de estar girando en torno a una idea, una persona o un lugar
del que nos resulta muy difícil salir”
Que
“los campos gravitatorios que rigen los planetas tienen un claro
paralelismo en nuestras relaciones humanas” puede llevar casi a creer en
el horóscopo… ¿hasta donde la ciencia marca nuestros sentimientos?
Me
parece adecuado que emplee el término “creer” para referirse al
horóscopo. En este libro hay un capítulo dedicado a la construcción de
las creencias. Los planetas giran alrededor del Sol debido al campo
gravitatorio que este ejerce sobre ellos. Una analogía: todos hemos
experimentado la sensación de estar girando en torno a una idea, una
persona o un lugar del que nos resulta muy difícil salir.
¿Cómo hacerlo?
Para
conseguirlo hay que hacer un gran aporte de energía. Yo sostengo que se
trata de una energía pura y dura. Pensar que se trata de emociones
puede resultar engañoso. Podemos estar convencidos intelectualmente de
que debemos salir, pero sin un aporte necesario de energía, nunca lo
conseguiremos.
Como matemático, ¿qué cambiaría actualmente en el sistema docente en cuanto al modo de enseñar esta materia?
Algo que ya intenté en el proyecto Sangakoo.
A los alumnos de matemáticas se les exige que sepan resolver problemas.
Mi propuesta es que se les enseñe a crearlos. Si lo consigues (que es
mucho más fácil de lo que parece) lo de resolverlos es pan comido.
“He descubierto algo que ya sabía: lo poco que sabemos de nuestro mundo interior”
El viaje que propone su libro nos lleva de las galaxias al interior de nuestra alma. ¿Qué ha descubierto que le haya impactado?
Algo que ya sabía pero no deja nunca de impactarme: lo poco que sabemos sobre nuestro mundo interior.
¿Cómo ve el futuro inmediato de nuestra civilización?
Vivimos
en el planeta Tierra como si estuviéramos de paso. ¡Es asombroso, pero
es así! Es como destruir la casa en la que vives sin tener ni idea de a
dónde irás a vivir después. Digamos que, cuanto menos, nuestro futuro es
muy incierto.
“Para la Ciencia la verdad es un constante
descubrimiento que nos devuelve siempre a la casilla de salida; para la
religión la verdad es una revelación que siempre está en la casilla de
llegada”
¿Ha aprendido con su propio libro que la ciencia puede llegar a ser una religión?
En
absoluto. A pesar de que hay quien se empeña en ello. Ciencia y Religión
son incompatibles. la primera trabaja con certezas, la segunda con
creencias. Para la Ciencia la verdad es un constante descubrimiento que
nos devuelve siempre a la casilla de salida; para la religión la verdad
es una revelación que siempre está en la casilla de llegada.
En
el libro menciona con frecuencia la construcción de una Civilización
Tecnológica ¿Cree que la nuestra lo es? ¿Qué la caracteriza?
La
nuestra sin duda lo es. Se basa y depende de la tecnología, lo cual
define la relación de explotación que mantenemos con la naturaleza. Una
de sus características más remarcables es su imposibilidad para dar
marcha atrás. Sólo puede ir hacia adelante. Cuando esa civilización se
ve obligada a detenerse o retroceder empieza a tambalearse
peligrosamente. Algo que está sucediendo ahora con el acoso al que nos
somete a todos el Covid-19.
“¿Qué me gustaría que se descubriera? El motivo por el que no podemos ser más felices
¿Entonces qué nos queda por ver en el campo de la ciencia? ¿O qué le gustaría que se descubriera?
El motivo por el cual no podemos ser más felices de lo que somos.
¿Por
qué en un libro que habla de astronomía, de biología, física, química y
de tantas otras cosas, acaba hablando de nuestro mundo interior?
Mi amigo Enrique Gracián acaba de publicar un libro magnífico: Construir el mundo .
Leerlo te hace sentir inteligente, capaz de entender cosas muy
complejas que nunca habías entendido y que creías que jamás entenderías.
Al menos yo, que soy de letras puras.
Ahí
están la química, la física, y la astrofísica del mundo, de todo lo
material. Y, de regalo, un arriesgado viaje a lo inmaterial.
Perdamos y ganemos con esa idea que nadie discute pero que todos ignoran, la que nos dio a Tamudo y a Dani Jarque
Del texto me interesa sobre todo esa metáfora constitutiva del universo: la construcción como un juego.
Y,
no sé muy bien por qué, tantas revelaciones trascendentales me han
conducido directamente al arduo deambular del Espanyol por Segunda. Sé
que es triste, que el libro debería inspirarme otras honduras, pero qué
le vamos a hacer.
Alguien dijo: “Nunca desaproveches una buena crisis” ¿Para qué? Para construirnos de nuevo, pero esta vez bien. A poder ser.
“Si
vas a construir el mundo no te puedes quedar a medias tintas, o te pones
o no te pones”, afirma Enrique Gracián. Nosotros no tenemos muchas más
opciones, porque si no lo hacemos, ¿qué nos queda? “La destrucción es un
proceso irreversible”, añade, como para advertirnos.
“Todo
lo que se construye, se construye con lo que hay. No puede ser de otra
forma”. No sé cuánto tiempo hace que en el Espanyol se repite esa idea
que de tan natural y sensata parece generar algún tipo de rechazo
profundo, de parálisis. Fuimos, somos y queremos ser un equipo de
cantera. Básicamente porque no hay otro remedio. Pero sobre todo porque
la cantera está ahí, desde hace mucho, más o menos floreciente, pero
ahí. Y, sin embargo, nos cuesta. Nos cuesta horrores.
Entiendo
que nadie quiere perder. Pero perder es algo que suele ocurrir. Más
temprano que tarde. Y es mejor perder sabiendo quién eres, con la
dignidad del que se reconoce en el momento crucial, que nunca es la
victoria. Ganar hace olvidar todo lo demás, ganar se basta a sí mismo.
Es en la derrota cuando aparece la verdad. Tengamos una, por favor.
Perdamos
y ganemos con esa idea que nadie discute pero que todos ignoran. La que
nos dio a Tamudo y la alegría de su fútbol navajero y superviviente; la
que nos regaló a Dani Jarque y su jerarquía invisible; la que nos salvó
la vida con el milagro quimérico del beato Corominas; la que
constantemente nos devuelve una esperanza antigua con los Nico Melamed y
los Jofre Carreras que esperan su turno para asaltar nuestra fatigada
memoria. Que el miedo no nos aparte de una construcción necesaria. Si no
es este año, ¿cuándo?
Y el que a estas alturas todavía se pregunte qué es el Espanyol, que escuche una vez más el estruendo doloroso del minuto 21.
“En toda construcción hay, por tanto, una dirección y un sentido”. Gracias, Enrique, esas son exactamente las palabras que buscaba.Una dirección,un sentido
ENRIQUE GRACIÁN (Barcelona, 1945). Matemático, divulgador científico y ex subdirector del programa de TVE Redes. En Construir el mundo (Arpa) viaja desde los confines de la materia y el universo hasta el inagotable mundo interior de nuestra mente.
Los seres vivos estamos hechos con un muestrario de piezas muy limitado, ¿no?
Así
es, la vida se construye con apenas una docena de elementos, la mayoría
de los cuales, curiosamente, están agrupados en la parte superior
derecha de la tabla.
¿El carbono es el gran elemento?
Para
nosotros sí, para nosotros es clave. Y es lógico por la capacidad
enorme que tiene de construir muchos compuestos, de hacer enlaces de
todo tipo... Pero eso no quiere decir que en otros planetas en los que
pueda haber otras formas de vida la clave tenga que ser el carbono. Hay
otros elementos, como el silicio, que podrían jugar ese papel.
Leyendo su libro me he enterado de que son necesarios varios trillones
de átomos juntos para dar lugar a alguna forma de materia, a algo que se
pueda tocar...
Así es. Los átomos son muy pequeñitos, y para
crear algo que sea perceptible de alguna forma por nuestros sentidos
tiene que haber una cantidad brutal. Cuando hablamos de materia lo
hacemos en referencia a nosotros, a unos detectores muy concretos que
son los cinco sentidos. Pero si utilizas detectores más sofisticados, se
empieza a detectar materia más pequeña.
Sin embargo, la
materia es algo extraño, si no me equivoco lo habitual en el universo es
el vacío, el que no haya nada, o al menos nada que podamos detectar...
Sí,
sobre todo respecto a lo que se llama materia oscura. La materia oscura
es una materia que no se ve pero que se sabe que está ahí y que,
proporcionalmente, es mucho mayor que la otra materia. Lo que
coloquialmente entendemos por "materia" es apenas un 4% de lo que hay en
el universo.
Usted establece un paralelismo entre la materia oscura y nuestro inconsciente. ¿Cuál sería ese paralelismo?
La
materia oscura sabemos que existe porque ejerce una acción. En los
campos gravitatorios ocurren cosas que no sabemos qué las produce, por
lo que tiene que haber una materia que aunque no la veamos realiza una
función. Esto que llamamos inconsciente es algo a lo que no tenemos
acceso directo pero que deducimos que ejerce una gran acción sobre
nosotros, hasta hay quien lo considera determinante en nuestra forma de
actuar, de pensar o de sentir. Y el inconsciente, como la materia
oscura, está de alguna manera oculto.
Explíqueme eso de que en
realidad no podemos tocar nada, que siempre hay un espacio entre
nosotros y aquello que tocamos. Cuando yo abrazo por ejemplo a mi hijo,
¿hay siempre una cierta distancia entre nosotros, nunca llegamos a estar
unidos del todo?
Efectivamente. Cuando usted abraza a su hijo
hay una nube de electrones frente a otra nube de electrones que se están
repeliendo. No tenemos realmente ninguna posibilidad de tocar
plenamente. Sí existe esa posibilidad pero entonces hay una destrucción,
si un átomo penetra a otro átomo estamos ante una reacción nuclear que
supone la destrucción de ese átomo. En la vida cotidiana vivimos en
realidad completamente aislados, y creo que de ese aislamiento tenemos
en el fondo una clara conciencia.
¿Quiere decir que la sensación de soledad que todos tenemos alguna vez puede responder a una realidad física?
Yo
no tengo ninguna duda al respecto. Esa realidad física deja en nosotros
una impronta, esa soledad esencial es algo que en el fondo tenemos
constantemente presente.
Sólo hay un elemento de la tabla
periódica descubierto por españoles: el wolframio, aislado por los
hermanos Fausto y Juan José Delhuyar y que en la Segunda Guerra Mundial
desempeñó un papel muy importante, ¿no?
Sí, por su capacidad
para soportar altas temperaturas. El wolframio es con lo que se hacían
antes los filamentos de las bombillas que se ponen incandescentes,
precisamente por su capacidad de soportar temperaturas muy altas. Y se
descubrió que también servía para blindar los tanques y para fabricar
munición que pudiera traspasarlos. Esto eso provocó una demanda
importantísima de wolframio. Hoy empieza a haber elementos que escasean
mucho y, si no se les encuentra una alternativa, dentro de unos años
esta conversación no la podremos tener porque no habrá teléfonos
móviles.
¿Qué elementos son esos que ponen en peligro la existencia de los teléfonos móviles?
El grafito, el litio y el cobalto, fundamentales para la fabricación de
baterías para teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, coches
eléctricos... Ya están escaseando y es posible que se agoten. Y también
la arena de playa empieza a ser un elemento en peligro de extinción.
¿Y por qué está desapareciendo la arena de playa?
Porque
es imprescindible para fabricar cemento. El cemento es un elemento que
se utiliza muchísimo en la construcción, y la arena del desierto no
sirve para fabricarlo porque le faltan elementos biológicos que sí tiene
la arena de la playa. Ya hay playas que han desaparecido completamente y
empieza a haber tráfico de arena de playa. Nuestra civilización
tecnológica está haciendo una explotación masiva del medio. Estamos
sacando todo lo que podemos de determinados elementos sin importarnos
qué sucederá después.
¿No somos capaces de crear los elementos de la tabla periódica?
Todos
los elementos que hay en la Tierra proceden del espacio exterior. Por
ejemplo, agua hay la que hay, sigue unos ciclos y nosotros la
utilizamos. La Tierra es un planeta finito y sus recursos lo son
también. Y algunos elementos tardan tanto en hacerse, como por ejemplo
el petróleo o el carbón, que no podemos esperar a que la naturaleza los
vuelva a fabricar porque se necesitarían millones de años.
Si lo he entendido bien, dice usted que todo cuerpo material tiene asociada una onda...
Sí.
Lo que pasa es que la longitud de esa onda puede ser muy grande o muy
pequeña. Hay un rango en el que, mediante aparatos, podemos detectar
esas ondas e incluso utilizarlas, es lo que hacemos con la radio, la
televisión o cuando hablamos por teléfono. Las longitudes de onda que
son muy grandes no las podemos detectar porque requerirían unas antenas
gigantes, a lo mejor del tamaño de la Tierra. Pero el que todo cuerpo
material emita ondas es muy interesante porque significa que nosotros
como seres humanos, con nuestro cerebro, estamos también constantemente
transmitiendo ondas.
¿Entonces cuando sientes a veces que "conectas" con alguien puede ser que haya literalmente una conexión entre ondas?
Yo
creo que sí. Ahí hay todavía un campo de investigación importante.
Sabemos muy poco de la construcción del mundo interior. Pero si ese
mundo interior está inmerso en una realidad física se tiene que poder
regir por las mismas leyes. No sería totalmente descabellado que pudiera
existir la transmisión de pensamiento o que alguien note una presencia
que no ve... Y aunque nuestro mundo interior puede parecer pequeño y
oscuro, puede ser tan grande como todo el universo.
¿Cuáles son las grandes incógnitas que quedan por descubrir?
Para
mí el gran reto ahora está en el mundo interior. Antes se pensaba que
el mundo acababa en Finisterre, y luego se pensaba que el universo
terminaba en nuestra galaxia. Pero primero se descubrió América y
después se descubrió que el universo no terminaba en nuestra galaxia,
sino que empezaba allí. Yo creo que el gran reto es nuestro mundo
interior. En los estudios fisiológicos se está avanzando mucho en el
estudio de las neuronas, de si la memoria está allí o allá... Pero de
las emociones, el inconsciente o del lenguaje del mundo interior sabemos
muy poco.
Y la física, las matemáticas, ¿tienen algo que decir?
Sí.
Las matemáticas, por ejemplo, son algo que se genera en el mundo
interior. En el mundo interior se construyen los intangibles, y las
matemáticas son intangibles puros. Pero una civilización tecnológica
como la nuestra es difícil que pueda abordar el mundo interior porque
estamos demasiado inmersos en la tecnología, en los tangibles.
Hablando de tangibles: ahí está el botón.
El
botón es quizás el dispositivo emblemático de lo que es una
civilización tecnológica: apretando un botón podemos hacer una enorme
cantidad de cosas que no tenemos ni idea de cómo se hacen. Aprietas un
botón y pones en marcha la lavadora, aprietas un gatillo y matas a una
persona, aprietas un botón y pones en funcionamiento una central nuclear
o disparas un cohete intercontinental. Todo ha quedado reducido al
botón. Si tuviéramos que mostrar el resultado de los últimos años de
nuestra civilización, tendríamos que hacer una exposición de botones.
Dentro del botón hay una enorme cantidad de algoritmos, es decir, de
cosas que funcionan solas. Cuando uno aprieta el botón no quiere saber
lo que pasa, lo que quiere es que el resultado sea el esperado. Y eso
conforma un tipo de persona muy concreta propia de las civilizaciones
tecnológicas.
¿Qué tipo de persona genera el botón?
Cuando
estamos todo el tiempo tocando botones, aunque no nos lo parezca,
estamos perdiendo iniciativa. Creemos que tenemos la iniciativa de
apretar el botón, pero cuando vives inmerso en botones estás perdiendo
iniciativa, y esa iniciativa la está cogiendo lo que yo llamo 'el
bicho', un aparato, una especie de ser vivo que está creciendo y del que
nosotros estamos empezando a ser células.
La OMS y China concluyen que el coronavirus es de origen animal y que surgió en diciembre en Wuhan
El equipo de
expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado en China
para investigar los orígenes del coronavirus ha concluido que el
SARS-CoV-2 es de origen animal y que "no hay evidencia" de que hubiera
transmisión antes de su detección en diciembre de 2019 en Wuhan.
El equipo llegó el 14
de enero a Wuhan, considerada como la ciudad epicentro de la pandemia,
y, tras dos semanas de cuarentena, visitó lugares como el mercado
mayorista de mariscos de Huanan, donde se produjo el primer grupo de
infecciones conocido, así como el Instituto de Virología de Wuhan, que
participa en la investigación de coronavirus.
Según sus
conclusiones, presentadas este martes en rueda de prensa desde Wuhan,
todavía no es posible determinar cómo se introdujo el virus de la
covid-19 en el mercado de Huanan, pero aseguran que estaba ya circulando
por otros puntos de la ciudad en esas fechas. En cualquier caso, los
expertos han rechazado que se estuviera propagando por la ciudad china antes de finales de 2019.
"Se extendió
entre la gente que estaba, vivía, trabajaba y visitaba el mercado de
Huanan durante todo el mes de diciembre. Todavía se desconoce cómo se
introdujo y se propagó dentro del mercado. Tenemos secuencias genéticas
de algunos de estos casos... Todo esto nos dice que hubo una propagación
entre las personas en el mercado en diciembre y, por lo tanto,
probablemente fue un escenario en el que ese tipo de propagación podría
ocurrir fácilmente, pero no lo es todo. Sabemos que también hubo
propagación entre los individuos que no estaban vinculados a este
mercado. Así que el panorama no está claro en ese sentido", ha explicado
Peter Ben Embarek, especialista en Seguridad Alimentaria y Enfermedades
Animales de la OMS y presidente del equipo de investigación en Wuhan.
Según Embarek, así
se produjo la aparición de los primeros casos de covid-19 en humanos:
"Es una imagen muy clásica del inicio de un brote en el que empezamos
con unos pocos casos esporádicos a principios del mes de diciembre y
luego empezamos a ver pequeños brotes en los que la enfermedad empieza a
extenderse en grupos, incluido el mercado de Huanan".
En cualquier caso,
ha afirmado que algunos de los primeros casos relacionados con el
mercado tuvieron su inicio de síntomas en las dos primeras semanas de
diciembre, lo que evidencia que "probablemente se infectaron a
principios de mes o a finales de noviembre". Por todo ello, ha resaltado
la necesidad de seguir investigando los casos inciales explorando sus
muestras de sangre, así como los informes sobre la presencia del virus
también en individuos de otros lugares y países.
El experto ha reconocido que la misión no ha traído conclusiones
disruptivas: "Vinimos aquí con dos objetivos: uno, averiguar qué ocurrió
al principio de la pandemia. Nos hemos centrado en intentar comprender
lo que ocurrió durante ese periodo. Paralelamente, también nos
embarcamos en tratar de entender cómo sucedió, cómo surgió el virus,
cómo saltó a la población humana. ¿Cambiamos radicalmente la imagen que
teníamos de antemano? Creo que no", ha admitido.
Sin embargo, ha puntualizado que se han añadido "detalles cruciales" a
esta explicación. "No hemos encontrado pruebas de grandes brotes que
pudieran vincularse antes del 19 de diciembre en Wuhan o en otros
lugares. También podemos estar de acuerdo en que encontramos una
circulación más amplia del virus en Wuhan en diciembre, no solo limitada al mercado de Huanan", ha establecido.
Así, el experto ha explicado que la OMS baraja "cuatro hipótesis" sobre cómo el virus de la Covid-19 saltó a los humanos. En primer lugar, el salto directo de un animal a un humano; la segunda, del murciélago y a través de especies animales intermediarias,
con un segundo animal involucrado que sea "potencialmente más cercano a
los humanos en el que el virus se adapta fácilmente y salta a los
humanos".
La tercera teoría, que también ha sido defendida por Liang Wannian, jefe del panel de expertos Covid-19 del Ministerio de Salud chino, es la posibilidad de que los productos congelados actúen como superficie de transmisión del virus a la población humana o vías de transmisión relacionadas con la alimentación.
La tercera teoría, que también ha sido defendida por Liang
Wannian, jefe del panel de expertos Covid-19 del Ministerio de Salud
chino, es la posibilidad de que los productos congelados actúen como
superficie de transmisión del virus a la población humana
Wannian ha recordado que se han analizado en los últimos meses unas
11.000 muestras de sangre de animales procedentes de 31 provincias
chinas y en todos los casos el resultado de los test de COVID-19 ha sido
negativo. El experto chino ha realizado esta argumentación para sugerir
que el virus pudo ser importado a China desde otras zonas del mundo, un hecho que tampoco ha descartado Embarek completamente.
"Nuestros hallazgos iniciales sugieren que la vía del animal intermedio es la más probable y la que requerirá más estudios más específicos", ha señalado, aunque reconociendo la validez de que el virus podría haberse transmitido por la vía de la cadena de frío.
"Seguimos trabajando con la hipótesis de que podría haber sido introducido por una persona infectada y que luego se extendiera a otras personas en el mercado.
Pero también podría ser a través de la introducción de un producto.
Entre los productos más interesantes estaban los animales salvajes de
granja congelados. Se sabe que algunas de estas especies son
susceptibles a este tipo de virus", ha pormenorizado Embarek.
"EXTREMADAMENTE IMPROBABLE" QUE SE ESCAPARA DE UN LABORATORIO
En este contexto, el experto de la OMS ha sostenido que será necesario investigar las poblaciones de murciélagos fuera de China,
ya que, tal y como ha manifestado Wannian, el muestreo de las cuevas de
murciélagos en Wuhan y de otros lugares con animales no ha logrado
hasta ahora establecer una relación suficientemente sólida.
Wannian ha apuntado a murciélagos y pangolines como
huéspedes del SARS-CoV-2 antes de que saltara a los humanos, pero ha
dicho que "los virus identificados de estos dos animales hasta ahora no
son lo suficientemente similares" como para afirmar con rotundidad que
son los reservorios. Según las teorías del grupo de investigación, la
familia de los felinos también podría ser un reservorio potencial del
coronavirus dada la susceptibilidad de los visones y los gatos a la Covid-19.
"Es extremadamente improbable que explique la introducción
del virus en la población humana y, por tanto, no es una hipótesis que
implique futuros estudios para apoyar nuestro trabajo de comprensión del
origen del virus"
Teniendo en cuenta las pruebas del origen zoonótico del coronavirus, la OMS ha descartado seguir investigando la teoría de que el virus fue originado en el laboratorio.
"Es extremadamente improbable que explique la introducción del virus en
la población humana y, por tanto, no es una hipótesis que implique
futuros estudios para apoyar nuestro trabajo de comprensión del origen
del virus", ha detallado.
Embarek ha asegurado que el equipo ha conversado con los gerentes de
los laboratorios de la región y han escuchado cómo se llevaban a cabo
sus auditorías y programas de control del personal. "Examinamos el
Instituto de Virología de Wuhan y era muy improbable que algo pudiera escaparse de un lugar así", ha defendido.
En este mismo sentido, ha recordado que, aunque los accidentes de laboratorio son "posibles", también resultan "extremadamente raros".
"Los accidentes ocurren. Por desgracia, tenemos muchos ejemplos de
muchos países del mundo de accidentes pasados, así que por supuesto no
es imposible, ocurre de vez en cuando", ha indicado.
"La idea de que la Covid-19 fue creado por el hombre fue refutada por
toda la comunidad científica. Puede haber una fuga del virus del
laboratorio, pero debería ser una fuga de un virus existente o conocido.
En ningún laboratorio de Wuhan existe el virus SARS-CoV-2, si no existe
este virus no hay forma de que se filtre este virus. En todos los
laboratorios de Wuhan mantienen un sistema de gestión muy estricto", ha
añadido su contraparte chino, Liang Wannian.
La OMS y China concluyen que el coronavirus es de origen animal y que surgió en diciembre en Wuhan
El
equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
destinado en China para investigar los orígenes del coronavirus ha
concluido que el SARS-CoV-2 es de origen animal, aunque no se ha podido
demostrar exactamente cuál, y que "no hay evidencia" de que hubiera
transmisión antes de su detección en diciembre de 2019 en Wuhan.
El equipo llegó el 14 de enero a Wuhan, considerada como la ciudad
epicentro de la pandemia, y, tras dos semanas de cuarentena, ha visitado
lugares ...
(c) 2021 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y
la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.
La OMS y China concluyen que el coronavirus es de origen animal y que surgió en diciembre en Wuhan
El
equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
destinado en China para investigar los orígenes del coronavirus ha
concluido que el SARS-CoV-2 es de origen animal, aunque no se ha podido
demostrar exactamente cuál, y que "no hay evidencia" de que hubiera
transmisión antes de su detección en diciembre de 2019 en Wuhan.
(c) 2021 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y
la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.
La OMS y China concluyen que el coronavirus es de origen animal y que surgió en diciembre en Wuhan
El
equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
destinado en China para investigar los orígenes del coronavirus ha
concluido que el SARS-CoV-2 es de origen animal, aunque no se ha podido
demostrar exactamente cuál, y que "no hay evidencia" de que hubiera
transmisión antes de su detección en diciembre de 2019 en Wuhan.
El equipo llegó el 14 de enero a Wuhan, considerada como la ciudad
epicentro de la pandemia, y, tras dos semanas de cuarentena, ha visitado
lugares ...
Repasamos el calendario de aprendizaje de este año 2020,
en el que recogemos los artículos más destacados sobre el coronavirus y
las repercusiones de la pandemia en distintos ámbitos de la sociedad:
salud, economía, investigación o incluso psicología y urbanismo.
En OpenMind hemos vivido el 2020
pendientes de una palabra: coronavirus. La pandemia de COVID-19 empezó a
dejarse ver en algunos titulares a principios de año, pero entonces las
noticias parecían informar de un universo paralelo reducido a la ciudad
china de Wuhan. Sin embargo, en pocas semanas el virus SARS-CoV-2 dio
el salto a Europa y de ahí al resto del mundo hasta dibujar un panorama
de contagios muy homogéneo en todo el planeta. Y fue en ese momento
cuando entendimos el verdadero significado de la palabra pandemia,
emergencia, crisis y, sobretodo, el valor de nuestra principal
herramienta: la ciencia.
Uno de los primeros datos claves lo reveló el genoma del virus: un 79,6% idéntico al virus del SARS y en un 96% idéntico a coronavirus de murciélagos,
por lo que se asumió que se había transmitido de estos animales a los
humanos a través de otra especie aún no confirmada —se sugirió el
pangolín, pero se ha cuestionado.
Los primeros enfoques esperanzadores veían la luz muy temprano, especialmente los que tienen que ver con las nuevas tecnologías de las vacunas, como el uso de ARN y ADN, que están permitiendo acelerar el proceso de comercialización de las vacunas, que hasta ahora requería una media de 16 años, y algunas reflexiones iniciales sobre el potencial impacto medioambiental de la pandemia.
De las primeras preguntas que surgen frente a la pandemia, la de encontrar lugares seguros para refugiarse es una de las más instintivas, y otras muchas las intentamos resolver con una interesante selección de libros para ubicarse en la pandemia y en el nuevo mundo que dejará. En paralelo, uno de los principales conceptos científicos con los que nos hemos tenido que familiarizar ha sido la zoonosis, un proceso culpable de muchas de las grandes pandemias de la historia. Como en el caso de la COVID-19, muchas enfermedades se transmiten como consecuencia de un salto de especies animales a humanos,ya sea a través de la exposición directa o el consumo de alimentos derivados de determinadas especies animales.
Ante la emergencia sanitaria, la innovación se ha consolidado en esta crisis como la alternativa a la disyuntiva entre salud y el progreso económico, gracias a los avances en ciencias como la nanotecnología o los nuevos materiales,
entre otros. Más allá de la parte técnica, la gestión y la
administración también han tenido que reinventarse, algo de lo que nos
ha hablado en primera persona Rafael Pinilla, médico y economista encargado de dirigir un hotel medicalizado en Alicante.
MAYO. Un mes para la esperanza: ciencia y tecnología frente a la COVID-19
JULIO. Más allá del presente: el mundo post-COVID-19
Y otro de los efectos de esta pandemia que también marcará el mañana que viviremos son las repercusiones que tendrá en cuanto a salud mental, como consecuencia de una situación inédita en la vida de millones de personas: el aislamiento social y el confinamiento. Es imposible olvidar a aquellos que se han ido, y también las dudas sobre los métodos de recuento de fallecidos, algo que, revisando la historia, ya adelantaba Wade Hampton Frost en
el contexto de otra pandemia de menor magnitud, la de la gripe de 1918.
Si algo cambiará, sin duda, después de este año de aprendizaje es nuestra lucha contra los virus: antivirales, vacunas y nuevas claves para la supervivencia a estos patógenos cobrarán cada vez más relevancia.
AGOSTO. El momento de analizar las reacciones frente a la pandemia
Frenar la expansión del virus y controlarlo mientras se desarrolla la vida pública de manera lo más normal posible es el gran reto del comienzo de la segunda década del siglo XXI. En OpenMind hemos analizado diferentes estrategias: el no confinamiento sueco, donde la Constitución impide restringir el libre movimiento de los ciudadanos en tiempos de paz o el extraordinario caso de Nueva Zelanda, donde se llegaron a alcanzar los 100 días sin transmisión comunitaria. Además, según avanzan los estudios de diferentes vacunas en proceso, retomamos el análisis histórico de la vacunación en nuestro podcast: actualmente existen vacunas disponibles para un total de 26 enfermedades, según la OMS.
SEPTIEMBRE. Vacunas contra la COVID y la desinformación.
Tras el verano, volvemos a ahondar en
uno de los peores efectos de la pandemia (después de las repercusiones
en salud y fallecimientos): los desechos generados ya han invadido los océanos y se calcula que ya habría más mascarillas que medusas en las aguas del Mediterráneo. Ante esta realidad, se impone definitivamente entender cómo combatir la pandemia sin empeorar la salud del planeta.
Además, con el paso del tiempo, otro frente relacionado con el
coronavirus da la cara: el de la desinformación, un asunto que volvimos a
tratar en nuestro podcast, analizando los conceptos de “fake news”, “fake science” e infodemia.
OCTUBRE. Más allá de la salud: energía, naturaleza y sostenibilidad
Otra de las incógnitas pendientes sobre el coronavirus ha sido su estacionalidad, una cuestión que requerirá el paso del tiempo en ambos hemisferios para entender su relación también con la climatología.Y, además, el concepto de inmunidad de grupo se revela como un arma de doble filo tras meses de observación de los contagios.
NOVIEMBRE. Sostenibilidad, salud pública y ciencia frente a los virus
El paso del tiempo permite, sin duda,
acercarnos al origen de la pandemia con otros ojos, así que nos
adentramos en la ciencia que esconden los virus y cómo podemos
aprovecharlos científicamente también para el progreso. Actualmente los virus son poderosas herramientas biotecnológicas empleadas como vehículos moleculares para vacunas o fármacos, pero además ofrecen posibilidades cuyo potencial aún no ha sido explotado, como la lucha contra infecciones.
Y otra de las consecuencias más “positivas” de la pandemia, quizás sea la que nos ha permitido situar a la sostenibilidad y la relación con el entorno en el que vivimos en el centro del debate público.
Para entender esta relación hemos hablado con Jaime del Barrio, médico y
especialista en gestión pública, quien defiende por qué “Ningún ODS puede conseguirse sin un entorno sanitario adecuado”.
DICIEMBRE. El mundo del mañana: ¿redefinido por la COVID-19?
Y otra pregunta que nos asalta frente a un cierre de año que ha cambiado la rutina y las dinámicas de relación con el entorno en el que vivimos de millones de personas es la necesidad de mantener y potenciar lo bueno de las grandes urbes pero, ¿es posible diseñar ciudades más seguras contra las epidemias?