Leonardo da Vinci: pensador sistémico
“Antes
de dar un paso más, realizaré experimentos, porque mi propósito es
exponer primero la experiencia y luego, mediante el razonamiento,
mostrar por qué esa experiencia está destinada a operar precisamente de
esa manera. Es ésta la verdadera regla que deben seguir quienes
reflexionan sobre los fenómenos de la naturaleza”. Leonardo da Vinci, c. 1513
Leonardo
da Vinci fue lo que hoy en día, en nuestra jerga científica,
denominaríamos un pensador sistémico. Para él, comprender un fenómeno
significaba ponerlo en conexión con otros fenómenos mediante una
semejanza de modelos. Cuando estudió las proporciones del cuerpo humano,
las comparó con las proporciones de los edificios de arquitectura
renacentista. Sus investigaciones sobre músculos y huesos lo condujeron a
estudiar y dibujar engranajes y palancas, interrelacionando así
fisiología animal e ingeniería. Los modelos de turbulencia en el agua lo
llevaron a observar modelos similares en la corriente de aire; y de
allí pasó a explorar la naturaleza del sonido, la teoría de la música y
el diseño de instrumentos musicales.
Esta habilidad excepcional
para interconectar observaciones e ideas procedentes de distintas
disciplinas anida en el corazón mismo del enfoque que Leonardo tenía del
conocimiento y la investigación. Al mismo tiempo, ésa fue también la
razón por la que tantas veces se vio arrastrado tan lejos y extendió sus
investigaciones mucho más allá de la función originaria implícita en la
formulación de una “ciencia de la pintura”, para explorar el
espectro casi completo de fenómenos naturales conocidos en su época, así
como muchos otros no reconocidos hasta entonces.
La obra
científica de Leonardo era prácticamente desconocida en vida de su autor
y permaneció oculta durante más de doscientos años tras su muerte,
acaecida en 1519. Sus pioneros descubrimientos e ideas no ejercieron
influencia directa en los científicos que lo sucedieron, aunque durante
los cuatrocientos cincuenta años siguientes su concepción de una ciencia
de las formas vivas volvería a aparecer en diversas épocas. En esos
períodos, los problemas con los que Leonardo había luchado volvían a
abordarse con niveles crecientes de complejidad a medida que los
científicos progresaban en su comprensión de la estructura de la
materia, las leyes de la química y el electromagnetismo, la biología
celular y molecular, la genética y el papel decisivo de la evolución en
la plasmación de formas del mundo vivo.
Hoy en día, dada nuestra
ventaja de contar con la ciencia del siglo XXI, podemos reconocer en
Leonardo da Vinci un temprano precursor de todo un linaje de científicos
y filósofos cuyo centro de interés fue la naturaleza de la forma
orgánica. Entre ellos figuran Immanuel Kant, Alexander von Humboldt y
Johann Wolfgang von Goethe en el siglo XVIII; Georges Cuvier, Charles
Darwin y D’Arcy Thompson en el XIX; Alexander Bogdanov, Ludwig von
Bertalanffy y Vladimir Vernadsky a comienzos del XX; y Gregory Bateson,
Ilya Prigogine y Humberto Maturana a finales del siglo XX; lo mismo que
morfologistas y teóricos de la complejidad contemporáneos, como Brian
Goodwin, Ian Stewart y Ricard Solé.
La concepción orgánica de la
vida, propia de Leonardo, siguió durante siglos su curso como una
corriente subterránea de la biología, con breves períodos en los que
emergía y dominaba el pensamiento científico. No obstante, ninguno de
los científicos de este linaje reparó en que el gran genio del
Renacimiento ya había anticipado muchas de las ideas que ellos
exploraban. Mientras los manuscritos de Leonardo acumulaban polvo en
antiguas bibliotecas europeas, Galileo Galilei era celebrado como el “padre de la ciencia moderna”.
No puedo sino sostener que el verdadero fundador de la ciencia moderna
fue Leonardo da Vinci, y me pregunto cuál habría sido el desarrollo del
pensamiento científico en caso de que los cuadernos de notas se hubiesen
conocido y estudiado poco después de su muerte.
“La ciencia de Leonardo. La naturaleza profunda de la mente del gran genio del Renacimiento”. Fritjof Capra. Editorial Anagrama
Todos
conocemos al Leonardo Da Vinci pintor, pero tú le has investigado como
científico ¿Cuáles fueron sus aportaciones a la ciencia?.
Muy
poca gente conoce a Leonardo como científico comparado con su fama de
pintor e ingeniero. Me di cuenta que la ciencia de Leonardo es muy
distinta de la ciencia, por ejemplo, de Galileo o Newton. Galileo es con
frecuencia considerado el padre de la ciencia moderna porque usó una
aproximación empírica para realizar experimentos y sacar conclusiones y
también usó las matemáticas para describir estos experimentos. Leonardo
también hizo todo eso 100 años antes. Entonces, Leonardo inventó lo que
ahora llamamos el Método Científico.
Galileo observó el mundo
como una máquina y restringió su ciencia a cantidades que podían medirse
y describirse matemáticamente. Galileo decía que se debía excluir
cualquier cualidad de la ciencia tales como color, gusto, belleza,
elegancia. Según él, debía limitarse la ciencia a la materia y sus
propiedades. Sin embargo, Leonardo era lo opuesto. La ciencia de
Leonardo empezaba con la vida, para él el Mundo estaba vivo. La
aproximación de Leonardo a la Naturaleza fue como un artista. Su ciencia
fue siempre una síntesis entre arte y ciencia y pensó que para pintar
las formas de la naturaleza, las tenía que estudiar. Tenía que entender
realmente su manera intrínseca de funcionar y para estudiar esto y
registrar los resultados de sus descubrimientos, los necesitaba pintar.
Las formas de la naturaleza son muy complejas y describirlas en palabras
es difícil porque nuestro lenguaje es lineal. Las formas de la
naturaleza que ves aquí a nuestro alrededor no son lineales y son
complejas, así que Leonardo desde el inicio usó palabras, pero sobre
todo usó su enorme talento de pintor para pintar lo que observaba. Para
pintar la Naturaleza, sintió que la tenía que estudiar y para estudiarla
la tenía que pintar de ahí esa síntesis tan estrecha entre arte y
ciencia. Lo que emergió de esa síntesis fue una ciencia brillante, una
ciencia de las cualidades, una ciencia de patrones, una ciencia de las
formas y transformaciones y lo aplicó a los flujos del agua y se
convirtió en el fundador de lo que hoy se conoce como dinámica de
fluidos.
¿Qué elementos pueden ser útiles de Da Vinci para el siglo XXI?.
Yo
diría que Leonardo fue un pensador sistémico. Para él, resolver un
problema o entender un fenómeno pasaba por conectarlo con otros
fenómenos y estudiando sus patrones similares, se pueden entender las
cosas. Por ejemplo, uno de los patrones que estudió específicamente y
por el que estaba fascinado era la espiral. Dibujaba vórtices de agua
que forman espirales y dibujaba el crecimiento de ciertas plantas que
forman espirales y también dibujaba las espirales del cabello humano.
Leonardo las dibujaba en sus retratos. Así que la espiral era un patrón
común de la vida, para él y esto se confirma actualmente en la ciencia
moderna. Generalmente muchos de sus descubrimientos han tenido que
esperar cientos de años hasta que emergieran científicos post
newtonianos, post cartesianos que una vez más estudiamos patrones y
procesos metabólicos. Eso es lo que él estudió para entender la vida.
¿Qué fue lo que más le impresionó de Leonardo?.
Primero
me impresionó el conocimiento detallado que tenía en tantos campos.
Cuando estudié su ciencia había algunos campos que podía entender desde
mi propio aprendizaje de científico. Me formé como físico pero también
estudié mucha Biología, Ecología y Ciencia Cognitiva, así que podía
entender estas partes. Pero no podía comprender su detallada Geología,
su detallada Hidrodinámica y su detallada Anatomía y tuve que pedir
ayuda a mis colegas para entender los dibujos y escritos de Leonardo
desde el punto de vista de la ciencia moderna. Me impresinó la amplitud y
profundidad de su conocimiento. La otra cosa que me impresionó fue que
no tenía absolutamente ningún miedo intelectual a la hora de investigar
cualquier fenómeno que se le cruzaba. Y te daré un ejemplo: Como pintor
estaba muy interesado en la apariencia de los objetos para nosotros, así
que estudiaba perspectiva, que fue un gran descubrimiento del
Renacimiento, y desde la perspectiva estudiaba el efecto de la luz y la
sombra en los objetos, cosa que usó de una manera magistral en sus
pinturas. Desde ahí estudiaba la naturaleza de la luz y tuvo la
hipótesis de que se desplazaba en ondas, otra de las cosas en las que se
avanzó doscientos o trescientos años a su tiempo. De ahí siguió el haz
de luz desde el objeto hasta su ojo, y estudió la anatomía del ojo,
estudió la anatomía del nervio óptico y siguió al nervio óptico hasta
dentro del cerebro y estudió estructuras cerebrales y buscó la semilla
del alma y la manera en la que entendemos las cosas y el fenómeno básico
de la cognición. Desde la perspectiva y la naturaleza de la luz
recorrió todo el camino hasta el centro del cerebro.
Hoy alguien que estudia la perspectiva diría: “La naturaleza de la luz, esto es del dominio de los físicos y yo no me metería en esto”.
Y los físicos dirían que estudiar el ojo es cosa de la Anatomía. Y el
anatomista diría que estudiar el cerebro es cosa de la Neurociencia, y
el neurocientífico diría que estudiar la cognición, es cosa de la
Filosofía. Son cinco ciencias las que tratan de estos campos y Leonardo
no tuvo límites ni barreras. Por supuesto que estos campos no existían
en su tiempo pero él no tenía miedo en estudiar cualquier cosa que se le
presentaba.
Entrevista a Fritjof Capra, Físico y pensador sistémico, por Alberto D. Fraile Oliver
http://jmonzo.blogspot.com/2012/03/leonardo-da-vinci-pensador-sistemico.html
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