Creo que estamos jodidos”. Esta era la frase con la que el profesor Stephen Emmott concluyó su aparición en el Royal Court Theatre en un acto que tenía parte de obra de teatro, parte de clase magistral, con pizarra y proyecciones incluidas. Emmott, profesor de computación en la Universidad de Oxford y miembro de un importante centro de investigación fundado por Microsoft en la universidad rival, Cambridge, vendió todas las entradas para una producción teatral realizada junto aKatie Mitchell llamada 10 billion. Ahora, la obra se traslada al papel, en forma de libro, con el objetivo de alertar de los grandes peligros a los que tendrá que enfrentarse la humanidad cuando alcance una población mundial de 10 mil millones. Y ahora nos encontramos en los siete mil.
¿Qué ocurrirá cuando alcancemos tal cifra, que será más pronto que tarde, dado el aumento exponencial que ha conocido la población del planeta durante los últimos dos siglos? Que la producción de gases invernadero será mucho mayor, lo que pondrá en peligro el medioambiente por el calentamiento global que apenas tiene vuelta atrás. La atmósfera y el mar se contaminarán, las temperaturas aumentarán hasta niveles nunca antes vistos y los polos se derretirán.
Los científicos no se toman en serio el problema de la superpoblaciónTodo ello ocurrirá de manera paralela al crecimiento de la población mundial, indica Emmett. Hace un año, los expertos señalaron que la población mundial alcanzaría pronto los nueve millones, ya que la mejora de la situación económica y social de muchos países del tercer mundo ha contribuido a su crecimiento demográfico. Un reciente informe de las Naciones Unidas puso de manifiesto este mismo mes que la población mundial alcanzará la cifra crítica para el año 2050, aunque el profesor cree que el momento en el que llegaremos a dicho nivel será a finales de este siglo. Hace tan sólo un cuarto de centuria, la población mundial era de menos de cinco millones: el crecimiento es inexorable.
Vamos mal, e iremos peor si no hacemos nada
Debemos parar el crecimiento de la población mundial antes de que sea demasiado tarde, señala Emmott, cuyo discurso no tiene nada de optimista, ya que cree que va a ser muy complicado que podamos revertir el proceso. En realidad, el profesor no es un experto en clima (algo que le ha granjeado un gran número de críticas de parte de sus detractores), sino un ingeniero informático que tiene como objetivo anticipar el futuro del planeta antes de que sea demasiado tarde. Y ello lo conseguiría a través deuna nueva ciencia ecléctica que “generase modelos para sistemas complejos, ya sean estos el sistema inmunitario o el ciclo global del carbón”, como declaraba en una entrevista reciente.
Emmott considera que aunque la sobrepoblación es uno de los grandes problemas a los que tiene que enfrentarse el planeta hoy en día, la mayor parte de científicos no lo toman en serio. La solución no pasa por parches temporales o fórmulas milagrosas, sino que lo necesario es un cambio radical de actitud, puesto que el calentamiento no es el único problema al que tendrá que enfrentarse la población si sigue creciendo desmedidamente: los diferentes ecosistemas se deteriorarán, muchas razas animales desaparecerán (a través de prácticas como la pesca intensiva) y aparecerá otra serie de problemas cuyas consecuencias son imprevisibles. ¿Qué hacer entonces? “Consumir menos, mucho menos”. También, ahorrar más, y esperar a que los gobiernos tomen cartas en este asunto.
Cualquiera que piense que el nuevo estado de las cosas no dará lugar a conflictos civiles se engaña“La Tierra es el hogar de millones de especies, pero tan sólo una lo domina”, señala Emmott en el libro, una breve obra que se publicará el próximo 11 de julio y que reproduce el tono feroz y apocalíptico de su presentación sobre los escenarios. “Nuestra inteligencia, nuestra brillantez y nuestras actividades han modificado prácticamente todos los rincones de nuestro planeta. De hecho, nuestra inteligencia, nuestra brillantez y nuestras actividades son las que nos han conducido a todos los problemas que tenemos que afrontar hoy. Y cada uno de ellos se acelera a medida que nos acercamos a la barrera de los 10 mil millones”. El autor cita, por ejemplo, que la necesidad de dar alimento a unos cuantos miles de millones de personas más acabará rápidamente con los bosques tropicales.
Otra consecuencia de esa situación será el aumento de los llamados “inmigrantes del clima”, es decir, todos aquellos habitantes de países arrasados ecológicamente que se verán obligados a abandonar sus países de origen, y que acudirán en masa a los países más desarrollados. “Cualquiera que piense que el nuevo estado de las cosas que está emergiendo no tiene potencial para dar lugar a conflictos civiles e internacionales se están engañando a sí mismos”, indica el profesor, al mismo tiempo que señala que por esta razón cada vez ve más militares en sus conferencias.
¿Hay esperanza posible?
Sin embargo, en su defensa de la vigilancia del crecimiento de la población mundial, Emmott no se alinea con uno de los grandes teóricos del tema, Thomas Malthus, aunque comparta sus tesis. El pensador inglés del siglo XIX apuntaba el peligro que entrañaba el crecimiento desmedido de la población, dadas unas condiciones de bienestar material previas que favorecían el aumentoo piramidal de la población. Por aquel entonces, era la amenaza del fin de los medios de subsistencia lo que ponía en riesgo a la población mundial; hoy, es el calentamiento del planeta, que Emmott considera que está refrendado por multitud de datos.
¿Qué propone Emmott para salvar a la humanidad? Lo primordial es, en primer lugar,eliminar el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera, para acto seguido comenzar a generar energía a través de sistemas similares a los empleados por las plantas en sus fotosíntesis. “Es un proyecto de alto riesgo cuya meta definitiva es la creación de tres mil millones de árboles artificiales que funcionen a través de tres mil millones de sistemas de software vivientes que generen electricidad y potencialmente aíslen el carbón”, indicaba en una entrevista con The Times. También, revisar nuestras costumbres y pensar si realmente necesitamos consumir y comer tanto, ya que Emmott cree que comer por placer es una de las modas del mundo contemporáneo que no existían en el pasado. Una empresa que puede sonar a ciencia ficción, pero por la que podría pasar nuestro futuro.
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