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jueves, 14 de abril de 2016

Un joven tetrapléjico recupera el control de una mano gracias a un bypass neuronal

Un joven tetrapléjico recupera el control de una mano gracias a un bypass neuronal

  • Un chip implantado en el cerebro envía señales a los músculos que controlan el movimiento de los dedos
  • http://www.lavanguardia.com/ciencia/20160413/401085456461/bypass-neuronal-lesion-medular-ian-burkhart-tetraplejico-mano.html
  • Ian Burkhart, un joven de Ohio (EE.UU.) que quedó tetrapléjico por unalesión medular sufrida hace seis años, ha recuperado la movilidad de la mano derecha hasta el punto de que puede servirse agua de una botella, remover el contenido del vaso con una cucharilla, acercarse un teléfono a la oreja o tocar una guitarra electrónica.
    El avance, que la revista científica Nature presenta esta semana online, ha sido posible gracias a un bypass neuronal. El equipo médico que atiende a Burkhart le ha implantado un chip en el cerebro y electrodos en el antebrazo. De este modo, la señal del cerebro se puede transmitir por un cable hacia los músculos que controlan la mano sorteando el punto en que la médula espinal está seccionada.
    Ian Burkhart, lesionado medular que ha recuperado la movilidad de una mano gracias a un by-pass neuronal. Crédito: Ohio State University / Battelle
    Ian Burkhart, lesionado medular que ha recuperado la movilidad de una mano gracias a un by-pass neuronal. Crédito: Ohio State University / Battelle
    “Estaba en el oceáno jugando con las olas”, explicó Burkhart el martes en una rueda de prensa telefónica al recordar el accidente, ocurrido en el Atlántico frente a la costa de Carolina del Norte. “Estaba de vacaciones con unos amigos después de terminar mi primer curso en la universidad. Tenía 19 años, era muy independiente. Me zambullí en una ola que me empujó hacia abajo a un banco de arena. No era tan profundo como había creído. Tuve suerte de tener amigos a mi alrededor que me sacaron del agua”.
    Burkhart sufrió la lesión medular a la altura de las vértebras cervicales C5 y C6. Mantuvo una cierta movilidad en los hombros y la capacidad de contraer los bíceps, lo que le permite desplazarse en silla de ruedas. Pero perdió toda la movilidad y la sensibilidad de los codos hacia abajo.
    El paciente, de 24 años, puede servirse agua de una botella, coger una cucharilla o acercarse un teléfono a la oreja
    “Recuperar la función de las manos es muy importante para las personas con tetraplejia”, declaró Chad Bouton, primer autor de la investigación, del Instituto Memorial Battelle de Ohio. “Permitiría hacer mucho más por uno mismo”, asintió Burkhart, para quien “ir en silla de ruedas no es lo más importante; para mí, lo peor es tener que depender de otras personas”.
    Hay distintas líneas de investigación abiertas para mejorar el tratamiento de las lesiones medulares, que a día de hoy son incurables. Para conseguir que las órdenes del cerebro lleguen a las extremidades, se ha intentado restablecer las conexiones de las neuronas cortadas, sin éxito por ahora. Se han implantado electrodos bajo el punto de la lesión para estimular las neuronas de la médula espinal, lo cual tuvo éxito en un paciente parapléjico de EE.UU. que consiguió levantarse y mantenerse en pie, pero no en tetrapléjicos. Asimismo, se han intentado implantar prótesis robóticas que reciben las señales del cerebro, entre otros tratamientos experimentales.
    Los electrodos situados alrededor del brazo envían señales a los músculos que controlan las articulaciones de la mano. Crédito: Ohio State University / Battelle
    Los electrodos situados alrededor del brazo envían señales a los músculos que controlan las articulaciones de la mano. Crédito: Ohio State University / Battelle
    El equipo que ha atendido a Ian Burkhart, formado por especialistas de la Universidad del Estado de Ohio y del Instituto Memorial Battelle, ha optado por una estrategia inédita: conectar de nuevo el cerebro a los músculos que mueven la mano. La conexión se ha hecho mediante un cable que “es bastante aparatoso”, según Burkhart.
    De cara al futuro, los investigadores tienen previsto transmitir la señal a las extremidades con tecnología inalámbrica. Sería más cómodo para los pacientes y les permitiría más movilidad, ha aclarado Chad Bouton por correo electrónico. Por ahora, han conseguido restaurar por primera vez el control voluntario de una mano en una persona tetrapléjica.
    El logro es el resultado de diez años de trabajo del equipo de Ohio. En una primera fase, implantaron electrodos en el cerebro de otra persona con lesión medular para estudiar cómo podían captar y procesar las señales eléctricas de las neuronas.
    Después de dos años de entrenamiento, Ian Burkhart domina el movimiento de casi todas las articulaciones de la mano
    Cuando Burkhart se ofreció voluntario para participar en la investigación, se le hicieron pruebas de resonancia magnética para localizar con precisión la región de su cerebro que controlaba el movimiento de la mano derecha. Una vez localizada en el córtex motor primario izquierdo, se le implantó un chip más pequeño que un guisante en una intervención neuroquirúrgica de tres horas de duración realizada en abril de 2014.
    Se le implantó también un dispositivo conectado al chip que emerge de la parte superior de su cabeza y al que se conecta el cable que transmite las señales al antebrazo. “Al principio tenía dolores de cabeza; ahora es como una extensión de mi cráneo, apenas me doy cuenta de que está ahí”, explicó Burkhart. “Es un problema cuando me ponen una camiseta por la mañana, pero no interfere en mi vida diaria”.
    El cable llega hasta una manga de tejido sintético equipada con 130 electrodos que a Burkhart le ponen en el antebrazo derecho. Los electrodos aplican una pequeña descarga eléctrica que se transmite a los músculos a través de la piel, de modo que los músculos se contraen y mueven las articulaciones de la muñeca y de los dedos.
    Sufrió el accidente cuando tenía 19 años;estaba de vacaciones en una playa del Atlántico y una ola le envió con fuerza contra un banco de arena
    Dado que la información se transmite desde el cerebro al antebrazo pero no en sentido contrario, Burkhart no percibe ninguna sensación de tacto. No nota las descargas ni si su mano está en contacto con un objeto. “Tiene que utilizar el sentido de la vista para observar y ajustar cada movimiento”, ha declarado el investigador Chad Bouton a La Vanguardia.
    Para aprender a controlar los movimientos de la mano, Burkhart ha realizado tres sesiones semanales de entrenamiento desde la intervención. “Al principio eran sesiones cortas y acababa mentalmente agotado, como si hubiera hecho un examen de seis o siete horas”, recuerda. “Pero con la práctica cada vez me resulta más fácil”.
    Burkhart consiguió mover la mano por primera vez con el pensamiento en junio de 2014. “Fue un momento maravilloso para el equipo. Nos miramos i dijimos: ¡uau!”, declaró en la rueda de prensa Nicholas Annnetta, coautor de la investigación. “El padre y la hermana de Ian estaban ahí y se emocionaron mucho. Pero, después de unos pocos segundos maravillándonos, nos dijimos: muy bien, manos a la obra, nos queda mucho trabajo por hacer. No basta con conseguir movimientos gruesos; tenemos que conseguir movimientos funcionales”.
    El objetivo de los investigadores es que los lesionados medulares puedan usar esta tecnología en su vida diaria
    Después de casi dos años de entrenamiento, Burkhart ha conseguido dominar el movimiento de casi todas las articulaciones de la mano. Por ahora, sin embargo, sólo utiliza el dispositivo en un entorno de investigación para perfeccionar la tecnología.
    Los investigadores trabajan con la perspectiva de que los lesionados medulares puedan utilizar esta tecnología en su vida diaria. “Uno de nuestros objetivos principales es que puedan utilizarla los pacientes en sus casas”, declara en un comunicado Ali Rezai, de la Universidad del Estado de Ohio.
    El próximo paso será probarla en otras cuatro personas en el marco de un ensayo clínico para confirmar el potencial del tratamiento. Siempre requerirá un largo aprendizaje por parte de los lesionados medulares, y por lo tanto un nivel alto de motivación para no rendirse antes de que lleguen los resultados.
    Si el ensayo clínico se supera con éxito y la tecnología se perfecciona, “el bypass neurológico puede ofrecer esperanzas para restaurar la movilidad en personas de todo el mundo que viven con parálisis”, concluyen los investigadores en Nature.

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