Una investigación europea y
mexicana está desarrollando un bisturí capaz de detectar a través de
vibraciones microscópicas cuando un tejido cerebral es sano o fue
afectado por un tumor.
A la hora de detectar los tejidos sanos y
los afectados por el tumor, el bisturí hace vibrar 400 milisegundos al
cerebro en 4.000 diferentes frecuencias.
Luego se analizan esas frecuencias para obtener un modelo matemático de las propiedades de lo que se está tocando.
Este dispositivo podría ser usado en la
extracción de tumores en otras partes del cuerpo, ya sea en forma de
bisturí o de endoscopio inteligente para cirugías de estómago o
intestino, por ejemplo.
Existen toda clase de dispositivos conectados, desde frigoríficos hasta coches, pasando por hogares y ciudades. Pero, ¿alguna vez habían pensado siquiera en conectar y dotar de inteligencia a un bisturí?
Por ahí van los tiros de un particular trabajo de la Universidad
Técnica de Monterrey, Universidad de Hannover y la Universidad Libre de
Bruselas, por el que se está desarrollando un bisturí capaz de
detectar a través de vibraciones microscópicas cuando un tejido cerebral
es sano o fue afectado por un tumor. El dispositivo puede, además, de orientar al neurocirujano a través de alertas qué puede ver y escuchar en plena operación.
Este bisturí de nuevo cuño cuenta con sensores y algoritmos de procesamiento digital de señales avanzados. A
la hora de detectar los tejidos sanos y los afectados por el tumor, el
bisturí hace vibrar 400 milisegundos al cerebro en 4.000 diferentes
frecuencias.
Con
ello se obtiene una fotografía de cómo el cerebro está vibrando y se
analizan esas frecuencias para obtener un modelo matemático de las
propiedades de lo que se está tocando.
Los científicos indican que el bisturí es tan preciso
que incluso puede ayudar a detectar tumores en fase temprana, cuando la
diferencia entre el tejido sano y el afectado es casi imperceptible para
el sentido de la vista y tacto de los cirujanos.
Además, el dispositivo (actualmente en proceso de patente y a la
espera de la autorización para comenzar con las pruebas en humanos)
podría ser usado en la extracción de tumores en otras partes del cuerpo,
ya sea en forma de bisturí o de endoscopio inteligente para cirugías de estómago o intestino, por ejemplo. - https://www.businessinsider.es/bisturis-inteligentes-capaces-detectar-tumores-cerebrales-428219?utm_source=dlvr.it&utm_medium=facebook
La máquina de matar tumores cerebrales se estrena en Navarra: es un virus transgénico
Un
nuevo trabajo muestra en ratones la eficacia del virus para combatir
dos tipos de cáncer pediátrico. Este tipo de tratamiento ya se ha
aprobado en EEUU para tratar el melanoma o el glioma en humanos
Algunos
tipos de cáncer cerebral, como el glioma pontino intrínseco difuso, son
muy difíciles de tratar, especialmente si la cabeza es de un niño. No
sólo por el tamaño, que hace de la cirugía algo extremadamente complejo e inapropiado,
sino porque en adultos el tumor ya es genéticamente distinto. Para
solventar este reto mayúsculo no basta con la radioterapia, la
quimioterapia o la inmunoterapia.
La última arma contra estos
tipos de cáncer es un virus oncolítico capaz de seleccionar y atacar
únicamente a las células tumorales. La estrategia se ha probado de forma pionera en la Clínica Universidad de Navarra,
eso sí, en ratones. Los prometedores resultados obtenidos han llevado a
Marta Alonso y su equipo a iniciar un ensayo clínico con la idea de
llevar el virus a su uso clínico con pacientes pediátricos.
La estrategia virológica contra el cáncer ya ha sido aprobada por la FDA estadounidense —en concreto, una forma modificada
del herpes— para tratar un tipo de melanoma. Asimismo, el Delta-24-RGD,
el virus que se ha testado en Navarra, ha demostrado ser efectivo y seguro en pacientes adultos con glioma.
El
Delta-24-RGD es un adenovirus (como los que producen infecciones leves
como resfriados o conjuntivitis) que ha sido modificado genéticamente en
el laboratorio "para hacerlos específicos contra los tumores",
explica a Teknautas Alonso, investigadora del Área de Tumores
Cerebrales de la Clínica Universidad de Navarra y co-autora del trabajo
junto a Naiara Martínez Vélez. "En ese sentido, la mayoría de los
proyectos de nuestro laboratorio se centran en mejorar la eficacia de estos virus".
Esta es la primera vez que se ensaya con la versión infantil de este cáncer, aunque en la propia clínica se ha probado ya en adultos, también de forma pionera, una variante modificada genéticamente del virus DNX 2440 contra el glioblastoma, el tumor cerebral más agresivo.
Más supervivencia sin secuelas
Usando modelos murinos de glioma de alto grado y glioma pontino intrínseco difuso, los investigadores hallaron que la supervivencia aumentaba en comparación con ratones no tratados con el virus.
Además, entre aquellos ratones que lograron sobrevivir a largo plazo no
se detectó ni rastro de las proteínas virales, lo que indica que el
remedio entró, hizo su trabajo provocando de paso una respuesta
inmunológica contra los tumores y luego se marchó del cuerpo de los
ratones sin hacer ruido. Hay un plan definido para alcanzar la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento
¿Servirá este novedoso enfoque en el tratamiento de niños con este tipo de cáncer? En principio, los hallazgos que aparecen esta semana en 'Nature Communications'
apuntan en ese sentido, aunque hará falta ver los resultados de los
ensayos clínicos de fase I y II que ya están teniendo lugar antes de
confirmarlo. Lo siguiente sería lograr la aprobación de las autoridades,
algo que Alonso cree próximo: "Creo que estamos cerca de que esto
ocurra, y hay un plan definido para alcanzar la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento"
La música ayuda a construir el cerebro de los bebés prematuros
Acorta distancias con los cerebros de los niños nacidos a su tiempo
La música ayuda al desarrollo cerebral de los bebés prematuros y
consigue que alcancen una capacidad similar a los de los niños nacidos a
su tiempo, en relación con el aprendizaje, la concentración y la
gestión de las emociones.
Bebé prematuro escuchando su música. Foto: Sizonenko, Stéphane. UNIGE.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año nacen el mundo
unos 15 millones de niños prematuros (antes de que se cumplan las 37
semanas de gestación).
Alrededor de un millón mueren debido
a complicaciones y se sabe que los que sobreviven presentan un riesgo
alto de trastornos neuropsicológicos, especialmente los relacionados con
el aprendizaje, la concentración o la gestión de las emociones.
Ahora, una investigación de la Universidad de Ginebra y de los
Hospitales Universitarios de la ciudad suiza, ha descubierto que la
música puede ayudar a reducir este riesgo.
En un artículo
publicado en PNAS, estos investigadores señalan que una música
especialmente compuesta para estos bebés desarrolla mejor las redes
neuronales relacionadas con funciones sensoriales y cognitivas, después
de que la hayan escuchado.
Petra Hüppi, una de las autoras de esta investigación, explica en un comunicado
que cuando nacen estos bebés, su cerebro está todavía inmaduro. “El
desarrollo cerebral se produce en condiciones diferentes a las del
vientre materno, lo que unido a un entorno sensorial perturbador,
provoca que las redes neuronales no se desarrollen con normalidad.”
Fragilidad
Para afrontar este problema, los investigadores señalan que los
déficits neuronales de los prematuros se deben a situaciones inesperadas
y estresantes que deben soportar estos bebés, así como a una falta de
estimulación adecuada a su fragilidad.
La música se
presenta como una buena alternativa para esta carencia, ya que puede
provocar en los prematuros un estímulo agradable y estructurante, sobre
todo porque el sistema auditivo se desarrolla antes.
Los
investigadores se apoyaron en el compositor Andreas Vollenweider, que ya
había desarrollado proyectos musicales con poblaciones frágiles, para
proponerle la creación de una melodía que tuviera relación con estos
bebés.
Se trataba de crear una música para despertarse, otra para dormir y otra para el tiempo en el que estaban despiertos.
También fue importante seleccionar el instrumento musical y el
compositor probó con una serie de ellos en presencia de una enfermera
especializada que observaba las reacciones de los bebés.
Finalmente optó por una flauta de La India llamada encantadora de
serpientes (punji). Cuando la probaron, descubrieron que los prematuros
se calmaban casi inmediatamente y que esa música llamaba su atención.
Vollenweider compuso entonces tres piezas de ocho minutos cada una que combinaban la flauta punji, arpa y campanas.
El experimento
Para probar su
eficacia, las canciones fueron testadas en dos grupos diferentes de
prematuros, cuyos cerebros eran analizados con imágenes de resonancia
magnética funcional, que muestran las zonas cerebrales activas en cada
momento.
De los prematuros, uno escuchó las piezas
musicales y el otro grupo de no. Un tercer grupo, formado por bebés
nacidos a su tiempo, permitía comprobar si los prematuros que escuchaban
música podían alcanzar un desarrollo cerebral equivalente.
Si no escuchaban música, los prematuros mostraban una conectividad
cerebral funcional más limitada que los bebés que habían nacido a su
tiempo, lo que confirmó el efecto negativo de nacer antes de tiempo.
La red neuronal más afectada por esta situación es la llamada
saliencia, que permite seleccionar entre diferentes estímulos
sensoriales y establecer conexiones con otras neuronas para dar adecuada
respuesta al estímulo.
Esta red, que sale perjudicada
cuando se produce un nacimiento prematuro, es esencial para el
aprendizaje y la ejecución de tareas cognitivas, de las relaciones
sociales y la gestión de las emociones.
Reequilibrio neuronal
Cuando un prematuro está en cuidados intensivos, está sometido a una
serie de estímulos que no tienen relación con su estado: puertas que se
abren y cierran, alarmas que se activan, etc.
Estos bebés
están en clara situación de desventaja respecto a los que todavía están
en el útero, ya que deben procesar estímulos para los que no están
preparados y no pueden relacionar el significado de cada estímulo en un
contexto preciso.
Lo que comprobó esta investigación es que
los prematuros que escucharon la música especialmente creada para ellos
mejoraron significativamente sus conexiones cerebrales: las de
saliencia, las de la corteza auditiva y las de la corteza frontal,
aproximándose al dinamismo que mostraban los bebés nacidos a su tiempo.
Los niños prematuros que participaron en este experimento tienen hoy
seis años, momento en el que los trastornos cognitivos pueden
detectarse. Los investigadores se proponen ahora comprobar si los
primeros resultados son consistentes con los datos que puedan obtener en
la actualidad.
Referencia
Music in premature
infants enhances high-level cognitive brain networks. Lordier L. et al.
PNAS 2019 (in press). DOI:10.1073/pnas.1817536116
Un adenovirus, la familia de virus a que pertenece el del resfriado común, modificado genéticamente para atacar células tumorales ha demostrado que es capaz de combatir dos tipos de cánceres cerebrales letales y muy agresivos que aparecen en la infancia, sobre todo entre los 5 y los 7 años.
En un estudio realizado con ratones y que publica Nature Communications, investigadores del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA), liderados por Marta Alonso, han comprobado que un virus oncolítico, el Delta 24-RGD, resulta eficaz en modelos animales con glioma de alto grado y glioma difuso de tronco encefálico (DIPG), dos tipos de cáncer cerebral que suponen entre el 8 y el 12% de los tumores infantiles.
Según los resultados de este estudio, el virus, específicamente modificado para destruir células tumorales, es capaz de provocar una respuesta inmunitaria en los ratones y prolongar su supervivencia hasta tres veces en comparación con los ratones que no reciben tratamiento.
Para comprobar si esos resultados positivos son trasladables a los
humanos y la terapia con virus oncolíticos puede integrarse en el
arsenal de tratamientos para el cáncer, Alonso y su equipo ya han comenzado un ensayo clínico en fase I con niños con DIPG. El objetivo primordial de esta primera fase es demostrar que la
administración del virus no resulta tóxica. Para este ensayo ya han
reclutado a 8 de los 12 niños necesarios. Los investigadores comienzan
también ahora las gestiones para iniciar otro ensayo clínico de fase 2
pero multicéntrico, en colaboración con el Hospital de Cáncer de Niños
del Centro MD Anderson, en Texas.
“En el estudio que ahora publicamos hemos usado ratones transgénicos
que reproducen el tumor de DIPG y hemos visto que el virus es capaz de
entrar en las células tumorales, de infectarlas, replicarse en ellas,
matarlas y generar una respuesta inmunitaria atrayendo hacia el tumor
linfocitos”, resume Alonso.
Esta investigadora lleva más de una década implicada en este
proyecto, desde que volvió a España en 2010 tras realizar un
postdoctorado en el Centro del Cáncer MD Anderson, en Texas (EE.UU.), junto a la pareja española de neurólogos Juan Fueyo y Candelaria Gómez-Manzano.
Fueron ellos quienes comenzaron a trabajar con este adenovirus
oncolítico y quienes recientemente demostraron en un ensayo con adultos
que es eficaz para frenar el glioblastoma, otro tipo de tumor cerebral,
también letal.
“De todos los trabajos que he hecho en mi carrera, de este me siento especialmente orgullosa
por todo lo que significa para mí. Era un reto personal en el que llevo
trabajando muchos años”, añade Alonso, que decidió centrarse en los
tumores infantiles “porque son una enfermedad rara huérfana que está abandonada”.
Por el momento, explica Alonso con cautela, el Delta 24 parece
seguro y desencadena una respuesta inmunitaria que se circunscribe casi
toda a la masa del tumor, lo que hace que el sistema inmunitario la
reconozca y envíe una respuesta. En todos los modelos animales que han
probado el virus, que se inyecta en el tumor en el mismo momento en que
se toma una biopsia del mismo, han observado que aumenta la
supervivencia y, además, no encuentran restos de tumor visible en los
ratones tratados. No obstante, en el estudio no han observado qué
ocurría con los ratones con el trascurso del tiempo: si el tumor volvía a
aparecer o surgían nuevos tumores de otros tipos, como ocurrió en un
estudio realizado en el MD Anderson con este mismo virus Delta 24 en
adultos que padecían glioblastoma.
Un arsenal de tratamientos
“El virus solo no será la panacea”, argumenta esta investigadora
navarra. “Pero si somos capaces de ganar terreno terapéuticamente
hablando al tumor y podemos luego combinar la estrategia del virus con
otras, como fármacos o radioterapia, podremos aumentar la supervivencia
de estos pacientes, que hoy por hoy están completamente desahuciados”.
Para Jaume Mora, director del área de oncología y hematología
del Hospital Sant Joan de Déu, uno de los mayores expertos mundiales en
tumores del desarrollo y en concreto en DIPG, “este virus y otros que se
están evaluando en la actualidad podrían formar parte de las opciones
de tratamiento en el futuro. Se tendrán que combinar con otras
estrategias, como vacunas, pero antes tenemos que aprender a utilizarlos
y a controlarlos mejor”
“Si somos capaces de ganar
terreno, terapéuticamente hablando, al tumor y combinamos la estrategia
del virus con otras, como fármacos o radioterapia, podremos aumentar la
supervivencia de estos pacientes, que hoy por hoy están completamente
desahuciados”.
Este experto se muestra muy cauto a la hora de valorar si será
posible trasladar el buen resultado obtenido en ratones a humanos. “En
el experimento tratan el DIPG en fases muy iniciales del tumor, pero en
la clínica cuando lo diagnosticamos los niños ya tienen una gran masa
tumoral, mucho mayor que la de los animales del estudio. Además, estos
tumores se infiltran muy rápido por todo el cerebro y la estrategia de
pinchar el virus en el tumor, que está expandido por todo el tronco
cerebral, no está muy clara”, señala y recuerda que en Sant Joan de Déu
también realizaron experimentos con este virus inyectándolo en el tumor
aunque sin éxito.
Otro factor de alerta es la respuesta inmunitaria. Recientemente, en Sant Joan de Déu llevaron a cabo un ensayo con retinoblastoma, el cáncer ocular infantil más frecuente,
con un virus similar al Delta 24 y se tuvieron que enfrentar a la
respuesta masiva del sistema inmunitario en el ojo. “Generó una
respuesta inflamatoria bestial que dificultó mucho poder continuar con
el ensayo. En este trabajo de Alonso al parecer el tronco cerebral no se
inflama e insisten en que la respuesta inmunitaria participa en la
erradicación del tumor. Quizás sea porque las dosis son bajas o por
falta de eficacia del virus”.
La Organización Mundial de la Salud establece 2030 como año límite para erradicar la enfermedad en los países avanzados.
El Ministerio de Sanidad y determinadas
organizaciones que luchan contra la hepatitis están trabajando en la
creación de un método de cribado que permita diagnosticar la enfermedad
de la hepatitis C en los centros de atención primaria de España.
Para
ello, el Ministerio de Sanidad ha realizado un estudio con población
comprendida entre los 2 y los 80 años y que se espera que vea la luz
antes del verano, ya que estaba previsto que se publicara a finales de
2016.
“Será un informe estupendo que permitirá ajustar el
porcentaje de población afectada, que calculo que se situará entre el
0,80 y el 1%. Hasta ahora, el único estudio que tenemos es uno que ha
salido este año en la Comunidad Valenciana”, cuenta a
SALAMANCA24HORAS Esther Mate, presidenta de la Plataforma de Afectados
por Hepatitis C de Salamanca.
La duda existe en la estrategia a
seguir tras conocerse los datos del informe. En las reuniones que se han
llevado a cabo, algunos participantes han defendido actuar por grupos
de riesgo y otros por edades. Conseguir implantar este cribado
permitiría aumentar las curaciones, pues se detectaría en fases
iniciales. “Si no se localiza a esa gente que tiene la enfermedad y no
lo sabe, como ocurre en Latinoamérica, la enfermedad se propagará”,
indica la presidenta de la Plataforma de Afectados por Hepatitis C de
Salamanca, que considera que “España lidera la lucha contra la hepatitis
gracias a la pelea social de los enfermos”.
El objetivo es que
dentro de dos años todos los centros de salud de atención primaria del
país puedan realizar estos cribados con un coste de 1,20 euros. De esta
manera, se trataría de cumplir con el reto marcado por la Organización
Mundial de la Salud, que sitúa 2030 como fecha para erradicar la
hepatitis C en el mundo desarrollado. Mate cree que se podrá cumplir con
esta idea: “Llegará un día en el que la hepatitis C sea algo residual y
vinculado a épocas en las que en los propios centros de salud te podían
contagiar por no esterilizar jeringuillas. Será un mal recuerdo del
pasado”
https://www.salamanca24horas.com/texto-diario/mostrar/1419101/cribado-hepatitis-c-toda-espana-reto-conseguir-menos-anos?fbclid=IwAR2NUoWoBqYAWdSqeD6FAkfVxjYdCMSQsSara2RpFNx0YxYVQ0wOyIUph6k
'Submarines' small enough to deliver medicine inside human body
En un artículo publicado en los materiales de hoy, los ingenieros
explican cómo desarrollaron los submarinos de tamaño micrómetro que
explotan los entornos biológicos para
sintonizar su flotabilidad, permitiéndoles llevar medicamentos a lugares
específicos en el cuerpo. ..." ya sabemos que los micro-motores
utilizan diferentes fuerzas de conducción externas, como la luz, el
calor o el campo magnético-para navegar activamente a una ubicación
específica," dice el Dr. Liang. ..." en esta investigación, hemos
diseñado micro-Motores que ya no confían en la manipulación externa para
navegar a una ubicación específica. En cambio, se aprovechan de las
variaciones en los entornos biológicos para navegar automáticamente a sí
mismos
UNSW engineers have shown that micro-submarines powered by
nano-motors could navigate the human body to provide targeted drug
delivery to diseased organs without the need for external stimulus.
Cancers in the human body
may one day be treated by tiny, self-propelled "micro-submarines"
delivering medicine to affected organs after UNSW Sydney chemical and
biomedical engineers proved it was possible.
In a paper published in Materials Today, the engineers explain
how they developed micrometer-sized submarines that exploit biological
environments to tune their buoyancy, enabling them to carry drugs to
specific locations in the body.
Corresponding author Dr. Kang Liang, with both the School of
Biomedical Engineering and School of Chemical Engineering at UNSW, says
the knowledge can be used to design next generation "micro-motors" or
nano-drug delivery vehicles, by applying novel driving forces to reach specific targets in the body.
"We already know that micro-motors use different external driving
forces—such as light, heat or magnetic field—to actively navigate to a
specific location," Dr. Liang says.
"In this research, we designed micro-motors that no longer rely on
external manipulation to navigate to a specific location. Instead, they
take advantage of variations in biological environments to automatically
navigate themselves."
What makes these micro-sized particles unique is that they respond to
changes in biological pH environments to self-adjust their buoyancy. In
the same way that submarines use oxygen or water to flood ballast
points to make them more or less buoyant, gas bubbles released or
retained by the micro-motors due to the pH conditions in human cells contribute to these nanoparticles moving up or down.
This is significant not just for medical applications, but for micro-motors generally.
"Most micro-motors travel in a 2-dimensional fashion," Dr. Liang says.
"But in this work, we designed a vertical direction mechanism. We
combined these two concepts to come up with a design of autonomous micro-motors that move in a 3-D fashion. This will enable their ultimate use as smart drug delivery vehicles in the future."
Dr. Liang illustrates a possible scenario where drugs are taken
orally to treat a cancer in the stomach or intestines. To give an idea
of scale, he says each capsule of medicine could contain millions of
micro-submarines, and within each micro-submarine would be millions of
drug molecules.
"Imagine you swallow a capsule to target a cancer in the gastrointestinal tract," he says.
"Once in the gastrointestinal fluid, the micro-submarines carrying
the medicine could be released. Within the fluid, they could travel to
the upper or bottom region depending on the orientation of the patient.
"The drug-loaded particles can then be internalized by the cells at
the site of the cancer. Once inside the cells, they will be degraded
causing the release of the drugs to fight the cancer in a very targeted
and efficient way."
For the micro-submarines to find their target, a patient would need
to be oriented in such a way that the cancer or ailment being treated is
either up or down—in other words, a patient would be either upright or
lying down.
Dr. Liang says the so-called micro-submarines are essentially
composite metal-organic frameworks (MOF)-based micro-motor systems
containing a bioactive enzyme (catalase, CAT) as the engine for gas
bubble generation. He stresses that he and his colleagues' research is
at the proof-of-concept stage, with years of testing needing to be
completed before this could become a reality.
Dr. Liang says the research team—comprised of engineers from UNSW,
University of Queensland, Stanford University and University of
Cambridge—will be also looking outside of medical applications for these
new multi-directional nano-motors.
"We are planning to apply this new finding to other types of nanoparticles to prove the versatility of this technique," he says.
More information:
Ziyi Guo et al. Biocatalytic self-propelled submarine-like
metal-organic framework microparticles with pH-triggered buoyancy
control for directional vertical motion, Materials Today (2019). DOI: 10.1016/j.mattod.2019.04.022
Looking for minute aberrations in the genome
is hard work, even though computer science has spent decades coming up
with solutions for genomic information retrieval. Veli Mäkinen knows
that proofs of impossibility can also benefit the scientific community.
How does it feel when research findings are not what was hoped for? According to Veli Mäkinen, Professor of computer science, it feels good.
For close to a decade, Mäkinen and his research group have been
looking for a better way of finding alterations in human DNA. Such
variants make up the genome of individuals, in addition to which they
may influence the development of diseases.
The project came to a close recently, ending in an impasse of sorts: developing
an efficient search algorithm is an impossibility without solving
another difficult problem associated with computer science. The results are to be published in July 2019 at the ICALP conference. The project is joint work with Professor Roberto Grossi from the University of Pisa, PhD student Massimo Equi, and University Researcher Alexandru Tomescu.
How did this come about?
Looking for targeted therapies
Exploring certain DNA sequences is a basic tool of drug development
and the identification of hereditary diseases, among other activities.
With DNA data, researchers are developing increasingly individual cancer
therapies that take into account individual genomes.
Traditionally, specific sections of DNA have been observed from
sequenced DNA, entered into a computer as a single long string of
characters. From this string, search algorithms look for the desired
sequences much like Google combs through the universe of text on the
internet. This is something that was already done in the 1970s.
What has also already been known for decades is that when the string
of characters gets longer, searches get more cumbersome and the limits
of computing power are quickly reached.
Furthermore, the genome subjected to searches is not an exact
depiction of anyone’s genes. Rather, it is an approximation considered
accurate enough by the scientific community.
“Actually, the reference genome can be quite far from the actual
genome of individuals. This way, a lot of information on genomic
variation important to drug development is lost,” Mäkinen explains.
This is why researchers are interested in genomic variants and why more accurate search methods are under development.
Experimenting with a variation graph
To better identify genomic variants, novel methods of looking for
them emerged alongside the traditional one roughly 10 years ago. One of
them entails instructing a search algorithm to look for DNA data from
what is known as a variation graph.
Variation graphs are a way to present information in a manner that
efficiently compacts data, which makes them well suited to presenting
genomic data.
The genomes of different individuals are very similar.
There is no sense in illustrating the genomes of millions of people in
separate strings of characters; rather, the focus should be on
determining their differences. In order to avoid an uncontrollable
deluge of data, the nucleotide sequences common to all should be
presented as a single string, like in this picture. Once differences
between individuals are encountered, the variation graph branches off,
allowing the search algorithm to find the variants. Getting back to
identical genomic regions, the characters resume their single compact
string. The search string pictured is ‘voting’ for two variants.
Result: impossible
Mäkinen's research group attempted to develop a search algorithm to
look for specific DNA strings using such a variation graph as
efficiently as traditional algorithms focused on single genomes.
It became apparent that this was impossible. The most obvious kind of
search algorithm, one that jumps from each part of the graph to the
next and compares characters, proved to be the best possible solution.
As the length of character strings grows, running such searches starts
to consume so much computing power that with currently available
equipment, the calculations would take hundreds of days.
“Accurate searches using a variation graph were just as difficult as
those carried out with the traditional method based on the reference
genome, which allows for errors. Our findings indicate that there is not
much hope of finding a meaningfully better search method,” Mäkinen
explains.
Had Mäkinen’s group succeeded in improving search results, it would
have been a big deal in the field of computer science, a significant
advance involving a classic problem of the discipline, the P versus NP problem.
Lighting the way for colleagues
Still, Mäkinen is not disappointed with the result. Far from it – after all, this is what basic research is all about.
“Basic research advances in small steps. In computer science,
something is first demonstrated to be difficult, after which you start
narrowing down the field of problems, just like we did. Over time, other
researchers may make other discoveries, further closing in on the
problem,” Mäkinen says.
According to Mäkinen, researchers across the globe are now slightly
better versed in the limitations of genomic information retrieval, a
little bit less in the dark than before. Next, researchers should strive
to identify in variation graphs features that would not be caught up in
known impossibilities.
Mäkinen’s group and his collaborators are also carrying on with this work.
“Of course, it would be nice to skip over these interim stages, but
practical research takes time. By proving that something is or is not
possible, results start to accumulate, taking us forward. Somewhere down
the line, a solution is waiting.” Read more:
Una IA de Google logra superar a los radiólogos diagnosticando cáncer de pulmón en las primeras etapas de la enfermedad
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¿Qué pasaría si los modelos de aprendizaje profundo pudieran detectar el cáncer en las primeras etapas del mismo con mayor precisión que un radiólogo veterano?
La tasa de supervivencia de los pacientes de cáncer en caso de detección temprana suele ser alta (en la mayoría de los tipos de este mal). Pero, por ejemplo, en los EE.UU no se detecta a tiempo hasta el 80% de los casos de cáncer de pulmón (uno de los más habituales). De ahí la importancia de contar con tecnología que permita adelantar esa detección.
Y ahí es donde entra el deep learning, capaz de replicar (y superar en determinadas circunstancias) capacidades humanas como el reconocimiento de patrones y la interpretación de imágenes, las mismas de las que hacen uso los profesionales de la medicina para 'leer' rayos X o resonancias magnéticas.
Una tecnología que ha sido aprovechada por Google AI y la compañía Northwestern Medicine en una investigación cuyos detalles se publicarán en breve en Nature Medicine.
Una precisión del 94% a la hora de detectar patrones que se resisten al ojo humano
Lily Peng, de Google AI, explica que el obstáculo para detectar este tipo de casos radica en su tamaño:
"es minúsculo y puede ser difícil de ver incluso para los radiólogos
experimentados". Pero las pruebas realizadas a aquellos pacientes que no
tuvieron suerte pueden ayudar ahora a evitar que otros tengan que pasar
por lo mismo.
El equipo de investigadores ha alimentado una red neuronal con miles de imágenes de pruebas médicas (tomografías computerizadas de pacientes con y sin cáncer, o con nódulos que luego se volvieron cancerosos) con el objetivo de que aprenda a detectar los patrones
vinculados a la presencia de un determinado tipo de cáncer cuando éste
aún es demasiado pequeño como para que el ojo humano lo aprecie.
A mayor número de datos, la IA mejora su capacidad de detección. Una
vez que la red social de Google terminó su entrenamiento (tras procesar
42.000 tomografías de 15.000 pacientes distintos), se la usó para
analizar 6.716 casos con diagnósticos conocidos: el resultado fue una precisión del 94%.
En comparación con seis expertos radiólogos que colaboraron con el experimento, la IA mostró un menor porcentaje tanto de falsos positivos como de falsos negativos que los humanos cuando éstos contaban con sólo una tomografía como referencia: al aumentar las referencias, IA y humanos quedaron en tablas.
La versión final del algoritmo de Google, que estará disponible para especialistas de todo el mundo a través de la API de Google Cloud Healthcare, es capaz de establecer un sistema de puntuación en base al riesgo de que el tumor detectado sea o no maligno.
"Tenemos algunos de los mayores equipos del mundo, y tenemos ganas de
empezar a empujar los límites de la ciencia básica", explica Daniel
Tse, director de proyectos en Google y uno de los autores del 'paper'.
El equipo del Dr. Barbacid logra la desaparición total del cáncer de páncreas más agresivo
El Dr. Mariano Barbacid,
destacado bioquímico, investigador en oncología molecular y miembro del
Comité de Expertos de Constantes y Vitales, ha presentado junto con la
Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) los resultados de uno de
los trabajos más importantes realizados en la investigación contra el
cáncer de páncreas: “Regresión completa de los adenocarcinomas ductales
pancreáticos avanzados tras la inhibición combinada de EGFR y c-RAF”.
Barbacid es jefe
del Grupo AXA- CNIO de Oncología Experimental de la FSP CNIO adscrita
al Instituto de Salud Carlos III, organismo del Ministerio de Ciencia,
Innovación y Universidades, profesor, miembro del Comité de Dirección
del Máster de Oncología Molecular MOM y del Comité de Expertos de
Constantes y Vitales.
Durante la presentación de los resultados de su última investigación, la Dra. Marta Puyol, directora de investigación de la AECC,
ha señalado que “este es un claro ejemplo de un resultado innovador y
rompedor que podrá marcar una nueva era en el abordaje y tratamiento de
un cáncer tan agresivo como es el cáncer pancreático”. “El objetivo de
la AECC -continúa Marta Puyol- es promover el trabajo coordinado y
multidisciplinar de los investigadores para poder abordar el problema
del cáncer desde distintas perspectivas, pero con un objetivo común:
vencer la enfermedad”.
El proyecto del Dr. Barbacid es uno de los 334 proyectos que actualmente está financiando la AECC por un total de 56M€.
Según
ha comentado el Dr. Barbacid, “durante los últimos cinco años, nuestro
laboratorio ha desarrollado una nueva generación de modelos de ratón
genéticamente modificados que han permitido, por un lado, evaluar el efecto terapéutico de dianas moleculares
en ratones portadores de tumores avanzados y, por otro, identificar
posibles efectos tóxicos al eliminar o inhibir estas dianas de forma
sistémica en todo el organismo”.
Resumen del trabajo
El adenocarcinoma ductal de páncreas (ADP) es
una de las formas más agresivas de cáncer y una de las que más se
resiste a los tratamientos actuales, ya sean de Medicina Personalizada o
de Inmunoterapia. En la actualidad, la curación de los ADPs se limita
prácticamente a aquellos casos en los que el tumor está localizado y
puede ser eliminado quirúrgicamente, lo que representa menos de un 10%
de los pacientes.
Según los últimos datos demográficos obtenidos
en los Estados Unidos, el cáncer de páncreas es ya la tercera causa de
muerte en EEUU, solo detrás del cáncer de pulmón y colon, habiendo
superado a la mortalidad causada por los cánceres de mama.
En España, según el Observatorio del Cáncer de la AECC,
se registran unos 4.000 casos anuales, lo que representa el 2,2% de los
tumores masculinos (2.129 casos) y el 2,7% de los femeninos (1.750). Es
un tumor ligeramente más frecuente entre los hombres que entre las
mujeres. La incidencia en nuestro país se puede considerar media (tasa
ajustada mundial en 2002: 6,6 nuevos casos/100.000 habitantes/año en
hombres y 3,9 en mujeres), pero con un ascenso muy importante que se
inició en los años 50 y que continúa en la actualidad con cifras que
desvelan los altos índices de mortalidad de esta enfermedad.
Paradójicamente nuestro conocimiento acerca del ADP
ha aumentado exponencialmente en los últimos años tanto a nivel celular
como molecular. En la gran mayoría de los casos (>95%) la mutación
iniciadora tiene lugar en el oncogén KRAS. A medida que estas lesiones
progresan en malignidad se van acumulando otras mutaciones, sobre todo
en genes supresores tumorales, principalmente TRP53, CDKN2A y SMAD4.
Regresión
completa de adenocarcinomas ductales pancreáticos avanzados en un
modelo experimental En este trabajo se ha evaluado el potencial
terapéutico de dos dianas implicadas en la señalización de las
oncoproteínas KRAS. Se trata del receptor del factor de crecimiento
epidérmico, EGFR en sus siglas inglesas, y la quinasa c-RAF. Para ello,
se ha utilizado una nueva generación de ratones genéticamente modificados
inducidos por las mismas mutaciones responsables de la mayoría de los
tumores humanos. KRAS y TP53, y que reproducen fielmente la historia
natural de estos tumores. Gracias a estos modelos experimentales ha sido
posible por primera vez, eliminar dianas terapéuticas en ratones
portadores de tumores ADPs de alto grado y de forma sistémica, es decir
en todo el organismo (no solo en tejido tumoral como en muchos otros
estudios).
La eliminación de cada una de estas dianas por sí solas
no produjo ningún efecto terapéutico. Sin embargo, cuando se eliminaron
ambas dianas simultáneamente se pudo comprobar que un porcentaje
importante de tumores ADP de alto grado, no sólo dejaron de crecer, como
suele suceder en la mayoría de los modelos experimentales, sino que en
unas semanas desaparecieron completamente (ver figura 3 en eltrabajo
original).
Este efecto terapéutico no había sido observado previamente en ningún modelo experimental de ADP in vivo.
Ausencia de toxicidades significativas
Igualmente
importante, el equipo del Dr. Barbacid pudo observar que la eliminación
sistémica del EGFR y de c-RAF sólo produjo una toxicidad menor ya
observada en pacientes tratados con inhibidores del EGFR, como Gefitinib
o Afatinib y que consiste en una dermatitis fácilmente controlable (ver
figura 2 en el trabajo original). La eliminación concomitante de c-RAF
no indujo ninguna toxicidad adicional. Por lo tanto, la terapia
combinatoria basada en la inhibición simultánea de EGFR y c-RAF debería
de ser bien tolerada por los pacientes de cáncer.
Efecto terapéutico en 9 de 10 tumores de páncreas humanos
(modelos PDX) Según se describe en este trabajo (ver figuras 7 y 8),
esta terapia también dio resultados positivos en 9 de 10 modelos PDX
(patient-derived xenografts) obtenidos de pacientes con cáncer de
páncreas mantenidos en ratones inmunodeficientes. Aunque el éxito de
terapias experimentales en modelos PDX no es garantía de que funcione en
pacientes, esta actividad se considera como un paso previo esencial
para el desarrollo de ensayos clínicos.
Retos para la próxima década
Desgraciadamente,
el proceso de transferencia de estos resultados a la clínica no va a
poder ser inmediato debido a que, si bien existen muy buenos inhibidores del EGFR,
no existen inhibidores capaces de bloquear la actividad de c-RAF y por
lo tanto, aún no es posible reproducir farmacológicamente los resultados
experimentales obtenidos con la eliminación génica de EGFR y cRAF.
Durante la rueda de prensa se discutirán posibles estrategias
terapéuticas para el desarrollo de inhibidores selectivos no tóxicos de
c-RAF
Tumores resistentes
Por último, es importante
subrayar que no todos los tumores, tanto murinos como humanos,
respondieron a esta terapia, un dato que pone de manifiesto la gran
heterogeneidad que presentan los ADPs. Los estudios de perfiles
transcripcionales descritos en este trabajo revelaron diferencias de
expresión de más de 2000 genes entre los tumores que respondieron y los
que no respondieron a la terapia.
La identificación de dianas
adicionales a partir de estos perfiles es un importante reto para poder
incrementar el armamentarium terapéutico con el que combatir aquellos tumores de páncreas que no respondan en la clínica a la terapia combinada contra EGFR y c-RAF.
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