traductor

viernes, 28 de junio de 2024

"El desafío es descifrar cómo surge la actividad mental"

 

Mara Dierssen, experta en neurociencia: "El desafío es descifrar cómo surge la actividad mental"

La neurobióloga, autora de 'La ciencia de la memoria' o 'El cerebro del artista', participa este jueves en las Nobel Prize Conversations que organiza la Fundación Ramón Areces.

26 junio, 2024

Señala Mara Dierssen (Santander, 1961) en su libro La ciencia de la memoria (editorial Shackleton) que “la psicología y la neurociencia dedican grandes esfuerzos a desentrañar la naturaleza y el funcionamiento de la memoria y el aprendizaje”.

Dierssen también, ya sea en el grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas del Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG), o en intervenciones como la que realizará este jueves en la Fundación Ramón Areces dentro de una nueva edición de las Nobel Prize Conversations.

Titulado The impossible takes longer (Lo imposible lleva más tiempo) Dierssen participará junto al Nobel de Física George Smoot y la Nobel de Fisiología Katalin Karikó.

“El pensamiento abstracto y la creación artística están asociados a la evolución intelectual de nuestra especie” 

“Desde la comprensión de fenómenos como la gravedad cuántica, la teoría del todo o la materia oscura y la energía oscura hasta la cura de enfermedades complejas como el cáncer, el Azheimer o enfermedades genéticas son problemas que parecen imposibles de resolver con el conocimiento y la tecnología actuales. Sin embargo, con suficiente tiempo y esfuerzo, pueden llegar a ser comprensibles”, explica Dierssen, autoridad mundial también sobre el Síndrome de Down. 

Pregunta. ¿Cree que la neurociencia ha tenido un impulso especial en las últimas décadas?

Respuesta. Ciertamente. Este progreso puede atribuirse a una serie de avances tecnológicos en el desarrollo y la mejora de técnicas de neuroimagen, la electroencefalografía, la estimulación magnética transcraneal o incluso técnicas como la optogenética, que permiten observar y manipular la actividad cerebral en tiempo real. A esto se suman los avances en genómica y técnicas de edición genética como el CRISPR. El uso de modelos computacionales y simulaciones nos están permitiendo probar hipótesis y analizar datos a una escala que no sería posible con experimentos tradicionales.

P. ¿Es la neurobiología el camino más corto para entender completamente el funcionamiento del cerebro?

R. Aun reconociendo la importancia fundamental del sustrato biológico, es evidente que la mente posee propiedades que requieren una comprensión multidisciplinar y hemos de entenderla como el resultado de factores psicológicos, sociales y culturales.

P. ¿Cómo explicaría el impulso biológico del arte?

R. El desarrollo del pensamiento abstracto y la creación artística sin fines utilitarios en los humanos está asociado a la evolución intelectual de nuestra especie. El cerebro humano ha desarrollado una gran capacidad de adaptarse al entorno, permitiéndonos independizarnos en cierta medida de las leyes evolutivas clásicas, si bien ello nos hace depender mucho de los estímulos externos para adquirir conocimiento. Este conocimiento necesita transmitirse a través de la cultura, un fenómeno derivado del agrupamiento social. Así, soportes como la escritura, el dibujo y la música constituyen una representación interpretativa del mundo, un almacén de memoria y una herramienta de transmisión de conocimiento.

P. ¿Qué le han enseñado sus investigaciones sobre el síndrome de Down?

R. He aprendido que las limitaciones que asumimos que tienen en realidad son mucho menores de lo que pensamos y que en muchas ocasiones son fruto de nuestros propios prejuicios y estereotipos. Pero quizá lo que más me ha llamado la atención es la gran sensibilidad de estas personas, su inteligencia emocional y su enorme entusiasmo.

P. Volviendo al encuentro de la Fundación Ramón Areces, ¿qué estrategias debe seguir el científico para dar con un hallazgo importante?

R. No existen estrategias más allá de una buena pregunta, comprender lo que se sabe y lo que queda por descubrir, escoger bien la manera de abordar la pregunta, discutir mucho para intercambiar ideas, y respetar los principios de integridad científica. La constancia y el tesón indudablemente son clave para alcanzar nuestros objetivos, como lo es la resiliencia y la tolerancia a la frustración.

P. ¿Qué piensa del trabajo en equipo? ¿La investigación futura será multidisciplinar o no será?

R. La ciencia actual es ya multidisciplinar y sigue avanzando en esa dirección. Cada vez más, los desafíos complejos que afronta la ciencia requieren enfoques que integren múltiples disciplinas. Esto no está exento de problemas. Las disciplinas a menudo tienen su propio lenguaje y sus propias metodologías y enfoques conceptuales. Esto puede dificultar la comunicación efectiva entre investigadores de diferentes campos. Tiene que haber una buena idea y un sentido detrás de la interdisciplinariedad.

P. ”Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes”. ¿Qué demostraba Borges con esta intuición?

R. Borges a menudo exploraba temas relacionados con la memoria, el tiempo, y la identidad, y esta cita encapsula varias de sus ideas clave. Nos sugiere que la memoria es lo que nos define, pero, al mismo tiempo, reconoce su fragilidad y mutabilidad, planteando cuestiones sobre la naturaleza de la realidad y nuestra percepción de ella. La referencia a lo “quimérico” implica que nuestra memoria es ilusoria y en constante transformación, lo cual puede distorsionar la realidad. Y, de hecho, sabemos que la memoria no es una réplica exacta de nuestras experiencias, sino una construcción subjetiva y que cada vez que traemos un recuerdo al plano consciente de alguna manera lo “reinventamos”.

P. ¿Cuál es su desafío científico? ¿Qué preguntas se sigue haciendo?

R. Descifrar los códigos cerebrales, cómo del complejo entramado celular y molecular que es nuestro cerebro puede surgir la actividad mental. Y, más alcanzable, seguir estudiando cómo funcionan las redes neuronales y los circuitos cerebrales en la formación, consolidación y recuperación de recuerdos. Me interesan mucho los mecanismos diferenciales entre memorias fugaces y duraderas. ¿Qué mecanismos subyacen a la persistencia de la memoria? ¿Es tal persistencia real, conociendo la labilidad de la memoria? ¿Dónde están esos recuerdos?

jueves, 27 de junio de 2024

Más allá del 'corta-pega' genético: llega una nueva técnica de edición del ADN que utiliza 'puentes' de ARN

 

Más allá del 'corta-pega' genético: llega una nueva técnica de edición del ADN que utiliza 'puentes' de ARN

La nueva herramienta podría mejorar las limitaciones de CRISPR/Cas9, como las dificultades para modificar largas secuencias de ADN

Hace poco más de 30 años, Francis Mojica hizo un descubrimiento revolucionario, aunque no lo pareciera a primera vista. Este biólogo español estaba empeñado en investigar cómo era posible que algunas bacterias pudieran sobrevivir en las inhóspitas Salinas de Santa Pola (Alicante). Logró averiguarlo. Y ese hallazgo abrió la puerta a un campo mucho más grande: el de la edición genética.

Sus investigaciones sentaron las bases para el desarrollo de la herramienta CRISPR/Cas9, una especie de 'tijeras moleculares' que permiten editar el ADN y por las que las investigadoras Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna lograron el Premio Nobel de Química en 2020.

El también llamado 'corta-pega' genético fue la primera técnica de edición del ADN, una herramienta que ha cambiado el pronóstico de distintos trastornos, como la enfermedad de células falciformes y que ha ido mejorándose progresivamente. Este miércoles, la revista Nature, publica los detalles de un nuevo salto en esa evolución tecnológica. Se trata de una nueva técnica que permite la inserción, eliminación o inversión de largas secuencias de ADN en posiciones específicas del genoma.

La herramienta, desarrollada por el equipo de Patrick D. Hsu, de la Universidad de Berkeley en California (EEUU), no se basa en un 'corta-pega' genético, sino en una recombinación programable dirigida por una pequeña molécula de ARN, que actúa como 'puente'. El abordaje, aseguran sus creadores, podría proporcionar una forma más sencilla de llevar a cabo la edición genética. Los científicos detallan los pormenores de su desarrollo en dos artículos publicados en Nature.

"Cuando pensábamos que ya nada más podría asombrarnos tras conocer las diferentes versiones de las herramientas CRISPR viene el laboratorio de Hsu y nos asombra de nuevo describiendo un nuevo sistema de modificación genética de ADN que anuncia resolver las limitaciones de las CRISPR", señala al respecto de la nueva herramienta Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC).

Las tijeras CRISPR son muy útiles para inactivar genes y las técnicas de segunda y tercera generación de esta herramienta han permitido avanzar en distintos tipos de edición de secuencias pequeñas de ADN, subraya el investigador español, "pero para las grandes alteraciones en los cromosomas, como inserciones, deleciones e inversiones de gran tamaño no nos servían las CRISPR, no permitían obtener resultados de forma controlada y con una eficacia significativa", aclara.

Este nuevo sistema, en cambio, sí podría superar ese escollo. 

La nueva herramienta se basa en elementos móviles del genoma, elementos que son capaces de saltar de un sitio a otro en el ADN. La técnica consigue controlarlos y dirigirlos a dianas específicas, para provocar una edición predeterminada. En concreto, el abordaje genera recombinasas, enzimas claves para la recombinación genética que, se actúan de forma programada en lugares específicos del genoma gracias a la guía que le proporciona una molécula de ARN, denominada ARN 'puente'.

En experimentos con la bacteria Escherichia coli, el equipo ha demostrado una eficiencia de inserción de la técnica de más del 60% con una especificidad del 94% en cuanto a la correcta localización genómica.

"El laboratorio de Marc Güell propuso en 2021 su sistema FiCAT que combina una nucleasa del sistema CRISPR-Cas y una transposasa, la proteína que permite a los transposones, elementos genéticos móviles, 'saltar' a otro sitio del genoma para movilizar segmentos largos de ADN, aunque dejando marca a ambos lados del segmento insertado. Ahora Hsu usa otra familia de elementos móviles llamados IS -por inserción de secuencias- que codifican una pequeña recombinasa y una también pequeña molécula de ADN- denominada ARN puente- que contiene las secuencias complementarias a los fragmentos de ADN de salida y de llegada, que pueden sustituirse a voluntad, siendo por ello capaz de insertar, delecionar e invertir fragmentos específicos y relativamente grandes de ADN de forma eficaz y relativamente segura", explica Montoliu.

El científico destaca que se trata de "un sistema muy compacto y con gran potencial", si bien "todavía asociado a un porcentaje nada desdeñable de modificaciones en otros lugares parecidos del genoma y con una eficacia variable que seguramente deberán optimiza en futuros proyectos".

Una limitación importante del estudio, continúa, "es que los experimentos solamente se han hecho en bacterias. Ignoramos si va a funcionar en células humanas, aunque todo parece indicar que debería hacerlo", concluye. 

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2024/06/26/667bfaeae4d4d8ad6d8b45ab.html

 

Una nueva técnica abre la puerta a la edición a gran escala del ADN para curar enfermedades

La herramienta ofrece la posibilidad de modificar regiones mayores del genoma con menor riesgo de efectos secundarios, pero por el momento solo se ha probado en bacterias

La edición genética permite reescribir el genoma de una persona para corregir errores que producen enfermedades. Es lo que se ha logrado con la anemia falciforme, una dolencia provocada por una mutación que hace que los glóbulos rojos tengan forma de hoz en lugar de la redonda habitual. Esa deformación impide que circulen bien por los vasos sanguíneos, provocando fuertes dolores y muerte prematura. En diciembre de 2023, EE UU aprobó el primer tratamiento para esta enfermedad hereditaria realizado con el sistema de edición CRISPR. Esas tijeras moleculares permiten sustituir el gen defectuoso que produce la hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre, por uno que funciona correctamente.

Esta tecnología ya tiene aplicaciones, desde las enfermedades genéticas hereditarias a la inmunoterapia del cáncer, pero presenta algunos problemas de precisión, como el corte de secuencias no deseadas, parecidas al objetivo que se quiere eliminar, o la liberación de trozos de ADN cortados que produzcan una respuesta inmune dañina para el paciente o inestabilidad genómica. Este miércoles, la revista Nature publica dos artículos en los que se describe un nuevo mecanismo de edición genética potencialmente más preciso y con la capacidad para introducir largas secuencias de ADN en lugares específicos del genoma.

Los investigadores han utilizado la capacidad de lo que se conoce como genes saltarines (o elementos genéticos transponibles), elementos móviles que pueden ir a distintas partes del genoma de la célula o incluso de otros microorganismos y desempeñan un papel esencial en la evolución y la adaptación de los seres vivos. Para sus saltos por el genoma, estos elementos se sirven de unas enzimas, las recombinasas, que construyen un puente de ARN entre el ADN de origen y el del lugar donde se va a insertar.

Según explican los autores, de varias instituciones académicas y universidades que incluyen las de Berkeley y Stanford (EE UU) y la de Tokio (Japón), estos puentes son reprogramables y sirven para elegir el lugar específico en el que se pretende insertar el trozo de ADN deseado. Esta versatilidad permitiría, por ejemplo, llevar una copia funcional de un gen para sustituir uno defectuoso que esté causando una enfermedad, como sucede en el caso de la anemia falciforme. En uno de los trabajos, los autores fueron capaces de llevar un gen a una región del genoma de la bacteria Escherichia Coli con una precisión del 94% y con una eficiencia de inserción del 60%.

Utilizando este mecanismo, un equipo liderado por Patrick Hsu, del Arc Institute, en Palo Alto (EE UU), demostró que las recombinasas se podían programar para invertir, cortar o insertar secuencias de ADN personalizadas en regiones específicas del genoma de la E. coli, el modelo elegido para probar la técnica. Además, los investigadores identificaron otros puentes de ARN en otros elementos transponibles, algo que sugiere que existen varias enzimas que serían útiles como herramientas de edición genética.

Hsu explica que los puentes de ARN “ofrecen la capacidad única de reconocer y manipular simultáneamente dos secuencias de ADN para la inserción, escisión o inversión en un solo paso, abriendo nuevas posibilidades que no son fácilmente alcanzables con los sistemas CRISPR actuales”. “CRISPR requiere la reparación del ADN celular después de hacer un corte, mientras que la “edición de puente” puede realizar la recombinación de ADN sin necesitar los mecanismos de reparación del ADN celular”, continúa el investigador, de la Universidad de California en Berkeley. “Esto podría llevar potencialmente a resultados de edición genética más seguros, porque los cortes de CRISPR pueden provocar grandes eliminaciones o translocaciones no deseadas en el sitio de corte”, concluye.

Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC que no ha participado en el estudio, coincide en la utilidad que puede tener la nueva técnica para ir más allá del CRISPR y modificar regiones mayores del genoma de forma más segura, algo que incrementa el potencial terapéutico. “El laboratorio de Hsu describe un nuevo sistema de modificación genética de ADN que permite solventar las carencias de los sistemas CRISPR-Cas, muy útiles para inactivar genes por mutación o para cambiar o insertar/delecionar pocos nucleótidos (letras) del genoma pero netamente ineficaces para sustentar, a nivel clínico, la inserción, deleción o inversión de grandes secuencias de ADN, que suelen estar presentes, como alteraciones cromosómicas, en muchas enfermedades de origen genético”, indica.

Como limitaciones, Montoliu apunta a que el sistema aún está “asociado a modificaciones en otros lugares parecidos del genoma y con una eficacia variable, entre un 5% y un 99%, con un rango muy amplio de respuesta”, aunque cree que “seguramente mejorará con la optimización futura del sistema”. Además, recuerda que “los experimentos solamente se reportan en bacterias y no sabemos si va a funcionar en células de mamíferos”.

viernes, 14 de junio de 2024

“Si el cáncer no fuera una enfermedad, sería el mejor sistema para estudiar la evolución”

“Si el cáncer no fuera una enfermedad, sería el mejor sistema para estudiar la evolución”

Arkaitz Carracedo, investigador

El experto dirige un grupo de investigación en el instituto CIC bioGUNE de Bizkaia, centrado en el estudio del metabolismo de los tumores y en por qué las células cancerosas se comportan como lo hacen 

Arkatiz Carracedo (Bilbao, 44 años) no ha parado de hacerse preguntas desde que decidió dedicarse a investigar el cáncer. Estudió biología sanitaria en Madrid, donde un profesor le animó a seguir el camino de la investigación y, en concreto, a intentar etender por qué las células tumorales actúan como lo hacen. Esa y otras preguntas le llevaron, primero, al Hospital Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York y, después, a liderar su propio equipo en el instituto CIC BioGune, el centro de biotecnología situado en el Parque Tecnológico de Bizkaia (País Vasco). El grupo centra su estudio en el metabolismo del cáncer, en cómo operan las células cancerosas, qué rutas siguen dentro del organismo y cómo indetificarlas para desarrollar terapias.

Esta investigación le ha llevado a ganar el premio nacional de investigación para jóvenes en Biología en 2022, el premio Jóvenes Investigadores de Astra Zeneca en la categoría de Oncología el año pasado, una beca Starting Grant y luego una Consolidator Grant del Consejo Europeo de Investigación (ERC) o el premio Ramiro Carregal a Talentos Emergentes en Investigación Oncológica 2024, entre otros reconomientos. Carracedo atiende a EL PAÍS por videollamada y dice que los investigadores deben ser creativos y estar abiertos a responder una misma pregunta desde diferentes perspectivas. “Eso da lugar a investigaciones realmente innovadoras”.

P: ¿Qué es el metabolismo del cáncer?

R: Una célula normal del organismo, ya desarrollada, desempeña una función como lo hace un trabajador en una fábrica. El hígado se encarga de detoxificar, las células de la piel nos protegen, las del intestino filtran alimentos. Cuando las células, a través de los fallos que cometen al dividirse o por la acción de agentes externos que puedan aumentar la tasa de error y las mutaciones, se transforman en células cancerosas, cambian también su objetivo. Este empieza a ser dividirse, crecer y sobrevivir.

P: ¿Y esto qué implica?

R: Pensemos en cómo nos alimentamos en las diferentes fases de nuestra vida. Por ejemplo, una mujer de 30 años se puede alimentar según si hace deporte o no hace deporte, o de cuánto se mueva y la actividad física que tenga, para estar equilibrada. Sin embargo, una mujer embarazada probablemente esté comiendo lo mismo, quizá un poquito más en cantidad, pero su cuerpo está dirigiendo los alimentos a unas funciones totalmente distintas, que son generar biomasa, un nuevo organismo. Las células de cáncer también cambian su programa. Utilizan el alimento para, entre otras cosas, generar biomasa, lípidos, membrana, material genético, proteínas. Todo esto requiere que cambien las rutas por las que los alimentos se metabolizan.

Los metabolitos, que son las pequeñas moléculas [que surgen de las rutas metabólicas], sirven para muchas cosas más. Para remodelar el microambiente tumoral, por ejemplo. Como si nosotros usásemos el hormigón que tenemos para nuestras paredes en casa para asfaltar las calles. Van más allá de lo que necesitan para crecer, y lo utilizan para remodelar el entorno y que esto les ayude a sobrevivir mejor.

P: ¿Entender cómo funciona el metabolismo tumoral puede ser clave para desarrollar tratamientos?

R: Lo podemos ver en retrospectiva. Hace 100 años, un investigador llamado Otto Warburg descubrió que las células de cáncer utilizan mucho más azúcar que las normales. Esta es una observación original que, si la cuento, probablemente alguien dirá: ‘Muy bien, ¿y esto para qué sirve?’ Es lo que se llama investigación fundamental y la crítica suele ser que sí es conocimiento, pero ¿cuál es su aplicación? Gracias a esa observación, hoy tenemos una técnica de imagen que se utiliza en la clínica: inyectan azúcar marcado específicamente y ven cómo se distribuye en el cuerpo. Las células cancerosas, como tienen mucha más debilidad por el azúcar, brillan por encima de los tejidos normales y podemos ver dónde está el cáncer. Esto es muy importante para ver lesiones de metástasis, por ejemplo.

Todo lo que entendamos de cómo se alimentan las células tumorales nos puede servir para la detección del cáncer y de la misma manera, si sabemos qué carreteras usan las células de cáncer para llevar su mercancía y que contiene su alimento, podemos usar fármacos para bloquearlo y tener terapias más eficaces contra el tratamiento de la enfermedad.

P: ¿Y para prevenirlo?

R: Para prevenirlo tenemos que dar otro salto. Pensamos, bueno, el cáncer crece y va desarrollando unas herramientas, pero como crece en nuestro cuerpo está expuesto a todo lo que nuestro cuerpo está expuesto y nuestro contacto más estrecho con el entorno es la alimentación. Si la alimentación cambia, si tenemos una alimentación desequilibrada, una dieta muy alta en grasas que puede dar lugar a obesidad, diabetes, etcétera, todo esto hace que el cáncer viva en un entorno muy diferente. Se ha demostrado que estos cambios de hábitos de vida pueden influir sobre la agresividad que desarrolla la enfermedad.

Tenemos que entender cómo las células de cáncer se alimentan o cómo utilizan el metabolismo de una manera más general para mejorar la gestión de la enfermedad, diagnóstico, tratamiento, pronóstico y, además, cómo nuestros hábitos de vida influyen sobre el desarrollo y la agresividad del cáncer y la respuesta a tratamientos para hacer políticas de prevención.

P: Los factores externos influyen en el metabolismo del cáncer, en esas rutas que utiliza dentro del cuerpo para crecer.

R: No solo en el metabolismo del cáncer, sino en todo lo que le rodea. Los factores los conocemos bien, asociados al desarrollo de la enfermedad, como el tabaco o el alcohol, y cambian, por ejemplo, cómo nuestro sistema inmune es capaz de defenderse de un cáncer. El sistema inmune reconoce las células cancerosas y las ataca y las elimina. Por eso, las personas que tienen una inmunosupresión, ya sea por un fármaco o por un virus, como el virus del VIH, tienen más propensión a tener cáncer. Están más expuestos, tienen menos defensas. Todos los factores del entorno que hagan que nuestro sistema inmune sea más torpe, dan una ventaja al cáncer.

P: ¿Se ha avanzado en descifrar cómo funcionan las células cancerosas o siguen siendo grandes desconocidas?

R: Hemos avanzado mucho. Si estuviéramos hablando del antiguo Egipto, podemos decir que estamos empezando a tener un buen catálogo del idioma y de la cultura, pero todavía no sabemos exactamente los detalles de cómo se unen todas las líneas. Tenemos un catálogo de alteraciones que existen en cáncer a través del abaratamiento y de la implementación de las tecnologías más avanzadas, como la secuenciación. Pero no sabemos exactamente cómo anticiparnos a la enfermedad, cómo hacer el diagnóstico temprano, cómo personalizar el tratamiento para asegurar que los fármacos seean los que mejor le van a funcionar [a un paciente]. Lo estamos aprendiendo y cada paso que se da en esta dirección es un salto cualitativo.

P: ¿En qué punto estamos?

R: Hace 50 años, uno de cada cuatro pacientes diagnosticados con cáncer no vivía más de cinco años y hoy la supervivencia a cinco años está en torno a más del 50%. Ese paso a paso ha tenido un impacto en la supervivencia del cáncer tremenda, con el avance de las tecnologías, por ejemplo, que permiten detectar trazas del cáncer en la sangre [lo que se llama biopsia líquida] o de educar nuestro sistema inmune para que sea capaz de encontrar el cáncer como un perro sabueso. Todo esto hace que los cánceres sean más curables, pero seguimos teniendo grandes retos. Hay cánceres de los que sabemos poco, que se diagnostican tarde o que no son fácilmente operables: el de pulmón, de páncreas o del cerebro. Por una razón o por otra, no tenemos todas las herramientas para dar un avance significativo todavía.

Arkaitz Carracedo, investigador del cáncer en Euskadi en unas fotografías cedidas por él mismo.
Arkaitz Carracedo, investigador del cáncer en Euskadi en unas fotografías cedidas por él mismo.

P: ¿Cuál cree que es el siguiente gran ito en la investigación contra el cáncer?

R: Hay diferentes direccines en las que se está avanzando de un modo muy significativo. Un ejemplo, los tratamientos de precisión, el que las tecnologías más punteras de secuenciación estén cada vez más al alcance de los sistemas de salud para que se implementen. Esto nos va a permitir que la personalización que se hace de los tratamientos vaya más allá de análisis superficiales o puntuales y que en vez de ver sólo la portada del libro podamos leer todos los capítulos.

P: ¿Es posible, estudiando las rutas metabólicas del cáncer, entrenar al sistema inmune para que identifique las células tumorales?

R: Primero, debemos estratificar mejor, esto es, separar mejor a los pacientes. Luego, entrenar mucho mejor al sistema inmune para que ataque el tumor. Y esto se está haciendo de diferentes maneras. El cáncer desarrolla herramientas para hacerse invisible frente al sistema inmune. Los tratamientos de inmunoterapia lo que hacen es despertar al sistema inmune para que ataque al tumor. Esto es algo que ya está en la clínica y que está haciendo que cánceres que eran intratables, que habían fracasado a todos los regímenes de tratamiento, estén respondiendo. Pero todavía no sabemos tan bien quién va a responder y quién no. Sabemos que un tercio de los pacientes tratados con estos fármacos responden.

Lo que también se está haciendo es sacar células de la sangre del paciente y, sabiendo qué características tiene un tumor, alterar esas células para que sean capaces de identificar el cáncer. Es como darles un GPS de cómo y dónde está el tumor y volver a inyectarlas en el paciente. Esto es muy personalizado, pero está teniendo buenos resultados. La última pata es la biopsia líquida, definir en la sangre marcadores más tempranos del cáncer, de manera que se pueda hacer este diagnóstico precoz.

P: ¿Considera que es un buen momento para la investigación del cáncer en España?

R: Es un buen momento porque tenemos una generación con un talento tremendo. Tenemos una gente súper bien formada, gente joven que viene con ideas innovadoras y que, a pesar de la pobre financiación que todavía hay con respecto a otros países, está consiguiendo establecer unas líneas de investigación muy competitivas. Lo que va a marcar la diferencia es si esta gente se puede desarrollar en toda su capacidad.

P: ¿Qué hace falta para ello?


R: Una inversión estratégica a largo plazo, sólida, que piense en generar conocimiento y que el conocimiento genere innovación. No es generar innovación directamente. Hay que nutrir la carrera investigadora, que ahora mismo está sobresimplificada. Es como si tú trabajas para un periódico y el objetivo de todos tus compañeros fuera ser director del periódico. Tenemos que tener gente formada y excelente en todos los desarrollos profesionales. Esto en ciencia todavía no está suficientemente reforzado.

P: ¿Cuál es la principal pregunta que está intentando responder con su investigación?

R: Si tuviera que aglomerar todas las preguntas que hacemos en una sola, sería: ¿cómo consigue la célula del cáncer las herramientas de nuestro organismo para avanzar a lo largo de la enfermedad? Es como si pensamos que a cada uno de nosotros nos dieran una herramienta diferente y el cáncer fuera capaz de entrar en el taller y hacer uso de todas ellas. Utiliza programas de células embrionarias, de células de la placenta, de células inmunes. Va pirateando todo el sistema para poder hacerse paso. Una de las cosas más fascinantes es que si el cáncer no fuera una enfermedad, sería el mejor sistema experimental para estudiar la evolución, porque es un ejemplo de cómo la selección natural se va abriendo paso.

 

 

 

 

https://elpais.com/proyecto-tendencias/2024-06-14/arkaitz-carracedo-investigador-si-el-cancer-no-fuera-una-enfermedad-seria-el-mejor-sistema-para-estudiar-la-evolucion.html#

martes, 11 de junio de 2024

La inteligencia artificial descubre en horas casi un millón de nuevas moléculas antibióticas

 

Un gallego lidera un estudio que descubre en unas horas casi un millón de antibióticos nuevos a través de la inteligencia artificial

Se trata de una investigación sin precedentes en la historia de la ciencia. César de la Fuente, coruñés, y actualmente profesor en la Universidad de Pensilvania, nos cuenta la importancia de este estudio en la lucha contra las superbacterias

Ha identificado miles de péptidos con potencial antimicrobiano en 200 especies desaparecidas hace miles de años utilizando inteligencia artificial. En pruebas preclínicas han demostrado una eficacia similar a un tratamiento que se utilizan actualmente en los hospitales

"La resistencia a los antibióticos y las superbacterias son, actualmente, de las mayores amenazas a las que se enfrenta la humanidad". Es lo primero que nos dice el investigador César de la Fuente. Por ello, avanzar en este campo es la principal misión del laboratorio que dirige este coruñés de 38 años afincado en EEUU.

"Lo que hemos hecho es analizar toda la materia microbiana que hay en la tierra, que procede del suelo, los océanos, el intestino humano, es decir, de absolutamente cualquier parte, utilizando un algoritmo", explica De la Fuente. "Toda esa información sobre microorganismos que está secuenciada genéticamente por otros estudios previos, la aprovechamos y la examinamos utilizando la inteligencia artificial", continúa el investigador que dirige este estudio publicado en la revista Cell.

900.000 antibióticos en apenas unas horas

Los resultados son absolutamente impresionantes. A través de la IA, este equipo ha podido identificar casi 900.000 moléculas con potencial antibiótico en apenas unas horas. Si el número impresiona, el tiempo más si cabe. “Hasta ahora podía llevarnos años identificar 1 o 2 moléculas”, asegura este profesor de la Universidad de Pensilvania. De esta manera se ha logrado acelerar el descubrimiento de una forma nunca vista. “No tiene precedentes en la historia de la ciencia”.

Una vez descubiertas estas casi 900.000 moléculas antibióticas, el siguiente paso es llevarlas al laboratorio y ponerse manos a la obra. Pero, obviamente, dado el volumen, hay que hacerlo poco a poco. “Elegimos 100 moléculas, las más representativas, y esas son las que sintetizamos en el laboratorio”, explica el investigador. En este segundo paso, tocaba demostrar su efectividad contra patógenos resistentes a los medicamentos. Una vez más, los resultados son más que esperanzadores.

"Quedan casi un millón para sintetizar"

El 79% de ellas fueron capaces de matar una bacteria”, explica el que es uno investigadores más destacados en su ámbito y que acaba de ingresar en la Real Academia Galega de Farmacia. Los ensayos, además, se han realizado con las bacterias más peligrosas para nuestra sociedad.

Y si hasta el momento el estudio es completamente revolucionario, lo que queda por delante augura muchos más éxitos. “Quedan casi un millón para sintetizar”, expone el científico, “Nuestro laboratorio no lo puede hacer solo porque sería demasiado caro y nos llevaría demasiado tiempo”. ¿Qué significa esto? Pues que los científicos del mundo disponen ahora de una gran cantidad de material antibiótico a su disposición listo para ser estudiado. Enhorabuena.

https://www.antena3.com/noticias/ciencia/gallego-lidera-estudio-que-descubre-horas-casi-millon-antibioticos-nuevos-traves-inteligencia-artificial_202406116667e4718fd52100010bc38a.html?so=so%3Asour-twitter%3Acn-antena3noticias

 

11 jun 2024 . Actualizado a las 13:26 h.

¿Se tomaría un antibiótico procedente de la molécula de un mamut o de un perezoso gigante extinto hace 8.000 años? Puede que dentro de unos años, quizás no demasiados, ni siquiera se plantee esta pregunta porque igual es la única opción que tiene para salvar la vida ante la creciente resistencia de las superbacterias a los tratamientos convencionales, un auténtico problema de salud pública que ya causa 1,7 millones de muertes anuales en el mundo, cifra que podría elevarse a 10 millones en el 2050 si no aparecen nuevas alternativas.

Resucitar moléculas del pasado ayudados por la inteligencia artificial para hacer frente a la más que probable emergencia sanitaria del futuro es la opción que se ha planteado el Machine Biology Group de la Universidad de Pensilvania dirigido por el investigador gallego César de la Fuente Núñez. Una alternativa revolucionaria que ensayaron primero en una prueba de concepto con neandertales y denisovanos, nuestros primos hermanos, y para la que ahora han redoblado la apuesta en un nuevo campo abierto a la ciencia que han denominado desextinción molecular. Han explorado todos los organismos extintos conocidos por la ciencia (extintoma), desde el Pleistoceno al Holoceno, un trabajo que les ha permitido identificar 37.176 péptidos con potencial actividad antimicrobiana, de los que 11.035 no existen en ningún organismo vivo en la actualidad.

Eric Sucar

De ellos se han sintetizado cien moléculas que son una réplica biológica exacta de las que existían en estos animales en el pasado. Estos compuestos se probaron posteriormente in vitro para probar su eficacia y diez de ellas, las más prometedoras, en dos modelos preclínicos de ratón. Los resultados son más que satisfactorios y suponen una prueba real de que esta estrategia para desarrollar nuevos antibióticos es más que prometedora.

Los resultados se han publicado en la revista científica Nature Biomedical Engineering. En total se han rastreado con una herramienta de aprendizaje profundo los proteomas de 208 especies extintas cuya secuencia proteómica está disponible en los bancos públicos de investigación.

Las moléculas con mayor actividad antimicrobiana provienen del mamut, la mamutusina 2; del un antiguo elefante, la elefantina; de un perezoso gigante que había descrito Darwin; de una vaca marina y de un alce gigante. Son ya candidatos a antibióticos preclínicos.

 «La mamutusina y la elefasina son dos ejemplos en los que su eficacia fue similar a la polimixina B, un antibiótico que se usa de forma convencional en los hospitales», explica De la Fuente Núñez, quien destaca que «jamás nadie hasta el momento había explorado esto como una fuente de moléculas».

Un dato sorprendente lo supone el hecho de que la exploración del extintoma para identificar potenciales antimicrobianos se realizó en solo en doce horas, cuando el tiempo medio con los métodos tradicionales para lograr candidatos preclínicos es de seis años.

Superar este enorme desafío fue posible gracias al desarrollo, prácticamente desde cero, de un nuevo modelo computacional de inteligencia artificial, denominado APEX, que fue entrenado por los científicos para escanear los proteomas de los animales extintos e identificar en sus secuencias aquellas moléculas con potencial terapéutico. «El algoritmo —señala el director del laboratorio— lo que hace es escanear cada proteína. Es como un código de barras enorme que lo escanea y, de repente, predice, que esta parte roja puede ser un antibiótico. En doce horas acabó la exploración del extintoma. Es tremendo».

«Este modelo de aprendizaje profundo ha permitido el descubrimiento de un mundo completamente nuevo de antibióticos mediante la exploración de todos los organismos extintos conocidos por la ciencia», destacan los investigadores en el artículo.

Una vez identificado el código de la molécula queda otra parte no menos importante del trabajo: sintetizarla. Para ellos se utilizan robots químicos que crean la secuencia deseada, una réplica exacta de la original que es la que se utiliza para probar su eficacia en modelos in vitro y en animales.

«Así es cómo hemos podido resucitarlas», destaca el biotecnólogo gallego, que asegura que «muchas de las moléculas que hemos encontrado son bastante diferentes a todo lo que está presente en el mundo biológico de hoy». Este matiz no es menor, porque significa que las superbacterias no están adaptadas a estos nuevos enemigos, con los que nunca se habían encontrado, por lo que ofrecerán teóricamente una menor resistencia.

La desextinción molecular es un campo totalmente nuevo, pero no el uso de la inteligencia artificial para acelerar el desarrollo de antibióticos preclínicos. El equipo de César de la Fuente ya había identificado miles de moléculas con potencial terapéutico en el proteoma humano y, más recientemente, en un artículo publicado en Cell hace una semana, descubrieron casi un millón de péptidos antimicrobianos en más de 60.000 metagenomas (una colección de genomas dentro de un entorno específico), que en conjunto contenían la composición genética de más de un millón de organismos naturales.

Sin embargo, devolver a la vida a proteínas de animales que llevan miles de años desaparecidos de la Tierra es un paso mucho más ambicioso, no exento también de un debate ético. La pregunta que se hizo el propio César de la Fuente Núñez fue la siguiente: «¿Qué significa a nivel bioético traer de vuelta a la vida moléculas que, dentro de lo que no sabemos, no están presentes en la naturaleza de hoy». De hecho, antes de llevar a cabo su trabajo realizaron consultas con expertos en la materia, que no presentaron objeciones. «Nosotros -dice el biotecnólogo- no resucitamos secuencias que pueden autorreplicarse, como priones. Los riesgos son mínimos, porque hablamos de moléculas, no de organismos biológicos vivos, pero, aún así, hacemos todo paso a paso, con cuidado. Lo más importante para mi es innovar, pero de manera responsable».

César de la Fuente también expresa una esperanza: «Que la biología del pasado nos ayude a entender la biología del presente y, quizás, a predecir la del futuro».

 https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2024/06/10/investigador-gallego-resucita-moleculas-animales-extintos-crear-nuevos-antibioticos/00031718031518827715786.htm?utm_source=twitter&utm_medium=referral&utm_campaign=twgen

 

De la Fuente resucita moléculas de mamut e outros animais extintos para crear antibióticos

O biotecnólogo galego publica un estudo no que atopa decenas de miles de novos candidatos para combater a resistencia aos antimicrobiano

https://www.gciencia.com/investigacion/de-la-fuente-resucita-moleculas-animais-extintos-antibioticos/

https://www.abc.es/ciencia/cientifico-espanol-resucita-moleculas-mamut-crear-antibioticos-20240611162539-nt.html#vca=rrss&vmc=abc-es&vso=tw&vli=cm-ciencia 

https://notistecnicas.blogspot.com/2024/06/revolucionando-la-busqueda-de.html

https://notistecnicas.blogspot.com/2024/05/asi-se-crean-antibioticos-con.html

https://notistecnicas.blogspot.com/2024/06/desvelado-el-mayor-catalogo-de-nuevas.html

En pocos años, morir de la frecuente neumonía bacteriana o de una común infección podría ser habitual. De todas las amenazas que afronta la humanidad, una de las 10 principales es la resistencia a los antibióticos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo con los datos de su grupo especializado (IACG, por sus siglas en inglés), las enfermedades farmacorresistentes podrían causar más de 10 millones de muertes anuales en 2050, más del doble que ahora. El biotecnólogo español César de la Fuente, investigador principal del laboratorio que lleva su nombre, también conocido como grupo Machine Biology de la Universidad de Pensilvania, lleva más de una década rebuscando, con ayuda de la inteligencia artificial y el aprendizaje profundo (deep learning), nuevas moléculas a las que los microorganismos no hayan aprendido aún a sobrevivir. Las ha encontrado, y resucitado, en nuestros antepasados neandertales y denisovanos. Ahora, según publica Nature Biomedical Engineering, en animales extintos, como el mamut. Una carrera contra el reloj en la que todo puede esconder una solución, desde las especies desaparecidas hasta la materia oscura microbiana, microorganismos que han dejado material genético en cualquier medio, pero que aún no se han cultivado en laboratorio.

De seguir como hasta ahora el ritmo de generación de resistencias a los antibióticos, la salud de la humanidad retrocederá un siglo, hasta la era previa a la penicilina. Impedir este gigantesco paso atrás es la misión de César de la Fuente y su laboratorio.

El hallazgo de compuestos con potencial antibiótico en neandertales y denisovanos les abrió la puerta a traspasar la frontera de lo existente y buscar en especies desaparecidas. “Nos animó a preguntarnos: ¿por qué no explorar todos los animales, todos los organismos extintos disponibles para la ciencia?”, explica De la Fuente, considerado uno de los 10 principales investigadores del mundo.

La clave ha sido la tecnología, cuya fusión con la biología permite desvelar mundos hasta ahora ocultos o ya desaparecidos. “Para poder explorar cientos de proteomas [conjunto completo de proteínas elaboradas por un organismo] al mismo tiempo, hemos tenido que desarrollar un modelo de inteligencia artificial más poderoso que el usado anteriormente. Creamos un modelo de deep learning que aúna lo último de la inteligencia artificial y de machine learning [aprendizaje automático] basado en redes neuronales”, detalla el investigador, que bautizó el sistema como APEX (Antibiotic Peptide de-Extinction o Desextinción de Péptidos Antibióticos).

“Nos permitió explorar organismos a lo largo de la historia evolutiva, incluidos los periodos del pleistoceno y el holoceno. Investigamos muchísimas especies, desde pingüinos extinguidos al mamut o el perezoso gigante que Charles Darwin descubrió en una de sus expediciones a la Patagonia”, relata.

De ese ingente trabajo se extrajo un total de 10.311.899 péptidos (cadenas cortas de aminoácidos vinculados por uniones químicas) y se identificaron 37.176 secuencias con actividad antimicrobiana de amplio espectro. Casi un tercio de ellas (11.035) no se encuentran en organismos existentes. “Como estamos trayendo de vuelta a la vida moléculas que existieron hace miles de años, las bacterias patógenas contemporáneas jamás las han visto y lo más probable es que no tengan mecanismos de resistencia”, explica.

Muchas de las secuencias han demostrado eficacia antimicrobiana in vitro (cajas de cultivo o placas de Petri) y algunas han sido capaces de matar bacterias patógenas contemporáneas en modelos de ratón de relevancia preclínica con una eficacia equiparable a la de antibióticos disponibles hoy y con dosis menores. Se han probado con accesos de piel e infecciones profundas del muslo.

Su origen, hasta ahora desconocido, ha obligado al equipo a desarrollar incluso una terminología nueva. En el caso del antepasado extinto del elefante, la pequeña proteína descubierta se denomina mamutsina; la procedente del Mylodon darwinii (el antepasado del perezoso descubierto por Darwin), mylodonina; y equusina es la hallada en la cebra actual y en sus antepasados.

El equipo también ha experimentado con la combinación de varias moléculas de una misma especie o de dos similares (mamut y elefante antiguo) por si potenciaban su actividad antimicrobiana frente a la proteína singular. También falta por observar si los microorganismos desarrollan resistencia a estos nuevos compuestos y en cuánto tiempo. “Está en la lista”, precisa De la Fuente.

“Este trabajo, nos permite ir al pasado y encontrar secuencias diferentes, una diversidad de moléculas que nos pueden ayudar a hacer frente a la resistencia a los antibióticos y, quizás, a otros problemas. Siempre pensamos en el ADN para explorar la vida, pero este trabajo propone empezar a usar moléculas como fuentes de información evolutiva, para ver cómo progresaron o qué tipo de mutaciones ocurrieron a lo largo del tiempo, para aprender más sobre nuestro propio sistema inmune y, quizás, predecir cómo va a evolucionar”, concluye.

El siguiente paso es formalizar con compañías farmacéuticas acuerdos y superar el nivel preclínico en modelos de ratón para pasar a ensayos en humanos o incluso crear una compañía surgida del laboratorio de César de la Fuente para culminar lo conseguido a nivel académico.

Luis Ostrosky, jefe de enfermedades infecciosas y epidemiología en UTHealth Houston (University of Texas Health Science Center) y ajeno a las investigaciones de De la Fuente, alaba la línea emprendida ante una emergencia que considera real. “Estamos en un tiempo de la historia de la medicina muy peligroso porque la resistencia antimicrobiana aumenta. En la práctica médica cotidiana encontramos infecciones que no son tratables con los antibióticos que existen ahora y eso es gravísimo porque la medicina depende del uso de antibióticos para cosas tan rutinarias como cirugías, terapias o trasplantes. Estamos llegando a la era posantibiótica, cuando ya no tendremos recursos que funcionen y estamos buscando nuevos constantemente”.

Estamos llegando a la era posantibiótica, cuando ya no tendremos recursos que funcionen y estamos buscando nuevos constantemente
Luis Ostrosky, jefe de enfermedades infecciosas y epidemiología en UTHealth Houston

En este sentido, el investigador, formado en la Universidad Nacional Autónoma de México, defiende todas las líneas de búsqueda. “Los mejores antibióticos que hemos tenido en la historia de la medicina vienen de la naturaleza”, resalta para indicar hallazgos en plantas, insectos y otros animales, como el tiburón. “Este tipo de investigación [la del César de la Fuente Lab] siempre me ha parecido muy interesante. Estamos viendo en especies extintas antibióticos que no han estado presentes en la naturaleza en miles o millones de años, por lo que no han sufrido la presión evolutiva”, señala

Ostrosky resalta que es una carrera permanente que cuenta con una dificultad añadida: “Los antibióticos no son un buen negocio para la industria farmacéutica porque generalmente sus cursos son muy cortos: los pacientes se curan rápido y en la industria farmacéutica el dinero está en las enfermedades crónicas. Constantemente vemos que salen del mercado después de 10 años y vuelven a entrar y a salir. Necesitamos un otro tipo de incentivos que nos den la seguridad de tener antibióticos que vamos a necesitar en el futuro”.

El especialista señala apoyos gubernamentales, que ya se han puesto en marcha en Europa y Estados Unidos, o un “modelo de suscripción” para que las compañías no dependan tanto de las ventas y que suponga un incentivo fijo. “Hay muchos modelos económicos, pero, en este momento, definitivamente, necesitamos un cambio de forma de pensar en la industria farmacéutica”. En este sentido, aboga por que la Organización Mundial de la Salud tome un papel más activo y en la colaboración de las agencias norteamericana y europea.

Defiende esta necesidad porque considera “atinada” y “realista” la alerta de la OMS. “Si no se actúa, podemos ver un mundo donde no sería seguro hacerse una cirugía o administrar quimioterapia, que reduce las defensas de los pacientes. Desgraciadamente, no es infrecuente tener conversaciones sobre el fin de la vida con algunos pacientes que tienen infecciones que no son tratables”.

https://elpais.com/ciencia/2024-06-11/la-inteligencia-artificial-resucita-moleculas-del-mamut-para-crear-antibioticos.html?utm_medium=social&utm_campaign=echobox&utm_source=Twitter# 

Es un auténtico arsenal terapéutico descubierto en un universo de microbios, un territorio prácticamente inexplorado hasta ahora. Justamente ahí, en la zona oscura del microbioma global, el conjunto de microorganismos —virus, bacterias y hongos— y sus secuencias genéticas caracterizados por la ciencia, se han identificado cerca de un millón de moléculas (863.498) con potencial antibiótico que incluso pueden ser efectivas para tratar las infecciones provocadas por las temidas superbacterias resistentes a los tratamientos convencionales.

Si el hallazgo es de por sí sorprendente, lo es aún más el tiempo que se ha empleado en sacarlas a la luz. Si en condiciones normales los investigadores pueden tardar años en descubrir un antibiótico con un posible potencial terapéutico, en este caso el trabajo se ha hecho en horas mediante un sistema de inteligencia artificial de aprendizaje profundo. Es la prueba definitiva que demuestra que la IA es ya más una realidad que una promesa en el campo de la microbiología.

El estudio, que se publica en la revista Cell, ha sido dirigida por el científico gallego César de la Fuente Núñez, responsable del Machine Biology Group en la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) en colaboración con el laboratorio de Luis Pedro-Coelho en el Centro de Investigación del Microbioma de la Universidad Tecnológica de Queensland.

Los investigadores utilizaron el aprendizaje automático profundo para examinar 63.410 metagenomas —el conjunto de genes microbianos conocidos— y 87.920 genomas microbianos descritos por la ciencia y accesibles en las bases públicas. Por medio de esta intensa exploración computacional, realizada en horas, pudieron identificar 863.498 moléculas con potencial antibiótico, la mayoría de las cuales no se conocían con anterioridad.

De ellas, los científicos seleccionaron a cien, que se probaron tanto en cultivos in vitro como en un modelo ratón preclínico para demostrar su efectividad contra patógenos resistentes a los medicamentos. Y en todos los casos se demostró una alta eficacia, por lo que los laboratorios de todo el mundo tienen ahora a su disposición la posibilidad de trabajar con estas moléculas para desarrollar nuevos antibióticos, algo especialmente importante en un momento en el que se ha constatado un aumento de las infecciones resistentes a las terapias actuales, lo que se ha convertido en un problema de salud global apremiante.

«De las moléculas antibióticas identificadas, sintetizamos cien que eran las que nuestros resultados nos indicaban que podían ser más potentes y efectivas. Pero todavía queda casi un millón para caracterizar y sintetizar, aunque nuestro laboratorio no lo puede hacer por sí solo porque sería demasiado caro y nos llevaría demasiado tiempo», explica César de la Fuente. Es, en todo caso, un arsenal terapéutico que podrían explorar otros científicos.

Cien compuestos seleccionados

Los cien compuestos seleccionados finalmente probaron su efectividad en superbacterias, aquellas que ofrecen una mayor resistencia a los antibióticos actuales. Es el caso de la Staphylococus aureus, la Acenitobacter baumannii, la Pseudomonas aeruginosa y la E-Colli.

«Las bacterias contra las que ensayamos las moléculas son las más peligrosas para nuestra sociedad, las que matan a más gente», destaca De la Fuente Núñez, uno de los investigadores más influyentes del mundo en su campo y que ingresó hace unos días en la Real Academia Galega de Farmacia.

El biotecnólogo está convencido de que la exploración del microbioma con inteligencia artificial aún podrá aportar más sorpresas en el futuro. «El mundo microbiano —dice— tiene un montón de cosas que nunca hemos explorado y que esto es un ejemplo de lo que se puede encontrar ahí». Y prueba también el enorme potencial del aprendizaje profundo. En este caso, el algoritmo fue desarrollado y entrenado por los miembros del Machine Biology Group de la Universidad de Pensilvania para identificar en un rastreo las regiones del microbioma con posibilidades terapéuticas.

«Los hallazgos —según se constata en el artículo publicado en Cell— revelan una amplia variedad de secuencias antimicrobianas novedosas, subrayando el potencial de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para identificar antimicrobianos tan necesarios y abriendo nuevas vías para el descubrimiento de antibióticos».

«Creemos que esta investigación —añaden los autores del trabajo— podría ser un avance significativo en la lucha contra la resistencia a los antibióticos».

Para la OMS, la resistencia a los antimicrobianos es ya una de las diez principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad, por lo que ha urgido en numerosas ocasiones a buscar nuevas alternativas. Y ahora se ha encontrado un tesoro por explorar.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2024/06/05/inteligencia-artificial-descubre-horas-milon-nuevas-moleculas-antibioticas/00031717598072880154734.htm

César de la Fuente Núñez: «Las superbacterias son realmente una pandemia silenciosa»

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2022/05/10/superbacterias-realmente-pandemia-silenciosa/0003_202205G10P24991.htm 

AI used to predict potential new antibiotics in groundbreaking study

Scientists used an algorithm to mine ‘the entirety of the microbial diversity’ on Earth, speeding up antibiotic resistance research

A new study used machine learning to predict potential new antibiotics in the global microbiome, which study authors say marks a significant advance in the use of artificial intelligence in antibiotic resistance research.

The report, published Wednesday in the journal Cell, details the findings of scientists who used an algorithm to mine the “entirety of the microbial diversity that we have on earth – or a huge representation of that – and find almost 1m new molecules encoded or hidden within all that microbial dark matter”, said César de la Fuente, an author of the study and professor at the University of Pennsylvania. De la Fuente directs the Machine Biology Group, which aims to use computers to accelerate discoveries in biology and medicine.

Without such an algorithm, de la Fuente said, scientists would have had to use traditional methods like collecting water and soil to find molecules within those samples. That can be challenging because microbes are everywhere – from the ocean to the human gut.

“It would have taken many, many, many, many years to do that, but with an algorithm, we can sort through vast amounts of information, and it just speeds up the process,” de la Fuente said.

The research is urgent to public health, the author said, because antimicrobial resistance caused more than 1.2 million deaths in 2019. That number could increase to 10 million deaths annually by 2050, according to the World Health Organization (WHO).

While de la Fuente said he sees the study, which produced the “largest antibiotic discovery effort ever”, as a watershed moment in the potential benefits of artificial intelligence for research, he acknowledged that bad actors could potentially “develop AI models to design toxins”.

He said his laboratory has implemented safeguards to store them and ensure molecules are not able to self-replicate. Notably, biosecurity safeguards were not necessary for this study because these were “inert molecules”.

While artificial intelligence has become a hot-button issue in recent years, de la Fuente said he started using AI in antibiotics research about a decade ago.

“We have been able to just accelerate the discovery of antibiotics,” de la Fuente said. “So instead of having to wait five, six years to come up with one candidate, now, on the computer, we can, in just a few hours, come up with hundreds of thousands of candidates.”

Before the US Food and Drug Administration approves an antibiotic, it typically undergoes years of study through laboratory research and clinical trials. These various stages can take 10 to 20 years.

For this study, the researchers collected genomes and meta-genomes stored in publicly available databases and looked for DNA snippets that could have antimicrobial activity. To validate those predictions, they used chemistry to synthesize 100 of those molecules in the laboratory and then test them to determine if they could actually kill bacteria, including “some of the most dangerous pathogens in our society”, de la Fuente said.

79% of the molecules, which were representative of the 1m molecules discovered, could kill at least one microbe – meaning they could serve as a potential antibiotic.

Antibiotic resistance is an increasing concern because of the misuse and overuse of antimicrobials in humans, animals and plants, according to the WHO.

The study authors have made this data and code freely available for anyone to access with the goal of “advancing science and benefiting humanity”, de La Fuente said.

He hopes that his team and other researchers will conduct additional investigation on the top candidates for potential antibiotic drugs. “Then if that goes well, it will go to phase one clinical trials, but we’re still far from that,” he said.

This is not the first study in biology that made significant use of AI. Google DeepMind recently released the latest version of AlphaFold, a program that predicts how proteins will interact with other molecules and ions, which could produce breakthroughs in fields as varied as cancer therapy and crop resilience.

Lisa Messeri, an anthropologist of technology at Yale University, said that machine learning and AI are “certainly excellent for some projects in science”, but not for all.

“We simply ask that researchers and research programs continue to be thoughtful about when they choose to apply these methods and not curtail projects that don’t necessarily require the use of these much-hyped and focused-on tools,” she said.

Some have raised the concerns about AI, including that it could replace humans in certain jobs – specifically in conducting scientific research.

De la Fuente argues AI will involve a collaboration between humans and machines.

Anthony Gitter, a University of Wisconsin-Madison associate professor of biostatistics and medical informatics who uses machine learning in biological experiments, says the “significance of the advance” in the Cell paper “was due to top-tier bioinformatics research as opposed to automated science enabled by AI”.

“The importance of this research is that it successfully harnesses widespread microbial genomic data, uses machine learning to identify candidate antimicrobial peptides and extensively studies those predicted peptides computationally and experimentally to show why they are valuable,” Gitter said.

https://www.theguardian.com/society/article/2024/jun/05/ai-antibiotic-resistance

 Integrantes del equipo del Laboratorio de César de la Fuente.

Revolucionando la búsqueda de antibióticos - Fangping Wan- Marcelo D. T. Torres-Jacqueline Peng - Cesar de la Fuente-Nunez

 Revolucionando la búsqueda de antibióticos:@delafuenteupenn y equipo han utilizado aprendizaje profundo para descubrir nuevos antibióticos a partir de organismos extintos. Esta técnica innovadora podría ayudar a combatir la resistencia a los antibióticos.

Deep-learning-enabled antibiotic discovery through molecular de-extinction

Nature Biomedical Engineering (2024)

Molecular de-extinction aims at resurrecting molecules to solve antibiotic resistance and other present-day biological and biomedical problems. Here we show that deep learning can be used to mine the proteomes of all available extinct organisms for the discovery of antibiotic peptides. We trained ensembles of deep-learning models consisting of a peptide-sequence encoder coupled with neural networks for the prediction of antimicrobial activity and used it to mine 10,311,899 peptides. The models predicted 37,176 sequences with broad-spectrum antimicrobial activity, 11,035 of which were not found in extant organisms. We synthesized 69 peptides and experimentally confirmed their activity against bacterial pathogens. Most peptides killed bacteria by depolarizing their cytoplasmic membrane, contrary to known antimicrobial peptides, which tend to target the outer membrane. Notably, lead compounds (including mammuthusin-2 from the woolly mammoth, elephasin-2 from the straight-tusked elephant, hydrodamin-1 from the ancient sea cow, mylodonin-2 from the giant sloth and megalocerin-1 from the extinct giant elk) showed anti-infective activity in mice with skin abscess or thigh infections. Molecular de-extinction aided by deep learning may accelerate the discovery of therapeutic molecules.

Main

With antimicrobial-resistant infections causing approximately 1.27 million deaths annually worldwide and projections indicating a potential 10 million annual fatalities by 2050 (ref. 1) in the absence of effective new drugs, urgent measures are required to combat antibiotic resistance. Furthermore, according to the World Health Organization, by 2030, around 24 million individuals could face extreme poverty due to the high cost of treating these infections1.

Molecules serve as records of evolutionary history2 and may provide blueprints for therapeutic design. We recently introduced the term molecular de-extinction3, referring to the resurrection of extinct molecules of life to tackle contemporary challenges such as antibiotic resistance. By uncovering a new sequence space of previously unexplored molecules, molecular de-extinction offers a promising approach to expand our vision of life’s molecular diversity while helping unveil molecules that may play a role in host immunity throughout evolution. Molecular de-extinction has already yielded preclinical antibiotic candidates such as neanderthalin-1 (A0A343EQH4-LAM11)3.

Approaches of computational and artificial intelligence have recently been developed for antibiotic discovery4,5,6,7. For example, machine-learning (ML) models have been used to generate antibiotics8,9 and to predict antimicrobial activity10,11,12, haemolysis13 and antimicrobial resistance14,15. Recently, computational methods have been developed to discover new antibiotics through proteome mining3,16. We previously mined the human proteome as a source of antibiotics and identified encrypted peptides (EPs), fragments within proteins that possess antimicrobial properties16. We hypothesized that EPs exist not only in modern humans but also throughout evolution. Thus, subsequently, through paleoproteome mining and ML, we identified similar molecules in ancient humans3. Altogether, these recent computational efforts have greatly accelerated our ability to discover new preclinical antibiotic candidates3,5,16.

In this Article, we introduce antibiotic peptide de-extinction (APEX; Fig. 1), a new multitask deep learning approach used to systematically mine all available proteomes of extinct organisms (that is, the ‘extinctome’) for antibiotic discovery.


 sigue en 

https://www.nature.com/articles/s41551-024-01201-x

La investigación se centra en la de-extinción molecular, que implica revivir moléculas extintas para resolver problemas de resistencia antibiótica. Esto expande nuestra visión de la diversidad molecular a lo largo de la evolución

 EL modelo, llamado APEX, analizó 12,860 secuencias proteicas de 208 especies extintas y predijo 37,176 péptidos con actividad antimicrobiana de amplio espectro. De estos, 11,035 secuencias no se encuentran en organismos actuales

APEX es un modelo de aprendizaje profundo multitarea que utiliza secuencias de aminoácidos para predecir la actividad antimicrobiana. La validación experimental mostró que 69 péptidos sintetizados efectivamente mataron bacterias

Los péptidos descubiertos funcionan principalmente despolarizando la membrana citoplasmática de las bacterias, un mecanismo diferente al de muchos antibióticos conocidos que tienden a atacar la membrana externa

Péptidos de animales extintos como el mamut lanudo y el elefante de colmillos rectos han mostrado actividad anti-infecciosa en ratones con abscesos cutáneos o infecciones en el muslo, lo que sugiere su potencial como nuevos antibióticos

La de-extinción molecular ha revelado nuevas clases de péptidos antimicrobianos con composiciones de aminoácidos y propiedades fisicoquímicas distintas a las de los péptidos modernos

Esta técnica puede ampliar la búsqueda de antibióticos descubriendo secuencias moleculares no presentes en la naturaleza actual, abriendo así nuevas fronteras en la búsqueda de tratamientos.

El estudio comparó péptidos antimicrobianos extintos y modernos, encontrando diferencias en la carga neta y la hidrofobicidad, lo que influye en cómo interactúan con las membranas bacterianas

Los hallazgos sugieren que la combinación de aprendizaje profundo y paleoproteómica puede ser una herramienta poderosa para descubrir nuevos antibióticos, cruciales para abordar la creciente crisis de resistencia a los antibióticos    

¡Bienvenidos a un viaje revolucionario a través del tiempo y la ciencia! Acompáñanos en una entrevista exclusiva y en profundidad con el Dr. César de la Fuente, el hombre que literalmente está devolviendo la vida a moléculas extintas. Desde su vanguardista laboratorio en la Universidad de Pensilvania, el Dr. de la Fuente y su equipo están liderando el futuro de la medicina. 🧬 

🏆 Conoce al Dr. César de la Fuente 🏆 Nacido en Galicia y formado en la Universidad de León, el Dr. César de la Fuente representa una amalgama de ambición, ingenio y dedicación. Su viaje académico le llevó desde España hasta Canadá, donde realizó su doctorado en la Universidad de British Columbia, y posteriormente a Estados Unidos para una estancia postdoctoral en el prestigioso MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts). El Dr. de la Fuente es pionero en el uso de ordenadores e inteligencia artificial para descubrir nuevos antibióticos. Adelantándose a su tiempo, César introdujo principios de informática en la biología al diseñar el primer antibiótico con eficacia en modelos preclínicos. Además, al darse cuenta de que los algoritmos podían aplicarse para explorar proteomas completos, llevó a cabo la primera exploración del proteoma humano como fuente de antibióticos. Esto condujo al descubrimiento de nuevos efectores del sistema inmune, llamados péptidos encriptados, generando numerosos candidatos preclínicos. Al hipotetizar que los péptidos encriptados se podían encontrar en todo el Árbol de la Vida, César exploró a nuestros parientes más cercanos, los neandertales y los denisovanos, identificando antibióticos en organismos extintos por primera vez y dando inicio al campo de la desextinción molecular. Desde entonces, César ha ampliado su investigación a los proteomas de todos los organismos extintos (el "extinctoma"). Estos esfuerzos pioneros han revelado un nuevo mundo de efectores de la inmunidad previamente no reconocidos. César también ha revolucionado el campo de los péptidos, expandiendo el espacio de secuencias conocidas con actividad antibiótica de alrededor de 6,000 a más de 1 millón. Este trabajo innovador ha acelerado drásticamente el descubrimiento de antibióticos, reduciendo el tiempo necesario de años a horas. César ha recibido más de 65 premios y ha publicado más de 130 artículos, incluyendo contribuciones en revistas punteras como Science, Nature Biomedical Engineering, Cell Host Microbe y PNAS. ** Premios y Reconocimientos ** - Mejor Investigador Joven de EE. UU.: Otorgado por la American Chemical Society, este premio subraya su contribución excepcional a la ciencia. - Top 10 Innovadores en Ciencias de la Vida: Reconocido por el MIT, este galardón destaca su enfoque revolucionario en la biotecnología. – Premio Princesa de Girona: Este premio español le fue concedido por su trabajo pionero en la creación de antibióticos mediante ordenador. - Premio Rao Makineni 2023: Este galardón subraya su excelencia en el campo de la biotecnología. - Colegio de Miembros de AIMBE: Este reconocimiento es una de las más altas distinciones profesionales concedidas a los ingenieros médicos y biológicos. ** Trayectoria Académica y Profesional ** Su educación en biotecnología en la Universidad de León fue solo el comienzo. Realizó su doctorado en microbiología e inmunología en la University of British Columbia, dónde fue becario de la Fundación "La Caixa". Después fue reclutado por el MIT, obteniendo una beca de la Fundación Ramón Areces. Actualmente, dirige el Grupo de Biología de Máquinas en la Universidad de Pensilvania, donde comparte espacio con los creadores de la vacuna Pfizer contra la COVID-19. ** Contribuciones Científicas ** Autor de más de 130 artículos científicos, el Dr. de la Fuente está dejando una huella indeleble en el mundo de la ciencia. Su trabajo más reciente en "desextinción molecular" abre nuevas vías en la lucha contra las superbacterias, que podrían causar hasta 10 millones de muertes al año para 2050 según la OMS.

 🧪 Un Trabajo Revolucionario 🧪 El laboratorio del Dr. de la Fuente no es simplemente otra instalación de investigación; es un crisol de innovación. Utilizando inteligencia artificial, están resucitando moléculas de organismos extintos para combatir la amenaza inminente de superbacterias resistentes a los antibióticos. Su laboratorio está sentando las bases de los medicamentos del futuro, utilizando inteligencia artificial para explorar genomas y proteomas para poder desarrollar nuevos antibióticos en cuestión de horas, en lugar de años. Este campo revolucionario, conocido como "Desextinción Molecular," podría ser nuestra mejor apuesta contra una futura crisis sanitaria. 

🎙️ Destacados de la Entrevista 🎙️ - El viaje desde A Coruña hasta liderar un laboratorio pionero en el mundo - El proceso de "resucitar" moléculas extintas - El futuro de la investigación de antibióticos - Consideraciones éticas - Mensaje para los niños y científicos españoles

https://www.youtube.com/watch?v=m5I8cBdz5D0 

Las muertes por infecciones podrían alcanzar los 10 millones en 2050. En nuestro laboratorio, seguimos descubriendo nuevos antibióticos usando IA, incluso a partir de moléculas extintas.

Las infecciones causan aproximadamente 1,27 millones de muertes cada año en todo el mundo, una cifra que, a causa de la mayor resistencia a los antibióticos, podría alcanzar los 10 millones para 2050. Este panorama desalentador se agrava con el hecho de que no se ha desarrollado ninguna nueva clase de antibióticos en décadas.

El biotecnólogo español César de la Fuente, líder del Machine Biology Group en la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), cree que la solución al problema pasa por traer de vuelta a la vida moléculas a las que los microorganismos no sepan enfrentarse, las que pertenecen a organismos extintos. Lleva a cabo esta técnica, llamada desextinción molecular, con la ayuda del aprendizaje profundo (deep learning) y ya ha producido candidatos a antibióticos preclínicos 'resucitando' moléculas de neandertales (neandertalina-1) y denisovanos, dos especies humanas desaparecidas hace decenas de miles de años. Este martes presenta en la revista 'Nature Biomedical Engineering' nuevas moléculas esperanzadoras recuperadas del mamut y otros animales del pasado, como el elefante de colmillos rectos, la antigua vaca marina, el perezoso gigante y el alce gigante.

 

Los genomas expresan proteínas con propiedades antimicrobianas naturales, producidas y seleccionadas a través de la evolución. La desextinción molecular plantea la hipótesis de que estas moléculas podrían ser candidatas principales para nuevos fármacos seguros. En el nuevo artículo, el equipo utiliza el aprendizaje profundo para extraer los proteomas -grupo de proteínas elaboradas por un organismo- de todos los organismos extintos disponibles para el descubrimiento de péptidos antibióticos.

Diez millones de péptidos

Para ello, los investigadores han desarrollado una inteligencia artificial llamada APEX (siglas en inglés de Desextinción de Péptidos Antibióticos), que utiliza una arquitectura de aprendizaje multitarea para predecir la actividad antimicrobiana de los péptidos. El algoritmo extrajo más de diez millones de péptidos y predijo 37.176 secuencias con actividad antimicrobiana, 11.035 de las cuales no se encontraron en organismos existentes. Finalmente, el equipo sintetizó 69 péptidos y confirmó experimentalmente su actividad contra patógenos bacterianos. La mayoría de los péptidos mataron las bacterias al despolarizar su membrana citoplasmática, al contrario de los péptidos antimicrobianos conocidos, que tienden a atacar la membrana externa.

En particular, los compuestos de plomo (incluidos los llamados mammuthusin-2 del mamut lanudo, elephasin-2 del elefante de colmillos rectos, hidrodamin-1 de la antigua vaca marina, mylodonin-2 del perezoso gigante y megalocerin-1 del alce gigante extinto) mostraron actividad antiinfecciosa en ratones con abscesos cutáneos o infecciones en los muslos.

«La resistencia a los antimicrobianos es una de las mayores amenazas de nuestro tiempo y se necesitan urgentemente nuevos antibióticos», advierte en su cuenta de X De la Fuente, quien hace tan solo unos días publicó en la revista 'Cell', junto a científicos de la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia), una investigación que identificó, con ayuda de la IA, casi un millón de fuentes potenciales de antibióticos en la naturaleza. A su juicio, la extinción molecular ayudada por el aprendizaje profundo puede acelerar el descubrimiento de moléculas terapéuticas y ofrecer un marco completamente nuevo para el descubrimiento de fármacos


https://www.abc.es/ciencia/cientifico-espanol-resucita-moleculas-mamut-crear-antibioticos-20240611162539-nt.html#vca=rrss&vmc=abc-es&vso=tw&vli=cm-ciencia 

https://notistecnicas.blogspot.com/2024/05/asi-se-crean-antibioticos-con.html

https://notistecnicas.blogspot.com/2024/06/desvelado-el-mayor-catalogo-de-nuevas.html