“Físicos hippies alumbraron la teoría cuántica leyendo el Tao”
¿El gran científico suele estar chiflado, o es lo que dicen los mediocres para consolarse?
Los grandes científicos no lo son por su locura sino, todo lo contrario, por su extraordinaria lucidez. Pero excéntricos los hay.
¿Les consideran locos porque desafían el orden y el saber establecidos?
Desafiar lo establecido es necesario para avanzar, pero lo que ha hecho progresar a la ciencia ha sido la incorporación masiva de miles de talentos en algunos momentos y, entre ellos, algunos genios.
¿Por qué?
Por la diversidad de nuevas preguntas que hacían. La diversidad es creativa.
¿En qué épocas se hizo ciencia masiva?
Durante la guerra fría, por ejemplo, la carrera armamentística exigió billones en presupuesto y movilizó miles de científicos de las dos superpotencias en conflicto.
Internet fue concebido como una red de mando sin centro para la guerra fría.
Los radares, que hoy permiten detectar el eco del big bang, se
entre ellos, algunos genios.
¿Por qué?
Por la diversidad de nuevas preguntas que hacían. La diversidad es creativa.
¿En qué épocas se hizo ciencia masiva?
Durante la guerra fría, por ejemplo, la carrera armamentística exigió billones en presupuesto y movilizó miles de científicos de las dos superpotencias en conflicto.
Internet fue concebido como una red de mando sin centro para la guerra fría.
Los radares, que hoy permiten detectar el eco del big bang, se desarrollaron entonces, igual que los satélites, como armas de alta tecnología. Después hubo otros que las usaron para verificar, por ejemplo, las teorías de Einstein que hoy hacen que nuestros móviles y GPS funcionen.
¿El genio es más bien grupo de genios?
La ciencia es tanto producto de la inteligencia colectiva como de genios aislados. A veces, el desafío lo lanzan un grupo de genios, como los físicos hippies de Berkeley, el Fundamental Fysiks Group.
¿Por qué los llama hippies?
Porque lo eran. La crisis económica de 1972 y sus recortes dejaron sin trabajo a brillantes doctores en Física Teórica como ellos.
¿Qué hicieron en el paro?
Pues trabajar como nunca. Como no tenían ningún empleo del que ser despedidos, se dedicaron a pensar por libre relacionando la física y la cosmología con la contracultura.
¿Al menos se divirtieron?
Desafiaron los límites del universo y del conocimiento concibiendo la moderna teoría cuántica, al mismo tiempo que leían el Tao o exploraban la psicodelia.
La verdad es que se parecen.
Fritjof Capra escribió el fascinante El Tao de la física, y alguno experimentó con LSD, pero eso no los hizo brillantes. En conjunto, su trabajo sobre el teorema de Bell y el enlazamiento cuántico permitió el despegue de la teoría de la información cuántica.
¿Paz y amor en el equilibrio del terror?
Así es la humanidad, nuestra historia y la ciencia: el Nobel de Física Hans Bethe, por ejemplo, supo describir cómo ardían las estrellas después de haber trabajado en Los Álamos en el proyecto Manhattan, que fabricó las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
Richard Feynman, que ahora cumpliría 100 años, también trabajó en Los Álamos.
Pero no le gustaban los aires que se daban los generales por allí. Le encantaba ponerlos en ridículo descifrando las cajas fuertes de secretos militares y abriéndolas ante todos.
También le gustaba, explica en sus memorias, hacer sus cálculos en un bar de topless.
Es más relevante su actitud ética tras su participación en la fabricación de la bomba atómica. Su reacción fue abandonar la investigación armamentística mientras otros colegas seguían involucrados en la bomba de hidrógeno.
¿Qué hizo después Feynman?
Revolucionar la física cuántica, porque para dejar atrás su investigación bélica quiso avanzar en otra dirección, pero lo paradójico es que ese trabajo se benefició, incluso sin que él se diera cuenta, de lo que había aprendido durante la Segunda Guerra Mundial.
De nuevo el bien y el mal se niegan a ser identificados por separado.
Así nos dio un mapa formidable de las partículas elementales y las fuerzas con que interactúan. Fue el primero en comprender la reactividad, una fuerza que nos retrotrae a los tiempos de la gran pionera Marie Curie.
Parece ser por su autobiografía que también tenía tiempo para divertirse.
Y mucho. A veces se concedía unas vacaciones y se iba a los carnavales de Río de Janeiro sin avisar. Pero también siguió ensanchando los límites de la física después –y eso no es nada habitual– de cumplir los 60 años.
¿Cómo lo consiguió?
Hacía lo que le daba la gana siempre y cuando se divirtiera haciéndolo. Se negaba a realizar los trabajos aburridos administrativos o de gestión para concentrarse en “perseguir el flujo del río de las ideas”.
¿Y usted también las persigue?
A mí me fascina el enlazamiento cuántico y cómo se va transformando en realidades día a día: cómo los ordenadores cuánticos pronto cambiarán el mundo.
¿Gracias a aquellos físicos hippies?
Einstein los odiaba. Algunos de esos jóvenes físicos creían que la teoría cuántica acabaría explicando el control de la mente mientras practicaban yoga o leían el Tao.
Eran jóvenes.
Y hoy lo son más que nunca, porque gobiernos y megacorporaciones se están gastando miles de millones en experimentos cuánticos que avanzan en el camino que ya intuían aquellos jóvenes físicos en paro.
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20180525/443809628689/fisicos-hippies-alumbraron-la-teoria-cuantica-leyendo-el-tao.html
Aquí y allá; según
El telón de la realidad está recorrido por una red de hilos invisibles que todo lo unen, por ejemplo el Tao y la física cuántica. Lo intuyeron en California, la nueva Jerusalén de las religiones orientales los doctores hippies de Física Teórica en paro que fundaron por paz y amor a la ciencia el Fundamental Fysiks Group. Ya entonces andaban, como algunas partículas siempre, aquí y allá, según se mire; en el entonces y en el ahora, como explica Kaiser, porque gobiernos y megacorporaciones están invirtiendo hoy miles de millones en los experimentos cuánticos que ellos describieron entonces y que un día permitirán leer nuestras mentes. No tenían empleo, pero sí la libertad para pensar y abrir las puertas del futuro.
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