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miércoles, 12 de febrero de 2020

20200211 Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

20200211 Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

 

1-Una carrera para todas: las científicas nos cuentan sus logros y obstáculos

En esta serie de vídeos, con el lema #UnaCarreraParaTodas, investigadoras de distintos campos nos explican cómo viven su profesión, con dos preguntas: qué es lo que más les gusta y a qué dificultades se enfrentan. Porque el 11F, además de visibilizar su trabajo, queremos hablar de los problemas que encuentran y también las grandes satisfacciones.
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SINC | | 06 febrero 2020 13:00
<p>Para celebrar el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, en SINC lanzamos una serie de vídeos con el lema #UnaCarreraParaTodas. / Cinta Arribas</p>
Para celebrar el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, en SINC lanzamos una serie de vídeos con el lema #UnaCarreraParaTodas. / Cinta Arribas
Para celebrar el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, en SINC lanzamos #UnaCarreraParaTodas, una serie de vídeos en los que mujeres del mundo académico y científico reflexionan sobre lo mejor de su trabajo y las dificultades más importantes que han afrontado en su trayectoria.
Hemos pedido a investigadoras y tecnólogas españolas que se graben a sí mismas en vídeo y nos respondan a dos sencillas preguntas:
—¿Qué es lo mejor de tu profesión?
—¿Cuáles han sido los mayores obstáculos que has encontrado?
Las respuestas que hemos recibido son muy diversas. Todas ellas transmiten pasión por sus profesiones y también reflejan problemas comunes: la conciliación del trabajo con su vida personal, las actitudes machistas, la dificultad de ser tomadas tan en serio como sus compañeros, la falta de financiación y las inseguridades hacia sus propios resultados.
Cada vídeo está encabezado por una pionera en el mismo campo de la protagonista, como la bioquímica asturiana Margarita Salas o la socióloga madrileña María Ángeles Durán, que abrieron el camino a las mujeres en la ciencia.
Comenzamos con María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que habla de cómo su trabajo en la ciencia le permite luchar contra enfermedades que matan, como el cáncer, y de las actitudes machistas que se encontró cuando alcanzó su cargo en la dirección de un centro de investigación, tradicionalmente ocupado por hombres.
Le sigue Teresa Martín, investigadora del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) del CSIC. La socióloga, investigadora principal del grupo Men Roles Project, afirma disfrutar de un trabajo creativo y nada monótono, y lamenta las dificultades que ha encontrado a la hora de buscar financiación.
Durante estos días, hasta el 11 de febrero, publicaremos el resto de la serie, con las contribuciones de mujeres especialistas en paleoantropología, bioquímica, matemáticas, estadística, óptica, ciencia de materiales, etc. A todas ellas les agradecemos que hayan sacado un rato en sus jornadas laborales para participar en esta iniciativa.
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia fue instaurado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de visibilizar el trabajo de las científicas y crear roles femeninos para las niñas, además de poner fin a los prejuicios y mejorar las perspectivas profesionales de las investigadoras. Cada año se organizan miles de actividades a escala internacional, coordinadas en España por la plataforma 11 de febrero.
Zona geográfica: España
Fuente: SINC

2-Porque soy cientifica

María José Cocero / Docencia e investigación unidas

Maria José Cocero. Universidad de Valladolid.
Viví el cambio que se produjo con la entrada en vigor de la Ley de Reforma Universitaria, que me abrió la puerta de lo que podía ser la investigación como una vía de desarrollo personal de mis inquietudes. Lo que más me gusta de mi actividad profesional es estar rodeada de estudiantes, con su motivación e ilusión, que siempre tienen la misma edad. Me gusta seguirles en su actividad profesional y ver cómo llegan a desempeñar trabajos relevantes en empresas nacionales e internacionales, centros de investigación y universidades. No concibo que la actividad docente esté separada de la investigadora, pues la visión que te da la investigación permite dar una formación actualizada.

Gloria Rodríguez / El placer de aprender

Gloria Rodríguez Donoso. Universidad de Castilla-La Mancha.
Recuerdo el día en que estrenamos el laboratorio de química del nuevo colegio. Yo tendría 12 años y allí estaban las probetas, las pipetas, los tubos de ensayo y el matraz de Erlenmeyer. Aquel día solo dibujamos, pero creo que fue cuando decidí que iba a ser química. Siempre me gustó aprender y preguntarme cómo funcionaba todo lo que me rodeaba. Por eso cuando terminé la carrera y vi un anuncio para hacer el doctorado en un centro del CSIC no lo dudé. Allí me hablaron de la investigación, del estudio y de la experimentación, de viajar a otros laboratorios y, sobre todo, de aprender. Es cuando decidí que quería ser científica.

Lucía Hipólito / Gozar la ciencia

Lucía Hipólito. Universitat de València.
Ser científica es el mejor trabajo del mundo. En él cada día es diferente; evolucionas, aprendes, interaccionas con muchas personas de diferente procedencia y edad, trabajas en equipo, viajas, te emocionas con tus resultados y resuelves enigmas de la vida. También es un gozo que me hace sentir fenomenal. Mi ego se hincha cuando voy desgranando los porqués y cómos de la neurociencia. Cuando me acuesto y pienso en lo que he hecho a lo largo del día me siento bien. Esto no quiere decir que sea siempre maravilloso pero, ¿es que existe la perfección? Me gusta pensar que con la ciencia cada día estamos más cerca de ella.

Carmen Agustín / Disfrutar contando

Mari Carmen Agustín. Universitat de València.
En mi familia casi nadie tenía estudios universitarios, tal vez por eso mi madre fomentó que yo estudiara. Elegí ciencias porque me parecía (y todo el mundo me lo decía así) que tenía más salidas laborales. Me decanté por biología porque fue la asignatura que se me dio mejor en COU. La neurociencia me eligió a mí: me presenté al examen cinco horas tarde y, al subir al despacho del profesor –que luego sería mi director de tesis– para comprobar que ya no había nada que hacer, me dijo que se había fijado en que lo hacía muy bien y que estaría encantado de que pidiese una beca. Yo tenía 21 años, y aunque no tenía muy claro qué posibilidades tendría, tanto la asignatura como la lectura de Un antropólogo en Marte me habían convencido. La neuro era lo mío. Hoy en día, a mis casi 40 años, sigo disfrutando, como profesora universitaria, no solo de trabajar en ciencia, sino también de contarla.

María Luz Guenaga / Humildad y curiosidad

Maria Luz Guenaga Gómez. Universidad de Deusto.
Ser investigadora no es algo que tuviese planificado. Ha ido surgiendo en mi vida como una forma de trabajar, de hacer las cosas y de mirar el mundo. Para investigar ha sido necesario aprender de la experiencia, de los referentes que me rodean en el día a día y de los que he buscado y encontrado en mi camino. He aprendido que la actitud fundamental de la investigación es la humildad y la curiosidad. Humildad para aceptar todas las cosas que no sabemos y poner en duda aquellas que creemos saber. Curiosidad por querer saber, entender y aprender. La ciencia supone un reto constante que me estimula. También es importante trabajar con las emociones: la frustración porque el proceso es muy lento y el orgullo cuando las cosas avanzan. Soy científica porque me gusta despertarme para ir a trabajar y no saber lo que me espera.

Delfina Roca / Equipo, disciplina y esfuerzo

Delfina Roca. Universidad de Murcia.
Porque no hay mejor carrera para aplicar la creatividad. Soy curiosa por naturaleza y siempre me ha gustado afrontar los problemas e intentar solucionarlos. De eso trata la labor de investigación. Me encanta trabajar en equipo y tengo muy arraigados determinados valores necesarios para esta tarea, como la disciplina y el esfuerzo. Encuentro fascinante indagar para contribuir a que habitemos un mundo mejor. Creo firmemente que la ciudadanía será más libre y culta a medida que asimile y participe de los retos a los que la ciencia puede dar respuesta en la actualidad. Mi mayor vocación y satisfacción es incentivar a los demás, sobre todo cuando se trata de los más jóvenes. Me gusta motivarlos para que afronten desafíos de manera innovadora, así como dotarlos de herramientas para combatir la mediocridad, la demagogia, los estereotipos y las falsas creencias.

Ana María Abril / Pasión y duda

Ana María Abril Gallego. Universidad de Jaén.
La imagen de la investigación como generadora de una única verdad irrefutable, incomprensible, lejana y sacrificada la aleja de los jóvenes y, sobre todo, de las jóvenes. Esta idea es la antítesis de la realidad. La investigación intenta generar modelos que expliquen el conocimiento que construyen grupos de personas, que también dudan, unidas por la pasión por hacerse preguntas refutables. Mi preocupación es dar a mis estudiantes una visión adecuada de la ciencia, porque cuando yo descubrí la naturaleza de la investigación fue cuando me apasionó. En ese momento nada me detuvo, ni siquiera escuchar que “estudiar biología no tiene salidas” o que “para qué vas a hacer la Tesis si después irás al paro”. Comprender la ciencia como una actividad humana y abarcable fue mi gran motivación. No hay motivación mayor que apasionarte por comprender lo que te rodea.

Marta Macho-Stadler / Investigar es compartir

Marta Macho-Stadler. Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea.
Investigar en matemáticas es un reto constante, un estímulo para seguir aprendiendo, una oportunidad para relacionar conceptos, una ocasión para avanzar en el conocimiento. Preguntarse sobre las posibles generalizaciones de un problema o intentar comprender un resultado desde otro punto de vista ayudan a descifrar los muchos matices que esconde cualquier enunciado matemático. No concibo la investigación sin colaboración. Investigar es compartir, aprender de las personas con las que trabajas, actuar siempre con la mente abierta y, por supuesto, con humildad. Como docente, entiendo que la investigación me ayuda a mejorar mi práctica en el aula, a razonar con mayor soltura, a completar mi cultura matemática y transmitir de esta manera las asignaturas que imparto con mayor perspectiva y rigor.
 
  •   https://www.agenciasinc.es/Noticias/Una-carrera-para-todas-las-cientificas-nos-cuentan-sus-logros-y-obstaculos?fbclid=IwAR1ppeNl1pwyjXVx6Dc5Ief-xaZXYBA4Dcc0U-c1Ur7n9YVZKoVzogQjrN8

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  • https://theconversation.com/por-que-soy-cientifica-131524?fbclid=IwAR1z93AXK1za_KUZW3Dyfz4dAgWDjUI3bW2zP59bIUQ5ZMDAgkRrlHmQ4Ak
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3-Mi fórmula para que las mujeres no abandonen la ciencia: trabajar 8 horas al día


Hoy es 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. En este día muchas (y algunos) transmitimos nuestras experiencias y reflexiones con la ilusión de que sirva para algo. En mi caso, voy a compartir mi teoría sobre cuál creo que sería la receta para paliar la inmensa brecha entre mujer y ciencia
He bautizado mi teoría como “el imprescindible 8 x 3”. Se basa en mi experiencia personal como docente, investigadora, directora de tesis, responsable de un grupo de investigación y, no menos importante, como madre.
Me saltaré la invisibilidad a la que se ha visto sometida la inmensa labor de la mujer en sus relevantes aportaciones científicas y en el desarrollo de patentes. No hablaré tampoco de que sin ellas no hubiera sido posible llegar a donde hemos llegado. No lo haré porque, afortunadamente hay excelentes libros y artículos que lo ponen de relieve.

La pareja mujer y ciencia

Voy a centrarme en los dos elementos de esta pareja sobre la que tanto empeño se ha puesto y se pone en presentar como insoldable, tan incompatible como agua y aceite: mujer y ciencia.
Sobre la ciencia hay total consenso en que sin ella no hay desarrollo, progreso económico, bienestar ni cultura. Solo las sociedades que interiorizan esta afirmación y no titubean en desarrollar la ciencia se benefician en todos los aspectos citados y avanzan hacia un mundo mejor.
Vayamos al segundo elemento del dúo: la mujer. La digitalización implica que un importante número de los puestos de trabajo del futuro requerirán de conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (campos que se agrupan por sus siglas en inglés bajo el acrónimo de STEM). Estos serán los puestos de trabajo mejor pagados y de mayor prestigio profesional y social.
Aquí viene el problema: Como informa el Observatorio ProFuturo, en la actualidad solo alrededor del 20 % de los graduados en ingenierías son mujeres, porcentaje que baja hasta el 11 % si miramos los profesionales que ejercen en el mercado laboral. Diez años después de graduarse solo el 3 % de ellas continúa trabajando en ámbitos relacionados con las STEM.
El problema no es baladí. Si las mujeres son minoría en estas disciplinas, tendrán serias dificultades para incorporarse al mercado de trabajo del futuro en igualdad. Se agrandará la brecha de género, ya de por sí significativa, que existe en nuestro mercado de trabajo.
Para colmo, los puestos de trabajo con más papeletas de esfumarse a medida que se introduzcan las tecnologías en los procesos productivos y la economía son los que habitualmente ocupan mujeres. A saber: los trabajos típicamente administrativos y las tareas manuales y cognitivas repetitivas, que serán sustituidas por algoritmos.
Lo que viene a continuación es fácil de deducir. La digitalización afectará sobre todo a las tasas de empleo femeninas.

Falta de referentes y autoestima

¿Por qué ese bajo porcentaje de mujeres en las ingenierías? Una de las causas más evidentes es que no tienen referentes. Tampoco se contribuye a su autoestima. Sirva de ejemplo una frase terrible de Eduard Clarke, profesor de Harvard, que en su libro titulado La oportunidad justa intentaba disuadirlas de cursar estudios universitarios porque “existen casos, y yo los he presenciado, de mujeres que se gradúan en las escuelas universitarias y facultades con expedientes excelentes, pero con ovarios poco desarrollados. Más tarde se casan y resultan ser estériles”.
Estas dos causas explican la escasez de graduadas y de ingenieras en el mercado laboral. Pero sigue sin explicar por qué una década después de graduarse solo el 3 % continúa trabajando en ámbitos relacionados con las disciplinas STEM.
Una vez han entrado en el sistema, ¿qué las escupe?
Mi teoría de el imprescindible 8 x 3 da una respuesta global. Creo que las mujeres tenemos sellada a sangre y fuego la racionalidad de que nuestro día ha de constar de 8 horas de descanso, 8 de trabajo y 8 personales de dedicación al hogar, familia, amistades, ocio y al enriquecimiento personal. Cuando no se nos permite este 8 x 3 todo se nos oscurece y no hay nada que compense.
En mi opinión, muchos siglos han habituado a los hombres a admitir el cobro en especies (como mayor prestigio social y ascensos), pero las mujeres no estamos por la labor.

El imprescindible 8 x 3

Esta conclusión la avalan mis experiencias tras más de 40 años dedicada a la ciencia. He comprobado cómo mis mejores alumnas de ingeniería dejaban sus trabajos y los cambiaban por otros que les permitieran ese 8 x 3. También cómo no superaban entrar a trabajar en un parque tecnológico o en una empresa, algunas con altos cargos de responsabilidad, que les exigían entrar a las 8 de la mañana sin hora de salida asegurada para ver a sus hijos (si los tenían) antes de ponerse el pijama.
Lo avalan también las estadísticas sobre la presencia de la mujer en los distintos ámbitos laborales. Esta se acerca al 50 % cuando el 8 x 3 es factible (enfermería, medicina y abogacía). Así lo asegura también mi propia experiencia.
Yo he podido asumir responsabilidades en investigación porque me he fabricado mi propio 8 x 3. En mi relación con investigadores a nivel internacional, mi nombre va unido a una estancia de mi casa. “La cocina de Inma” es la frase que más he oído. Sí, mi cocina. Porque tuve la gran idea (alucinante para los miembros de mi equipo de investigación) de dirigir las tesis en una mesa enorme que tenía en dicha habitación.
También he colaborado con relevantes investigadores internacionales desde la cocina. Por ella han pasado, entre otros, Walter Carnielli, Daniele Mundici, Peter Harrison y Luis Fariñas del Cerro. Investigábamos mientras sonaba la olla exprés, mientras mis hijos realizaban sus tareas escolares. Parábamos para cenar todos juntos con mis hijos y, si bien la primera vez todos y cada uno de ellos se sorprendía, después todos lo comentaban como una experiencia increíble.
De no ser así, yo tampoco hubiera llegado a estar en el grupo minoritario de catedráticas de universidad. No me olvido de que he podido hacerlo porque mi área son las matemáticas. Si hubiera necesitado un laboratorio no hubiera sido posible.
Quien admita mi teoría será consciente de que el problema es difícil y requerirá mucha fuerza. Porque no parece que el poder económico esté por la labor de asumir, insisto, algo tan racional como que el trabajo solo debería ocupar 8 de nuestras 24 horas.

https://theconversation.com/mi-formula-para-que-las-mujeres-no-abandonen-la-ciencia-trabajar-8-horas-al-dia-131334?utm_source=twitter&utm_medium=bylinetwitterbutton&fbclid=IwAR1EPbQEa-U5tJAGHvOyoCXodmA8gshJjcg5zMWezK0mlmeGEwrrhHEmpsw
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http://www.rtve.es/noticias/20200211/mujeres-ninas-ciencia-asignatura-aun-pendiente/2000461.shtml?fbclid=IwAR0yYtpnG1chmCtnTJoa3UeRnsMfwgE0SkGvkvVGhO-po_CA19nKEZK_y30
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https://www.abc.es/ciencia/abci-mujer-y-nina-ciencia-ocho-cientificas-asombrosas-cuyo-merito-llevaron-hombres-201802091740_noticia.html?vca=rrss&vmc=abc-es&vso=fb&vli=cm-ciencia&fbclid=IwAR3VyTOktXE-pLnxQwCI6L9cG7x2JgKk_P2L35LhVQhN3cRcTxKKZ8sGm-M
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Recordamos hoy a Alice Catherine Evans, la mujer a la que le debemos poder beber leche de forma segura. Ella descubrió una bacteria presente en la leche cruda que causaba abortos y enfermedades. Científicos y ganaderos no la creyeron, pero sus estudios acabaron llevando a que se impusiera la pasteurización.
 
  •  https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/alice-catherine-evans-la-pionera-de-la-leche-segura/?utm_source=materia&utm_medium=facebook&tipo=elabora&cid=soc:afl:fb:----materia:--:::::::sitlnk:materia:&fbclid=IwAR1OAzJG1w1pfzrfzgNoPeQmqJUzfwy0xLqnQXeLglr0Eo6aQwGbr_4lfJY


4-Mujeres, niñas y ciencia: una asignatura aún pendiente

  • El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
  • Menos del 30% de la investigación científica en todo el mundo lleva nombre de mujer
Por
Buscar referentes en ciencia para impulsar la demanda universitaria entre las estudiantes
El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La Asamblea General de Naciones Unidas decidió recordar esta jornada el 22 de diciembre de 2015 y, cinco años después, continúa siendo muy oportuna su existencia porque, a día de hoy, siguen existiendo claras diferencias entre hombres y mujeres en esta materia.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “la ciencia y la igualdad de género son fundamentales para el desarrollo sostenible”. Sin embargo, menos del 30% de la investigación científica en todo el mundo lleva nombre de mujer.
La presencia de mujeres en la ciencia española lleva estancada una década

257 años para tener derecho a lo mismo

¿De dónde parte esta gran diferencia entre sexos? El Foro Económico Mundial (FEM) reflejó en su último Informe Anual de Brecha Global de Género que aún tendrán que pasar 257 años para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades económicas. Además de este factor -el monetario-, otros como la educación, la salud y el poder político en los distintos países también se han tenido en cuenta a la hora de hacer este documento.
Por mucho que pueda parecer una cifra desorbitada, lo cierto es que los datos hablan por sí solos. Por ejemplo, hay 85 naciones que en los últimos 50 años no han contado con una jefa de Estado. O donde solo el 55% de las mujeres de entre 15 y 64 años están en el mercado laboral, mientras que los hombres lo están en un 20% más (78%).
Una tarea tan común en España como es abrir una cuenta bancaria está completamente prohibida en 72 países. Si bien es cierto que en países como Arabia Saudí se permite a las mujeres desde 2019 viajar de forma autónoma o realizar algunas tareas familiares que antes les estaban vetadas, la realidad es que no en todas partes pueden hacer lo mismo que los hombres. O, en todo caso, se quedan con las tareas “de siempre”, como son las labores del hogar, a las que dedican también un mayor esfuerzo (lo que se traduce en más horas).
Las naciones más igualitarias, teniendo en cuenta todos estos factores, son, por este orden: Islanda, Noruega, Suecia, Finlandia, Nicaragua, Nueva Zelanda, Irlanda, España, Ruanda y Alemania.

La educación, también señalada

Aunque ya son más niñas que niños las que asisten a la escuela, por lo general no son las más numerosas en disciplinas vinculadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Para la UNESCO, "los prejuicios, las normas sociales y las expectativas limitan la calidad de la educación y de las asignaturas que estudian muchas niñas y mujeres".
En 2019, este organismo publicó el informe Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM, que recogía que únicamente el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a las STEM en la educación superior son mujeres, y se han señalado diferencias en estas especialidades. Por ejemplo: solo el 3% de las estudiantes de la educación superior, por ejemplo, escogen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Estas disparidades preocupan especialmente cuando estas carreras están intrínsicamente relacionados con "los empleos del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible". De ahí nació SAGA, otro proyecto de la ONU que busca "ofrecer a gobiernos y legisladores una variedad de herramientas para reducir la brecha de género global" en estos campos.
En Lab24 han querido destacar el trabajo de 100tíficas, donde cientos de investigadoras participan para romper con los estereotipos de género "que todavía siguen marcando la elección de una carrera univesitaria".
Lab24 - 100tíficas y Sinergia investigadora

Mujeres en el sector, en porcentajes

En primera instancia, el factor económico limita enormemente la participación en el ámbito científico. De lo general a lo concreto, dentro de estos países, el porcentaje de mujeres que están inmersas en el mundo de la ciencia es de apenas un 29%.
Para el Instituto de Estadísticas de la UNESCO (UIS), aunque este día sea de celebración, “debemos continuar enfocándonos en los avances hacia la igualdad de género en Ciencia y Tecnología mientras las mujeres sigan infrarrepresentadas en todas las áreas, desde la Investigación y la Ingeniería, pasando por las start-ups”.
Si bien había países del norte de Europa que destacaban por sus esfuerzos a la hora de conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, lo cierto es que si se estudian detenidamente los datos no sobresalen especialmente en la materia educativa.

Proyectos que buscan marcar la diferencia

En días como estos es también importante informar de las reivindicaciones que se han conseguido a lo largo de este tiempo. Por ejemplo, la herramienta YouCheck pone en contacto a periodistas con distintas fuentes, con el objetivo de no recurrir siempre a los mismos expertos.
En el mismo sentido, la organización 500 Women Scientists está más enfocada a dar visibilidad a las mujeres y también a sus trabajos. "El propósito de la plataforma es aumentar la representación de las mujeres en los distintos campos científicos, así como servir como herramienta para que periodistas y organizadores de conferencias contacten con científicas”, señaló Elizabeth A. McCullagh, una de las impulsoras del proyecto, que en 2019 contaba con más de 8.500 interesadas.
En España, la Iniciativa 11 de Febrero nació en 2016 y, en su cuarta edición, tiene programadas más de 1.7000 actividades en todo el país desde el 1 al 15 de este mes. Desde 2019 se han planificado y decidido qué ideas, ponencias o charlas pondrán en marcha el grupo de personas del ámbito científico que, año tras año, busca promover "prácticas que favorezcan la igualdad de género en el ámbito científico-tecnológico".
También este martes el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha organizado cerca de 150 actividades en todo el país para "visibilizar el trabajo de las científicas y mostrar referentes femeninos en ciencia".

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"De niña soñaba con ser escritora, profesora, diseñadora de moda, artista... Quise estudiar filosofía, filología... Hasta que descubrí la química y me enamoré de ella.
Estudié química y me convertí en científica.
Podría haber estudiado lo que me diese la gana. Y eso es lo más importante de todo, porque no siempre ha sido así, y desgraciadamente todavía no es así para todas en todas partes.
Por eso hoy, #11F2020, celebro que aquí las niñas puedan elegir con libertad.
Hagamos que sea así para todas en todo el mundo.
Feliz Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia." Debla Dimetalsulfuro
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5-Ocho científicas asombrosas cuyo mérito se llevaron los hombres

Estas mujeres hicieron grandiosos descubrimientos, pero quedaron en la sombra. Sus logros fueron atribuidos a sus colegas masculinos o se les negó el Nobel. Es lo que se llama el «efecto Matilda»

Madrid Actualizado: Guardar
Aparte de Marie Curie o Hipatia de Alejandría no son muchas las mujeres populares en la historia de la Ciencia. Sin embargo, sí abundan los casos de las que han sido flagrantemente ninguneadas, han tenido que luchar contra el sexismo o trabajar en condiciones miserables para que al final, después de tanto esfuerzo, sus descubrimientos fueran atribuidos a sus colegas masculinos ¡e incluso a sus maridos! El número de investigadoras premiadas con un Nobel desde que los galardones comenzaran a entregarse en 1901 no llega a la veintena y la razón no solo se encuentra en que menos féminas accedan a carreras científicas, sino también a los criterios muy discutibles de la Academia Sueca a lo largo de los años.
El prejuicio tiene un nombre, «efecto Matilda», la tendencia a menospreciar los logros científicos si han sido llevados a cabo por mujeres. Nettie Stevens, descubridora de los cromosomas que determinan el sexo; Rosalind Franklin, cuyas aportaciones fueron imprescindibles para el hallazgo de la estructura del ADN, o Lise Meitner, «madre» de la fisión nuclear, son algunas de esas «Matildas» a las que todavía hay que hacer justicia. Aquí recordamos algunas de ellas, aunque hay más, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Por fortuna, los tiempos han cambiado (o están en ello), pero puede que la lista negra se alargue. En la última edición de los Nobel, una vez más, ningún nombre femenino sonó en los anuncios del fallo del jurado... y nadie puede aducir que sea por falta de candidatas. Malo es el olvido.
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  1. Nettie Stevens, el sexo olvidado

    Nettie Stevens
    Nettie Stevens - Wikipedia
    La genetista estadounidense Nettie Stevens (1861-1912) realizó una exhaustiva investigación con insectos cuya principal conclusión revolucionaría el mundo de la ciencia: son dos tipos de cromosomas, el X y el Y, los que determinan el sexo de un ser vivo, algo que a principios del siglo XX era completamente desconocido. Su trabajo también proporcionó evidencias de cómo se obtienen los rasgos hereditarios. Pero, mala suerte, Stevens publicó su trabajo al mismo tiempo que su prestigioso colega Edmund B.Wilson y es fácil saber quién se llevó la gloria. Wilson reconoció en la revista «Science» que sus conclusiones coincidían con las de su compañera, por lo que claramente conocía el estudio, pero durante mucho tiempo fue él quien apareció como el auténtico descubridor. Nadie duda ahora de que Stevens es una de las grandes biólogas y genetistas de la Historia. Por desgracia, murió por un cáncer de mama cuando tenía solo 50 años.

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