traductor

viernes, 14 de febrero de 2020

Yoshinori Ohsumi

Yoshinori Ohsumi gana el premio Nobel de Medicina 2016 por iluminar el sistema de reciclaje del cuerpo

El investigador japonés es galardonado por el descubrimiento de los mecanismos de la autofagia

El japonés Yoshinori Ohsumi (Fukuoka, 1945) ha sido galardonado hoy con el premio Nobel de Medicina por el descubrimiento de los mecanismos de la autofagia, el sistema de reciclaje del organismo. La palabra autofagia tiene su origen en el idioma griego y quiere decir "comerse a uno mismo". El concepto emergió durante la década de 1960, cuando los investigadores observaron que las células podían destruir sus propios contenidos, encerrándolos en membranas y enviando los vesículos resultantes al lisosoma, un orgánulo celular encargado del reciclaje, según ha detallado en un comunicado el Instituto Karolinska, que otorga el premio.
Poco se sabía sobre este fenómeno, hasta que a comienzos de la década de 1990, "en una serie de experimentos brillantes" con levaduras de panadero, según el Karolinska, Ohsumi identificó los genes de la autofagia. El investigador japonés trabajaba entonces en el Instituto de Tecnología de Tokio.
"Los descubrimientos de Ohsumi condujeron a un nuevo paradigma en nuestra comprensión sobre cómo la célula recicla su contenido", prosigue el comunicado. El japonés observó que las células humanas empleaban una maquinaria similar a la de las levaduras. Desde entonces, la comunidad científica ha detectado que las mutaciones en los genes de la autofagia pueden provocar enfermedades. Y que el propio proceso de autofagia está implicado en varios trastornos, incluyendo el cáncer y el párkinson, además de participar en la respuesta a las infecciones y en la adaptación a la falta de alimento.
El científico belga Christian de Duve acuñó el término autofagia. Ganó el premio Nobel de Medicina de 1974 por el descubrimiento del lisosoma dos décadas antes. Su equipo había descrito un nuevo orgánulo celular que contenía enzimas que digerían proteínas, azúcares y grasas. Posteriormente, se observó que la célula podía llevar grandes cantidades de material al lisosoma para su degradación, dentro de vesículas llamadas autofagosomas.
"Los descubrimientos de Ohsumi condujeron a un nuevo paradigma en nuestra comprensión sobre cómo la célula recicla su contenido
Las células emplean la autofagia para obtener energía y materiales de manera rápida en caso de inanición o situaciones de estrés. En infecciones, las células también utilizan la autofagia para eliminar bacterias o virus invasores. El mecanismo sirve a su vez como sistema de control de calidad para deshacerse de proteínas u orgánulos defectuosos, que van surgiendo de manera natural con el envejecimiento.

"Nos han facilitado el trabajo"

Científicas del campo en el que fue pionero Ohsumi han celebrado el galardón de su colega japonés. "El premio Nobel es muy merecido y además, hay que reconocer la gran generosidad de la comunidad científica japonesa que trabaja en autofagia con los equipos de todo el mundo. Nos han facilitado todo para que pudiésemos ayudar a avanzar este campo", ha afirmado Patricia Boya, responsable el grupo que estudia las funciones de la autofagia en la fisiopatología de los organismos en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC. Caty Casas, investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona, considera que este Nobel "reconoce por fin este proceso en toda su magnitud".
Muchas quinielas previas al anuncio apuntaban a la herramienta CRISPR de edición genómica como ganadora del Nobel de Medicina de 2016. Uno de los candidatos era el microbiólogo español Francis Mojica, descubridor de este sistema de cortapega genético en las bacterias. Finalmente, el Nobel ha ido para el campo de la autofagia, aunque la comunidad científica da por hecho que la técnica CRISPR recibirá el premio en futuras ediciones.
-

Los defectos en la autofagia celular causan el vértigo

Ratones con déficit de una proteína son incapaces de andar rectos o con la cabeza erguida

La autofagia celular (literalmente, comerse a sí mismo, que es como se denomina el proceso de limpieza y renovación de los tejidos, porque hay que destruir primero los viejos existentes para renovarlos) puede ser nuestro protector para desarrollar vértigos. O, lo que es lo mismo, cuando este proceso no funciona bien, aparecen problemas de equilibrio. Es lo que han descubierto en ratones un equipo dirigido por Carlos López-Otín, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo.
"Al eliminar el gen que codifica una de las proteasas que regulan el proceso de
autofagia en el organismo, la autofagina‐1, nos sorprendió observar que los ratones
presentaban alteraciones en su comportamiento típicas de los desórdenes del oído interno relacionados con deficiencias en el equilibrio y en la percepción de la aceleración", afirma Guillermo Mariño, investigador asturiano que ha participado en el trabajo y que actualmente se encuentra en el Institut Gustave Roussy de París.
Una de las potenciales aplicaciones de este trabajo en la vertiente clínica es el diseño de
fármacos específicos que puedan activar una autofagia deficiente y mejorar los síntomas de las personas que sufren vértigo. De forma más general, este descubrimiento permitiría avanzar en el tratamiento de otros trastornos relacionados con la disminución de actividad autofágica en las células, explican los investigadores, aunque matizan que las patologías relacionadas son extremadamente complejas y en ellas influyen múltiples factores.

 

No hay comentarios: