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El Contra-Método de Edgar Morín
Clasificación JEL: A12 Relation of Economics to Other Disciplines. B15 Historica. Institutional. Evolutionary. B41 Economic Methodology. N01 Development of the Discipline. Z13 Cultural Economics.Economic Sociology • Economic Anthropology
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En este documento se expone, de manera sintética, la propuesta de Edgar Morín (1992) para reformular el método de la epistemología clásica. Se describen, a partir de una nueva epistemología, los elementos de un contra-método que incorpora principios y elementos teóricos de la revolución científica de la segunda mitad del siglo XX y una propuesta de método para la educación del futuro.
El objetivo de este ensayo es presentar el Anti-método desarrollado por Edgar Morín fundamentado en el pensamiento relacional, que representa una ruptura frente al método de la lógica formal de Aristóteles, al método parcelario de la certeza de Descartes y al método de Kant basado en el parámetro de validez.
1.0 Reforma del pensamiento
El siglo veinte, se caracterizó por la emergencia de nuevas propuestas de análisis del conocimiento que superaron la epistemología de primer orden de la ciencia clásica, la cual planteaba la separación del sujeto y el objeto de estudio. Con la revolución científica de la segunda mitad del siglo veintiuno, emergió la epistemología de segundo orden, que vuelve la mirada al sujeto y hace de su pensamiento parte del campo de investigación. La ciencia clásica se fundamentó en la separación del sujeto respecto al objeto de estudio. La nueva epistemología postula, por el contrario, que el sujeto no es independiente de las condiciones objetivas biológicas y sociales en que se desenvuelve.
En el marco de esta mega tendencia epistemológica, el Contra-Método de Edgar Morín plantea una ruptura con el paradigma tradicional, mediante una reforma del pensamiento, que permita comprender y situar todo en el contexto planetario.
La formulación de Morín “acogida por la UNESCO y divulgada en obras como Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, La cabeza bien puesta, y Educar en la era planetaria, propone una reforma profunda, simultánea y concurrente, de la enseñanza y el pensamiento. Tiene su base teórica más profunda en la perspectiva filosófica y metodológica que ofrece el pensamiento complejo, y se expresa como una concepción transdisciplinaria, holista y comprehensiva que enfrenta el desafío de la globalidad. La reforma se propone como parte de la búsqueda de soluciones a los grandes problemas que la humanidad enfrenta en la actualidad.” (Delgado, 2012, p.11)
Esta reforma del pensamiento plantea que es indispensable complementar el pensamiento que aísla con el pensamiento que une. El pensamiento complejo trata de vincular y distinguir, sin desunir. Complexus significa“tejido junto”. Se debe entender el universo como campo de acción de una relación dialógica (antagónica, competitiva y complementaria) entre orden, desorden y organización, en donde el determinismo existe acompañado de la incertidumbre. Así el objetivo de la complejidad es unir (contextualizar y globalizar) y recoger el reto de la incertidumbre.
Morín no partió de cero. Se fundamentó en dos revoluciones científicas del siglo XX que prepararon la reforma del pensamiento (1990): “La primera comenzó en la física cuántica, implicó el colapso del universo Laplaciano, la ruina del dogma determinista, el hundimiento de toda idea de unidad simple como base del universo, la introducción de la incertidumbre en el conocimiento científico. (…) La segunda revolución, que se produjo con la constitución de las grandes reagrupaciones científicas, implica considerar conjuntos organizados o sistemas en detrimento del dogma reduccionista que había reinado durante el siglo XIX” (p. 93)
2.0 Primer nivel de la estructura del Contra-método
Edgar Morín presenta el Contra método como una estructura de tres niveles. En un primer nivel su propuesta retoma tres teorías que le sirven de base: La teoría de la información, la cibernética y la teoría de los sistemas. Escribe Morín (1980) “El principio de explicación de la ciencia clásica no concebía la organización como tal. Se reconocían las organizaciones (sistema solar, organismos vivientes), pero no el problema de la organización. Actualmente, el estructuralismo, la cibernética, la teoría de sistemas, han realizado, cada uno a su manera, avances hacia una teoría de la organización” (p. 46)
La teoría general de sistemas establece que la compresión de los sistemas sólo es posible cuando se estudian globalmente, involucrando todas las interdependencias de sus partes. Morín opina que Wiener y Ashby, fundadores de la Cibernética, llevaron la complejidad a la escena de la ciencia y gracias a Von Neumann el concepto de complejidad se enlazó con los fenómenos de auto-organización.
La teoría de la información fue formulada por Claude Elwood Shannon (1916-2001), autor que concibe un universo donde hay orden (redundancia) y ruido, degradación de la información, lo cual permite extraer nueva información organizadora (programadora) de una máquina cibernética. “El mérito capital, en mi opinión, - dice Morín- de la cibernética fundada por Norbert Wiener y de la teoría de sistemas fundada por von Bertalanffy, es que ambas aportan los elementos primeros para concebir la organización” (1980, p. 219).
En 1968 Morín se sintió atraído por una nueva teoría que inicialmente analizó organizaciones y sistemas políticos. Al respecto escribió: “La teoría de sistemas es una rama de una investigación teórica zigzagueante entre cibernética, axiomática, biología, sociología, cuyos múltiples rostros señalan que todavía no ha encontrado el suyo verdadero”(1980, p. 161) Esta teoría postuló nuevas bases sobre la organización, al considerar que el todo es más que la suma de las partes porque existen propiedades emergentes y también que el todo es menos que la suma de las partes en razón a que la organización del conjunto inhibe propiedades de las partes. “Una segunda idea muy importante que ha despejado la teoría de sistemas es la idea «bertalanffyana» de sistema abierto energéticamente y, de manera eventual, informacionalmente, al universo exterior, es decir, que puede alimentarse de materia/energía, incluso de información” (Morín, 1980, p. 222). Los sistemas abiertos se caracterizan por ser dependientes de su medio ambiente y estar sometidos a las aleatoriedades existentes.
3.0 Segundo nivel del Contra - método
El Contra método de Edgar Morín incorpora en un segundo nivel la idea de auto organización, desarrollada porJohn von Neumann, Heinz von Foerster, Henri Atlan e Ilya Prigogine, en las obras que se enuncian a continuación.
Von Neumann (1966), destacó una importante paradoja entre las máquinas artificiales y las vivientes. Aquellas están compuestas por elementos calibrados y verificados; sufren desgastes, malformaciones y finalmente se degradan, por la acción de la segunda ley de la termodinámica. A diferencia de ellas, los seres vivientes están compuestos por elementos muy poco fiables, como las proteínas, que se degradan sin cesar, poseen la extraña propiedad de desarrollarse y reproducirse, se auto regeneran reemplazando las moléculas degradadas por otras nuevas:“Llegamos aquí al corazón de la paradoja. La fiabilidad, la no degeneratividad, la generatividad de los sistemas vivientes, dependen en cierto modo de la no fiabilidad y de la degeneratividad de sus componentes. La constante degradación de los componentes moleculares y celulares es la imperfección que permite la superioridad de lo viviente sobre la máquina. Es fuente de la constante renovación de la vida. La reorganización permanente, la auto-poiesis, constituyen categorías aplicables a todo el orden biológico y, a fortiori, al orden sociológico humano” (Morín, 1980, p. 242)
Por su parte Heinz von Foerster (1962) postuló el principio del “orden a partir del ruido” (order from noise). Un principio de orden y una energía desordenada puede constituir una organización ordenada. “El principio “order from noise” se puede entender en dos sentidos diferentes aunque complementarios. El primero es el de la no degeneratividad en la que la auto reorganización y la auto-poiesis permanentes necesitan «ruido» para mantener el orden viviente. El segundo es el de la generatividad, en el sentido creador del término, tal como se manifiesta en toda evolución, sea ésta biológica o, en el plano humano, sociológica” (Morín, 1980, p. 243) El orden se crea a partir del desorden. Cuantos más complejos sean los comportamientos, más manifestarán una flexibilidad adaptativa respecto del entorno. Y esta es una diferencia crucial de los organismos vivos respecto a las máquinas que no pueden auto reproducir sus partes.
Ilya Prigogine (1976) planteó la teoría de las estructuras disipativas: Un enfoque de la idea del orden a partir del desorden, en el que a partir de un determinado umbral se constituyen y auto mantienen estructuras coherentes que se alimentan y disipan energía constantemente. (1989) “Una pequeña perturbación en lugar de apagarse a partir de la acción de los procesos disipativos, increíblemente aumenta, ocupando amplios sectores del espacio. Este es un fenómeno sorprendente. Imagínese un medio abierto compacto, es decir, un medio que posee fuentes y sumideros de energía. Un medio así es homogéneo y en cierto sentido perfecto. Pero dentro de algún tiempo, precisamente al ser abierto y debido al carácter no lineal de sus fuentes y sumideros de energía (el ingreso y el consumo de energía y sustancia se describe con ecuaciones diferenciales no lineales), en ellas comienzan a surgir estructuras dinámicas con determinada configuración. Es algo asombroso” (p. 17)
De otra parte, Henri Atlan (1970) concibió el azar organizador al observar una relación dialógica orden—desorden—organización en el mundo físico, biológico y humano. Por ejemplo, en el nacimiento del universo a partir desorden, en el que en determinadas condiciones por casualidad, principios de orden permitieron la formación de núcleos, átomos, galaxias y estrellas. (Velilla, 2012, p. 5). A partir de las ideas enunciadas, Morín planteó el concepto de la auto-eco-organización.
4.0 Los principios del tercer nivel del Contra Método
Con los fundamentos anteriormente expuestos, el autor construyó un primer nivel de la estructura de su Contra método con las tres teorías (información, cibernética y sistemas), y el segundo nivel con la categoría de auto organización. A partir de allí, aporta un tercer nivel a este edificio con tres principios: El principio dialógico, el principio de recursión organizativa y el principio hologramático. (Delgado, 2011, p. 41)
El primer principio Dialógico, parte del vínculo de las nociones antagónicas, que se repelen, pero que son indisociables e indispensables. Se unen nociones antagónicas que conciben los procesos organizadores y creadores en el mundo complejo de la vida y la historia humana. “La vida –escribe Morín (1980) - se presenta bajo el aspecto de un sistema dialógico, generativo (ADN, patrimonio hereditario casi invariante) y fenoménico (proteínas inestables, cambiantes, pero que aseguran la relación adaptativa con el exterior)” (p. 323). Otro ejemplo es la dualidad / onda corpúsculo, la posibilidad de dos verdades según Pascal, o la existencia de dos verdades profundas según Bohr.
En el ámbito político, Morín (1999) considera que la democracia tienen un carácter dialógico, que une de manera complementaria términos antagónicos: consenso / conflicto, libertad <-> Igualdad <-> fraternidad, comunidad nacional / antagonismos sociales e ideológicos. ->->La democracia depende de las condiciones que dependen de su ejercicio (espíritu cívico, aceptación de la regla del juego democrático). (p. 57)
El segundo principio de Recursividad (o Recursión Organizativa), es la retroacción (noción de regulación), en la cual los productos y los efectos son ellos mismos productores y causantes de lo que los produce. “Un proceso recursivo es un proceso cuyos productos o efectos son necesarios para su propia regeneración, es decir, para su propia existencia (...) La idea de recursividad organizacional es necesaria para concebir autoproducción y auto-organización, y estas mismas ideas permiten comprender la emergencia del sí, es decir, del ser y la existencia individual” (Morín, 1980, p. 224). Presenta el ejemplo de un torbellino que en su movimiento circular se constituye en generador de sí. De igual forma ocurre con el ADN que especifica las proteínas que son necesarias para su propia existencia.
El ámbito social se comprende mejor a partir de este nivel complejo de la relación parte-todo. Para Morín (2004) la idea de recursiónorganizacional es absolutamente crucial para concebir la complejidad de la relación entre partes y todo. Las interacciones entre individualidades autónomas, como en las sociedades animales o incluso en las células, que tienen cada una su autonomía, producen un todo, el cual retroactúa sobre las partes para producirlas. Las interacciones entre individuos hacen la sociedad; de hecho, la sociedad no tendría ni un gramo de existencia sin los individuos vivientes. (p. 9)
Al tratar el tema de la epistemología Morín (2004) describe su tercer principio: “Los trabajos de Pinson, que conocemos y que encuentro muy notables, dan nacimiento, desde el punto de vista organizacional, a una concepción que podemos llamar hologramática” (p. 8) El principio hologramático postula que cada punto parcial y singular de un holograma contiene la información de toda la imagen. Se valida la paradoja de los sistemas, en donde la parte está en el todo y el todo está en la parte. La totalidad del patrimonio genético está presente en cada célula individual, al igual que el individuo es una parte de la sociedad, pero la sociedad está presente en cada individuo como un todo, a través de su lengua, su cultura, sus normas. De igual forma Morín comenta que “cada uno de mis libros singulares contiene «hologramáticamente» todos los demás” (p. 21)
5.0 Método para una educación prospectiva
En materia educativa el autor plantea “enseñar los métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo” (Morín, 1999, p. 2). A solicitud de la UNESCO expresó sus ideas para reformar el pensamiento en el documento titulado Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Aquí expresó las opiniones que se deberían tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura, los cuales se resumen en la figura 3.
En las cegueras del conocimiento el autor describe los errores mentales, intelectuales, de la razón, paradigmáticos; y también lo inesperado y la incertidumbre de la comprensión. Para un conocimiento adecuado propone el principio de pertinencia incorporando el contexto, lo global, lo multidimensional y los problemas esenciales de la reducción, la disyunción y la falsa racionalidad. En cuanto a la condición humana plantea enfrentar el desarraigo mediante la comprensión de la condición cósmica, la condición física, la condición terrestre y la condición humana. Con respecto al ser humano, describe el bucle de cerebro <-> mente<-> cultura; el bucle razón <-> afecto <-> impulso; el bucle individuo <-> sociedad <->especie; y la unidad en la diversidad humana del homo complexus. ->->->->->->
Para la identidad terrenal, en la era planetaria, propone enfrentar el legado de muerte del siglo XX de las armas nucleares y los nuevos peligros, con la esperanza que aportan las contracorrientes, en un nuevo juego contradictorio de posibilidades. Esto supone asumir la incertidumbre de lo real, de la historia y del conocimiento en un mundo incierto. Plantea también apostar a una ecología de la acción, mediante la adecuada comprensión del bucle de riesgo <-> precaución, el bucle de fines <-> medios y el bucle de acción <-> contexto, en la formulación de la estrategia a largo plazo. ->->->
Morín aborda dos comprensiones, la intelectual u objetiva y la humana intersubjetiva. La educación debe superar los obstáculos a la comprensión encarnados en el egocentrismo, el etnocentrismo, el socio centrismo y el espíritu reductor. Esto implica un nuevo modo de razonar, el “bien pensar” “que permite aprehender en conjunto el texto y el contexto, el ser y su entorno, lo local y lo global, lo multidimensional, en resumen lo complejo, es decir las condiciones del comportamiento humano”. Así se liga la ética de la comprensión entre personas con la ética de las culturas planetarias. (Morín, 1999, p. 51).
Por último, la ética del género humano, articula el individuo a la sociedad para enseñar la dialógica y la complejidad de la democracia y afirmar el vínculo de la humanidad como especie en el destino planetario.
6.0 Resumen
La epistemología de primer orden de la ciencia clásica se centró en el estudio del objeto, independiente del sujeto, mientras que la epistemología de segundo orden considera que objeto está unido al sujeto, quien es el resultado de un proceso biológico, social y cultural.
En el marco de esta tendencia epistemológica de segundo orden, Edgar Morín (2004) propone una reforma del pensamiento frente al método racionalista, mecanicista y determinístico predominante en la ciencia clásica. Este reto lo asumió mediante la construcción de un Contra – método constituido por tres niveles que recogen los principales aportes del pensamiento científico en el siglo XX. Las bases del primer nivel las edificó a partir de las teorías de la información, la cibernética y los sistemas, de donde extrae los conceptos de información organizadora, retroacción y propiedades emergentes.
En el segundo nivel, el contra - método articula los conceptos de auto regeneración, generatividad y no generatividad, estructuras disipativas, auto-organización, auto-poiesis y sistemas abiertos. (Morín, 1980, p. 222)
En el tercer nivel el Contra – método Moriniano incluye el principio dialógico que vincula nociones antagónicas, el principio de recursividad necesario para concebir la auto producción organizacional y el principio hologramático que describe objetos y fenómenos cuya estructura se repite a diferentes escalas.
Estos tres niveles configuran la estructura del método de Morín (1992) que se contrapone a los métodos clásicos predominantes. El autor hace una llamado a una reforma del pensamiento mediante la enseñanza de métodos que permitan aprehender los elementos expuestos en el Contra –método. Y presenta una propuesta prospectiva con siete saberes fundamentales que la educación del futuro debería tener en cuenta.
Referencias
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Delgado, Carlos, (2011). Diálogo de saberes para una reforma del pensamiento y la enseñanza en América Latina. La Habana. Acuario.
García Palacios, E. M. et al, (2001). Ciencia, Tecnología y Sociedad: una aproximación conceptual. Madrid. OEI.
González Recio, José Luis, (2005). El taller de las ideas. Diez lecciones de historia de la ciencia. México. Ed. Plaza y Valdés.
Foerster, H. von, Zopf, G.W, (1962). Principles of self-organizarion. NY. Pergamon Press.
Morín, Edgar, (1980). Ciencia con consciencia. Barcelona. Anthropos.
Morín, Edgar, (1992). El método. Madrid. Edit. Cátedra.
Morín, Edgar (2004). “La epistemología de la complejidad” en Gazeta de Antropología, no. 20, España, Universidad de Granadina.
Morín, Edgar, (1990). La Cabeza Bien Puesta. Buenos Aires. Visión.
Morín, Edgar, (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO. 7 place de Fontenoy – 75352 París 07 SP – Francia.
Neumann, J. von, (1966). Theory of self-Reproducing Automata. Urbana (III). University of Illinois Press.
Prigogine, Ilya, (1989). The philosophy of instability. Futures. August. 1989. p 396-400. Versión en castellano traducida del ruso con fines docentes por Carlos J. Delgado.
Stafford, Beer, (1960). Below the Twilight Arch. General Systems.
Velilla, Marco Antonio, (2002). Manual de iniciación pedagógica al pensamiento complejo, CFES-UNESCO, Quito.
Wiener, N., 1972. Cybernétique et société. París. 10/18. Título original: The Human Use of Human Beings.
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