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sábado, 10 de diciembre de 2016

EL MODELO EUROPEO DE INNOVACIÓN X.Ferras

EL MODELO EUROPEO DE INNOVACIÓN

En el pasado año, España siguió retrocediendo en sus indicadores de innovación, hasta caer a un paupérrimo 1,22% de inversión en I+D sobre PIB. En Catalunya por primera vez repunta la innovación (un 6%, hasta el 1,52% I+D/PIB) tras seis años de caída. A nivel global, la inversión en I+D se incrementó en un 3,5%. La gran batalla por el liderazgo mundial se da entre EEUU y China, la gran potencia emergente. China, con un esfuerzo en I+D del 2,04% supera ya a la UE. En China se hallan los más potentes supercomputadores del mundo. El gigante asiático triplica las patentes anuales de EEUU o Japón, y lidera las publicaciones científicas en inteligencia artificial. Hoy, el 40% de la I+D mundial se encuentra en Asia, mientras la innovación en EEUU se estanca.

Uno de los errores que hemos cometido durante la última década ha sido intentar importar el modelo americano al contexto europeo. Un modelo caracterizado por la combinación de mercados financieros muy eficientes, excelentes universidades y compra pública tecnológica. Un modelo que ha llevado a la eclosión de potentes clústeres de alta tecnología, startups, famosos emprendedores, universidades de élite investigadora y dominio de sectores relacionados con defensa y espacio. Silicon Valley nos ha fascinado. Pero el modelo americano de innovación está en crisis. No distribuye sus esfuerzos (ni su riqueza) de forma transversal a todos los sectores, sino que lo concentra en unos pocos focos de alto potencial de crecimiento, sean algunas universidades (que aparecen en primer lugar en los ránkings internacionales), algunas empresas (fundamentalmente digitales) y algunos sectores muy especializados. Mientras los medios de comunicación mundiales ponen los focos en la compra de Whatsapp por Facebook, por 19.000 millones de dólares, y San Francisco vibra con rápidas operaciones corporativas, la industria de los Grandes Lagos pierde cinco millones de empleos. Gigantes como Kodak dan paso a startups como Instagram, catapultada a la estratosfera por el capital riesgo con sólo 13 empleados. Lentamente, el decrépito cinturón industrial americano pierde competitividad y vota masivamente opciones radicales como Trump.


Nuestro modelo debería ser el germánico. Alemania, pese a su discreción, dispone hoy posiblemente del mejor sistema nacional de innovación. Un modelo que no concentra sus esfuerzos en unos pocos segmentos, sino que los distribuye de forma transversal a la totalidad de la industria, con foco en la I+D de la pequeña y mediana empresa. En Alemania no aparecen Zuckerbergs o Gates, pero su nivel de producción en manufactura, de exportación de tecnología y sus salarios son superiores a los de EEUU. Entre las 40 mejores universidades del mundo según el ránking de Shanghai, sorprendentemente, no hay ninguna alemana, pero sus doctores son extremadamente apreciados por la industria. El sistema de innovación germano crea cadenas de valor de conocimiento orientadas a tecnificar y hacer competitiva a su industria. Alemania sitúa la pequeña y mediana empresa en el centro del sistema innovador, mientras que EEUU lo hace gravitar sobre centros académicos de élite y capital riesgo. Si el modelo americano descansa en las startups, el modelo alemán se enfoca en la industria y en la formación técnica. El primero se está revelando como un modelo poco distributivo. El segundo es la base de la competitividad de la mayor potencia exportadora y generadora de empleo de Europa. ¿Cuál debería ser el nuestro?

http://xavierferras.blogspot.com.es/2016/12/el-modelo-europeo-de-innovacion.html

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